CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

jueves, 9 de abril de 2020

JUEVES SANTO EN CASA


Sueño con una mesa amplia, donde se puedan sentar hombres y mujeres sin diferencia alguna para compartir alimentos en el nombre de Jesús.
Hay quien dice que hoy es el día de la institución de la eucaristía. No lo discutiré pues el fondo de la misma es precisamente eso, compartir el alimento en el nombre de Jesús sea pan o naranjas. 
Sí, lo digo con todo el respeto y fundamento posible.
Solo hace falta una mesa y un alimento para compartir, y actitud de servicio –por eso lavó Jesús lo pies- junto a un compromiso determinante de llevar a la vida todo lo que se comparte en la mesa.
Esa es la esencia. Solo eso.


Podemos adornarlo con toda la solemnidad posible, le podemos echar encima mil capas de lo que queramos. Pero ese es el fundamento.

Y hoy, estando confinados en casa y sin posibilidad de abrazar a la familia, amigos y al mundo entero, tenemos una oportunidad de oro para compartir la mesa en el nombre de Jesús. Por lo tanto, bendecid la mesa en familia. Elevad el pan, el agua, la fruta y el vino y dar gracias a Dios por la salud, la vida, los valores humanos que residen en el cristianismo y por todo lo que queráis.

El Espíritu que asiste la eucaristía viene de Dios y ese mismo Espíritu reside en ti, pues eres templo suyo. Habita en ti y en tu familia, esposa/o, hijos/as…etc.

No desaproveches la oportunidad y convierte tu comida en familia, en una autentica comida fraterna de Jueves Santo EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.
Que hoy más que nunca no nos falte determinación para obrar conforme a nuestras posibilidades, aspirando siempre a la ESPERANZA de construir todos juntos un mundo mejor.
Fraternalmente, Floren.

BENDECIR LA MESA EN FAMILIA 
(para leer antes de comenzar a comer)
Bendito seas, Señor,
Dios nuestro, Rey del universo,
que haces brotar espigas
en los campos de trigo
y racimos de uva
en los llanos y recuestos.           
Gracias a tu bondad,
no nos falta el alimento.

Tú nos sacias con pan y vino,
fruto del trabajo compartido
por el hombre y la mujer.
Bendito seas porque nos has dado la vida,
nos la conservas y a todos das sustento.

Éste es el pan de cada día,
extraído de los granos de trigo
para que los comensales lo saboreen
sabroso, crujiente, partido y repartido.

Éste es el pan de los pobres,
pan de vida,
sólido en su firmeza,
tostado por el fuego,
comparable a nuestros cuerpos.
Bendito seas,
porque el pan es comida de hermandad,
festín nupcial de los que buscan la verdad.
Bendito seas por siempre, Señor.

Éste es el vino
extraído de los granos de uva
para que los comensales lo beban
como signo de triunfo,
alegría y esperanza.
Es vino del Espíritu,
comparable a la sangre.

Bendito seas por permitirnos
renovar la fraternidad en esta mesa
y señalar los días de trabajo
con fiestas anticipadoras
de un banquete de bodas,
con cantos y danzas.

Bendito seas por siempre, Señor.
(+Casiano Floristán, teólogo pastoral)