CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

jueves, 9 de abril de 2020

LAUDES DEL VIERNES SANTO - OFICIO DE TINIEBLAS


OFICIO DIVINO. VIERNES EN LA PASIÓN DEL SEÑOR.

LAUDES

(el himno, la salmodia y el benedictus a dos coros; en este oficio no se dice el Gloria).
+,Pres: Dios, mío ven en mi auxilio,
Asam: Señor, date prisa en socorrerme. Amén.

*HIMNO.
1.¡Oh cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!

2.Cantemos la nobleza de esta guerra,
el triunfo de la sangre y el madero;
y un Redentor que en trance de Cordero,
sacrificado en cruz, salvó a la tierra.

1.Dolido mi Señor por el fracaso
de Adán, que mordió muerte en la manzana,
otro árbol señaló, de flor humana,
que reparase el daño paso a paso.

2.Y así dijo el Señor: “¡Vuelva la Vida,
y que el Amor redima la condena!”
La gracia está en el fondo de la pena,
y la salud naciendo de la herida.

1.¡Oh plenitud del tiempo consumado!
Del seno de Dios Padre en que vivía,
ved la Palabra entrando por María
en el misterio mismo del pecado.

2.¿Quién vio en más estrechez gloria más plena,
y a Dios como el menor de los humanos?
Llorando en el pesebre, pies y manos
le faja una doncella nazarena.


1.En plenitud de vida y de sendero,
dio el paso hacia la muerte porque él quiso.
Mirad de par en par el paraíso
abierto por la fuerza de un Cordero.

2.Vinagre y sed la boca, apenas gime;
y, al golpe de los clavos y la lanza,
un mar de sangre fluye, inunda, avanza
por tierra, mar y cielo, y los redime.

1.Ablándate, madero, tronco abrupto
de duro corazón y fibra inerte;
doblégate a este peso y esta muerte
que cuelga de tus ramas como un fruto.

2.Tú, solo entre los árboles, crecido
para tender a Cristo en tu regazo;
tú, el arca que nos salva; tú, el abrazo
de Dios con los verdugos del Ungido.

Al Dios de los designios de la historia,
que es Padre, Hijo y Espíritu, alabanza;
al que en la cruz devuelve la esperanza
de toda salvación, honor y gloria. Amén.

SALMODIA

Introducción al Salmo


Antifona 1.
Pres: Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros.

Salmo 50


1.Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

2.Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

1.En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
Pecador me concibió mi madre.

2.Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
Lávame: quedaré mas blanco que la nieve.

1.Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
Borra en mí toda culpa.

2.Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme:
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu Santo Espíritu.

1.Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

2.Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

1.Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.

2.Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales...,
...ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.

Todos: Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros.

Introducción al Salmo


Antifona 2.
Pres: Jesucristo nos amó y nos ha librado de nuestros pecados por su sangre.

Cántico Ha 3,2-4.13a.15-19


1.Señor, he oído tu fama,
me ha impresionado tu obra.
en medio de los años, realízala;
en medio de los años, manifiéstala;
en el terremoto, acuérdate de la misericordia.

2.El Señor viene de Temán;
el Santo, del monte Farán:
su resplandor eclipsa el cielo,
la tierra se llena de su alabanza;
su brillo es como el día,
su mano destella velando su poder.

1.Sales a salvar a tu pueblo,
a salvar a tu ungido;
pisas el mar con tus caballos,
revolviendo las aguas del océano.

2.Lo escuché y temblaron mis entrañas,
al oírlo se estremecieron mis labios;
me entró un escalofrío por los huesos,
vacilaban mis piernas al andar;
gimo ante el día de angustia
que sobreviene al pueblo que nos oprime.

1.Aunque la higuera no hecha yemas
y la viña no tiene fruto,
aunque el olivo olvida su aceituna
y los campo no dan cosechas,
aunque se acaban las ovejas del redil
y no quedan vacas en el establo,
yo exultaré con el Señor,
me gloriaré en Dios, mi salvador.

2.El Señor soberano es mi fuerza,
él me da piernas de gacela
y me hace caminar por las alturas.

Todos: Jesucristo nos amó y nos ha librado de nuestros pecados por su sangre.

Introducción al Salmo


Antifona 3.
Pres: Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos; por el madero ha venido la alegría al mundo entero.

Salmo 147


1.Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

2.Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

1.hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento y corren.

2.Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así;
ni les dio a conocer sus mandatos.

Todos:Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos; por el madero ha venido la alegría al mundo entero.

LECTURA DEL PROFETA ISAIAS. 53.2-12.


Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quién creyó nuestro anuncio? ¿A quién se reveló el brazo del Señor. Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron.
Palabra de Dios.

(Silencio para meditar la palabra de Dios.)
Siempre es difícil aceptar el sufrimiento; y éste permanecerá siempre es un misterio. Sin embargo es a través del sufrimiento cómo el Siervo Sufriente de Dios ganó su victoria sobre el mal y sobre el pecado. El sufrimiento es parte de la vida y una fuente de vitalidad, en nosotros igual que en Jesús el Siervo Sufriente. Miremos la cruz no como un motivo solo de adoración, sino de superación de todo aquello que significa para nosotros muerte, esclavitud, sometimiento. Aspiremos a una resurrección como la de Jesús, donde podamos renovar nuestras actitudes para ser en el mundo fermento y masa, luz que alumbre a través de nuestro ejemplo, el caminos de quienes comparten la vida con nosotros. El camino de aquellos a los que amamos y a los que debiéramos amar más.

RESPONSORIO BREVE
Todos: Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

BENEDICTUS. Lc 1, 68-79.


Antifona, Pres: Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación: “Jesús el Nazareno, el rey de los judíos.”

1.Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

2.Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

1.Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

2.Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

1.Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Todos: Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación: “Jesús el Nazareno, el rey de los judíos.”

PRECES

(las preces las leen diversos fieles de forma espontanea)

Pres: Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir y ser sepultado para resucitar de entre los muertos, y supliquémosle, diciendo:
Todos: Señor, ten piedad de nosotros.

Señor y Maestro nuestro, que por nosotros te sometiste incluso a la muerte, enséñanos a someternos siempre a la voluntad del Padre. Oremos: Señor, ten piedad de nosotros.

         Tú que, siendo nuestra vida, quisiste morir en la cruz para destruir la muerte y todo su poder, haz que contigo sepamos morir también al pecado y resucitemos contigo a una vida nueva. Oremos: Señor, ten piedad de nosotros.

         Rey nuestro, que como un gusano fuiste el desprecio del pueblo y la vergüenza de la gente, haz que tu Iglesia no se acobarde ante la humillación, sino que, como tú, proclame en toda circunstancia el honor del Padre. Oremos: Señor, ten piedad de nosotros.

         Salvador de todos los hombres, que diste tu vida por los hermanos, enséñanos a amarnos mutuamente con un amor semejante al tuyo. Oremos: Señor, ten piedad de nosotros.

         Tú que al ser elevado en la cruz atrajiste hacia ti a todos los hombres, reúne en tu reino a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo. Oremos: Señor, ten piedad de nosotros.

         Pres: Si alguien lo desea puede pedir por otras necesidades, a cada invocación respondemos: Señor, ten piedad de nosotros.

         Pres: Fieles a la recomendación del Salvador, y siguiendo su divina enseñanza nos atrevemos a decir: PADRE NUESTRO que estás en el cielo…

ORACIÓN
         Pres: Mira, Señor de bondad, a tu familia santa, por la cual Jesucristo, nuestro Señor, aceptó el tormento en la cruz, entregándose a sus propios enemigos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

BENDICIÓN FINAL

Pres: El Señor, nos bendiga y nos guarde,
         nos muestre su rostro y nos conceda la paz,
         nos mire benignamente y nos conceda su favor
         El Señor, bendiga a estos sus humildes siervos en el (+)nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.