CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

domingo, 14 de septiembre de 2014

¿DE QUÉ MATERIAL ES LA CRUZ DE JESÚS?

¿De qué material es la cruz de Jesús?

Hoy es la exaltación de la santa cruz, el llamado “árbol único en nobleza, jamás el bosque dio mejor tributo en hoja, en flor y en fruto”. Particularmente considero una lástima que la liturgia de hoy haya preferido exaltar la cruz, antes que profundizar en las actitudes que nos ofrece Mt 18, 21-35 en el evangelio dominical, en el cual subyace como tema de fondo la circunstancia de que seremos tratados a los ojos de Dios como nosotros tratemos a los demás. 

Pero es una característica conocida por la iglesia, el hacer hincapié en la cruz, la sangre, el pecado, la contrición, dejando un poco de lado la luz incesante de la Resurrección, objetivo de todo cristiano. 
Y la verdad es que si la fiesta de la exaltación de la cruz la miramos desde un plano actualizado, puede que nos lleve precisamente a la cuestión del trato nuestro a los demás y la reciprocidad fraternal a la que el Señor nos llama. Nunca podré creer que “Dios juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de la salvación” (Hb 2, 9b-10), o sea a Jesús de Nazaret.  
Esto anula plenamente la dimensión paternal y maternal de Dios, que nos ama como a hijos e hijas. Dios no disfruta con el dolor de nadie. Dios no quiere el dolor de nadie, ni la angustia, ni la tribulación, ni el dolor proporcionado voluntariamente so pretexto de absurdas penitencias. Creo que Dios quiere que comamos bien, que vivamos bien y con naturalidad, que aspiremos a la felicidad, que nos mantengamos sanos. Dios no quiere a sus hijos e hijas atribulados ni alterados ni mucho menos violentados. 
Dios quiere a sus hijos e hijas dignos como personas, e irreprochables ante El como hij@s, y con esta afirmación pues casi que podemos acabar y apartar a un lado todas las formulas protocolos y rituales; con los que a lo largo de la vida nos hemos ocupado de envolver a Dios hasta hacer de él algo parecido a una cebolla. Y se nos ha quedao dentro, en el interior e inalcanzable. 
Por ello a día de hoy nuestra primera acción en la vida y en el mundo en que vivimos es descifrar el rostro de Dios, o más bien el rostro de Jesús. Claro, mal hacemos en buscarle entre nuestra corte de aduladores, besamanos y personas que pululan alrededor nuestro y que jamás serán sinceros con nosotros sino complacientes. No, Jesús está en otros escenarios distintos. 
Hoy por la mañana he visto a un matrimonio andar por la calle. Una mujer mayor cogida de la mano de su esposo. Sé que él está enfermo y que su mente vive en otro mundo pero se aferra a la mano de ella, pues aunque no pueda identificar con claridad el rostro de su esposa, sus rasgos para el significan seguridad y orientación. Y ahí van los dos. Ella le lleva a él de la mano y seguro que antes de salir a la calle le ha lavado y adecentado, pues rezuman los dos limpieza. 

Al respecto de este ejemplo como de otros, jamás se me ocurrirá decirle a esta mujer que su marido es su cruz y que le vaya bonito porque así se va a ganar el cielo. ¡No! Dice León Bloy: “No se va al cielo hoy, ni de aquí a veinte años. Se va cuando se es pobre y se está crucificado". Se va al cielo cuando lo pones todo antes que a ti mismo. Se va al cielo cuando atiendes al enfermo antes que a ti mism@. Se va al cielo cuando ayudas a superar las cruces que algunas personas se afanan diariamente en superar. ¡¡En superar!! 
Nadie debe de resignarse a su cruz, ni a la de nadie. Esta vida es un continuo aprendizaje y una continua superación de dificultades; y en cada una de ellas debemos ser luz los que nos denominamos cristianos y decimos seguir a Jesús de Nazaret. Pero con autenticidad y por nosotros mismos sin negarnos a la colectividad y a la comunidad. 
Hay muchos escenarios donde acercarse al que está necesitado, aunque sea de un abrazo sincero y una acogida. ¡Ahí está la cruz! Por eso decía que no es de madera ni de metal precioso. La cruz de Jesús hoy día es inmaterial, porque está en la propia vida y en la superación de dificultades. 
Permita la vida, que asistidos por el Espíritu de Dios siempre aspiremos a la superación de la cruz con posibilidades de resucitar después. Ese es el fin, la vida la luz y la tranquilidad. La cruz por sí misma, solo es un objeto de suplicio a la cual nadie debe crucificarse ni ser crucificado. 
Y que conste que a Jesús lo crucificaron por un proceso político, injusto y macabro. Circunstancia que paradójicamente aun hoy día suele darse en la propia iglesia “de Jesús”. No sigamos la senda de los verdugos de Jesús y los verdugos de la humanidad unipersonal, sino demostremos entrañas sensibles, solidarias, y respetuosas.

florencio salvador díaz fernández

martes, 9 de septiembre de 2014

MI INTERPRETACIÓN DE 1 CORINTIOS 6,1-11 "los afeminados e invertidos no heredaran el reino de Dios"

UNA OPINIÓN-INTERPRETACIÓN DE LA LECTURA DE HOY
Es dura y desconcertante la lectura de hoy (1Cor 6,1-11)
Entiendo que Pablo casi nos anima a soportar la injusticia para no llegar al litigio, y nos anima a la corrección fraterna como en el evangelio del Domingo. Sí, es lo deseable. Pero hay ocasiones en que las cosas se nos van de las manos, y me parece ingenuo apelar a la justicia divina antes que a la terrenal. Porque la justicia divina no puede ir más allá de la concienciade cada uno. Lo que no debemos es de juzgar antes de tiempo. Por ello, incluso entre cristianos la presunción de inocencia debe de observarse y debe de tratarse al otro sujeto con fraternidad. Otro aspecto de la carta de Pablo es que en la comunidad de Corinto se personalizan todos los comportamientos censurables de la época para no alcanzar el cielo y algunos de los cuales no están aceptados -no porque Dios y Jesucristo lo digan-, sino por causa de la deriva cultural de entonces. Comparar una actitud beligerante, violenta y ofensiva -ladrones, estafadores, codiciosos, inmorales...etc-; con otra que responde a la propia naturaleza de cada persona que por gracia de Dios ha venido al mundo -afeminados o invertidos como se denomina a los homosexuales-, digo que me parece un despropósito solo al alcance de quien vive en el fanatismo. No pretendo ofender al hagiógrafo sagrado que escribió la palabra, pero es absolutamente contraproducente el poner en la intención de Jesús el hacer acepción de personas por la causa de "Su" propia naturaleza. Y el ser homosexual o afeminado, no tiene absolutamente nada que ver con el cumplimiento de la Palabra de Dios. Ahí tenemos al salmista que anuncia hoy que "el señor ama a su pueblo" (Sal 149). ¡Y de qué manera lo ama! Lo ama sin reservas, sin preguntar a nadie si te gustan las mujeres y los hombres, sin interferir en la vida de nadie. Jesús solo impone el valor del amor total y universal a los creyentes de cada tiempo. Recordad el evangelio del domingo, "a nadie debáis nada más que amor". Todos somos llamados y todos somos escogidos como apóstoles de Jesús, solo basta con asumir el mensaje y dejarse fascinar por él. Lo demás se nos dará por añadidura en la vida de cada uno, seamos lo que seamos.