27  Tiempo ordinario (B) Marcos 10,1-12
JOSÉ ANTONIO PAGOLA - SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
JOSÉ ANTONIO PAGOLA - SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
os fariseos plantean a Jesús una pregunta  para ponerlo a prueba. Esta vez no es una cuestión sin importancia, sino un  hecho que hace sufrir mucho a las mujeres de Galilea y es motivo de vivas  discusiones entre los seguidores de diversas escuelas rabínicas: "¿Le es lícito al varón divorciarse  de su mujer?".
No  se trata del divorcio moderno que conocemos hoy, sino de la situación en que  vivía la mujer judía dentro del matrimonio, controlado por el varón. Según la  ley de Moisés, el marido podía romper el contrato matrimonial y expulsar de casa  a su esposa. La mujer, por el contrario, sometida en todo al varón, no podía  hacer lo mismo.
La  respuesta de Jesús sorprende a todos. No entra en las discusiones de los  rabinos. Invita a descubrir el proyecto original de Dios, que está por encima de  leyes y normas. Esta ley "machista", en concreto, se ha impuesto en el pueblo  judío por la "dureza de  corazón" de los varones que  controlan a las mujeres y las someten a su voluntad.
Jesús  ahonda en el misterio original del ser humano. Dios "los ha creado varón y mujer".  Los dos han sido creados en igualdad. Dios no ha creado al varón con poder sobre  la mujer. No ha creado a la mujer sometida al varón. Entre varones y mujeres no  ha de haber dominación por parte de nadie.
Desde  esta estructura original del ser humano, Jesús ofrece una visión del matrimonio  que va más allá de todo lo establecido por la "dureza de corazón" de los varones. Mujeres y varones se  unirán para "ser una sola  carne" e iniciar una vida  compartida en la mutua entrega sin imposición ni sumisión.
Este  proyecto matrimonial es para Jesús la suprema expresión del amor humano. El  varón no tiene derecho alguno a controlar a la mujer como si fuera su dueño. La  mujer no ha de aceptar vivir sometida al varón. Es Dios mismo quien los atrae a  vivir unidos por un amor libre y gratuito. Jesús concluye de manera  rotunda: "Lo que Dios ha  unido, que no lo separe el varón".
Con  esta posición, Jesús esta destruyendo de raíz el fundamento del patriarcado bajo  todas sus formas de control, sometimiento e imposición del varón sobre la mujer.  No solo en el matrimonio sino en cualquier institución civil o religiosa.
Hemos  de escuchar el mensaje de Jesús. No es posible abrir caminos al reino de Dios y  su justicia sin luchar activamente contra el patriarcado. ¿Cuándo reaccionaremos  en la Iglesia con energía evangélica contra tanto abuso, violencia y agresión  del varón sobre la mujer? ¿Cuándo defenderemos a la mujer de la "dureza de corazón" de los varones? 
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la  difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
