CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

martes, 24 de enero de 2012

ORA ET LABORA, POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

"Todos seremos transformados
por la victoria de nuestro Señor Jesucristo"
(1Cor 15, 51-58)

Estamos casi para acabar la semana de la oración por la unidad de los cristianos. El mensaje en el que se resume la centralidad de la convocatoria en 2012, es el texto inicial de corintios. "Seremos transformados", nos dice Pablo, el apóstol de las gentes. Lo que no tengo claro es, como interpretan nuestros jerarcas, la victoria de Jesucristo, pues son ellos los que estructuran esta fiesta de la unidad de los cristianos, bajo el criterio que les asiste comúnmente.

¿Cual será la victoria de Jesucristo? ¿Como la interpretamos unos y otros?
¿Acaso la victoria de Jesucristo es la victoria del ser humano, desde el reconocimiento de su dignidad propia, hasta la concesión de cualquier derecho que el sujeto pueda atribuirse, sin prejuicio para la comunidad humana y colectiva?

Oh, ¿Acaso la victoria de Jesucristo, es que los miembros de la iglesia hagamos y caminemos por los senderos que nos marcan aquellos que se identifican como nuestros pastores -obispos-, y que lo son sin que a nadie nos preguntaran sobre nuestra idoneidad para con ellos?
Es un tema, que como todo en la vida es según se mire.

Pero, no veo que nuestros pastores trabajen autenticamente por la unidad de los cristianos. Le interesa al papa que los anglicanos se pasen al catolicismo, y sentar las bases para un buen diálogo entre nuestra iglesia y los hermanos ortodoxos, pero ¿donde dejamos la unidad entre nosotros mismos y todos aquellos y aquellas que creen en Jesús el de Nazaret?

Declaraciones de ayer y antes de ayer de obispos españoles, nos dejan entre ver que siguen empecinados en denostar todo aquello que no se adapta al modo de vivir la vida que tienen ellos. ¿Donde dejamos el sentido en ese caso, de la semana de la unidad de los cristianos?

Los obispos nombrados, atacan de nuevo la vivencia de la sexualidad homosexual, como inmoral y desordenada. Justifican el no acceso de la mujer al sacerdocio, porque según ellos cada cual tiene su cometido en la vida. Ellos no pueden parir, argumenta el obispo de Tarragona.

Un poco de ordago, pienso yo.
Teniendo en cuenta que no se puede seguir a Jesús, dejando atrás algo tan esencial como la sexualidad para la persona, ¿como es posible que los obispos nos convoquen a orar por esta unidad, cuando ellos hacen bien poco porque esta máxima de la comunión entre los que creemos en Jesús se lleve a cabo?

No se puede esperar unidad, cuando no se respeta del todo cada dimensión vital del ser humano.
No se puede esperar unidad, cuando se les marca el camino a las personas con apolillados pretextos de autoridad apostólica.
No se puede dar con una mano el cuerpo de cristo, y abofetear con la otra.
No es posible... ¡¡NO!!

Por ello, hoy pido al Señor, para que antes que estar de acuerdo en la vivencia concreta y religiosa de cada uno, antes de estar ni siquiera unidos religiosa o espiritualmente, estemos unidos en la causa común, que fue la causa de Dios desde Jesucristo, la HUMANIDAD DEL HOMBRE.

EN EXODO
La vida sobre ruedas o a caballo,
yendo y viniendo de misión cumplida,
árbol entre los árboles me callo
y oigo como se acerca Tú Venida.
Cuanto menos Te encuentro, más Te hallo,
libres los dos de nombre y de medida.
Dueño del miedo que Te doy vasallo,
vivo de la esperanza de Tú vida.
Al acecho del Reino diferente,
voy amando las cosas y la gente,
ciudadano de todo y extranjero.
Y me llama Tu paz como un abismo
mientras cruzo las sombras, guerrillero
del Mundo, de la Iglesia y de mí mismo.
(Pedro Casaldáliga)