CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

viernes, 20 de marzo de 2015

UNOS PIES QUE NOS LLAMAN A LA HUMANA TERNURA

Ayer estando en los cultos de la hermandad del Calvario y escuchando una bella oración sobre las llagas de Cristo, recordé unos apuntes de hace unos años alusivos a la cruz de Jesús. Y me dije: -Señor, líbranos de la indiferencia de la cruz. 

Porque culturalmente nos han enseñado a contemplarla sin menoscabo de nuestra sensibilidad. Admiramos las imágenes de Jesús destrozado en la cruz y son muchas las ocasiones en las que podemos quedar impasibles. 
¿Somos conscientes de que la cruz es un elemento de tortura? 
¿Cómo reaccionaríamos si al llegar un día a la iglesia nos encontráramos a un hombre o una mujer maltradado/a, clavado y sangrante en una cruz? 
Es muy posible que reaccionáramos con compasión ante esa realidad concreta. Por todo ello ¿a que nos mueve la cruz de Jesús, a que me traslada su contemplación? Particularmente creo que si relativizamos las ocasiones diarias de cruz que ocasiona la violencia del mundo, no podremos actualizar el mensaje de Jesús crucificado. 
Sus heridas nos han curado, solemos decir –desde luego en sentido figurativo-. Y decimos bien. Sus heridas nos curan en cuanto seamos conscientes de que es lo que NO hay que hacer, para crear ocasiones de cruz a las personas que nos rodean a aquellas que pueblan el mundo e incluso a nosotros mismos. 
Hoy viernes 20 de Marzo, dicen que es el día de la felicidad. Bueno, hay un día para todo. Pero es cierto que hay personas a las que la vida se les hace muy cuesta arriba o muy cuesta abajo y les resulta insoportable la superación de las dificultades, el desprecio de la sociedad, la exclusión social, el agotamiento físico, la enfermedad…etc. 
Junto a esa realidad –y soportando cada cual su propia vida- tenemos que estar los cristianos. Junto a los hijos de Dios a los hijos de Alhaj o junto a aquellos que ni si quiera se consideran hijos. Jesús de Nazaret tuvo la facultad de realizar con mucha gente el mejor de los milagros, la restitución de la dignidad personal. 
Creedme, a eso tenemos que apuntarnos. Debemos ser colaboradores/as suyos, tenemos que ser conscientes de cuál es la necesidad imperiosa que tiene el mundo, la de una humanidad fraterna y una solidaridad efectiva. 
Veo esta bella imagen de “Estepa Cofrade” y me maravillo ante las muchas posibilidades que tenemos de ponerle nombre a esos pies. Jesús, Juan, Clara, José Antonio, Sole, Lolita, María Dolores, Antonio, Encarnita, Mª Carmen, tu, yo….etc. Son los pies de alguien por quien debemos sentirnos llamados al servicio. 
Alguien que es el rostro prefigurado de Jesús de Nazaret en el monte del Calvario y que nos llama a la humana ternura. Feliz camino hacia la Pascua.

Atte. Floren.