CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

viernes, 31 de diciembre de 2010

UNAS ESCUETAS PALABRAS EN EL FIN DE AÑO

Visperas. Estepa.

“Mil años en tu presencia, son un ayer que pasó; una vela nocturna” (Salmo 90,4)

Se suceden las horas y los minutos como única novedad de esta noche. Y otras mil cosas, sucederán en torno nuestro, felices e infelices, sin que seamos conscientes de la suerte de aquellos que no tienen la dicha de vivir la felicidad.
Es una noche un poco extraña, al menos para el que no deja de sorprenderse por este excesivo afán de convertir en efemérides, la sucesión de los minutos que nos lleva al cambio del año. Hoy 2010, mañana 2011 y pasado el día dos de Enero. ¡Que más da!.


Aun así, casi me sonrojo al leer la felicitación navideña de mi amigo y teólogo Antonio Duato que me escribe diciéndome: "eres un hombre que transmite serenidad, alegría, amor a tu profesión, a la naturaleza y a los hombres. Me siento honrado de ser tu amigo."

Debiera ser nuestro anhelo, es mi anhelo el deseo de llegar a una plenitud de fe y carisma entre los hombre y mujeres con los que me rodeo y convivo. Es mi deseo que este próximo año, sea vivido con esperanza e ilusión. Nos subirán la luz, y pasaran otras cosas que nos irritarán, pero mientras estemos vivos, como cristianos debemos de soportar la prueba y alumbrar a los débiles de la fe, que son nuestros hermanos. Con fe o si fe, humanidad de la cual todos participamos y a cual estamos destinados a encontrarnos junto a Jesús.
Como despedida del año, una poesía recomendada esta mañana por el Sr. “Riollo” en la SER. Bien debiera esta prosa enseñarnos, a evacuar de nuestra mente las ansias de poder, para centrarnos en lo que verdaderamente merece la pena.
Buenas noches. Laus Deo.

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo solo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allá donde termine ese afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

(Luis Cernuda)

Oración para consagrar a Santiago Apóstol el Mayor, el año 2011.

Oración para consagrar a Santiago Apóstol el Mayor Patrón de Estepa, el año 2011.

Apóstol Santiago, patrón de Estepa y de las Españas, en los albores de un nuevo año, a tus plantas acudimos con la esperanza puesta en ti. 
Somos tus hijos de Estepa, los que te rogamos confiados, para que siempre nos guardes de tu mano, y como amigo de nuestro Señor acudas solícito a interceder ante Él por nuestras necesidades. 
Guarda a Estepa, Patrón y peregrino. Guárdala del mal y del temblor. 
Concede estabilidad a sus cimientos y salud a sus ancianos. Sé tú, cual ángel de la guarda para nuestros hijos y los que se afanan en sus trabajos. 
Que de tu mano nuestras familias caminen a la luz de tu evangelio, para que así todos junto a ti, continuemos evangelizando aquel Reino anunciado por Jesús. Alumbra hacia la eternidad del rostro del Padre, el camino de nuestros difuntos. 
Y permite, Apóstol Santiago que nuestra esperanza y alegrías nunca se acaben. Amén. 
Santiago Apóstol el Mayor, Patrón de Estepa, protege nuestra ciudad.


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miércoles, 29 de diciembre de 2010

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - EL ROSTRO HUMANO DE DIOS

EL ROSTRO HUMANO DE DIOS

2 Domingo de Navidad (A) Juan 1, 1-18 
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

No recuperaremos los cristianos el vigor espiritual que necesitamos en estos tiempos de crisis religiosa, si no aprendemos a vivir nuestra adhesión a Jesús con una calidad nueva. Ya no basta relacionarnos con un Jesús mal conocido, vagamente captado, confesado de manera abstracta o admirado como un líder humano más.

¿Cómo redescubrir con fe renovada el misterio que se encierra en Jesús? ¿Cómo recuperar su novedad única e irrepetible? ¿Cómo dejarnos sacudir por sus palabras de fuego? El prólogo del evangelio de Juan nos recuerda algunas convicciones cristianas de suma importancia.

En Jesús ha ocurrido algo desconcertante. Juan lo dice con términos muy cuidados: «la Palabra de Dios se ha hecho carne». No se ha quedado en silencio para siempre. Dios se nos ha querido comunicar, no a través de revelaciones o apariciones, sino encarnándose en la humanidad de Jesús. No se ha "revestido" de carne, no ha tomado la "apariencia" de un ser humano. Dios se ha hecho realmente carne débil, frágil y vulnerable como la nuestra.

Los cristianos no creemos en un Dios aislado e inaccesible, encerrado en su Misterio impenetrable. Nos podemos encontrar con él en un ser humano como nosotros. Para relacionarnos con él, no hemos de salir de nuestro mundo. No hemos de buscarlo fuera de nuestra vida. Lo encontramos hecho carne en Jesús.

Esto nos hace vivir la relación con él con una profundidad única e inconfundible. Jesús es para nosotros el rostro humano de Dios. En sus gestos de bondad se nos va revelando de manera humana cómo es y cómo nos quiere Dios. En sus palabras vamos escuchando su voz, sus llamadas y sus promesas. En su proyecto descubrimos el proyecto del Padre.

Todo esto lo hemos de entender de manera viva y concreta. La sensibilidad de Jesús para acercarse a los enfermos, curar sus males y aliviar su sufrimiento, nos descubre cómo nos mira Dios cuando no ve sufrir, y cómo nos quiere ver actuar con los que sufren. La acogida amistosa de Jesús a pecadores, prostitutas e indeseables nos manifiesta cómo nos comprende y perdona, y cómo nos quiere ver perdonar a quienes nos ofenden.

Por eso dice Juan que Jesús está «lleno de gracia y de verdad». En él nos encontramos con el amor gratuito y desbordante de Dios. En él acogemos su amor verdadero, firme y fiel. En estos tiempos en que no pocos creyentes viven su fe de manera perpleja, sin saber qué creer ni en quién confiar, nada hay más importante que poner en el centro de las comunidades cristianas a Jesús como rostro humano de Dios.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

NAVIDAD 2010. FERRETINES, BOLITHO, VELA Y FLOREN

lunes, 27 de diciembre de 2010

VIGILIA DE FIN DE AÑO, ORACIÓN DE MEDIANOCHE

RECOMENDACIONES PREVIAS: 
Para realizar esta vigilia se recomienda comenzar media hora antes de las doce y concluirla cuando se termine la experiencia común. Necesario es estar en completo silencio a las doce cuando se sucede el cambio del año. Es preciso tener un punto de referencia en cuanto al Stmo. o la Palabra –Biblia- debidamente dignificados e iluminados. La estancia donde se congrega la asamblea debe ser cómoda, para fomentar la expresión. Es muy recomendable el carisma y la música de fondo, para celebrar este ritual, que en su día fue un completo éxito. Espero os sirva. Atte. Floren.

Vigilia de fin de año: “La Alabanza”
“Hay que recogerse ante todo lo bello, ante los instantes mágicos donde se siente la mano de Dios”
                                   (María Prieto)
(Una vez expuesto el S.S. o expuesta la Palabra, se comienza dando la bienvenida a los asistentes)
            Hermanos, bienvenidos seáis todos a esta casa donde junto con el Señor todos tenemos cabida. Hermanos, nos reunimos, en este cambio de año, para reflexionar. Normalmente no pensamos mucho en el tiempo, pensamos más en lo que tenemos que hacer o en lo que hemos hecho. Y andamos muy deprisa y muy agobiados. Ahora vamos a detenernos, vamos a vaciarnos, vamos a pensar en el valor del tiempo, de cada momento.
            Nos reunimos para orar. El tiempo no sólo es el hilo con el que tejemos nuestra historia, sino que es correo de la gracia. Cada año puede ser año de gracia, y cada hora, hora de gracia, y cada segundo, segundo de gracia. Dios está en el tiempo. En cada momento que pasa, está pasando Dios.
            Nos reunimos hoy para alabar a Dios. Con una alabanza altiva y compartida por todos. No basta esperar a que pasen las horas, también debemos agradecer lo recibido y alabar a Dios por todas las cosas que de su bondad hemos recibido; las buenas y las malas. Porque de todo se aprende y en toda circunstancia tiene el cristiano que florecer en actitudes.
            Esperamos nuevo año, nuevas oportunidades para crecer y fructificar, nuevas posibilidades de hacer el bien, de amar y de alabar a Dios.
(Pequeño silencio y a continuación toda la comunidad en pié lee al unísono el himno introductorio) 
           
*Himno para comenzar la oración.
A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
                        A ti, eterno Padre,
                        te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.
            Los querubines y serafines
            te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
            Los cielos y la tierra están llenos
            de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza
el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejercito de los mártires.
            A ti la Iglesia Santa, extendida
            por toda la tierra te proclama:
            Padre de inmensa majestad,
            Hijo único y verdadero, digno de adoración,
            Espíritu Santo, Defensor.
Tú eres el Rey de la Gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
            Tú, rotas las cadenas de la muerte,
            abriste a los creyentes el reino del cielo.
            Tú te sientas a la derecha de Dios
            en la gloria del Padre y
            creemos que un día haz de venir como juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
            Haz que en la gloria eterna
            nos asociemos a tus santos.
            Salva a tu pueblo, Señor,
            y bendice tu heredad.
            Sé su pastor
            y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
            Que tu misericordia, Señor,
            venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
            En ti, Señor, confié,
            no me veré defraudado para siempre.
                                                                                              (Te Deum)
(Estando todos en pié el que coordina, lee la oración colecta)
*Oración colecta.
            Oremos.
Padre, en esta noche del último día del año estamos aquí, ante ti. Queremos compartir un rato de paz, un encuentro de familia contigo. Somos tus hijos, y nos da felicidad tenerte a ti como Padre. Te queremos agradecer este año que hoy termina, con todo lo que hemos vivido, lo bueno y lo malo, porque en todo podemos experimentar la llamada de tu amor. Y te queremos agradecer también todo lo que tenemos ante nosotros, nuestro futuro en este mundo y nuestro futuro en el Reino que tú nos prometes.
            Padre, al terminar este año de 2010, y disponiéndonos a empezar un nuevo año, te queremos pedir que estés siempre con nosotros y con todos nuestros familiares y amigos. Y te queremos pedir, muy especialmente, que muestres tu rostro lleno de ternura a todos los que sufren por la guerra o por el hambre, por la falta de justicia o de libertad; y a todos aquellos que viven hundidos en el dolor o en el mal. Libéralos, Padre, y haznos a nosotros colaboradores de esta liberación. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro hermano, tu Hijo, que vive y reina contigo por los siglos. Amén.

*Liturgia de la Palabra
Introducción a la lectura de Qohélet.
            Comienza la liturgia de la palabra con un poema sapiencial del libro del Eclesiástico que abarca todos los momentos de la existencia humana comprendidos desde el nacimiento hasta la muerte. Dios, creador de todo, da al ser humano una tarea imposible y desproporcionada para sus capacidades, pero también le concede una felicidad sencilla y accesible por lo que al hombre no le queda más salida que aceptar el designio divino y sus propios límites a sabiendas de que no puede dominar ni transformar la felicidad. Pero es optimista y admite como Dios crea un mundo hermoso y ordenado, y lo pone a disposición de la observación y comprensión humanas. La felicidad y recompensas recibidas en la existencia humana nos serán, pues, producto de conquista personal sino humilde aceptación de los dones divinos recibidos de Dios.

Lectura del Libro del Eclesiástico(Qohélet) 3
3,1 Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el cielo:_
3,2 un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para plantar
y un tiempo para arrancar lo plantado;_
3,3 un tiempo para matar y un tiempo para curar;
un tiempo para destruir y un tiempo para edificar;_
3,4 un tiempo para llorar y un tiempo para reír;
un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;_
3,5 un tiempo para tirar piedras y un tiempo para recogerlas;
un tiempo para abrazar y un tiempo para abstenerse de abrazos;_
3,6 un tiempo para buscar y un tiempo para perder;
un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;_
3,7 un tiempo para rasgar y un tiempo para coser;
un tiempo para callar y un tiempo para hablar;_
3,8 un tiempo para amar y un tiempo para odiar;
un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz._
3,9 ¿Qué provecho saca el obrero de tanto trabajar?_
3,10 He considerado la ocupación que Dios ha dado a los hombres para que en ella se afanen._3,11 Él lo hizo todo bien y a su tiempo; pero les puso el deseo del infinito, sin que el hombre pueda llegar a descubrir las obras que Dios hace desde el principio hasta el fin._3,12 No hay para ellos otra felicidad que gozar y procurarse el bienestar durante su vida._3,13 Pero el que uno coma y beba y goce de la felicidad en todo su trabajo, eso es un don de Dios._3,14 Yo sé que todo lo que Dios hace subsiste para siempre; a ello nada se puede añadir ni de ello se puede quitar nada.        Palabra de Dios


Introducción al salmo
            A continuación damos lectura a un salmo de lamentación y a la vez de alabanza. El orante original de este salmo es un anciano. Abrumado por los muchos años, enfermo y acosado por sus enemigos que lo creen abandonado de Dios y están dispuestos a hacerle daño. Pero él se vuelve a Dios, al Señor justo y fiel, invocándolo apasionadamente y aplicándole unos calificativos que reflejan unos profundos lazos de confianza y de seguridad hacia Dios Padre. Este anciano recuerda a Dios su fidelidad desde la juventud y su decrepitud ahora con muchísima edad, pero hace constancia ante el todopoderoso de que, a pesar de todo lo acontecido en su vida, solo tiene palabras para agradecer y alabar lo recibido de Dios, puesto que todo le sirve a este hombre para su beneficio personal o para el crecimiento de su fe.

Lectura del Libro de los Salmos, (nº 71)
(V) Alabado sea Dios, el único que hace maravillas.
71,1 A ti, Señor, me acojo: que jamás quede yo defraudado;_
71,2 libérame, sálvame, pues tú eres justo; atiéndeme, ven corriendo a liberarme;(V)
71,4 Dios mío, líbrame de la mano del malvado, pues tú eres mi esperanza, Señor, mi confianza desde mi juventud, oh Dios.(V)(
71,6 Desde el seno materno me he apoyado en ti, tú eres mi protector desde el vientre de mi madre; en ti he esperado siempre.(V)
71,7 He sido un prodigio para muchos, pues tú has sido mi refugio seguro._
71,8 Mi boca está llena todo el día de tu alabanza y de tu gloria.(V)_
71,9 No me rechaces ahora que soy viejo, no me abandones cuando me faltan ya las fuerzas.(V)_
71,12 Oh Dios, no te quedes lejos; Dios mío, ven corriendo a socorrerme._
71,13 Que caigan en la ruina avergonzados los que buscan mi desgracia.(V)
71,14 Mas yo no dejaré nunca de esperar, y aumentaré todavía tus alabanzas;_
71,16 Proclamaré las proezas del Señor, anunciaré que sólo tú eres justo.(V)
71,18 ahora que estoy viejo y encanecido, oh Dios, no me abandones, para que pueda anunciar a esta generación las obras de tu brazo, y tu poder a las edades venideras.(V)_

Introducción al evangelio
            En este evangelio se advierte la unión de Jesús con Dios, su Padre. Le llama “Abba” padre y le agradece el haberse revelado a los sencillos del mundo que son los escogidos de Dios. Jesús se manifiesta como hombre sencillo e invita a todos los creyentes que como él, son hijos, a tener una filiación igual a la suya con Dios participando de esta sencillez que hace que los corazones estén abiertos a la solicitud de los hermanos y a la escucha y puesta en practica de la palabra de Dios. Merece la pena comprometerse con el trabajo y labor de Dios que aunque en apariencia es pesada y agotadora, resalta por la gratitud al final de la jornada recibida. El creyente humilde que madura en la fe a pesar de las contrariedades que en su existencia pueda recibir, al final de la jornada solo tendrá palabras para decir a Dios, Padre, como dice Jesús: -yo te alabado Señor, de cielo y de la tierra.

+ Lectura del Santo Evangelio según San Mateo, cap 11.
11,25 En aquel tiempo Jesús dijo: "Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y se las has manifestado a los sencillos._
11,26 Sí, Padre, porque así lo has querido._
11,27 Mi Padre me ha confiado todas las cosas; nadie conoce perfectamente al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera manifestar._
11,28 Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos, y yo os aliviaré._
11,29 Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy afable y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas._
11,30 Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".              Palabra del Señor.

*Discernir la palabra en silencio.(Después de un momento de silencio comienza…)
Saber mirar y ver el lado bueno

Queridos hermanos: parece que este año es el primero en el que nos reunimos para juntos despedir el año en compañía del Señor. Sin embargo es el quinto año que despedimos de esta forma y al igual que los anteriores se ha establecido un tema como punto fuerte de nuestra oración.
Hoy, aquí, queremos hablar de alabanza, y os pedimos a todos que asimilemos este termino en nuestras conciencias porque todos estamos necesitados de manifestar a Dios este noble sentimiento unido al  de la gratitud y que nos hace ser conscientes de lo mucho que de Dios recibimos. Trabajo, salud, estabilidad, bienestar, y otras muchas cosas y circunstancias que nos suceden y, quizás no tan favorables y buenas pero de las cuales aprendemos a afrontar con madurez de verdaderos hijos de Dios.   La liturgia de la palabra nos ha puesto en sintonía con el tema a tratar y nos ha manifestado lo mucho que de Dios recibimos y que anteriormente hemos nombrado. También como dice Jesús alabando a Dios, hemos recibido la dicha de la revelación de Dios y su mensaje que de una manera u otra intentamos implantar en nuestro mundo. Es cierto que en muchas ocasiones se hace tan presente el agotamiento, que incluso llega a superarnos y así caer en la desesperanza.
Tú, puede que tengas salud y la satisfacción de hijos con una vida estable; pero el que está a tu lado, puede estar apesadumbrado porque un ser querido se fue, o porque es imposible recuperar la confianza y amor perdidos con otro ser querido o simplemente y no menos importante porque se tiene poca salud corporal o espiritual.
Para una persona que se hace llamar cristiana y que está fundamentada en Dios, la fuerza de la esperanza le tiene que servir de mucho provecho para afrontar todo lo que la vida nos depara; sea bueno o no tan bueno.

Y hoy, individualmente a ti, y como si Cristo mismo te lo pidiera; te pedimos que hagas un esfuerzo y que junto a esta comunidad reunida en un mismo amor y un mismo sentir, sepas mirar tu vida pero viendo el lado bueno.
-Porque saber mirar la vida  y ver el lado bueno es:
poseer una mirada limpia, un corazón generoso, un alma grande.

-saber mirar la vida y ver el lado bueno es:
no fiarse de las apariencias; ir al fondo de los hechos; leer y descifrar el mensaje o la lección que nos trae.

-Si buscamos vivir más contentos y felices,
si pretendemos que las adversidades de la vida nos muerdan y dañen menos,...
-si no queremos criar vinagre en nuestro interior:
hemos de aprender a saber mirar y ver el lado bueno de las personas, de los hechos y de las cosas.

-Gran virtud es saber mirar y ver:
el lado positivo y bueno del invierno y del verano; de la lluvia y el sol; de la risa y el llanto;
el lado positivo y negativo de una humillación recibida, de un sufrimiento no esperado;
el lado positivo y bueno de un fracaso; de “algo que jamás fue imaginado, ni pretendido, ni explicado”.

San Mateo pone en boca de Jesús: “Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso, pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras”

(relajación e invitación a que cada uno  reflexione sobre lo comentado y lo exprese en voz alta)

*Para compartir.
(se invita a la lectura y explica que por cada aclamación se enciende una vela)
1.Te alabamos, Padre nuestro, con los que saben alabarte. Te alabamos con la alabanza de tu Hijo Jesucristo y el canto del “Magníficat” de María.
            -Por doce veces alabado seas.
2.Te alabamos con el hermano Francisco de Asís, y te decimos, alabado seas por los animales y todas las criaturas.
            -Por doce veces alabado seas.
3.Te alabamos con la voz de los que dieron la vida testimoniándote, y se gastaron por tu reino.
            -Por doce veces alabado seas.
4.Acepta ahora que te alabemos por las campanas de fin de año, que nos hablan de Ti como Señor del tiempo y de nuestra alegría de vivirlo.
            -Por doce veces alabado seas.
5.Te damos gracias por el año de vida que nos diste y por el año de historia que has hecho con nosotros.
            -Por doce veces alabado seas.
6.Te encomendamos a los solos y los cansados, y a los que no acabaron el año en su casa, a los que has llamado a tu casa paterna.
            -Por doce veces alabado seas.
7.Te alabamos por los profetas cristianos que interpretan la fe por las voces del Espíritu y los signos de los tiempos.
            -Por doce veces alabado seas.
8.Te alabamos por la palabra que se nos ha dado, por el gozo de tener un bien tan preciado, y por comunicarnos por medio de ella tus deseos.
            -Por doce veces alabado seas.
9.Te alabamos por los santos canonizados este año y por los no canonizados en quienes se configura la santidad oculta de la Iglesia.
            -Por doce veces alabado seas.
10.Te alabamos por los hombres y mujeres de buena voluntad y por los que sienten la necesidad comprometedora de mejorar el mundo.
            -Por doce veces alabados seas.
11.Y con alegría te alabamos por los nacidos en este año y por los que en el próximo nacerán cobijados por tu mano que les cubre con inmenso amor.
            -Por doce veces alabado seas.
12.Por todos y por nosotros te pedimos ahora que extiendas tu misericordia capaz de hacer el bien donde puede hacerse el mal, sobre lo que aún se resiste a tu alabanza.
            -Por doce veces alabado seas.
(Ahora cada persona puede hacer su alabanza, petición o acción de gracias, y todos respondemos: por doce veces alabado seas.)

*Padre nuestro.(el que coordina comienza diciendo:)
Con el corazón henchido de gozo nos atrevemos a decir a Dios:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado se tu nombre…

(se invita a la lectura de este peq.himno ¿qué mas queremos si le tenemos a él?)

Tú nos bastas
Recibe, Señor, la alabanza de los hermanos.
En el camino de la vida nos atrevemos a gloriarnos
ante ti de nuestras debilidades
porque nos basta tu gracia.
Te lo decimos con voz muy queda:
a través de estros años de trato contigo y trabajo por ti,
a través del desgaste de las horas y de las soledades.
Hemos comprobado que tú nos bastas
y que en nuestras carencias
resplandece con fuerza tu gracia.
Temerosos por la fragilidad de nuestro amor,
pero animados por tu divina Palabra,
nos atrevemos a decir que tú, Señor, nos bastas.
*Clausura de la oración y ocultación de Stmo. Sacramento. O de la Palabra)

El Señor nos conceda una noche tranquila y una muerte santa, Amén.




Realizada en 2004 por la Delegación de Liturgia y Catequesis, de la Parroquia de San Sebastián de Estepa (Sevilla).

EL MAGNIFICAT DEL SIGLO XXI

¡VAMOS, PONTE EN CAMINO!

Magníficat para el siglo XXI

MARI PAZ LÓPEZ SANTOS pazsantos@wanadoo.es

MADRID.

 

¡Vamos, ponte en camino! No dejes que pereza, complejo, desilusión y tantas otras trabas que paralizan y acongojan inmovilicen tus pies y ralenticen tu corazón. Déjate sorprender por Dios y acompaña a María a toda prisa en su oración de alabanza, con las palabras del Magnificat para el siglo XXI*:

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor

se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,

mi Padre, mi Todo.

porque ha mirado la humildad y obediencia

de su hija, su criatura.

 

Desde que acepté su palabra,

me felicitan todas las generaciones

- antiguas y venideras-

porque he dejado que Él, que todo lo puede,

haga obras grandes a través de mí;

su nombre es santo

y su misericordia llega a los que le son fieles

y, a través de ellos, a los que no le conocen,

así, día tras día,

de generación en generación,

su amor se expande de corazón en corazón.

 

El Señor es fuerte:

confunde y desconcierta a los engreídos,

deja caer a los que ostentan el poder,

sostiene y pone como ejemplo a los humildes,

a los que tienen hambre de pan y amor los sacia

y a los que acaparan y no comparten

los despide vacíos.

 

Auxilia al mundo, su hijo pródigo,

porque no olvida la promesa de misericordia

hecha a Abraham, a los Apóstoles 

y a las mujeres y hombres creyentes

de todos los tiempos.

 

Si llegaste hasta el final en la lectura de este Magníficat para el siglo XXI, no olvides leer, como en tantos Advientos, lo que el evangelista Lucas (1, 39-56) nos transmite del camino de María y el encuentro con su prima Isabel. Y si aún quieres abundar más en este peregrinar por los siglos, retrocede al Antiguo Testamento y pon atención a las palabras del Cántico de Ana (I Samuel 2,  1-10).

Como podrás ver, tradición y signos de los tiempos van avanzando juntos en la custodia y en la expansión del Mensaje en un lenguaje que sea inteligible para los hombres y las mujeres de cada etapa de la historia de la salvación.

He releído las palabras del discurso del Papa Juan XIII en la inauguración del Concilio Vaticano II: "Nuestra tarea no es únicamente guardar este tesoro precioso, como si nos preocupáramos tan sólo de la antigüedad, sino también dedicarnos con voluntad diligente, sin temor, a estudiar lo que exige nuestra época (...). Es necesario que esta doctrina, verdadera e inmutable, a la que se debe prestar fielmente obediencia, se profundice y exponga según las exigencias de nuestro tiempo. En efecto, una cosa es el depósito de la fe, es decir, las verdades que contiene nuestra venerable doctrina, y otra distinta el modo como se enuncian estas verdades, conservando sin embargo el mismo sentido y significado" (Concilio Vaticano II, Constituciones. Decretos. Declaraciones, BAC, Madrid 1993, pp. 1094-1095).

A nuestros pastores de la Iglesia y teólogos no se les ahorra ni un minuto de trabajo después de leer lo que dice Juan XXIII, pero a los demás tampoco. Todos estamos llamados a ponernos en oración y dejarnos empapar por lo que el Espíritu de Dios dice cada día a quien se pone a su alcance.

Adviento es tiempo de espera, de escucha y de ponernos en camino a toda prisa para alcanzar a Quién ya nos alcanzó. 

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

*Tomado de "¿Qué quiere Dios que yo quiera?" Mari Paz López Santos (www.pazsantos.com)

 http://www.eclesalia.net


domingo, 26 de diciembre de 2010

EL MUNDO NOS EXIGE GENEROSIDAD

GENEROSIDAD

Antes de Vísperas, La Salada.

Bueno, hoy es día de la Sagrada Familia, además de ser el aniversario del nacimiento de uno de mis hermanos por el cual doy gracias al cielo. El día en sí, ha sido magnifico pues ha dado lugar de muchas cosas. Amanecí temprano y desayune con la familia, luego Laudes por el campo y breve adecuación de la celda. 
A continuación un largo y esforzado paseo con la bici de montaña, sorteando charcos y superando cuestas. Sexta y después del almuerzo, realizo Nona en la sierra, dando un lento y saboreado paseo donde doy gracias a Dios por muchas cosas, leyendo a Martín Descalzo; y le pido que permanezcan mis oídos atentos para otras. A todo esto sin olvidar la fiesta que la liturgia nos propone hoy, la Sagrada Familia. 
Es algo para celebrar pues somos muchos los que sacramentalizamos este vinculo fraterno. Aun así, lamento profundamente la politización que desde ciertos sectores o formas de pensamiento, se hace de la “Sagrada Familia”. ¿Nos enteraremos algún día los cristianos, de que el mensaje de Jesús de Nazaret tiene que ser propuesto y no impuesto?. ¿Seremos conscientes de que ganamos muchos más si realizamos una pastoral de inclusión a una pastoral de exclusión?. 
Escribo esto desde luego, porque hoy siento la necesidad de dar gracias a Dios por muchas cosas, y entre ellas esta el amor entre las personas. El amor funda a Dios en las gentes, el amor hace milagros en los distintos caracteres, el amor hace que se constituya una familia. Pero, ¿cuál familia?. ¿La tuya, la mía, la de aquel o la de más allá?. Es tolerable que en una eucaristía –celebración de la acción de gracias-, se pida exclusivamente por la familia constituida por un hombre y una mujer. ¿Acaso este es el autentico y verdadero problema de la familia en pleno siglo XXI, el sexo?. 
La que críe a sus hijos sola, ¿es familia?. El viudo que a trancas y barrancas tira “palante” con su hijo, ¿es familia?. Por esto el titulo, GENEROSIDAD. Flaco favor hace la iglesia insistiendo en estas acepciones absurdas, que nos alejan del “Kerigma” –fundamento- de los Evangelios. Los problemas de las familias son otros, no el que tal o cual se amen y formen una familia. Está tras nosotros el paro, la dificultad para aguantar las hipotecas, las diferencias sociales aun existentes, la conciliación familiar y laboral…etc. 
Y la falta de sentido cristiano, dificultado por la continua objeción de unos y otros para con los derechos de las gentes.
Hoy es día de la Sagrada Familia, y mi intención es poner todo mi empeño, en primer lugar en ser digno hijo de una cristiana familia. En segundo lugar ser ejemplo e intentar colocar a Jesús ante cualquier padre, madre o hijo, cuando la ocasión se presente. En orar insistentemente para que abramos los brazos y no los cerremos ante tal o cual. Es absurdo que la iglesia hoy en día, pase de ser samaritana a ser farisea ente el herido del camino
Estamos a esto (_) de serlo, y dejar de ser lo que somos. 
Esto lo escribo con conocimiento de causa. Pienso en mi familia cristiana. Sin tacha a mis ojos, impecables a los ojos de Dios. Pero –por anotar un ejemplo- pienso hoy en Eli y MariLo y en su adorada hija. Y llego a la conclusión de que a los oídos de esa criaturita, llegará el mensaje de Jesús como llegó a mis oídos. Sus madres le hablarán de libertad, dignidad, solidaridad y lo más fundamental, HUMANIDAD. 
Si esta criatura llega a ser una mujer de verdad, Jesús y su evangelio habrán merecido la pena, pues su mensaje de amor se ha hecho fecundo en una autentica familia.

sábado, 25 de diciembre de 2010

SÍ, ES NAVIDAD. ALELUYA

Ha sido casi como un suspiro, cuando al levantarme tarde esta mañana, me di cuenta de que efectivamente estoy en Navidad; estamos en Navidad. No fue preocupación por las horas, pues litúrgicamente los que asistimos a Misa de medianoche (o del gallo) estamos dispensados de las Laudes; fue más bien una intensa pregunta sobre que afecta a mi vida el hecho de que ayer era adviento y hoy es Navidad. Lo pienso y llego a la conclusión de que es la Alegría. La vigilancia que nos supone el adviento, casi se desvanece al sentir que comunitariamente celebramos el nacimiento de Jesús. 
Al quedarnos extasiados, por el hecho de que Dios se haya prendado de la condición humana, hasta el punto de llevar a su hijo a nuestra misma condición. ¿El motivo?, el amor, simple y llanamente. Por ello hoy es día de alegría y es día de gozo, pues Jesús es nuestro igual. A nosotros corresponde llevar una vida cristiana que suponga entrega y pobreza de espíritu, pues estos fueron los detonantes claros del nacimiento de Jesús. A nosotros nos toca dejar el listón bastante alto, como para hacer a nuestro Padre Dios, sentirse orgulloso de nosotros mismos.

A los visitantes de este humilde blog, a amigos y conocidos, cercanos y lejanos; sabed que hoy no hay barreras fronterizas, ni rencillas de ningún tipo, politico o ideológico. A todos, a todas, feliz Navidad. Celebradlo de la mejor manera posible. Sed felices y –si es posible- haced crecer la felicidad a vuestro paso. Jesús el hijo de David, ha venido a nuestros corazones, arropemosle con un villancico de amor fraterno.

Paz y Bien, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Floren, Hora Sexta. La Salada (Estepa) 

viernes, 24 de diciembre de 2010

MISA DEL GALLO - LITURGIA


 MISA DEL GALLO
Monición de entrada por un laico
            Hermanos, bienvenidos en esta noche(tarde) santa a la casa del Señor donde todos tenemos cabida.
            Verdaderamente noche santa porque en ella, Dios va ha nacer entre nosotros y como nosotros. Para quienes creemos, un acontecimiento tan difícil es una cosa de mucha alegría porque ya no estamos solos los seres humanos en este escenario tan inmenso que es el universo. Nos merecemos esta venida porque le hemos preparado un camino al Señor, un camino iluminado con las luces de la justicia, solidaridad, libertad y paz duradera y eternas. Hermanos, como decía la canción, esta noche: -“no la debemos dormir”, porque en ella Dios nos entrega el aval de su gran amor para con nosotros, JESÚS. Comenzamos la celebración.(canto y salida)

Comienzo de la Eucaristía por parte del sacerdote
+ En el nombre del Padre y del Hijo de del Esp. Sto.                    
Queridos hermanos, en nuestro propio tiempo Dios nos ha hablado por medio de su propio Hijo
-luz radiante de la gloria de Dios-,
por medio del cual hizo todas las cosas.
Que este Hijo, Jesucristo el Señor,                                               
esté siempre con todos vosotros.
(y sigue diciendo)
Hoy Dios nos dice algo muy importante sobre el sentido y significado de nuestra fe cristiana. Nuestra fe nos es precisa y solamente una doctrina en la que creemos. La Palabra de Dios no es una doctrina, sino una persona: Jesús. En él la Palabra de Dios y sus promesas se vuelven vivas. El Hijo de Dios se hace nuestro hermano y centro de nuestras vidas. En Jesús, Dios Padre nos revela quién es él: un Dios que ama, un Dios que salva, cercano a su pueblo. Por medio de Jesús, Dios nos vincula a sí mismo y él se vincula a nosotros.: comparte plenamente nuestra vida. (sigue)
Por medio de y con Jesús podemos responder al amor de Dios en fiel entrega a Dios y los unos a los otros. Celebremos todo esto con Jesús.
(y sigue diciendo el sacerdote)
Y porque la llegada de Jesús es inminente,                         pidamos perdón a Dios y a los hermanos,
por las veces que no aceptamos la palabra y la persona de Jesucristo. (Pausa y es cantado el señor ten piedad)
(una vez que es cantado el acto penitencial dice el sacerdote)
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

(y seguidamente entona con todos los fieles el himno introductoria de la celebración)

Cántico de Zacarías
                       
                        Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
                        porque ha visitado y redimido a su pueblo,
                        suscitándonos una fuerza de salvación
                        en la casa de David, su siervo,
                        según lo había predicho desde antiguo
                        por boca de sus santos profetas.
                       
                        Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
                        y de la mano de todos los que nos odian;
                        realizando la misericordia
                        que tuvo con nuestros padres,
                        recordando su santa alianza
                        y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
                       
                        Para concedernos que, libres de temor,
                        arrancados de la mano de los enemigos,
                        le sirvamos con santidad y justicia,
                        en su presencia, todos nuestros días.
                       
                        Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
                        nos visitará el sol que nace de lo alto,
                        para iluminar a los que viven en tinieblas
                        y en sombra de muerte,
                        para guiar nuestros pasos
                        por el camino de la paz.
(y sigue el sacerdote diciendo)
Por lo tanto abramos nuestros corazones, sonriamos de alegría y demos la bienvenida al hacedor de nuestras vidas, al que es luz que alumbra los senderos de nuestras tinieblas, al que dio con su vida la misma vida y esperanza al mundo. Y con coros angélicos cantemos todos rebosantes de alegría. (y el coro entona gloria a Dios en el cielo… y por el pasillo de la iglesia se acercará el niño Jesús)

Oración Colecta
Roguemos para que la palabra de Dios esté viva en nosotros hoy.
(Pausa)
Oh Dios nuestro, siempre fiel:
Que en esta noche te das a conocer y nos hablas
por medio de Jesucristo,
que es tu imagen visible y tu Palabra de vida.
Abre nuestros oídos y nuestros corazones,
para que sepamos recibir tu Palabra y guardarla.
Que tu Palabra se haga carne en nosotros,
también en nuestras palabras de paz y verdad
y en nuestras obras de justicia y amor,
de amistad y de humilde servicio.
Que ojalá sea ésta la manera
por la que los hombres reconozcan
que tu Hijo vive en medio de nosotros hoy,
y así te alaben a ti
por los siglos de los siglos. Amén.
Monición a las lecturas
Dios anuncia la liberación a su pueblo cautivo. Esta liberación nos alcanza a nosotros hoy por medio de Jesús. Dios ha hablado con frecuencia al pueblo, pero desde la venida de su Hijo a la tierra, él nos habla su palabra definitiva, Jesús. En él apreciamos lo que significa Dios y quién es Dios. El evangelista Juan nos habla del misterio de Jesús: Él es la imagen del Padre, su Palabra se hizo hombre, su luz disipa nuestra oscuridad, Dios vive entre nosotros. ¿Le aceptamos nosotros como él es?. Escuchemos atentamente la Palabra de Dios que ilumina nuestras vidas, y seamos conscientes de que: “los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios”.

Posible homilía
Navidad
 Nunca ha sido más verdad que “la gloria de Dios es la vida del hombre” que esta noche santa en que el Hijo de Dios se hizo carne en el recién nacido de aquella doncella nazarena.
­Hoy, dos mil años después, seguimos sin comprender del todo las consecuencias de aquella noche para nuestro mundo y para cada uno de nosotros.

 Sin querer, quizá por no mirar a la realidad de frente, por no agarrar al toro por los cuernos, nos fijamos en detalles accidentales, en los personajes secundarios de la escena. Que si no le dieron posada, que si había un buey y una mula, que si los pastores fueron a adorarle, que si la madre lo envolvió en pañales. Todo es secundario frente a lo que es el único centro de la escena: el recién nacido.

 Es un recién nacido como cualquier otro. Todavía no fija la mirada. Hace muecas y pensa­mos que se ríe. Tiene los párpados un poco hinchados. Llora con fuerza. Se alimenta inmedia­tamente del pecho de su madre. Y duerme. Su piel está recién estrenada. Es la imagen de la suavidad y la ternura. Todavía no ha tenido tiempo para que la vida le hiera. No tiene cicatrices de ningún tipo. Es promesa de vida en plenitud precisamente porque es vida recién comenza­da. Tiene las pilas nuevas y mucho camino por delante. Pero hoy sus pies todavía no han tocado el suelo.
Y, si le miramos un rato, seguro que sentiremos ganas de comérnoslo a besos.

Es Jesús, el hijo de María. Pero es también el Hijo de Dios, la encarnación de todas nuestras esperanzas, la promesa de una vida nueva y plena y llena de gozo. Con su nacimien­to entierra todas nuestras frustraciones, angustias, depresiones y muertes. Hoy, día de Navidad, podemos mirar al frente sin miedo. Porque nos ha nacido Emmanuel, Dios-con-nosotros. Y si Dios está con nosotros, ¿quien nos robará la vida, el amor y la esperanza? Por mucho que se empeñen los poderes de la muerte, multinacionales y centros comerciales incluidos, la vida de Dios es más fuerte que todos ellos juntos.
Nuestro corazón está henchido de gozo en esta festiva noche de navidad, o probablemente haya entre nosotros personas que no deseen tambores de fiesta. En cualquier caso celebremos juntos, unámonos en la alegría de ver este niño que ahora pequeñito, se tornará en plenitud en lo profundo de nuestros corazones.
Arropémosle con nuestras autenticas y verdaderas actitudes  en favor de los hermanos, y sobre todo celebremos y tengamos presentes a aquellos que nos están esperando para que les amemos. Aquellos que están en casa esperando una oración. Que este sentimiento sensible y contemplativo nos haga a todos los hijos de Dios estar unidos como comunidad eclesial y verdaderamente fraternal.
Hoy celebramos que nos ha nacido la esperanza y es tiempo de gozar. ¡Amén, Aleluya!

(seguidamente comienza el celebrante la oración de los fieles diciendo)
Atiende Padre de bondad las súplicas de estos hijos tuyos que te ruegan por este mundo ancho e inabarcable, desbordante de seres vivos y lleno de noticias de todos los países, respondemos diciendo –sonríenos niño de Belén-.

-Oremos por ese otro mundo, mas pequeño y más cercano, de los que nos pertenecen: la familia,  los amigos, los que comparten nuestras preocupaciones y los que dependen de nosotros. Por todos ellos, te pedimos Padre.

-Oremos por todos aquellos que viven a la sombra de los acontecimientos mundiales y por quienes pasan desapercibidos cumpliendo tranquilos con su deber, resignados a su destino. Por aquellos que son espontáneamente justos, sencillos y acogedores; por las madres que cuidan de su familia, y por los médicos y enfermeras que cumplen en estas fechas con su obligación. Por todos ellos, te pedimos Padre.

-Oremos por los hombres y mujeres que tienen grandes responsabilidades sobre la comunidad y por quienes con sus palabras y opiniones influyen sobre acontecimientos importantes: haz que no soporten la injusticia, que no elijan el camino de la violencia, que no tomen a la ligera ninguna decisión sobre el porvenir de los demás. Por todos ellos, te pedimos Padre.

-Oremos por nuestros semejantes cuya miseria vemos a diario en los periódicos  y en la televisión; por las victimas del racismo; por los millones de seres que a diario son victimas del hambre. Por los que no celebran la Navidad con alegría. Por todos ellos, te pedimos Padre.

-Oremos también por los que están enfermos cerca de nosotros o pasan la Navidad en el Hospital, por los que han tenido un accidente, por los despreciados, por los que carecen de toda seguridad, por todos aquellos a los que de un modo u otro les resulta difícil convivir con los demás. Y por todos nosotros, para que no seamos crueles ni intolerantes ni vivamos a costa de los demás. Por todos ellos, te pedimos Padre.

-Oremos por todos los que luchan por su libertad individual, por los que afianzan y legitiman cada día su amor por medio de la comprensión y la amabilidad, por todos los que se sienten llamados a vivir y transmitir el evangelio. Y por nosotros mismos, y por esta pareja que hoy manifiesta su compromiso ante esta comunidad aquí reunida, para que Dios nos haga capaces de trabajar por este mundo y seamos arrastrados por la fuerza del Espíritu. Por todos nosotros, te lo pedimos Padre.

-Por nuestros familiares queridos que siendo Templos del Espíritu Santo, quedaron en el camino de la vida y que ya gozan de la presencia del Padre, para que junto a la multitud de los Santos, se alegren y gocen junto a nosotros. Oremos, te lo pedimos, Padre...

(y concluye el sacerdote diciendo)
Señor Jesús, tú viniste a nuestro mundo y conoces nuestras necesidades, deseos y aspiraciones. No nos des siempre lo que te pedimos, sino lo que realmente necesitamos, y quédate siempre con nosotros, ahora y por los siglos de los siglos.

Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios y Padre nuestro:
Tú designaste que Jesús hablara su palabra poderosa
para que estos dones de pan y vino
se convirtieran en su cuerpo y sangre
para la vida del mundo.
Que este mismo Hijo tuyo
nos hable también a nosotros
de corazón a corazón,
para que él llene nuestras palabras vacías
con el poder de integridad y verdad
y para que nos transforme, aun siendo tímidos,
en personas de paz, valor y audacia,
que vivan sin componendas ni evasivas
el Evangelio de Cristo nuestro Señor.

Plegaria Eucarística de la Noche de la Natividad, A.B.C.
           
                        El Señor este con vosotros...
                        levantemos el corazón...
                        demos gracias al Señor nuestro Dios...

Realmente es justo y  necesario,
nuestro deber y salvación,
bendecirte, Señor, Padre Santo,
por Jesucristo,
al que has nombrado príncipe de la paz.

Nacido de María,
envuelto entre pañales
y recostado en un pesebre,
es el esperado de las naciones,
la luz del mundo,
el Mesías, el Señor.

Se entregó por nosotros
para rescatarnos de toda opresión
con objeto de preparar un pueblo liberado
dedicado a la transformación de la sociedad.
Tú eres para nosotros un Padre
y la humanidad es para ti un hijo
porque tu primogénito
se ha hecho nuestro hermano.

Por lo cual,
con la legión del ejército celestial,
que anunció la Buena Nueva a los pastores,
te alabamos diciendo:
“Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a los hombres que Dios ama”,
mientras cantamos el himno de tu gloria:
Santo, santo, santo...

Te bendecimos, Padre,
porque hoy ha brillado una luz sobre nosotros,
porque nos ha nacido el Señor.

Los cielos pregonan tu justicia
y todos los pueblos cantan tu gloria.
Te has revelado a nosotros,
y te has entregado al hombre,
por tu Hijo,
engendrado por el Espíritu Santo
en el seno de la Virgen María,
nacido de la estirpe de David
y hecho carne.

Ha venido para dilatar tu reino,
con una paz sin limites,
con una actitud de entrega sin medida,
desde el pesebre a la cruz.
El cual, la víspera de su pasión
estando a la mesa con sus discípulos,
tomó un pan... (PROPIO DEL MISAL)
           
Este es el sacramento de nuestra fe...
Por tanto, Señor,
celebrando en esta santa noche de Navidad
el memorial de la encarnación,
muerte y sepultura, resurrección y ascensión,
te ofrecemos este sacrificio,
que es el misterio del cordero de Dios,
que da la paz a los hombres.

Te pedimos que envíes el Espíritu Santo
sobre nosotros, tus siervos,
y sobre los dones presentados,
a fin de quien coma este pan
y beba esta copa
reciba el perdón de sus pecados,
alcance la vida plena
y la esperanza de la resurrección.
           
Da pan a los hambrientos, hogar a los emigrantes,
salud a los enfermos, apoyo a los cansados.
A nuestros hermanos difuntos en el presente año,
y a todos difuntos que nos han precedido,
dales el descanso eterno
en la tierra esperada,
mansión del refrigerio, de la luz y de la paz.
Para que en unión de la Virgen María,
San Sebastián y todos los santos
podamos adorarte y gozarte eternamente,
Dios, Padre poderoso.

Por todas estas maravillas
queremos bendecirte en medio de tu Iglesia,
redimida por la sangre de Cristo,
por el cual y en el cual se te debe toda alabanza
con el Espíritu Santo
ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Presenta el pan y vino consagrado al pueblo mientras dice:
Por Cristo, con ...(propio del misal)

Después de la comunión leemos todos:
Oración de Navidad. Misa del Gallo

La luz de la Navidad nos llama también a nosotros, Jesús, hermano, hijo de María, Hijo de Dios.
Nos llama como llamó a los pastores desconcertados, y como llamó a los magos para hacerles emprender aquel largo camino.
Porque en Belén, en tu carne tan débil, en tu rostro de niño que aún no ha aprendido a mirar al mundo, nosotros vemos reflejado todo el amor de Dios.
En tu carne, está aquel amor, aquella ternura, aquella esperanza confiada que sólo Dios es capaz de dar.
En tu carne, Dios se ha hecho uno de los nuestros, y eso es lo más grande que nadie haya podido nunca llegar a soñar.
Contemplándote aquí, acostado en el pesebre, acompañado del amor de María y José, queremos poner en tus manos nuestras ilusiones y nuestros temores, nuestro deseo de fidelidad y también nuestro mal.
Y queremos poner también al mundo entero:
a los que más queremos y a los que no conocemos, a los de cerca y a los de lejos; y sobre todo, a lo que más sufren.
Jesús, hermano, hijo de María, Hijo de Dios, danos el calor de tu amor, llena el mundo entero con el calor de tu amor.


Para despedir
Que la alegría de la Navidad sea contagiosa; que digamos con palabras lo bien que nos sentimos porque Dios no es un cuento sino Alguien que vive con nosotros. ¡Feliz Navidad!