CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

miércoles, 15 de agosto de 2012

LA ASUNCIÓN, ¿UNA VIRGEN CON PAPELES?


La Asunción, ¿una Virgen con papeles?

Nuevamente en el ecuador de la etapa vacacional por antonomasia, el verano nos propone la fiesta de la Asunción como festiva, o la fiesta de la virgen de Agosto, como se nombra en muchos pueblo y zonas.

Celebrada con fervor en muchos sitios, con indiferencia en otros y con respeto y otras actitudes determinadas, por cada una de las personas. Yo amanezco hoy temprano, en un fresco día que me trae trabajo floral. ¡¡Bendito sea el trabajo!!

Aunque esta jornada sea medio laborable, celebro con alegría esta fiesta de la Asunción, y saco mi propia conclusión de la onomástica dogmática. Y mi reflexión de hoy, se acompaña del dolor sentido cuando esta mañana temprano escuchando la radio, atendía al testimonio de un inmigrante sin papeles, que manifestaba su desamparo y desconcierto, al saber de la retirada de la tarjeta sanitaria a los transeúntes, por parte del gobierno de España.

Convendrán conmigo, en que aunque por un lado celebramos la Asunción, hay muy poco que celebrar por parte de algunas personas. Sobre todo, aquellas llamadas “SIN PAPELES”. Al uso de este pensamiento, mi mente pregunta al viento, ¿tenía la Virgen María papeles? Hoy la celebramos como Asunta, le rezamos y la incensamos; pero que sería de ella sin papeles en nuestra España de hoy que la celebra como nación muy católica y tradicional.

Como persona humana que fue, la verdad es que María de Nazaret no tiene muchos papeles que digamos. Desde el plano dogmático, es mucho lo escrito y manifestado como revelado. Fijamos por ejemplo en el fundamento del dogma “Asuntino” que data del siglo pasado.

Por eso …para gloria de Dios omnipotente que otorgó su particular benevolencia a la Virgen María, para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte, para aumento de la gloria misma augusta Madre, y gozo y regocijo de toda la Iglesia, por la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y nuestra, proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado: Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial.

Por eso, si alguno, lo que Dios no permita, se atreviese a negar o voluntariamente poner en duda lo que por Nos ha sido definido, sepa que se ha apartado totalmente de la fe divina y católica.” (Constitución Apostólica “Munificentissimus Deus”, 1 Nov  1950. Pío XII Pontífice)

Aunque no fue la primera vez que se alude al misterio de la muerte de la Virgen María, ya que en el año 1169, S.S. Alejandro III, escribe una carta titulada “Ex litteris tuis” al sultán residente en Iconio; al cual le expone los fundamentos de la fe, incluyendo esta máxima mariana: “María, […] concibió ciertamente sin deshonor, dio a luz sin dolor, emigró de aquí sin corrupción en conformidad con la palabra del ángel”

Ni que decir tiene, que por boca de Pío XII parece que estoy apartado del catolicismo pues confirmo que la Asunción de la virgen, no la entiendo como tal, sino como encumbramiento imaginativo de su figura, por lo mucho que la queremos.

En la actualidad, en que debemos se buscar y descifrar el rostro de Jesús entre la sociedad que nos reclama a testimoniar nuestro cristianismo, bien debiéramos de buscar y descifrar igualmente el rostro de la Virgen María, pues fue prototipo de cumplimento del Evangelio y la Palabra de su hijo Jesús.

Esta, María, quería aquello que anhelaba su hijo, pues siendo madre, pasó a ser discípula y luego apóstol del Reino con el que ella colaboró íntimamente. Siendo Jesús, carne de la carne de José y de María, sin dudas ellos se impregnaron de la sensibilidad de su hijo para con los necesitados, los infelices, los enfermos. Consideraron que el mayor favor que a Jesús podemos hacer, es tratar con humanidad a las personas, para ser igualmente tratados, pues vaso de agua que demos, es a Jesús a quien lo damos.

¿Qué estamos haciendo, por lo tanto, quizás callando, quizás siendo cómplices de esta ruptura de la solidaridad universal que la sanidad española contemplaba?


“Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedaste” Mt 25 35. ¿En qué estado dejamos esta enseñanza de Jesús? ¿Nos conformaremos con la letanía de peticiones de la misa, en la cual pedimos trabajo y salud para la gente? Es de un alto valor humano el recordar a los necesitados, pues demostramos sensibilidad. Pero hay que poner en marcha acciones oportunas para ejecutar y ser solidariamente efectivos. Porque si no, nada tiene sentido. Solo son palabras y más palabras, como las aquí escritas.

En el magníficat de hoy, leemos que “a los hambrientos los colma de bienes”. Un ambriento en el mundo, lo único que quiere es que le sacien el estomago, y luego que que le hablen de lo que sea. Pero antes, paliar la necesidad humana.

Flaco favor le hacemos a la Virgen María si la ensalzamos por un lado, y le quitamos su dignidad por el otro lado, negando derechos a los más desfavorecidos, en los cuales se revela el rostro de Jesús.

Por ello, con Jesús Burgaleta, me atrevo a elevar al cielo esta plegaria, por el Padre del Cielo, por su Hijo, por los amigos de su Hijo, por María Asunta al cielo, y por todos los que deben de ver en nuestra acogida, respeto y solidaridad, un nuevo cielo en la tierra.

Padre, levantamos las manos con los dedos en señal de victoria, para bendecirte en este día en que celebramos el triunfo de María.

Sí, Padre, en ella has levantado un monumento a los pobres, a los explotados, a los hijos del proletariado de la ciudades y a los trabajadores del campo.

No son monumentos para hombres montados a caballo, ni con espadas en alto, ni con frentes arrogantes coronadas de Gracias o despojos.

Ni dedicas las calles a los especuladores legales, ni a los conquistadores, ni a los caudillos, ni a los embaucadores con ideologías.

Tú exaltas a los hijos del pueblo; a los que a pesar del trabajo humillante, de la represión, el despojo y la incultura hacen un esfuerzo sobrehumano para amar y para cambiar este mundo con la fuerza del amor airado.

Tú magnificas, Padre, a los esclavos rebeldes, a los trabajadores revolucionarios, a los creyentes contestatarios, a los sacerdotes sin altar –sólo apoyados en el testimonio de su vida-.

Miles de voces, las de todas las manifestaciones del orbe, te aclaman; y sus gritos, unidos a tu nombre, son el canto de la libertad y de la exaltación del pueblo, que te lo agradece, diciendo aquella oración que nos hace efectivamente humanos… PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN EL CIELO…

Con voces ahogadas por el gozo aclamamos a Jesús, el primero de los cautivos liberados, el humillado que fue exaltado, el reprimido rebelde, el censurado, cuyo evangelio se proclama en alto.

Ha llegado a se el primero porque conquistó el último puesto y desde allí, recuperó la dignidad humana hasta llegar a ser el hombre perfecto.

Hoy lo proclamamos símbolo de la humanidad y primogénito de todas las conciencias despiertas; y nos alegramos con Jesús afirmando nuestra solidaridad con su mismo estilo de vida.

Nos sentimos participes de su Espíritu y a El nos remitimos, en esta vida, para excitar la esperanza en el triunfo y simbolizar la comunión fraternal de los que se reúnen en nombre de Jesús, bien para compartir una mesa, o degustar la Palabra auténticamente revelada.

Padre, al recordar a tu hijo Jesús nacido de María y de José con la asistencia de tu santo Espíritu, hacemos el memorial de su exaltación, pues quisieron asesinarlo y borrar de la tierra su recuerdo.

La calidad de la vida de Jesús y de su madre, perdura para siempre grabada en nosotros.

Y hacemos esta fiesta como símbolo de la adhesión a su camino.

Esperamos que junto con Jesús, viviremos en la tierra nueva de la libertad y el amor donde te daremos gloria por los siglos de los siglos. Amén.
(variación de la plegaria 41 "Victoria". Jesús Burgaleta, Oraciones eucaristícas)

Buen día, y buena semana.
Atte. Desde Andalucía, Floren de Estepa. (Estudiante de teología cristiana)