CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

miércoles, 26 de marzo de 2014

SAGRADA INFANCIA

Sagrada Infancia
A las personas que les sea complicado relacionar el paso de misterio del Dulce Nombre por las calles de Estepa (niño perdido en el templo), con los hechos dolorosos vividos por Jesús en su pasión; no les será tan complicado relacionarlo, con los valores que predicó Jesús en su vida adulta y de cuyo resultado sufrió la muerte injusta e ignominiosa, cuyo resultado se conmemora en Semana Santa. 

Es por ello, que el Dulce Nombre de Jesús tiene un indiscutible lugar tanto en nuestra semana santa, como en el sentir de nuestra pequeña ciudad. Pero el misterio que representa el Dulce Nombre, como el niño perdido en el Templo y ante los doctores de la ley, tiene una hondura profética y evangélica que bien podemos centrar en él, la misma esencia de la vivencia del cristianismo. 
El niño perdido representa en sí mismo, algo que Jesús en su vida adulta tuvo muy en cuenta, la INFANCIA. No tanto como estado de vida, sino como predisposición de la persona que se acerca o quiere relacionarse con Dios con aptitudes propias de un niño. Por hacer una brevísima anotación de la infancia en tiempos de Jesús, decir que el estado de vida infantil estaba reglado en el siglo I por el Derecho Romano y las disposiciones culturales judías. 
En general, el niño era el ser sin derechos. No era modelo de nada. En las culturas mediterráneas del siglo I, no era extraño que hubiera gente que a los niños los eliminaba de manera sistemática, por ser una carga más que una esperanza para la prole. Eran eliminados en la cultura judaica –y aun hoy en algunas tribus de centro África-, si al nacer presentaban alguna peculiaridad en su cuerpo, como ser albinos, deformaciones…etc; ya que eran casos considerados castigos de Dios no solo al recién nacido, sino a sus padres y familiares. 
Así lo refleja Juan 9,1-2, cuando los discípulos preguntan a Jesús respecto de un hombre ciego, si pecó él o sus padres. Aquí se evidencia la costumbre Judía de que los pecados de los padres son castigados sobre sus hijos, y que arranca en los remotos siglos de la historia del pueblo de Israel (Números 14,18), donde se fundamentan graves deformaciones que arrastran hasta el día de hoy muchas religiones. Aun a pesar del poco interés que suscitaba un niño en la época antigua, es curioso que Dios considere al pueblo naciente de Israel como un niño (Oseas 11,1-4).
 Le protege sus derechos como huérfano (Éxodo 22,21), permite a los niños acceder al culto divino (Joel 2,16), y expresa de manera maternal que el abandono en el Señor, debe hacerse de manera confiada “como un niño recién amamantado en los brazos de su madre” (Sal 131,2). Otro dato a tener en cuenta es la cantidad de personas relevantes, en las que Dios se fijo siendo niños. Tales como José hijo de Jacob, hombre grande en Egipto. Moisés, el libertador de Israel. 

David, ungido rey de Israel siendo un pequeño pastor de ovejas. El gran profeta Samuel. Daniel, el profeta del exilio y otros ejemplos bíblicos. Y tras siglos de vicisitudes en Israel, Dios nos envía a su hijo en la indefensión de un recién nacido para volver a demostrar lo que le interesa realmente a Él, en la vida de una persona. Hago un pequeño paréntesis, porque me parece importante anotar algo relativo al misterio del niño perdido. 
Como dije al principio, estoy convencido de la hondura que atesora esta escena de la vida de Jesús, que nos muestra la semana santa de Estepa. Sabemos ya que los evangelios fueron escritos durante algunas etapas, y por un grupo de personas denominadas hagiógrafos, los escritores de la Palabra Inspirada por Dios. 
Al acercarnos a la Palabra de Dios, nunca debemos de olvidar que en muchos casos, el texto que estamos leyendo es propiamente una interpretación que hacen los mismos hagiógrafos, sobre hechos de la vida de Jesús. Digamos que si nosotros interpretamos la Palabra, hacemos una interpretación sobre la interpretación original. Y es justo que la hagamos, pero de una manera responsable situando los acontecimientos bíblicos que se narran en el contexto histórico, y sobre todo alumbrándolos con los textos del Ant. Testamento en clave cristológica. 
Por ejemplo, no podemos demostrar la realidad histórica del niño Jesús entre los doctores de la ley. Eran fariseos, pertenecían a una alta clase social, e incluso tenían sitio reservado en el Templo para no contaminarse con el pueblo. 
Es muy poco probable, que se prestaran a escuchar el discurso de un niño, y menos aun un niño del que se sabe que es de una familia pobre y sin estudios que le acrediten (Juan 7,15). Con esta explicación, ni mucho menos admito que este pasaje del niño perdido no tenga fundamento, en absoluto. Por el contrario, admito la hondura que nos señala el texto y mi particular interpretación de Lucas 2, 41-49. Sinceramente creo que lo que el evangelista Lucas pretende –como en otras ocasiones-, es hacer una exaltación de los valores del Reino que Jesús representa, frente a la legalidad farisaica, que oprime a las personas y las subyuga. 
El lugar ya impone por sí mismo. 
Es el Templo de Jerusalén, centro económico y religioso de toda la región judía. Enorme, bellísimo, impenetrable, sagrado…etc. Allí está Jesús niño, presentándose a sí mismo como Templo vivo del Espíritu. Un Templo humano que Jesús considera, está por encima del mismo Templo construido de obra (Juan 2,19). En otro plano están los doctores de la ley: supremos, con autoridad religiosa y jurídica, fariseos y todopoderoso. Y curiosamente el evangelista eleva el estrato de Jesús niño, sobre el de los doctores y lo simboliza con la circunstancia de que el niño, pregunta e instruye a los doctores. 
Si damos lectura a Isaías 9,6 entendemos fácilmente en clave cristológica, que el hijo de Dios viene para instaurar un orden nuevo: “Se sentará en el trono de David; lo restaurará y consolidará por el derecho y la justicia, hasta la eternidad”. Y según el mismo Isaías (7,14),  este pequeño situado en el Templo ante los hombres de la ley es “una señal, porque el nacido de la Virgen será nombrado como Emanuel –Dios con nosotros-“. 

Es por ello que se da la curiosa paradoja, de que los mismos fariseos y doctores de la ley que estaban ante el niño, y que esperaban como judíos la venida del mesías, no son capaces de reconocerle (Juan 1,11); ya que la disposición de ellos religiosamente hablando, estaba estructurada de una manera orgánica y no desde el plano humano y sensible que inaugura Jesús de Nazaret. Admiremos aquí la grandeza de Dios, que una vez más deja claro que “Él elije a lo que no cuenta para anular a lo que cuenta” (1Cor 1,27). 
Y lo hace en la figura de un niño, por la hondura de humanidad y sensibilidad que entraña la infancia. “Si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los cielos” (Mt 18, 1-4). Afirmación de Jesús, que nos interpela no para el momento cercano a la muerte. Al contrario, nos invita a desde ya a optar por los valores que representa Él mismo como infante o cualquier niño, respecto de la sencillez, confianza, amorosidad, humildad, limpieza de corazón, y sobre todo la capacidad para desde esa limpieza hacerlo todo nuevo. 
Cuántas veces hemos visto en televisión a niños que tras una catástrofe natural, consiguen jugar y volver a su mundo de infancia aun a pesar de las pérdidas ocasionadas. Los adultos nos agarramos con determinación a nuestras seguridades y nos cuesta desprendernos, y no debiéramos de perder de vista que la limpieza de corazón es algo que está a nuestro alcance, pues puede hacernos testigos de los valores que atesora ese niño cuyo nombre es dulce y que se perdió en el Templo. 
Por lo tanto, recordando al teólogo frances Jean-FranÇois Six, dejadme que os diga que “lo esencial es ser limpios de corazón y limpios de manos, dejando de lado toda prescripción religiosa relativa a alimentos o cuestiones de poco calado. Corazón y manos significaban para los judíos el pensamiento y la acción. 
Y la hipocresía consiste precisamente en disociar lo uno de lo otro (Mt 15,17-20)”. 
Es por ello, que el niño perdido en el Templo, luego en las bienaventuranzas nos confirmará una de las cosas más necesarias para la vida de un cristiano: “dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt 5,8). 
Estimados hermanos y hermanas de esta hermandad, de nosotros depende que el testimonio de aquel niño exaltando los valores del Reino de Dios, no caiga en el olvido. De nosotros depende hacer un constante memorial de actualización, pues con nuestras acciones demostraremos que la sensibilidad y la humanidad pueden más que las prescripciones y pueden levantar un Templo de vida –que somos nosotros-, asistidos por el Espíritu Santo. 
Todo ello sirva para engrandecer el Dulce Nombre de Jesús, ante la serena mirada de Nuestra Madre de la Paz. Feliz camino por el desierto cuaresmal. Laus Deo.

Florencio Salvador Díaz Fernández.

Bachiller en Teología Cristiana.
* Publicado en la revista cuaresmal "BLANCA Y COLORÁ" nº 11. Año 2014.

domingo, 23 de marzo de 2014

PLEGARIA DEL ESPÍRITU DE CHIPIONA


Dios y Padre bueno, que nos amas y nos buscas.
Te queremos. Te queremos y nos sentimos queridos.
Somos obra tuya, causa de tu creación y tenemos la certeza
de que jamás nos abandonas a nuestra suerte.
Prueba de ello es aquel Arco Iris de colores,
que mostraste a Noé como fidelidad de amor
al hombre y a la mujer de cada tiempo (Gn 9,13).
La persona es tu fascinación, Padre de amor.
La persona, su dignidad y su vida.
Por ello, llegado el momento nos enviaste a tu hijo Jesús,
que culminaría con un testimonio de vida y obras,
el amor que sientes por el mundo y por la gente.
Jesús nos mostró el vivo rostro de la misericordia,
del perdón sin fin.
Fue el vivo rostro de la amorosidad entregando amor en tu nombre,
restaurando la dignidad perdida, atendiendo a los desestimados,
calmando las ansias de venganza; y mostrando a todos
que es posible ser las manos de Dios, siendo fraternos,
respetuosos y comprensivos.
Cuando Jesús estaba reunido con sus discípulos,
nos envió su Santo Espíritu.
Como fuerza renovadora.
Como ánimo perenne para continuar viviendo esperanzados
en el sentido comunitario del cristianismo y sus valores.
Por este mismo Espíritu te damos gracias Padre.
Porque lo sentimos cerca, en nuestra vida.
Y porque este Espíritu lo sentimos de manera especial en Chipiona,
junto a nuestra madre la Virgen María Regla y fundamento de nuestra fe.
Que tu Hijo Jesús nos siga animando con este Espíritu
que se nos ha entregado y por el que vivimos.
Que por intercesión de la Virgen María, Regla y amparo de nuestra fe,
 todos continuemos sintiéndonos herman@s
y abrazados por el amor de Jesucristo. Amén.


Floren Salvador Díaz Fernández.

viernes, 21 de marzo de 2014

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - A GUSTO CON DIOS

3 Cuaresma (A) Juan 4, 5-42
A GUSTO CON DIOS

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA19/03/13.- La escena es cautivadora. Cansado del camino, Jesús se sienta junto al manantial de Jacob. Pronto llega una mujer a sacar agua. Pertenece a un pueblo semipagano, despreciado por los judíos. Con toda espontaneidad, Jesús inicia el diálogo. No sabe mirar a nadie con desprecio, sino con ternura grande. “Mujer, dame de beber”.
La mujer queda sorprendida. ¿Cómo se atreve a entrar en contacto con una samaritana? ¿cómo se rebaja a hablar con una mujer desconocida?. Las palabras de Jesús la sorprenderán todavía más: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría del agua de la vida”.
Son muchas las personas que, a lo largo de estos años, se han ido alejando de Dios, sin apenas advertir lo que realmente estaba ocurriendo en su interior. Hoy Dios les resulta un “ser extraño”. Todo lo que está relacionado con él, les parece vacío y sin sentido: un mundo infantil, cada vez más lejano.
Los entiendo. Sé lo que pueden sentir. También yo me he ido alejando poco a poco de aquel “Dios de mi infancia” que despertaba dentro de mí tantos miedos desazón y malestar. Probablemente, sin Jesús nunca me hubiera encontrado con un Dios que hoy es para mí un Misterio de bondad: una presencia amistosa y acogedora en quien puedo confiar siempre.
Nunca me ha atraído la tarea de verificar mi fe con pruebas científicas: creo que es un error tratar el misterio de Dios como si fuera un objeto de laboratorio. Tampoco los dogmas religiosos me han ayudado a encontrarme con Dios. Sencillamente me he dejado conducir por una confianza en Jesús que ha ido creciendo con los años.
No sabría decir exactamente cómo se sostiene hoy mi fe en medio de una crisis religiosa que me sacude también a mí como a todos. Solo diría que Jesús me ha traído a vivir la fe en Dios de manera sencilla desde el fondo de mi ser. Si yo escucho, Dios no se calla. Si yo me abro, él no se encierra. Si yo me confío, él me acoge. Si yo me entrego, él me sostiene. Si yo me hundo, él me levanta.
Creo que la experiencia primera y más importante es encontrarnos a gusto con Dios porque lo percibimos como una “presencia salvadora”. Cuando una persona sabe lo que es vivir a gusto con Dios porque, a pesar de nuestra mediocridad, nuestros errores y egoísmos, él nos acoge tal como somos, y nos impulsa a enfrentarnos a la vida con paz, difícilmente abandonará la fe. Muchas personas están hoy abandonando a Dios antes de haberlo conocido. Si conocieran la experiencia de Dios que Jesús contagia, lo buscarían.
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia). 

viernes, 14 de marzo de 2014

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - ESCUCHAR A JESUS

2. Cuaresma (A) Mateo 17, 1-9
ESCUCHAR A JESÚS
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

El centro de ese relato complejo, llamado tradicionalmente “La transfiguración de Jesús”, lo ocupa una Voz que viene de una extraña “nube luminosa”, símbolo que se emplea en la Biblia para hablar de la presencia siempre misteriosa de Dios que se nos manifiesta y, al mismo tiempo, se nos oculta.

La Voz dice estas palabras: “Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo”. Los discípulos no han de confundir a Jesús con nadie, ni siquiera con Moisés y Elías, representantes y testigos del Antiguo Testamento. Solo Jesús es el Hijo querido de Dios, el que tiene su rostro “resplandeciente como el sol”.
Pero la Voz añade algo más: “Escuchadlo”. En otros tiempos, Dios había revelado su voluntad por medio de los “diez mandatos” de la Ley. Ahora la voluntad de Dios se resume y concreta en un solo mandato: escuchad a Jesús. La escucha establece la verdadera relación entre los seguidores y Jesús.
Al oír esto, los discípulos caen por los suelos “llenos de espanto”. Están sobrecogidos por aquella experiencia tan cercana de Dios, pero también asustados por lo que han oído: ¿podrán vivir escuchando solo a Jesús, reconociendo solo en él la presencia misteriosa de Dios?
Entonces, Jesús “se acerca y, tocándolos, les dice: Levantaos. No tengáis miedo”. Sabe que necesitan experimentar su cercanía humana: el contacto de su mano, no solo el resplandor divino de su rostro. Siempre que escuchamos a Jesús en el silencio de nuestro ser, sus primeras palabras nos dicen: Levántate, no tengas miedo.
Muchas personas solo conocen a Jesús de oídas. Su nombre les resulta, tal vez, familiar, pero lo que saben de él no va más allá de algunos recuerdos e impresiones de la infancia. Incluso, aunque se llamen cristianos, viven sin escuchar en su interior a Jesús. Y, sin esa experiencia, no es posible conocer su paz inconfundible ni su fuerza para alentar y sostener nuestra vida.
Cuando un creyente se detiene a escuchar en silencio a Jesús, en el interior de su conciencia, escucha siempre algo como esto: “No tengas miedo. Abandónate con toda sencillez en el misterio de Dios. Tu poca fe basta. No te inquietes. Si me escuchas, descubrirás que el amor de Dios consiste en estar siempre perdonándote. Y, si crees esto, tu vida cambiará. Conocerás la paz del corazón”.
En el libro del Apocalipsis se puede leer así: “Mira, estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa”. Jesús llama a la puerta de cristianos y no cristianos. Le podemos abrir la puerta o lo podemos rechazar. Pero no es lo mismo vivir con Jesús que sin él.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

domingo, 9 de marzo de 2014

TODO PARA VOSOTR@S - DÍA DE LA MUJER 8 DE MARZO


TODO PARA VOSOTR@S



Para las mujeres que se sienten mujer.
Para las mujeres que sienten que con cada golpe dejan de serlo.
Para las mujeres que nacieron con cuerpo de hombre.
Para todos los hombres que nacieron con entrañas de mujer.
Para todos los que son en casa el alma y la sensibilidad de la mujer.
Para las que por causa del hambre o la guerra, no llegarán a ser mujeres.
Para las mujeres que son vilipendiadas. 

Para las mujeres que luchan en su enfermedad.
Para las que dieron su vida por los derechos de las trabajadoras.
Para las mujeres que lucharon por el sufragio universal.
Para las mujeres que aman y no son amadas.
Para las mujeres que no saben lo que es el amor.
Para las mujeres que aman a otra mujer.

Para las mujeres que fueron madres.
Para las mujeres que no fueron o no quisieron ser madres.
Para las que aman a un hombre que las hace dignas.
Para las mujeres con alma de niñas.
Para las mujeres maduras.
Para las mujeres florero, aun a su pesar.
Para las mujeres, dignas.
Para las mujeres aventureras.
Para las mujeres que son simplemente personas.
Para todas y para todos.
Muacc...

Atte. Floren Salvador Díaz Fernández.

sábado, 8 de marzo de 2014

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - NUESTRA GRAN TENTACIÓN

1 Cuaresma (A) Mateo 4, 1-11
NUESTRA GRAN TENTACIÓN
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA, 05/03/14.- La escena de “las tentaciones de Jesús” es un relato que no hemos de interpretar ligeramente. Las tentaciones que se nos describen no son propiamente de orden moral. El relato nos está advirtiendo de que podemos arruinar nuestra vida, si nos desviamos del camino que sigue Jesús.

La primera tentación es de importancia decisiva, pues puede pervertir y corromper nuestra vida de raíz. Aparentemente, a Jesús se le ofrece algo bien inocente y bueno: poner a Dios al servicio de su hambre. “Si eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes”.
Sin embargo, Jesús reacciona de manera rápida y sorprendente: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de boca de Dios”. No hará de su propio pan un absoluto. No pondrá a Dios al servicio de su propio interés, olvidando el proyecto del Padre. Siempre buscará primero el reino de Dios y su justicia. En todo momento escuchará su Palabra.
Nuestra necesidades no quedan satisfechas solo con tener asegurado nuestro pan. El ser humano necesita y anhela mucho más. Incluso, para rescatar del hambre y la miseria a quienes no tienen pan, hemos de escuchar a Dios, nuestro Padre, y despertar en nuestra conciencia el hambre de justicia, la compasión y la solidaridad.
Nuestra gran tentación es hoy convertirlo todo en pan. Reducir cada vez más el horizonte de nuestra vida a la mera satisfacción de nuestros deseos; hacer de la obsesión por un bienestar siempre mayor o del consumismo indiscriminado y sin límites el ideal casi único de nuestras vidas.
Nos engañamos si pensamos que ese es el camino a seguir hacia el progreso y la liberación. ¿No estamos viendo que una sociedad que arrastra a las personas hacia el consumismo sin límites y hacia la autosatisfacción, no hace sino generar vacío y sinsentido en las personas, y egoísmo, insolidaridad e irresponsabilidad en la convivencia?
¿Por qué nos estremecemos de que vaya aumentando de manera trágica el número de personas que se suicidan cada día? ¿Por qué seguimos encerrados en nuestro falso bienestar, levantando barreras cada vez más inhumanas para que los hambrientos no entren en nuestros países, no lleguen hasta nuestras residencias ni llamen a nuestra puerta?
La llamada de Jesús nos puede ayudar a tomar más conciencia de que no sólo de bienestar vive el hombre. El ser humano necesita también cultivar el espíritu, conocer el amor y la amistad, desarrollar la solidaridad con los que sufren, escuchar su conciencia con responsabilidad, abrirse al Misterio último de la vida con esperanza. 
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

jueves, 6 de marzo de 2014

UNA EUROPA ENTRE VACAS Y DESEMPLEADOS

Una Europa entre vacas y desempleados
Del 22 al 25 de Mayo del presente año, los 500 millones de ciudadan@s de la Unión Europea podemos ejercer nuestro derecho a la elección de la Eurocámara. Esta institución europea, está integrada por 751 parlamentarios eurodiputados, que representan a los 28 estados miembros que componen la unidad europea, la UE. Hay quienes dicen de nuestro continente “la vieja Europa”, y quizás dicen bien, aunque muchos de nosotros no nos resignemos a la sensación olorosa de la naftalina que conlleva este apelativo, y que se escapa en ocasiones por las puertas de la eurocámara. 

Votar considero que es un derecho y moralmente un deber, pues opino que si no ejerces tu derecho al voto, ¿a quién vas a exigirle las políticas que afectan a tu medio o a tu persona? 
Pero lo que yo piense es insignificante, en comparación con la sensación mayoritaria que tiene el conjunto de los ciudadanos europeos, que se encuentran hastiados y desconfían de la política en muchos casos. Citando a la Cadena Ser en un sondeo reciente, para “el 60% de los encuestados la Unión Europea se ha convertido en una organización sobredimensionada, ineficiente y costosa. También más de la mitad piensa que defiende, sobre todo, los intereses de los países más poderosos, como Alemania y que a los españoles ahora mismo ya no nos beneficia formar parte de la UE”. 

"Merecemos una Europa mejor, y merecemos una política que moralmente sea merecedora de la confianza de los ciudadanos. ¡¡Vamos a intentarlo!! Por Europa y por la gente"

Aun así, “los ciudadanos sí que reconocen que si no hubiéramos pertenecido a la Unión Europea seríamos un país menos moderno, menos rico, menos solidario y con una democracia de peor calidad. Así lo cree el 46% de los encuestados aunque, piensa que no, una nada despreciable cifra del 35%”. Lo cierto y verdadero es que afrontamos los comicios europeos con la sombra de la abstención en ciernes, y con una clase política despreciada por la mayoría de los ciudadanos. Son clamorosos los casos, en los cuales la diplomacia no ha podido agilizarse y ha sido imposible actuar en conflictos bélicos que se saldan con miles de vidas humanas ya perdidas. 
Es inaguantable la magnificencia de los casos de corrupción que afectan a políticos en toda Europa, y en instituciones respaldadas por Europa como las monarquías constitucionales. 

Si se me permite el jocoso símil, es imposible estar atentos a diario al refriado de la presidenta de Alemania, la Sra. Merkel, para estar pendientes y con el alma en vilo, ante la posible subida de la prima de riesgo y los tipos de interés. 
Cuando se tratan estos temas de tanta altura y de tantas proporciones, ¿en qué estrato de la sociedad europea dejamos a los pobres, los mal alimentados, los devorados por las hipotecas, los desempleados, los usurpados de sus casas por la voracidad de bancos que presumen hoy ya de beneficios, los continuamente vilipendiados por su sexo, los que aun lloran a sus víctimas de conflictos pasados clamando justicia, los que continuamente ven en Europa y en sus fronteras una esperanza a su malograda vida, las mujeres a las que se les recorta derechos, los traicionados y los cabreados? 
¿Qué ofrece Europa a estos, que son el grueso y el grito de la sociedad de nuestro continente? Ante esta suerte calamitosa de situaciones reales y de carne y hueso –no cito lo anterior por demagogia, que conste-, los ciudadanos debemos tomarnos la molestia de buscar oportunidades, para que merezca la pena votar el Europarlamento. 
Sí. Lo creo firmemente, quizás porque aun soy joven y espero demasiado de la gente. Y si me permite usted, le voy a poner por delante un tremendo titular de Salvatore Nigro, gestor de relaciones de la Educación para Fundaciones de Empleo en Europa, que confirma las desigualdades existentes en nuestro continente. 
Dice así: “la Unión Europea invierte en vacas, diez veces más que en la gente joven”
Hay que reconocer que el titular es demoledor, pero no menos demoledor que la actualidad que se refleja a ojos vistas en nuestra Europa y nuestro mundo. 6.000 millones se prometió adelantar la Unión Europea en 2014 y 2015 para luchar contra el paro juvenil. Una cantidad bastante generosa, aunque mermada cuando se piensa en su reparto entre 28 países en siete años. España obtendrá unos 1.900 millones, o lo que es lo mismo, menos de 2.000 euros por joven parado, lo que obligará al Gobierno a obrar el milagro de los panes y los peces para atender a estas necesidades. 
Cifras por cierto, incomparables a los millones gastados en el rescate de bancos europeos, cuyos beneficios no sirven hoy día para aliviar las cargas hipotecarias de los endeudados hasta el cuello. Según el Eurostat, una vaca recibe de la UE la media de 12,7 €uros, mientras que en un joven la UE se gasta escasamente 1,26 €uros. La Garantía Juvenil es una medida estrella de la Unión Europea, que trata de garantizar que ningún joven de hasta 25 años se quede más de cuatro meses sin trabajo, formación o periodo de prácticas. Para financiarla apropiadamente la Organización Internacional del Trabajo estima que se necesitarán unos 21.000 millones de €uros. 
Con lo cual, si nos fijamos en que los miles de millones adelantados a los gobiernos para luchar contra el paro son 6.000 entre 28 países y para siete años, es fácil que caigamos en el desánimo y que en lugar de votar el 25 de Mayo, pretendamos leer bajo la sombra de un árbol si el sol acompaña. 


Pero no puede ser así, de ninguna de las maneras. En más de una ocasión he reivindicado la rebeldía ante los mercados, el consumismo y esta cultura de la intolerancia a los derechos de los ciudadanos. 
Es importante poder decir alto y claro “NO” en mi nombre, y apostar por ideologías que opten de una manera clara y concisa por los derechos de los ciudadanos de a pié y la prevalencia de lo público como garantía del estado del bienestar o más bien del Digno Estado de Vida. Un Digno Estado de Vida, que bombardean constantemente gobiernos conservadores y de derechas; pues son a las clases bajas y medias a las que se les piden más sacrificios para salir de la crisis. 
¡Y aunque lo crean no nos engañan, no! España es un ejemplo fiel de que con el pretexto de la crisis, se cambian las políticas de todo lo público, para sondear la privatización. Se merman prestaciones básicas, se recorta en sanidad en educación, se apuesta por una justicia que cuesta dinero, y encima se benefician mayoritariamente la patronal CEOE y todos los que supuestamente para el gobierno, crean empleo. ¡Cuando esto suceda claro! 
Es imprescindible que los ciudadanos votemos por una Europa laica, en la cual quepan todas las posibles creencias religiosas que no sean lesivas para la comunidad y no interfieran en las directrices políticas de los gobiernos. Es necesario votar con energía y hacer campaña con determinación, para que partidos de extrema derecha que nacen en países de centro Europa como el de la francesa Marine Le Pen, tengan un freno en sus ideologías extremistas. 
En imprescindible que la UE apueste por relacionarse efectivamente, solo con aquellos países que respeten todos los derechos ciudadanos, los raciales y sexuales incluidos. Necesitamos una Europa configurada desde su norte al sur, para que los estudiantes tengan las mismas posibilidades en todo el continente, y para que los programas educativos sean compatibles. 
Ahora más que nunca, es necesaria la solidaridad entre países, para equilibrar con equidad el reparto de los recursos financieros de Europa, para equilibrar la balanza en políticas que atiendan a necesidades básicas de los ciudadanos que están ante el umbral de la pobreza. Y que quedo diciendo …etc. Bueno, pues todos estos ideales se encuentran en la ideología SOCIALDEMÓCRATA.
Una ideología que apuesta por las energías renovables, el impulso de la mujer en todos los flancos de la sociedad, lo público como garantías del Digno Estado de Vida; y el reparto equitativo de los recursos y ayudas. Quien más tiene, nunca puede recibir lo mismo que el que tiene poco o nada. Y factores como este –desde la generalidad-, diferencian en muchos casos la orientación de la Unión Europea. Reconozco por mi parte, que el partido que aúna de una manera más clara el conjunto de la Europa que yo quiero, es el Partido Socialista de Europa, en el cual se incluye el PSOE de España. Es por ello que voy a votar por este partido, por mi partido. Al decir mi partido no entienda usted la obviedad. Los socialistas somos libres y plurales, somos socialdemócratas y por ello podemos optar por nosotros mismos, aunque algunos nos acusen de indisciplinados, cuando la moral de nuestro partido se desplaza hacia el centro ideológico. 
Merecemos una Europa mejor, y merecemos una política que moralmente sea merecedora de la confianza de los ciudadanos. ¡¡Vamos a intentarlo!! Por Europa y por la gente.

Florencio Salvador Díaz Fernandez.
Afiliado del PSOE, Agrupación Local de Estepa

Recomiendo estas webs, para cerciorarse de la importancia de las votaciones Europeas:

sábado, 1 de marzo de 2014

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - NO A LA IDOLATRÍA DEL DINERO

8 Tiempo ordinario (A) Mateo 6, 24-34
NO A LA IDOLATRÍA DEL DINERO
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).


ECLESALIA26/02/14.- EL Dinero, convertido en ídolo absoluto, es para Jesús el mayor enemigo de ese mundo más digno, justo y solidario que quiere Dios. Hace ya veinte siglos que el Profeta de Galilea denunció de manera rotunda que el culto al Dinero será siempre el mayor obstáculo que encontrará la Humanidad para progresar hacia una convivencia más humana.
La lógica de Jesús es aplastante: “No podéis servir a Dios y al Dinero”. Dios no puede reinar en el mundo y ser Padre de todos, sin reclamar justicia para los que son excluidos de una vida digna. Por eso, no pueden trabajar por ese mundo más humano querido por Dios los que, dominados por el ansia de acumular riqueza, promueven una economía que excluye a los más débiles y los abandona en el hambre y la miseria.
Es sorprendente lo que está sucediendo con el Papa Francisco. Mientras los medios de comunicación y las redes sociales que circulan por internet nos informan, con toda clase de detalles, de los gestos más pequeños de su personalidad admirable, se oculta de modo vergonzoso su grito más urgente a toda la Humanidad: “No a una economía de la exclusión y la iniquidad. Esa economía mata”.
Sin embargo, Francisco no necesita largas argumentaciones ni profundos análisis para exponer su pensamiento. Sabe resumir su indignación en palabras claras y expresivas que podrían abrir el informativo de cualquier telediario, o ser titular de la prensa en cualquier país. Solo algunos ejemplos.
“No puede ser que no sea noticia que muera de frío un anciano en situación de la calle y que sí lo sea la caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es iniquidad”.
Vivimos “en la dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”. Como consecuencia, “mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz”.
“La cultura del bienestar nos anestesia, y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esa vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un espectáculo que de ninguna manera nos altera”.
Como ha dicho él mismo: “este mensaje no es marxismo sino Evangelio puro”. Un mensaje que tiene que tener eco permanente en nuestras comunidades cristianas. Lo contrario podría ser signo de lo que dice el Papa: “Nos estamos volviendo incapaces de compadecernos de los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás”.
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).