A ti, lectora o lector tengo que pedirte que antes de seguir leyendo te fijes bien en la imagen de la publicación. Mírala atentamente y fíjate en todos los detalles. Si es posible, guarda silencio mientras lo haces.
Luego sigue leyendo este texto del Evangelio de Mateo 25,34ss:
Jesús dijo a la gente “Venid
vosotros, benditos de mi Padre y heredad el reino que se os ha prometido desde
la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve
sed y me disteis de beber, fui forastero y me recibisteis, anduve sin ropa y me vestisteis, caí enfermo y me
visitasteis, estuve en la cárcel y vinisteis a verme *[…]”.
Es un episodio
de la enseñanza de Jesús, llamada “juicio sobre las naciones”. Una enseñanza
contundente y ejemplarizante por medio de la cual Jesús de Nazaret plantea categóricamente
cuales son las preferencias de Dios para dirigirse a Él. Y esas preferencias
son la atención a la otra persona, la que está necesitada y es objeto de
rechazo por su raza, condición social, sexo o cualquier otro motivo.
Como persona
cristiana y que atiendo a diario la lectura de la Palabra de Dios. Me pregunto,
qué calado tienen en las personas creyentes, estas palabras del Evangelio de
Mateo frente a la barbarie que se está viviendo en Gaza; donde se está matando
de hambre a un pueblo. Un pueblo, el palestino que habita –habitaba- la tierra
donde nació Jesús. La tierra palestina como se le llama desde hace milenios. Una
región que ha tenido muchos nombres desde tiempos remotos, y que fue nombrada
Palestina por primera vez cuando el emperador romano Adriano sofocó la revuelta
de “Bar Kojba” en el año 135 d. C. y decretó renombrar como Provincia de Siria
Palestina la anteriormente denominada Provincia de Judea.
El caso es que
es dejando de lado la más mínima alusión a la cuestión política o argumentos de
uno y otro lado, aquí quienes están muriendo son fundamentalmente inocentes,
que son tiroteados incluso cuando acuden por el poco alimento que le dan en los
puntos de distribución; mientras miles de camiones esperan tras la frontera de
la franja de Gaza.
¿A qué tipo de
amoralidad están avocadas muchas personas que usan la legitimación religiosa –cristiana,
judía, musulmana- como elemento de identificación propia o grupal; y no se
conmueven ante esta barbarie?
Estoy
convencido de que la historia en su justa medida dejará patente la impasividad
de occidente, la Europa de raíces cristianas y los países desarrollados, ante la barbarie que estamos viviendo
casi en directo. La aniquilación de un pueblo.
Escuché el
argumento de personas sencillas que dicen no poder hacer nada, así que esto no
va con ellos/as.
COMPLETAMENTE
EN DESACUERDO.
¿Qué has
sentido al ver la imagen? ¿Qué sensación te ha causado en el cuerpo? ¿Eres
capaz de ver a María de Nazaret con su hijo Jesús asesinado en sus brazos
injustamente?
Repetiré algo
que me parece muy importante y lo cuento como experiencia de vida. En casa de
mis padres había una imagen del rostro de Jesús crucificado con la siguiente
leyenda: “desentenderse hoy es ser cómplice de la muerte de Cristo”.
Pues eso,
amigas y amigos. Ojalá no pasemos de largo. Ojalá sintamos este dolor como algo
propio porque Cristo muere cada día y cada minuto que una persona fallece de manera injusta. Ojalá no frivolicemos con las vidas de las personas. Ojalá donemos dinero a alguna de las ONG que ayudan en el terreno a
sofocar e hambre. Ojalá eduquemos a las personitas que están con nosotros, para
que se sean sensibles y no fomentemos a través de ellas el odio y la violencia.
¡Tenemos que
ser capaces de bajar los índices de agresividad que acumulamos como sociedad,
mezcla de frustraciones, complejos y rabias contenidas.
El mundo de ahí
afuera nos exige una respuesta como sociedad, como personas humanas, como
cristianos o como cada uno se denomine en función de lo que sea o en lo que
crea.
SEAMOS HUMANOS,
POR AMOR DE DIOS, porque si no no vamos a estar a la altura de la enseñanza del
texto de Mateo, donde se nos advierte de que para ganar la vida eterna, no podemos
escurrir el bulto.
Un abrazo
fraterno. Floren.
(*).
Continuación de Mateo 25,37ss:
"Entonces los justos preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? 38 ¿O cuándo te vimos forastero y te recibimos, o falto de ropa y te vestimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?’ 40 El Rey les contestará: ‘Os aseguro que todo lo que hicisteis por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicisteis. 41 “Luego dirá el Rey a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos: id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, 43 fui forastero y no me recibisteis, anduve sin ropa y no me vestisteis, caí enfermo y estuve en la cárcel, y no me visitasteis.’ 44 Entonces ellos preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o falto de ropa, o enfermo o en la cárcel, y no te ayudamos?’ 45 El Rey les contestará: ‘Os aseguro que todo lo que no hicisteis por una de estas personas más humildes, tampoco por mí lo hicisteis.’ 46 Estos irán al castigo eterno, y los justos, a la vida eterna."