CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

martes, 13 de febrero de 2024

LA CENIZA DE CUARESMA Y EL RITUAL DE LA VACA ROJA

LA CENIZA, COMO USO RELIGIOSO

Una cuaresma más y una cuaresma menos. Pero de todas formas, quienes seguimos a Jesús –o decimos seguirlo- no deberíamos de perder la meta de llegar a él y resucitar con él; aunque para ello debamos superar un proceso o seguir una detrrminada senda, que es la cuaresma; preparación NO para la semana santa, sino para el acontecimiento de la resurrección de Jesús. 


Como sabéis cuaresma se deriva de 40, ya que es el número teológico-litúrgico por antonomasia. Ni Jesús estuvo exactamente cuarenta días en el desierto ni el pueblo de Israel caminó 40 años por el desierto, en absoluto. Es una manera de expresar un proceso determinado, pues 40 hace referencia a un camino o a un prolongado espacio de tiempo.

Pero no un camino sin más, sino un camino en el que se llega a una profunda experiencia de fe, desde la relación con Dios y sus mediaciones.

Respecto de la ceniza y tras haber investigado hace años sobre el tema, pues deciros que su uso se origina en tiempos del rey David. Concretamente en un ritual llamado DE LA TERNERA (VACA) ROJA. No es broma, no.

En tiempos de Eleazar, libro de los Números capítulo19,1ss, se quemaba una vaca colorada o un cabestro.

“Un hombre puro recogerá las cenizas de la vaca las conservará para hacer el agua de purificación que usará la comunidad de los israelitas para hacer la expiación", dice la escritura.

Igualmente, tanto el sentarse en ella vestido de saco, o colocarse ceniza en la cabeza; desde siempre ha sido entendida como señal de luto, penitencia, tristeza. El mejor ejemplo de esto lo encontramos en el nombrado Rey David que se sentaba en ella en su arrepentimiento, o de Tamar que se roció la cabeza con ceniza. (2Sam 13,19)

Ya sabéis un poco más de este ritual, que se consolidó sobre el siglo IV y que en el Vaticano II (1965) por medio de la disposición conciliar “Sacrosantum concilium” (SC) capitulo 109 se nos recomendó de la siguiente manera:

“Puesto que el tiempo cuaresmal prepara a los fieles, entregados más intensamente a oír la palabra de Dios y a la oración, para   que celebran el misterio pascual, sobre todo mediante el recuerdo o la preparación del bautismo y mediante la penitencia, dese particular relieve en la Liturgia y en la catequesis litúrgica al doble carácter de dicho tiempo. Por consiguiente: a) Úsense con mayor abundancia los elementos bautismales propios de la Liturgia cuaresmal y, según las circunstancias, restáurense ciertos elementos de la tradición anterior.”

En esta cuaresma en la que nos adentramos y en la cual el ruido de las bombas y los estragos de la guerra tiñen –sobre todo- de sangre roja e inocente la tierra de Palestina y otros lugares del mundo; abramos nuestros corazones a la ternura, a la fraternidad y a la paz completa y sin reservas.

Jesús de Nazaret murió sin querer, fue matado por un proceso injusto. Y precisamente igual a él mueren una y otras miles de criaturas sin habar hecho daño a nadie y en la mayoría de los casos personas que han pasado por el mundo haciendo el bien.

Tengamos cuidado de no relativizar la muerte y sufrimiento de Cristo en un mero espectáculo cultural de semana santa. Cuidado. Porque en cierto modo educamos a nuestros pequeños acostumbrándose a ver una persona torturada y vilipendiada y siendo paseada por nuestras calles al son de música.

No digo que esté mal, en absoluto pues nos gusta y los disfrutamos. Pero hagamos una buena catequesis de esto y logremos educar en sensibilidad.

De corazón os lo deseo, ¡buena cuaresma, como camino a la Pascua, al YO renovado!

No abuséis de las ocasiones de "cenizas", Dios no quiere cambios exagerados, solo nos quiere como hijos, como lo que somos.

Abrazos, paz y bien y buenas noches.

Este escrito puede ser difundido y publicado indicando su autoría y procedencia.

sábado, 27 de enero de 2024

LA TERNURA

 Hace unos días tuve la intención de escribir sobre la ternura, de hacer una pequeña reflexión sobre la ternura.

Quizás por el simple hecho de pensar en voz alta al ver tanta falta de ternura en muchas partes del mundo y en tanto dolor existente y que nos muestran los medios de comunicación. Esto en contraposición con la ternura que experimento en mi vida. Con la ternura que expreso en muchos momentos y con la ternura que tienen hacia mí personas que amo y me quieren; mi Sergio, familia, amigas y amigos que hacen (hacemos) de la amabilidad y el cuido pues prácticamente nuestra propia razón de ser.

Según el diccionario, TERNURA es: terneza, delicadeza, suavidad, blandura, sentimiento, afecto, amor, cariño, estimación, mimo.

Y resulta que junto a los muchos ejemplos silenciosos que tenemos de ternura, hoy la vida nos pone por delante uno de esos ejemplos formidables de personas sencillas, trabajadoras y afables; que habiendo sido golpeadas duramente por la vida con perdidas dolorosas como la de un hijo; no han dejado de cuidar, amar, sostener y demostrar ternura por cada poro de su piel.

Nuestra comunidad local de Estepa siempre tendrá en el recuerdo a esa madre y a ese padre paseando con su carrito a su hija Ángela por la avenida con frio y con calor.
Y los que de cerca o de lejos los conocemos, sabemos de los desvelos de esta familia por esta hija que hoy ha terminado su camino vital en este mundo y ya vive para siempre en sus corazones, en el de su familia, hermano y esa abuela Ángeles Marchán que entre otras personas la ha querido con locura.

Hoy, en este día tan triste en el que decimos adiós; junto al sentimiento de pérdida por la vida humana levanto mi voz en favor de la TERNURA. Y doy gracias a Dios –que nos da y nos quita a partes iguales- por el ejemplo de Angustias y su esposo, que durante más de treinta años se han dejado la vida y lo mejor de sí mismos, en amar y cuidar como la flor más preciada y delicada del mundo a su hija Ángela.

Que este mismo Dios en el que creemos y que en Jesús de Nazaret es camino, verdad y vida; os bendiga y premie con paz de espíritu, por tanto amor, tanta ternura y TANTO EJEMPLO COMO HABÉIS DADO A ESTEPA.
Un abrazo grande. Floren.

sábado, 27 de mayo de 2023

APAGADO DEL CIRIO PASCUAL - CEREMONIA

 APAGADO DEL CIRIO PASCUAL EN LA TARDE NOCHE DEL DÍA DE PENTECOSTÉS.

Esta ceremonia litúrgica es recomendable para todas las personas cristianas que celebran la pascua de manera individual o comunitaria.

Tengamos en cuenta que para realizar esta liturgia no es preciso tener un cirio pascual bendecido o consagrado, pues son muchas las personas o comunidades religiosas o cristianas, que al reunirse suelen encender una luz que hace sirve para invocar la PRESENCIA. Es por ello, que para realizarla basta con tener encendida cualquier luz que simbolice a Cristo, presente entre nosotros o con nosotros si se hace de manera privada o individual.

(Esta ceremonia puede realizarse de manera comunitaria o privada. Es recomendable realizarla en los oficios últimos de día tales como las vísperas, eucaristía de la tarde. Lo más recomendable en realizarlo dentro del oficio de completas)

MONICIÓN:

Dios y Padre bueno, que nos amas y nos buscas. El Espíritu Santo que nos ofreces en Jesús resucitado, es el origen de la fuerza y el dinamismo de la misión evangélica que da sentido a nuestra vida y es la razón de nuestro ser comunitario y cristiano. En esta misión, las mujeres y hombres llamados a anunciar tu palabra y renacidos del agua y del Espíritu, vivimos ya las realidades del Reino de Dios mientras esperamos la plenitud gozosa de los tiempos. Esta vivencia exige y anima nuestro compromiso cristiano, para llegar a ser sembradores de tu Reino.

Un Reino que es justicia, amor y paz verdaderos.

Un Reino por el que vivimos y trabajamos desde la vocación que cada uno tenemos, para llegar a ser en el mundo instrumentos de tu paz como nuestro padre Francisco de Asís.

Agradecidos por tu compañía que se prolonga a través del tiempo y recordando nuestro compromiso de ser luz junto a tu Hijo Jesús resucitado, encendemos ahora el cirio pascual.

(Ahora se desarrolla el oficio concreto de la liturgia de las horas o la propia eucaristía o liturgia de la palabra, dejando la continuación para la ultima  parte del oficio que puede retomarse tras recitar el padre nuestro)

 

ACLAMACIONES A LA LUZ DE CRISTO:

Bendito seas Padre, fuente y origen de toda luz. Al contemplar las lumbreras del firmamento, por medio de las cuales estableciste la sucesión de las noches y los días, te alabamos gozosos, y recordamos tus prodigios en favor de tus elegidos.

Para liberar a tu pueblo de la esclavitud de Egipto, lo guiaste a través del desierto por medio de una columna de fuego y nube, dándole luego posesión de la tierra prometida.

R. Gloria a ti por los siglos.

 

Ahora, en la plenitud de los tiempos, por la muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Señor, has liberado a la humanidad entera de la esclavitud del pecado y de la muerte, y nos has dado nueva vida a los que, regenerados por las aguas del bautismo, hemos sido incorporados en el reino de tu Hijo y entrado en posesión de la luz verdadera.

R. Gloria a ti por los siglos.

 

Son estas maravillas de tu amor las que conmemoramos en este cirio, signo de Jesucristo vivo y presente en medio de tu pueblo. Por eso, al participar de su luz en todo el tiempo pascual, nos gloriámos en Él, que ha vencido a las tinieblas, y nos comprometemos a ser sal que conserva la alianza nueva, sellada en su Sangre; luz que brilla ante las mujeres y hombres de nuestro tiempo; testigos de tu amor en el mundo.

R. Gloria a ti por los siglos.

 

Y así, Padre, como en otro tiempo tu pueblo liberado cantó la gloria de tu nombre, nosotros, tus hijas e hijos, congregados por tu Espíritu en la confesión de una misma fe, te alabamos por tu gran ternura y cariño, mientras caminamos hacia la Jerusalén celestial, donde resplandecerá la gloria de Jesús de Nazaret, lucero sin ocaso, y habitaremos en la plenitud de tu luz.

R. Gloria a ti por los siglos.

 

Al que humanizó el mundo con su amor, al que nos mostró el rostro amoroso de Dios padre y madre, al que nació de las entrañas maternales de María y José; la alabanza y el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. R. Amén.

 

CANTO:


¡Oh luz gozosa

de la santa gloria

del Padre celeste, inmortal!

¡Santo y feliz Jesucristo!

 

Al llegar el ocaso del sol,

contemplando la luz de la tarde,

cantamos al Padre, al Hijo

y al Espíritu Santo de Dios.

 

Tú eres digno de ser alabado siempre,

con santas voces.

Hijo de Dios, que nos diste la vida,

el mundo entero te glorifica.

 

ORACIÓN Y APAGADO DEL CIRIO

Te damos gracias, Padre, por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, por medio del cual nos iluminas, revelándonos la luz que no tiene ocaso. En esta fiesta de Pentecostés al término del tiempo Pascual, cuando completamos la duración de la jornada y nos acercamos al comienzo de la noche, agradecidos por tus dones, llenos de la luz del día que creaste para nuestra satisfacción, puesto que ahora, por tu gracia, nos falta la luz de la tarde, te alabamos y te glorificamos por tu Hijo Jesús.

Gracias Padre de bondad por esta luz que nos ha acompañado encendida durante todos estos días en los que nos hemos congregado ante Tu Presencia.

Gracias porque su Luz nos ayuda a sentirte cerca, ilumina nuestros pasos y nos recuerda que igualmente debemos irradiar esta luz a las mujeres y hombres con los que convivimos, para ser prolongación tuya y sembradores de tu Reino.

Unidos a todas las personas que sienten la vocación misionera de vivir junto a Ti, Padre y evangelizar junto a tu Hijo Jesús, Luz del mundo; apagamos esta luz con el deseo de que su fuego esté siempre en nuestros corazones y siempre caminemos por el mundo, de la mano de Jesús.

Por Él sea ti la gloria, el poder y el honor, con el Espíritu Santo, ahora y siempre por los siglos de los siglos.

(Y se apaga el cirio cantando por última vez a la virgen el Regina Coeli)


jueves, 6 de abril de 2023

ORACIÓN EN EL MONUMENTO EL JUEVES SANTO - HORA SANTA

 

Oración ante el Monumento el Jueves y Viernes Santo

AL ENCUENTRO DEL DIOS DE LA VIDA

Señor Jesús, gracias por quedarte con nosotros. Y por invitarnos a estar aquí contigo. En ocasiones no somos capaces de comprender lo que significa tu presencia en la Eucarística, en la Palabra Sagrada, en mí y en la persona que está junto a mí. Eres luz, eres fuerza, eres amor. Ahora –a través de tu pasión- pasas por la noche, pero nos iluminas. Ahora te sientes débil, pero nos fortaleces. Ahora nos pides amor, pero tú nos amas primero. Gracias por estar en los hermanos y hermanas. No quiero olvidar que muchos en este momento se sienten solos, están enfermos, sufren las consecuencias de la guerra o la desunión familiar, las injusticias, o son perseguidos y apenas puedes sobrevivir. Cada una de estas personas viven un Getsemaní muy actual y muy vivo. Tú, Jesús, estás ahí. También nosotros queremos unirnos espiritualmente a ellos y a ti, pues sentimos la necesidad de estar contigo, Señor. Como aquella mujer de Samaría, me siento en el brocal del pozo y me dispongo a conversar, porque siento la necesidad de de estar contigo.

 

HIMNO INICIAL (Porque siento la necesidad de estar contigo)

Porque Siento La Necesidad

Porque siento la necesidad de estar un rato contigo,

porque siento la necesidad de saber que eres mi amigo;

porque siento la necesidad de comentar lo ocurrido

hace casi dos mil años cuando fuiste concebido.

 

Jesús, eres la Verdad, la Palabra que no ha de pasar,

 Tú eres el Verbo hecho carne y yo creo que estás vivo,

Tú eres el Verbo hecho carne y yo creo que estás vivo.

 

 Porque siento la necesidad de recorrer tu camino

 de Belén hasta el calvario, de la pobreza al olvido.

 Porque siento la necesidad de estar un rato contigo

 para sofocar mi llanto al saberme redimido.

 

 Jesús eres la Verdad, el mundo pasa, Tú no has de pasar,

 cuando vuelvas a juzgarnos llévame al cielo contigo.

 

Porque siento la necesidad revivo lo que has sufrido

para redimir con sangre del pecado a su cautivo.

Porque siento la necesidad de vivir lo que has vivido,

paso a paso, golpe a golpe, hasta encontrarme contigo.

(Gonzalo Mazarrasa)

 

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS (1Carta de Juan cap.3)

Hermanos: Mirad que amor nos ha tenido el Padre, para llamarnos hijos de Dios, pues lo somos. El mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios. Y aunque aún no se ha manifestado lo que seremos, sabemos que cuando Jesucristo aparezca seremos como él, porque le veremos tal como es. Este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros. No seamos como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Pues porque los hechos de Caín eran malos, y los de su hermano, buenos. Conocemos qué es el amor porque Jesucristo dio su vida por nosotros;  así también, nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos. Palabra de Dios

 

REFLEXIÓN A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS

Hay quien dice, que uno de los problemas que tenemos los cristianos hoy en día, es que aun no nos hemos acabado de creer que somos hijos e hijas de Dios. Es cierto. Puede que sea causa de la educación clásica recibida en muchos casos, otra causa puede ser el considerar a Dios tan altísimo, que se nos escapa de las manos…etc. Pero el evangelista Juan, el amigo de Señor, no deja lugar a la certeza al admitir que tú y todas las personas somos hijos de Dios. Él nos creo por amor. Solo por amor y nada más. Y nos puso en el mundo con una vida a desarrollar, en la cual –si decimos seguir a Jesús- debemos ocuparnos de hacer el bien. El monumento del Jueves y Viernes santos es una ocasión propicia para que hagas examen de tu vida, de lo que eres y de lo que vives. No se trata de hacer solo un examen las nuestras cosas negativas, no. Jesús el Hijo de Dios, esta ante ti, en ti y por ti. Como Él mismo, eres causa de la creación de Dios. Ofrécele a Dios todo lo que eres, tu existencia. Piensa en tu vida, en las personas con las que la compartes y reflexiona si respondes al amor de Dios, amándolos y respetándolos a ellos. Dios nos ama y nos busca en la vida. Lo hace para que todo aquello que Él nos da, nos enriquezca. Para luego poder nosotros poder enriquecer la existencia de otros. Aliviando sus penas, consolando al atribulado, siendo bálsamo ante la adversidad, cordialidad en la desavenencia y abrazo fraterno que siempre acoge sin preguntar nada. Piensa un poco en tu vida en lo bueno y en lo no tan bueno. Para ayudarte, debes hacer el siguiente ejercicio.

 

INVOCACIÓN A DIOS POR NUESTRAS MANOS

Cuando hayas pensado en tu vida, extiende las manos y míratelas. Se capaz de aplicar a cada dedo de tu mano una virtud tuya, una cualidad que poseas. Hazlo sin reparos. Luego, de la misma manera aplica a cada dedo una causa de tu vida que sea negativa o bien tengas que mejorar o rectificar. Quizás esto último te cueste más, pues no somos dados a reconocer nuestras miserias. Cuando lo hagas, ofrécele a Dios todo lo que eres. Hazlo de corazón y sin reservas. El te ama y hoy no viene a tu vida con reproches. Está aquí para conversar contigo. Tras un momento de interiorización, lee la oración “Por las obras de tus manos”

 

Dios y Padre bueno, que nos amas y nos buscas. Aquí tienes mis manos. Han sido causa de certezas y de tribulaciones. De abrazos y desprecios. De amor y de desamor. De caricias y de situaciones alejadas del amor y la compasión. Todo te lo ofrezco, Padre. Aquí, ante tu Hijo Jesús “el amor de los amores”; te pido que sea capaz de establecer un compromiso firme ante ti, Dios; para crucificar junto a tu hijo las obras de mis manos que me han apartado de tu mirada y de los hermanos que están junto a mí. Si Jesús se entregó por el mundo, ¿cómo no voy a poner yo mi granito de arena por tu Reino? Permíteme Señor, conciencia justa y determinación para llevar a cabo la obra de tu amor. Ante ti pongo mi empeño de resucitar con Cristo a una vida nueva, para que mis manos se llenen de obras de vida, esperanza, misericordia y así llegue a la plenitud ante Ti, Padre. Te lo pido por Jesús, Camino, Verdad y Vida; que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 

PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO…

PRECES. Pon ahora en ante la Presencia del Señor, las necesidades del mundo. Lo que necesites para ti, díselo en último lugar.

 

PLEGARIA DE CONCLUSIÓN

Tu reino, Señor, se hace presente

cuando se fomenta la justicia y es respetada la libertad.

Cuando todos somos hijos tuyos, los sueños se deletrean:

Amistad, hermanos, paciencia, caridad.

 

Tu reinado, Señor, viene a nosotros siempre que el pueblo dispone

reino de dios.jpg

 
de sustento, vivienda, trabajo y sanidad.

Tú nos enseñas, por Jesús,

a vivir con dignidad la vida

y a festejarla en la fraternidad.

 

En tu reino, Señor, no caben privilegios

de quienes se creen el fruto de la espiga

en honor y dignidad.

Eres un Dios vivo, enemigo de los ídolos humanos,

y no hay mayor cansancio que el tuyo.

 

El reino que predicaste llega casi de puntillas,

se revela y está escondido. Es simiente que se esparce

por los campos y levadura que fermenta entre la masa,

luz que muestra el horizonte a los perdidos.

 

El Reino de Dios, según los evangelios,

es un banquete de bodas, un adviento de ternura

que reparte los panes

en las manos frágiles de los que gozan detrás del corazón.

(Casiano Floristan)

 

¡BUENA PASCUA!                                           

Pastoral Litúrgica del Triduo Pascual

lunes, 28 de noviembre de 2022

ORACIÓN DE ADVIENTO - CON ENERGÍA RENOVADA

 

ORACIÓN DE ADVIENTO. 26 NOVIEMBRE 2022. IGLESIA DE LOS FRAILES. ENS. ESTEPA

El ADVIENTO de este año no es un ADVIENTO más. Es distinto, como distintas son nuestras circunstancias personales y de pareja, y como distinta es la coyuntura comunitaria o mundial. En un momento en el que tanto hablamos de energía preocupados por los costes, suministro…etc; nos preguntamos cuanta energía somos capaces de aplicar en la llegada del Señor, para preparar el camino hacia el encuentro.

Es por ello que invocamos la Presencia de Dios para que se haga presente en nuestros corazones, para que nos haga sentirnos comunidad de personas que nos reunimos en su nombre; para discernir su Palabra en los albores de este tiempo esperanzado de Adviento.

¡Ven, Tú que eres el Padre de los pobres!

¡Ven, Tú que regalas los dones para el servicio!

¡Ven, Tú que enciendes la lumbre en los corazones!

¡Espíritu Santo, ven!

PREGÓN PARA ANUNCIAR EL ADVIENTO - Florentino Ulibarri

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de espera y anhelo,

de ilusión, de salir a los cruces y caminos.

Es un tiempo de ojos abiertos,

de miradas largas como el horizonte

y de pasos ligeros por calles y plazas.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de salas de espera,

de viajes que llegan con sorpresa ,

de caminatas alegres y largas,

de sueños buenos que se realizan

y de embarazos llenos de vida.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de pregones y sobresaltos,

de vigías, centinelas y carteros,

de trovadores, profetas y peregrinos,

y de todos los amantes de la utopía

que van en pos de la estrella que brilla.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de luces, candiles y velas.

de puertas y ventanas entreabiertas,

de susurros, sendas y pateras,

de huellas en el cielo y la tierra

y, también, en el corazón de las personas.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de pobres y emigrantes,

de parias, exiliados y desplazados,

de los desahuciados de sus casas

que se empapan y mojan en la calle

y de todos los que no tienen nombre.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de quienes no llegan y rezan,

de hogares que se renuevan y mantienen,,

de los que disciernen serenamente

y de quienes sufren la crisis, más fuerte,

a pesar de tantas promesas electorales.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de andar por oteros y valles

de de cantar por las cárceles que se abren

de romper grilletes, cadenas y fuerzas,

de ceñirse coronas de servicio y dignidad,

y de madurar como las hojas que vuelan.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de Isaías y Juan Bautista,

de María y de José, sin pesadillas,

embarcados en la aventura divina

y pasando en vela sus horas nazarenas.

Es tiempo que gesta las promesas.

¡Este es tiempo de buenas noticias!

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

ORACIÓN COLECTA

 

¡El Señor Viene! Pidamos al Señor que nos despierte de nuestra vida insulsa y sin sentido.

(Pausa)

Oh Dios, esperanza y futuro nuestro:

Por medio de tu Hijo Jesucristo

tú eres parte de nuestras vidas y de nuestras comunidades.

Haznos tan conscientes de su presencia

que nuestros hermanos le encuentren y le amen

en el discreto, pero profundo amor,

que nos profesamos unos a otros;

en nuestros esfuerzos para traer paz a este mundo;

en nuestro compromiso por la compasión y la justicia

en beneficio sobretodo de los más humildes y abandonados.

Que Jesús nos inspire y nos guíe

para llevar a todos a ti, Dios nuestro

por los siglos de los siglos.

 

SALMODIA

SALMO 140: ORACIÓN ANTE EL PELIGRO



 









Ant. 1 Anunciad a los pueblos y decidles: «Mirad, viene Dios, nuestro Salvador.

Señor, te estoy llamando, ve de prisa,

escucha mi voz cuando te llamo.
Suba mi oración como incienso en tu presencia,
el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.

Coloca, Señor, una guardia en mi boca,
Un centinela a la puerta de mis labios;
no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,
a cometer crímenes y delitos
ni que con los hombres malvados
participe en banquetes.

Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,
pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;
yo seguiré rezando en sus desgracias.

Sus jefes cayeron despeñados,
aunque escucharon mis palabras amables;
como una piedra de molino, rota por tierra,
están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.

Señor, mis ojos están vueltos a ti,
en ti me refugio, no me dejes indefenso;
guárdame del lazo que me han tendido,
de la trampa de los malhechores.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Todos: Anunciad a los pueblos y decidles: «Mirad, viene Dios, nuestro Salvador.»


 

 









SALMO 141: TÚ ERES MI REFUGIO


 












Ant. 2 Mirad: el Señor vendrá, y todos sus santos vendrán con él; en aquel día, habrá una gran luz. Aleluya.

 

A voz en grito clamo al Señor,
a voz en grito suplico al Señor;
desahogo ante él mis afanes,
expongo ante él mi angustia,
mientras me va faltando el aliento.

Pero tú conoces mis senderos,
y que en el camino por donde avanzo
me han escondido una trampa.

Mira a la derecha, fíjate:
nadie me hace caso;
no tengo adónde huir,
nadie mira por mi vida.

A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres mi refugio

y mi lote en el país de la vida.»

 

Atiende a mis clamores,
que estoy agotado;
líbrame de mis perseguidores,
que son más fuertes que yo.

             Sácame de la prisión,

               y daré gracias a tu nombre:

me rodearán los justos
cuando me devuelvas tu favor.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Todos:  Mirad: el Señor vendrá, y todos sus santos vendrán con él; en aquel día, habrá una gran luz. Aleluya.













CÁNTICO de FILIPENSES: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL

 













Ant. 3 Vendrá el Señor con gran poder, y lo contemplarán todos los hombres.

 Cristo, a pesar de su condición divina,

no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajo hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Todos: Vendrá el Señor con gran poder, y lo contemplarán todos los hombres.

 












CANTO: Tu palabra, me da vida…

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 24,37-44.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.

En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.

Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.

Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

Palabra de Dios

REFLEXIÓN A LA LUZ DE LA PALABRA (José Antonio Pagola)

Primer Domingo de Adviento - ¿Seguimos despiertos?

Un día la historia apasionante de los hombres terminará, como termina inevitablemente la vida de cada uno de nosotros. Los evangelios ponen en boca de Jesús un discurso sobre este final, y siempre destacan una exhortación: “vigilad”, “estad alertas”, “vivid despiertos”. Las primeras generaciones cristianas dieron mucha importancia a esta vigilancia.

El fin del mundo no llegaba tan pronto como algunos pensaban. Sentían el riesgo de irse olvidando poco a poco de Jesús y no querían que los encontrara un día “dormidos”. Han pasado muchos siglos desde entonces. ¿Cómo vivimos los cristianos hoy?, ¿seguimos despiertos o nos hemos ido durmiendo poco a poco? ¿Vivimos atraídos por Jesús o distraídos por toda clase de cuestiones secundarias?

¿Le seguimos a él o hemos aprendido a vivir al estilo de todos? Vigilar es antes que nada despertar de la inconsciencia. Vivimos el “sueño” de ser cristianos cuando, en realidad, no pocas veces nuestros intereses, actitudes y estilo de vivir no son los de Jesús. Este “sueño” nos protege de buscar nuestra conversión personal y la de la Iglesia. Si no “despertamos”, seguiremos engañándonos a nosotros mismos.

Vigilar es vivir atentos a la realidad. Escuchar los gemidos de los que sufren. Sentir el amor de Dios a la vida. Vivir más atentos a su presencia misteriosa entre nosotros. Sin esta sensibilidad no es posible caminar tras los pasos de Jesús. Vivimos a veces inmunizados a las llamadas del evangelio. Tenemos oídos, pero no escuchamos lo que Jesús escuchaba; tenemos ojos, pero no vemos la vida como la veía él, ni miramos a las personas como él las miraba; tenemos corazón, pero se nos ha endurecido.

Puede ocurrir entonces lo que Jesús quería evitar entre sus seguidores: verlos como “ciegos que conducen a otros ciegos”. Si no despertamos, a todos nos puede ocurrir lo de aquellos de la parábola que todavía, al final de los tiempos, preguntaban: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o extranjero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te asistimos?”.

DESPERTAR - Estad en vela

Lo repitió Jesús una y otra vez: «estad siempre despiertos». Era su gran preocupación: que el fuego inicial se apagara y sus seguidores se durmieran. Es el gran riesgo de los cristianos: instalarnos cómodamente en nuestras creencias, «acostumbramos» al evangelio y vivir adormecidos en la observancia tranquila de una religión apagada. ¿Cómo despertar?

Lo primero es volver a Jesús y sintonizar con la experiencia primera que desencadenó todo. No basta instalarnos «correctamente» en la tradición. Hemos de enraizar nuestra fe en la persona de Jesús, volver a nacer de su espíritu. Nada hay más importante que esto en la Iglesia. Sólo Jesús nos puede conducir de nuevo a lo esencial.

Necesitamos, además, reavivar la experiencia de Dios. Lo esencial del evangelio no se aprende desde fuera. Lo descubre cada uno en su interior como Buena Noticia de Dios. Hemos de aprender y enseñar caminos para encontramos con Dios. De poco sirve desarrollar temas didácticos de religión o seguir discutiendo de cuestiones de «moral sexual», si no despertamos en nadie el gusto por un Dios amigo, fuente de vida digna y dichosa.

Hay algo más. La clave desde la que Jesús vivía a Dios y miraba la vida entera no era el pecado, la moral o la ley, sino el sufrimiento de las gentes. Jesús no sólo amaba a los desgraciados sino que nada amaba más o por encima de ellos. No estamos siguiendo bien los pasos de Jesús si vivimos más preocupados por la religión que por el sufrimiento de las personas. Nada despertará a la Iglesia de su rutina, inmovilismo o mediocridad si no nos conmueve más el hambre, la humillación y el sufrimiento.

Lo importante para Jesús es siempre la vida digna y dichosa de las personas. Por eso, si nuestro «cristianismo» no sirve para hacer vivir y crecer, no sirve para lo esencial por más nombres piadosos y venerables con que lo queramos designar.

El Adviento es un tiempo apropiado para reaccionar. No hemos de mirar a otros. Cada uno hemos de sacudimos de encima la indiferencia, la rutina y la pasividad que nos hace vivir dormidos.

DINAMICA –ALUMBREMOS EL CAMINO AL SEÑOR

(Realizamos de algún material tal como lana, cartulina, "gomaeva"...etc, algunas velas simbólicas para que la persona se las lleve a casa y le sea recordado su compromiso. Deben levantarse coger la vela que está junto a la PALABRA y manifestar su compromiso de alumbrar...etc)



Es evidente que esta oración tiene una segunda parte. Pues todos sabemos que tras la ortodoxia viene la praxis. O sea, tras la enseñanza, la oración o la reflexión; viene el momento de poner en práctica aquello por lo que hemos orado.

Esperanza es el grito fundamental del adviento. Si bien se dice que se vive de esperanza, también se puede morir esperando. Eh, ahí que Jesús, el que vendrá. El bendito niño que esperamos en esa bendita noche de Navidad donde todos aquí presenten lo celebraremos de manera confortable. Digo que Dios nos muestra el camino, para que nuestro caminar durante el adviento sea una tarea a través de la cual ALUMBREMOS el camino de los demás.

Quizás tenemos que alumbrar un poco o un mucho nuestra vida de pareja, intentando volver a vivir como novedad aquello tan importante que se nos olvidó, o tenemos en desuso.

Quizás tenemos que alumbrar el sendero de la vida comunitaria, con un refresco espiritual por medio de una acción concreta.

Quizás tenemos que alumbrar el camino del niño Jesús, viviendo en paz, siendo personas de paz interior; antes de pregonar paz por todos lados sin vivir esa realidad en nuestro interior.

Quizás tenemos que alumbrar el mundo con un ejemplo determinante en amor hacia todas las criaturas, como hizo nuestro Padre San Francisco. Respetando, amando los seres vivos y las plantas; y comprometiéndonos con un uso responsable de los recursos naturales.

Quizás tenemos que alumbrar el camino para el encuentro con Jesús, intensificando nuestra mirada en esas personas muchas veces invisibles, que reclaman nuestra atención, sonrisa, abrazo y consideración que un encuentran en casa o en la propia sociedad.

…. (se coge la vela y se manifiesta un compromiso)

MAGNIFICAT

Un ejemplo de capacidad de alumbrar, lo tenemos en María. Ella con su sencillez y disponibilidad al Padre, no solo alumbró al niño Jesús, sino que alumbro nuestra existencia con esa actitud de mujer discípula.

Ahora nos unimos a ella, nuestra Señora de los Hogares y Reina del Adviento, con el rezo del Magnificat.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.


 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

 

El hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de su misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres-

en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Preces. Página 22 Cáritas.

COMPROMISO DE LA LUZ PARA EL ADVIENTO

¡Despiértame, Señor!

Quiero ser luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche al encuentro del amigo que ya viene, para decirle que nuestra casa es una casa acogedora.

Me comprometo a ser LUZ, en la vida de quienes viven junto a mí.

Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen, pero tu venida reclama que seamos LUZ para que sea creíble nuestra ofrenda ante ti, en el portal del Belén.

Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la más profunda y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús, ven!

 

 UNA VEZ MÁS - Florentino Ulibarri

 

Una vez más me invitas

a preparar los caminos, los nuevos y los de siempre,

por donde Tú vienes trayendo buenas noticias.

Gracias, Señor.

 

Porque cuentas conmigo

para allanar colinas y valles

y para desterrar mentiras y opresiones...

Gracias, Señor.

 

Porque te pones en la senda

por la que yo voy caminando

para que te encuentre...

Gracias, Señor.

 

Porque entras en mi casa

y quieres hacer de ella una morada nueva

para todos los que caminan y se acercan...

Gracias, Señor.

 

Porque puedo proclamar,

después de haber sentido y vivido tu toque de gracia,

que el bautismo con Espíritu Santo nos recrea.

Gracias, Señor.

 

Una vez más me invitas

a adentrarme en el desierto para hacerme persona nueva

acogiendo a tus mensajeros y tu evangelio.

Gracias, Señor.

 

Tú me has encontrado,

y ese toque tan tuyo me está transformando.

La vida ya germina dentro de mí.

Gracias, Señor.

(*) Las imágenes escaneadas de las introducciones y oraciónes de los textos de la salmodis, son de Publicaciones Tabor, José Antonio Taboada, Claretiano.