CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

miércoles, 13 de marzo de 2013

EN CAMINO, TEOLOGÍA DE LA CUARESMA 4. SER AGUA VIVA


4. Ser, Agua Viva
Samaritana a la cual Jesús habla, no entiende aquello del agua viva. ¿Vas a ser tu mas que los que hicieron el pozo o construyeron el templo?. Lo importante es lo importante.

Jn 4,1-15 Cuando supo Jesús que los fariseos conocían que él hacía y bautizaba más discípulos que Juan (aunque él mismo no bautizaba, sino sus discípulos), dejó Judea y salió otra vez para Galilea. Tenía que pasar por Samaría. Llegó a un pueblo llamado Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Llegó una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame de beber". 
(Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer). La samaritana le dijo: "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?". (Es que los judíos no se tratan con los samaritanos). Jesús contestó: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva". La mujer le dijo: "Señor, no tienes con qué sacarla y el pozo es profundo; ¿de dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebió él, sus hijos y sus ganados?". Jesús le respondió: "El que bebe esta agua tendrá otra vez sed, pero el que beba del agua que yo le dé no tendrá sed jamás; más aún, el agua que yo le daré será en él manantial que salta hasta la vida eterna". La mujer le dijo: "Señor, dame esa agua, para no tener sed ni venir aquí a sacarla". 

“Jesús le dijo: "Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Pero llega la hora, y en ella estamos, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque así son los adoradores que el Padre quiere.” (Jn 4,21.23)

LA CUARESMA ES:
Ayunar de manera compasiva,
Que el hermano no ayune en su pobreza,
vivir austeramente en alegría,
que el hermano no muera en su miseria.

Orar en la verdad y en el Espíritu,
a la escucha de Dios en su misterio,
unirte a la oración del mismo Cristo
viviendo intensamente el Padrenuestro.

La limosna, en que das misericordia,
vivirla y ser un buen samaritano,
con vino bueno y vendas generosas,
y ofrecer el aceite perfumado.