CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

martes, 22 de mayo de 2012

VIGILIA DE PENTECOSTES - LA LUZ DE LA VERDAD


LA LUZ DE LA VERDAD - Pentecostés

Guión de la oración



MONICIÓN INICIAL 
Celebramos en la Fiesta de Pentecostés la confirmación de la Iglesia con el derroche que hizo Dios de luz y de fuego en la primera comunidad. El Espíritu del Señor es iluminación de los creyentes que quieren respirar verdad, libertad y justicia. Es Espíritu de opción por los pobres en un mundo dividido entre el Norte rico y el Sur pobre; Espíritu de paz en un mundo que se mueve bajo los huracanes de la querra; Espíritu de transformación de la Iglesia institucional en Iglesia de los creyentes, del pueblo y de las comunidades. Por estar necesitados de verdad, frente a un mundo lleno de mentiras, nos reunimos en esta fierta de Pentecostés para orar con nuestro Padre Dios.

 * * *  Breve silencio * * *

SALUDO Y BIENVENIDA:
“Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros, dice san Pablo. Él nos ha ungido, él nos ha sellado y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu”(2Cor 1,21-22). Queridos hermanos y hermanas, bienvenidos seais a...
...y comenzamos todos la invocación al Espíritu con la lectura del himno...


HIMNO
                        Ven Espíritu divino,

                        de Jesús vida y alimento.

                        Ven, soplo eterno del Padre,

                        que recreas al hombre nuevo.

                        Ven, energía divina,

                        que quitas todos los miedos.

                        Ven, fuerza liberadora,

                       que rompes todos los cepos.

                        Ven, hoguera trinitaria,

                        bautízanos en tu fuego.

                        Ven, encendido en amores,

                        conviértenos en luceros.

                        Ven, fuente vivificante,

                        y sacia nuestros anhelos.

                        Ven, agua fecunda y viva

                        y riega nuestros desiertos.

                        Ven, consejero y amigo,

                        gran defensor y maestro.

                        Ven, tesoro inagotable,

                        que de dones estás lleno.

                        Ven, que te necesitamos,

                        y eres lo que más queremos.



ORACIÓN

Dios, y Padre bondadoso que nos amas y nos buscas. Derrama tu Espíritu, Señor, sobre nuestros cuerpos y nuestras almas y renueva el prodigio de Pentecostés sobre los fieles aquí reunidos, para que nos cubras siempre con tu sombra, comunicadora de verdad y de vida. Por Jesucristo nuestro Señor.



LITURGIA DE LA PALABRA
 

Rom 13,11-14: ...es hora de despertar del sueño...

Salmo 90: Salmo de cercanía. (orar a pie descalzo pag,50)

Jn 15,26-27;16,12-15: Vosotros cuando tengáis al defensor, también daréis testimonio de mí.



REFLEXIÓN DE LOS TEXTOS

Como nos dice san Pablo, estamos mas cerca de Dios que cuando abrazamos la fe, allá en nuestro bautismo. Y porque se produce esta cercanía, Dios nos ha enviado un defensor que es fuerza salvadora y bien para nosotros y para la comunidad. Sólo queda confiar en que cada uno de nosotros se encuentre en disposición de dejarse llevar no por los instintos humanos; si no por la gracia de Dios que se nos ofrece por medio del Espíritu Santo. Vamos pues a pensar, vamos pues a encontrarnos con nosotros mismos y a sentirnos cerca de nuestro Padre Dios como se nos ha invitado en el salmo.



PARA COMPARTIR

Las siete luces

El Espíritu de Dios es soplo creador,

                aliento de vida humana,

                viento profético de Pentecostés.

                Se manifiesta en sus siete dones,

                representados por siete luces,

                que significan siete quehaceres.



(al final de cada estrofa se dice: “Bendito sea el Espíritu de Dios” y se enciende una luz)



                La primera luz del santo Espíritu es la LIBERTAD y la LIBERACIÓN de toda dictadura, cautiverio y tiranía. Hoy nos reconocemos hijos e hijas de Dios frente a todo poder de dominación, de las naciones ricas sobre los pueblos pobres, del centro sobre las periferias, de las oligarquías sobre el pueblo llano, del varón sobre la mujer, de la raza blanca sobre las razas de color.



                La segunda luz del santo Espíritu es la PAZ, obra de la justicia, no consecuencia de las armas. Nos sentimos hoy cercanos a todo exiliado, próximos a los que padecen violencia, lejos de todo poderío bélico y en contra de los oscuros negocios de las armas y de las drogas.



                La tercera luz del santo Espíritu es el TRABAJO humanizado, repartido, remunerado y creador, que nos hace semejantes al Dios de las obras, al Espíritu que lo rehace todo, al Cristo trabajador. Nos identificamos hoy con los parados y marginados, víctimas de un capital concentrado en pocas manos, que sólo se preocupa de su posesión.

               

                La cuarta luz del santo Espíritu es el PAN de los pobres del Tercer Mundo, que viven en cobertizos inhumanos y en barriadas miserables, como seres abandonados a su suerte. Nos reconocemos hoy hermanos de los que nada tienen, porque ladrones de la tierra y especuladores del suelo se han hecho propietarios de lo que es de todos.

               

                La quinta luz del santo Espíritu es la CULTURA y la CIENCIA, patrimonio del pueblo, pero privilegio de los letrados, escritores, músicos y catedráticos, cuyos saberes deben ser transmitidos a raudales en las escuelas, talleres y casas de cultura. Queremos estar hoy cerca de la sabiduría popular para que se entrelace con las letras de la cultura cultivada.



                La sexta luz del santo espíritu es la FE en la esperanza del reino, llamada para vivir en comunidad, sabiduría de creyentes que comparten, entendimiento de las verdades de la vida, consejo en las decisiones, fortaleza en los compromisos, piedad con los hermanos y temor fascinante y tembloroso de los hijos e hijas de Dios.


                La séptima luz del santo Espíritu es el EVANGELIO, noticia nueva de esperanza, aliento de compromiso, comunión de penas y alegrías, opción de vida por los pobres, vigor en las decisiones y tareas, caridad y misericordia con los desvalidos, impulso para edificar el Reino de Dios.

(Casiano Floristán)



GOLPEANDO MI BALCÓN

            Me has llevado hasta tu encuentro para hablarme al corazón

                y me persigue tu ALIENTO suave y fuerte como el VIENTO,

                GOLPEANDO MI BALCÓN.

Tú que habitas el silencio de mi castillo interior,

me dices que abra las puertas... y mire a mi alrededor.

                Si no estuvieran abiertas

¡que las derribe tu FUERZA tu impulso LIBERADOR!,

para que entre todo hermano que necesita mi mano,

mi mesa y mi corazón.

Tú que eres PADRE del POBRE de consuelo y paz DADOR,

me quieres anunciador de alegría y esperanza

para los pasos que avanzan débiles y con temor.

                Pero si mi voz no fuera Gozosa y fiel mensajera,

                ¡ven con tus lenguas de FUEGO, tócame y hazme de nuevo

                enviado del AMOR!

Tú que eres LLAMA escondida, enciende para que alumbre

la luz de mi misma vida.

                ¿Qué hago con ella si existen tantas sombras todavía?

                ¡Con tu SOPLO que renueva manténla siempre encendida!.

ESPÍRITU que conduces a la unidad y al amor

y sigues como un susurro golpeando mi balcón...

dame primero los DONES que quieres que entregue yo.

                ¡Haz brotar en mi desierto ramas de almendros en flor!

DESPEDIDA FINAL



Guión elaborado por la Parroquia de San Sebastián, Delegación Liturgia el Domingo 8 de Junio de 2003. PENTECOSTES.