jueves, 10 de noviembre de 2011
NOS BASTARÁ
lunes, 7 de noviembre de 2011
TU VOTO, MI VOTO, EL VOTO. ELECCIONES EL 20-N
Y entonces, llegado a este punto casi se me ocurre que seguiremos como estamos, hasta que de una manera global la crisis evolucione positivamente.
Por otro lado, sabemos que la iglesia desde el comienzo de su existencia, se ha dejado la piel por tres cosas fundamentales. 1ª, su supervivencia. 2ª, el poder sobre el otro. Y 3ª, la evangelización. Por ello, en una carta del papa Félix II al emperador Zenón, el 1 de Agosto del 484, este deja claro que “la iglesia –desde sus sacerdotes-, tiene el poder y la autoridad para ocuparse de lo divino y de las cosas del alma.”
Cada cual sobre estos temas, tenemos una conciencia determinada. Y seguro que más de uno estaremos dispuestos desde cada una de las orientaciones, a coger una pancarta y manifestarnos públicamente. Pero cojan el Catecismo de la Iglesia Católica y la “Nueva moral sexual” del amigo y teólogo Benjamín Forcano; y verán como definitivo en este mundo, es solamente el aire que respiramos.
SAN FLORENCIO
jueves, 3 de noviembre de 2011
José María Castillo publica "La religión de Jesús" (Desclée) Evangelio 2011/12
José María Castillo publica "La religión de Jesús" (Desclée)
Con el objetivo de poner el Evangelio en el centro de la vida cristiana
Los evangelios cuentan la historia de un conflicto mortal: el conflicto de Jesús con los dirigentes oficiales de la religión. Los sacerdotes del templo, y quienes pensaban como ellos, no pudieron soportar el Evangelio. Mientras este hecho asombroso estuvo vivo, la Iglesia fue admirada y creció.La Iglesia fue así esperanza para los que sufren. Hasta el día en que los "hombres de Iglesia" pensaron que era mejor hacer del cristianismo una religión: "la religión que el divino apóstol Pedro enseñó a los romanos" (Código de Teodosio [emperador], 16, 1, 2. Año 380).Así, la institución eclesiástica subvirtió el cristianismo, volviendo la espalda a la vida y al destino de Jesús, aunque el Evangelio se siga leyendo en todas las misas.Desde entonces, el Evangelio resulta incomprensible. Y hay quienes piensan que ni cuenta la verdad, ni lo que dice sirve para la vida. Por supuesto, no sirve para la vida que llevamos los que repasamos con más interés los números de la cuenta corriente del banco que el sentido que pueden tener ahora mismo las palabras de Jesús.PRESENTACIÓN
Es un hecho que, en la práctica diaria de la vida de la Iglesia y de la vida de los cristianos, se le concede más importancia al Catecismo que al Evangelio. Y prueba de ello es que a los cristianos -especialmente a los católicos- se les reconoce y se les identifica más por las ideas y las costumbres que han aprendido en el Catecismo, que por las convicciones, valores y pautas de conducta que puede deducir del Evangelio quien lo toma en serio y organiza su vida de acuerdo con sus exigencias.Los niños, en la escuela, aprenden antes el Catecismo que el Evangelio. Y si un sacerdote enseña a sus feligreses cosas que no están de acuerdo con
el Catecismo, seguramente recibirá una reprimenda del obispado. Pero si la vida de ese sacerdote tiene poco que ver con lo que dijo Jesús en el Sermón del Monte, lo más probable es que nadie le llame la atención.Este libro no pretende quitarle importancia al Catecismo. Lo que pretende es ayudar a los creyentes en Jesús a que se den cuenta -y
saquen las consecuencias que de ello se siguen- de que el Evangelio es central en el cristianismo. Porque en el Evangelio es donde descubrimos y aprendemos dónde está, lo que es y lo que representa el centro
mismo de la Iglesia y de la fe. Ese centro no es Dios.Ni es la religión. Ni la fe. No hay más centro que Jesús mismo. Porque en Jesús, tal como lo descubrimos en el Evangelio de cada día, es donde encontramos a Dios, donde nos enteramos de cómo es Dios y de lo que Dios quiere.Hay que decirlo sin miedo: la Iglesia pierde credibilidad, pierde fieles, pierde sacerdotes y vocaciones, pierde importancia. La Iglesia pierde
tantas cosas porque en la Iglesia se le tiene miedo al Evangelio. Es importante estudiar el Evangelio. Pero más apremiante es vivirlo. Ayudar a vivirlo es lo que pretende la breve reflexión que aquí se propone
sobre el relato evangélico de cada día.
PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - ENCENDER UNA FE GASTADA
ENCENDER UNA FE GASTADA
32 Tiempo ordinario (A) Mateo 25,1-13
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
La primera generación cristiana vivió convencida de que Jesús, el Señor resucitado, volvería muy pronto lleno de vida. No fue así. Poco a poco, los seguidores de Jesús se tuvieron que preparar para una larga espera.
No es difícil imaginar las preguntas que se despertaron entre ellos. ¿Cómo mantener vivo el espíritu de los comienzos? ¿Cómo vivir despiertos mientras llega el Señor? ¿Cómo alimentar la fe sin dejar que se apague? Un relato de Jesús sobre lo sucedido en una boda les ayudaba a pensar la respuesta.
Diez jóvenes, amigas de la novia, encienden sus antorchas y se preparan para recibir al esposo. Cuando, al caer el sol, llegue a tomar consigo a la esposa, los acompañarán a ambos en el cortejo que los llevará hasta la casa del esposo donde se celebrará el banquete nupcial.
Hay un detalle que el narrador quiere destacar desde el comienzo. Entre las jóvenes hay cinco «sensatas» y previsoras que toman consigo aceite para impregnar sus antorchas a medida que se vaya consumiendo la llama. Las otras cinco son unas «necias» y descuidadas que se olvidan de tomar aceite con el riesgo de que se les apaguen las antorchas.
Pronto descubrirán su error. El esposo se retrasa y no llega hasta medianoche. Cuando se oye la llamada a recibirlo, las sensatas alimentan con su aceite la llama de sus antorchas y acompañan al esposo hasta entrar con él en la fiesta. Las necias no saben sino lamentarse: «Que se nos apagan las antorchas». Ocupadas en adquirir aceite, llegan al banquete cuando la puerta está cerrada. Demasiado tarde.
Muchos comentaristas tratan de buscar un significado secreto al símbolo del «aceite». ¿Está Jesús hablando del fervor espiritual, del amor, de la gracia bautismal…? Tal vez es más sencillo recordar su gran deseo: «Yo he venido a traer fuego a la tierra, y ¿qué he de querer sino que se encienda?». ¿Hay algo que pueda encender más nuestra fe que el contacto vivo con él?
¿No es una insensatez pretender conservar una fe gastada sin reavivarla con el fuego de Jesús? ¿No es una contradicción creernos cristianos sin conocer su proyecto ni sentirnos atraídos por su estilo de vida?
Necesitamos urgentemente una calidad nueva en nuestra relación con él. Cuidar todo lo que nos ayude a centrar nuestra vida en su persona. No gastar energías en lo que nos distrae o desvía de su Evangelio. Encender cada domingo nuestra fe rumiando sus palabras y comulgando vitalmente con él. Nadie puede transformar nuestras comunidades como Jesús.
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
miércoles, 2 de noviembre de 2011
DIFUNTOS Y DIFUSOS
martes, 1 de noviembre de 2011
¡¡PADRE, QUE SEAMOS SERES DE LUZ!! - DÍA DE TODOS LOS SANTOS - PLEGARIA CONTEMPLATIVA
miércoles, 26 de octubre de 2011
RECETAS DE NUESTROS QUERIDOS PASTORES, PARA QUE NUESTRO VOTO EL 20-N SEA MAS DIVINO QUE HUMANO
Otra deplorable intromisión de la jerarquía eclesiástica en la conciencia ciudadana
lunes, 24 de octubre de 2011
El "Espíritu de Asís", oasis y llamamiento de la paz
EL "ESPÍRITU DE ASÍS", OASIS Y LLAMAMIENTO DE PAZ
FELIPE ORTIZ, felipe_ortizd@hotmail.com
RÍO DE JANEIRO (BRASIL).
"He elegido Asís como lugar para nuestra jornada de oración por el significado especial del hombre santo que aquí se venera —san Francisco—, conocido y venerado por tantos en el mundo, como símbolo de paz, reconciliación y fraternidad" (Juan Pablo II)
El "Espíritu de Asís"[1] es un llamado al encuentro y re-encuentro de paz entre los hombres, las naciones y las religiones, que fue inaugurado por el Papa Juan Pablo II, el
27 de octubre de 1986, en Asís, Italia. Así le llamo el Papa Wojtyla a este evento que representó el primer Encuentro Inter-religioso, celebrado en la ciudad del "Sol de Asís";[2] cuando, respondiendo a la convocatoria del "sucesor de Pedro", rezaron juntos por la paz, ciento cincuenta representantes de las doce principales religiones del mundo, en una celebración de carácter singular y sin precedentes en la historia de la Iglesia católica. Sin lugar a dudas, detrás de aquella convocación latía el interés por buscar las raíces más profundas de la paz dentro del seno de cada confesión religiosa. El encuentro de Asís reunió a católicos, protestantes, judíos, musulmanes, budistas, sintoístas, religiones tradicionales africanas, hinduistas. Todos unidos en oración para pedir la paz en el mundo en unos momentos en que las relaciones internacionales estaban marcadas por el fantasma de la violencia. Las oraciones hechas dentro de cada tradición religiosa fueron un verdadero "Pentecostés de paz" —como un canto a varias voces a manera de una polifonía de fe— y, a la vez, un kairós para buscar la armonía y la paz entre las religiones del mundo inspirados en el Hermano Francisco de Asís.[3]A lo largo de sus más de 26 años de pontificado, Juan Pablo II, escogido en tres ocasiones la ciudad de san Francisco para orar por la paz, junto con los líderes religiosos del mundo. La primera vez fue el 27 de octubre de 1986,[4] la segunda el 10 y 11 de enero de 1993, con motivo del conflicto bélico en los Balcanes, y la tercera el 24 de enero de 2002, enmarcada por los atentados a las torres gemelas, el 11 de septiembre de 2001. En esta última "Jornada Mundial de Oración por la Paz", estuvieron presentes más de 40 delegaciones. Se dieron cita once patriarcas ortodoxos, guiados por el patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I, "primus inter pares" de las Iglesias ortodoxas, seis antiguas Iglesias de Oriente y dieciséis Iglesias y comunidades cristianas de Occidente, surgidas en su mayoría de la Reforma. Llegaron, además, delegaciones del judaísmo, budismo, Tenrikyo, sintoísmo, Islam, jainismo, sijismo, hinduismo, zoroastrismo, religiones tradicionales africanas y otras denominaciones cristianas. En estos encuentros y jornadas por la paz, la participación judía fue particularmente representativa. En el último encuentro, la delegación judía estaba compuesta por el rabino jefe emérito de Roma Elio Toaff, que estuvo en Asís con su sucesor Riccardo di Segni y otros seis representantes del judaísmo mundial, entre los que destacaron el Gran Rabino francés Samuel-René Sirat y David Rosen, presidente de la asociación «Hijos de la Alianza».
Por su parte, la respuesta islámica fue significativa también. Nunca antes habían respondido tantos musulmanes, como en esta ocasión, a una convocatoria del Papa: llegaron delegados de Arabia Saudita y Paquistán, Irán y Filipinas, Líbano, Egipto y Estados Unidos, Albania y Bulgaria, Jordania y Jerusalén, Libia, Kazajstán, Turquía e Italia. Acudió también el Gran Mufti de Bosnia Herzegovina, Mustafa Ceric. Y, por primera vez, respecto a los encuentros de 1986 y 1993, asistió una nutrida delegación islámica proveniente de Irán.
El encuentro, cuando no, más bien, el desencuentro de las religiones, es sin duda uno de los desafíos más grandes de nuestra época, [...] (sigue en eclesalia.net)