CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

jueves, 22 de julio de 2010

SANTA ANA, ABUELA, TESTIGO Y MAESTRA

Palabras del Ilmo.Sr. Manuel Santos Ortega (D.E.P.), a la Antigua Hdad. de la Sra. Santa Ana de Estepa con motivo de su fiesta. Año 2007.


“Donde Dios nos sembró, es preciso saber florecer.”
Estimados hermanos y hermanas de la Hdad. de Santa Ana, y querido barrio de su nombre. Siempre es un placer acudir a esta nueva cita a la que se me interpela en vuestro boletín de hermandad. 
Desde luego es difícil dedicar unas escuetas palabras a vuestra hermandad, su titular y todo lo que le rodea, en este espacio tan reducido. Pero si algo tengo que destacar es la llaneza de las gentes de La Coracha y su grandeza de corazón. Grandeza que a lo largo de los años se ha demostrado, por la inusitada ilusión de sus vecinos para rendir culto devocional a la Sra. Santa Ana, cuando aun no estaba constituida la hermandad. 
Es cierto que en todo proceso eclesial hace falta una ratificación de las autoridades episcopales, y por eso se sometió la regla de vuestra hermandad al exhaustivo examen de la diócesis. Pero sin lugar a dudas a nadie nos cabe la menor duda de que a Santa Ana nunca le han faltado hijos e hijas que de una manera solícita se prestaron y se entregan a su culto, ermita y devoción. Hablando con la experiencia que me proporcionan cuarenta y siete años de párroco de esta feligresía, tengo que dedicar desde aquí un reconocimiento que –aunque pequeño y escueto- es merecido y nunca pagado por los medios humanos de los que yo y mi parroquia al completo disponemos. 
De este pagaré se tendrá que ocupar Dios. Pero sin lugar a dudas mi abrazo y bendición para con Eusebio Olmedo, Manuel González y todas las personas que colaboran junto a estos insignes personajes santaneros. El primero, vive ya para el Señor y la mirada de su abuela, habiendo dejado una buena cantera de hijos e hijas santaneros que harán perdurable la herencia del amor a Santa Ana durante mucho tiempo. El segundo, Manuel González siempre solicito para con este párroco y la total entrega hacia la ermita y el culto eucarístico. Desviviéndose junto a sus nietos, esposa e hijas para que todo sea pulcro y escrupulosamente respetuoso como corresponde al culto que se dedica al Señor. 
Desde luego puedo decir que si en el cielo se esta como en santa Ana, bienvenida sea la llamada al cielo. Y esta en definitiva es mi recomendación al termino de este pequeño mensaje. Cada uno de nosotros estamos llamados a servir a Dios en el lugar que ocupamos. A florecer donde se nos sembró.  Que vuestras vidas sean reflejo de Dios y de su santa abuela Ana. Que os mantengáis en los carismas propios de los abuelos, la amorosidad, la entrega, la consideración. Que vuestros lazos de fraternidad y vecindad se unan a Santa Ana, como unidos quedan los jazmines que devotamente cosen sus hijas, para que perfumen el transito de la Señora Santa Ana por su bello pueblo de Estepa. 
Estimada hermandad, vecinos y devotos todos de Santa Ana; con ustedes mi abrazo y bendición.

Atte. Manuel Santos Ortega.
Párroco de la de San Sebastián de Estepa.