Día de todos los santos, día de todos los difuntos.
Considero que tenemos un poco de “potaje” mental, pues incluimos a todos los finados en estas dos conmemoraciones.
Los difuntos tienen todos en común que son seres finados. Acabados para la vida del mundo, aunque la dimensión espiritual se mantenga durante vidas y vidas, en nuestras mentes y nuestros corazones. Digamos que, en el saco de los finados incluimos a los que no hicieron gala de humanidad, que no fueron buenos. Eh igualmente y como no podría ser de otra manera, a los buenos, que o bien eran familiares nuestros o fueron dignos de nuestra consideración o admiración.
Tenemos claro que incluso a los familiares difuntos, que aportaron a la familia algún que otro disgusto por causa de tal o cual dislate, al final de sus días todo se les perdona, como si de un último acto a favor de su memoria se tratara.
Lo cierto es que, como dije en 2010 en este mismo blog hoy es el día de las misas. Todo el que no va a misa durante el año, acude hoy pues tenemos conciencia de que es una de las pocas cosas que podemos hacer por los difuntos. Y todos estos actos –que no critico-, los realizamos pues en lo más recóndito de nuestro ser antropológico, reside el temor por no poder afianzar nuestras seguridades. ¿Qué persona en este día no se pregunta sobre su propio destino tras la vida de este mundo? ¿Qué esperamos tras la muerte?
Sea lo que fuere, en esta cuestión reside el principio de la soteriología, cuyo camino para su disfrute nos lo marco Jesús de Nazaret a lo largo de toda su vida.
¿Cómo disfrutar de una vida más allá, si hacemos la vida imposible en el más acá? Por ello esta prácticamente claro –a mis ojos desde luego-. Nadie se salvará en el más allá si no se salva en el más acá. ¿Acaso tenemos la prefiguración celestial de un sistema judicial y legislativo, por medio del cual Dios nos juzga con la premisa del perdón indefinido? Esto son fábulas para personas de una educación demasiado clásica –y validas para ellas-, pero no para quienes nos enfrentamos al mundo haciendo preguntas al aire.
Respuestas. Respuestas es la receta para combatir la inseguridad de nuestra propia salvación, pues solo al ser personas que transmites salvación, podremos llegarnos a alcanzar la plenitud de seres inmateriales junto a Dios.
Por ello, no es posible otro camino que no pase por la fraternidad, el respeto hacia la autonomía del otro. La solidaridad, el amor, la ternura y sensibilidad.
Si en este vida que vivimos no llevamos a cabo estos principios humanos y cristianos, no nos salvaremos por muchas misas que digan en nuestro nombre y muchas velas que nos enciendan.
Si el recuerdo de los que se fueron nos reconforta, recordémosles pues. Ellos fueron y son parte de nuestras vidas, y templos del mismo Espíritu que nos anima y ayuda a vivir.
Para orar
No hagáis daño a ningún ser viviente:
he ahí el camino eterno, permanente e inalterable de la Vida.
Perdono a todas las criaturas, y que todas las criaturas me perdonen.
Para todas tengo amistad, para ninguna enemistad.
Quien vive de la espada es presa del miedo.
A quien tratas de golpear no es, en verdad, otro que tú mismo.
A quien tratas de gobernar no es, en verdad, otro que tú mismo.
A quien tratas de torturar no es, en verdad, otro que tú mismo.
A quien tratas de convertir en esclavo no es, en verdad, otro que tú mismo.
A quien tratas de matar no es, en verdad, otro que tú mismo.
Todos los seres desean vivir, ninguno desea morir.
Toda arma, por poderosa que sea,
siempre puede ser reemplazada por otra superior;
pero ningún arma puede ser superior a la no-violencia.
(Oración jainista. Jainismo: religión fundada en la India por Mahavira en el s. V a.C.)