Entiendo –por comentar brevemente Mt 16,21-27-, que el seguimiento de Jesús tras las enseñanzas y exigencias de su reino, no es cosa de tomar a la ligera, ni desde luego es un camino de rosas. Lo que Jesús nos deja claro es que debe ser algo a lo que uno se adentra ligero de equipaje y siendo muy, pero que muy consciente de lo que se es. Porque, no quiere Jesús tras suyo a seguidores desfigurados. Cada uno somos obra de Dios. A perfeccionar, pero obras de su amor y por ello ante Él, debemos presentarnos tal y como somos, con nuestra autenticidad.
Hoy y por casualidad –aunque yo no creo en ella-, repasando un temario de hace dos años me encuentro con este poema de Carchenilla. Es maravilloso para ponerse ante Dios y decirle: ¡aquí estoy Señor!.
Buen fin de semana, sed felices y no complicaos demasiado la vida. 
“SOY COMO SOY”
(Maximino Carchenilla)
Quiero hacer un poema 
a la esperanza, 
a lo que soy y a lo que tengo; 
sin altanería, 
sin presunción, 
con la sencillez de reconocer lo que soy.
Siento que soy:
Como el trigo 
verde de primavera 
y lleno de fruto en verano.
Como la flor 
que, día a día, 
va abriendo sus pétalos 
para regalar su perfume y su color.
Como el canto del gorrión 
que alegra la mañana.
Como el sol 
que despierta por la mañana 
iluminando del mundo.
Como la nube 
que descarga la lluvia sobre la tierra 
para que se empape y pueda dar fruto.
Como la fuente 
que, sin esperar y generosamente, 
va entregando su agua 
a quien se acerca.
Siento que soy:
Como la noche 
que encierra todo lo que existe 
con su manto de silencio.
Como el día 
que vuelve a nacer 
ofreciendo una nueva vida.
Como el fuego 
que calienta y da luz, 
que funde el hielo y el metal, 
que se gasta 
ofreciendo lo mejor que tiene.
Como la nieve 
siempre blanca 
y subida en lo más alto de la montaña.
Como la tierra 
repleta de energía 
por todos los rincones, 
llena de vida 
en cada palmo de quien piso.
Como el cielo 
inmenso, 
todo azul, 
sin límites, 
donde es posible la libertad, 
donde es posible soñar y volar.
Así soy yo 
y así quisiera seguir siendo: 
mitad cabeza y corazón, 
mitad querer y poder, 
mitad fuerza y sentimiento.
Doy gracias a la vida 
por ser lo que soy 
y por ser como soy.
Quiero aceptarme así, 
quiero superarme día a día, 
hasta llegar a ser 
lo que Dios y la vida 
han querido que sea: 
hombre.
 

