CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

viernes, 29 de diciembre de 2017

BELÉN: PARADA SIN FONDA - DOLORES ALEIXANDRE






(*) Belén fue solo un lugar de tránsito, una parada imprevista en el itinerario de los dos forasteros que buscaron refugio en una de sus cuevas. No lo habían elegido: se lo impusieron unas circunstancias inesperadas y no sabían que aquel lugar de estancia breve sellaría para siempre al que venía a estar entre nosotros como uno de tantos.
Y es que si iba a vivir sin tener donde reclinar la cabeza, más valía que se fuera acostumbrando. Si iba a moverse entre los que no tenían nada seguro, mejor que se hiciera pronto aprendiz de intemperies. Si iba a caminar expuesto y sin defensas, una cuadra era un buen lugar para ensayar esa extraña manera de vivir sin abrigo.
Si venía a buscar a los más olvidados, mejor que estuviera al alcance de los que se parecían tanto a la gente de los que se iba a rodear después. Si iba a poner del revés el lenguaje de la ganancia y de la pérdida, convenía que supiera por experiencia lo que decía. Si iba a confiar perdidamente en Dios, que supiera pronto que eso no le eximía de probar el desamparo
Si iba a morir desnudo en una cruz, estaba bien que tiritara antes como recién nacido en una noche con frío. Si cuando muriera iban a envolver su cuerpo en un lienzo, mejor que probara antes el roce de unos pañales. Si iba a hacerse él mismo banquete, Belén anticipaba el sabor del pan en la alegría de la mesa compartida.

Recién llegado a nuestra humanidad y portador ya para siempre de las marcas que deja un nacimiento intempestivo. Si de adulto un quiromante le hubiera leído la palma de la mano, le habría augurado: “La línea de la vida, corta; la de la suerte, aventurada y peligrosa; la del corazón, desmesurada”.
A la larga, fue una buena ventura no encontrar sitio en la posada. Qué feliz culpa la de aquel posadero: les cerró la entrada para impedir que entraran y no sabía que estaba abriendo para nosotros las puertas de tanta dicha.
(*) Viene de: http://blogs.periodistadigital.com/un-grano-de-mostaza.php/2017/12/27/belen-parada-sin-fonda

jueves, 28 de diciembre de 2017

LOS SANTOS INOCENTES. UN SACRIFICIO INCOMPRENDIDO

Los Santos Inocentes. Un sacrificio incomprendido
Y lo es, desde luego que lo es. Ni por ser la conmemoración de este masivo infanticidio, está justificado el que se le llame al día, el de los tontos, o que se den inocentadas. Tontos, como decía “Forrest Gump”, son los que hacen tonterías. Admitiremos por ello que la reciente tradición haya establecido estas absurdas connotaciones para este día; pero lo que no debemos olvidar, es el origen y significado de esta fiesta litúrgica. Junto a la Pascua de Resurrección, la fiesta de la Natividad de Jesús, o sea la Navidad, son las únicas fiestas que tienen una octava celebrativa, litúrgicamente hablando. Y en esta octava de navidad en la que estamos, hay colocadas estratégicamente varias fiestas, una de las cuales es esta de hoy, LOS SANTOS INOCENTES.


No es algo que esté puesto al azar y desde luego para nada es algo sobre lo que se deba de frivolizar, por muchos siglos que se hayan sucedido desde entonces. Lo cierto y verdadero es que hay una estrecha similitud, respecto de la venida de Jesús al mundo y el sacrificio de estos inocentes, que según el capítulo segundo del evangelio de Mateo (2,13-18), perdieron la vida de manera inocente a manos de Herodes.
En primer lugar porque Jesús, si bien fue librado en su nacimiento de las garras de Herodes que quería matarlo, perdió al final la vida de manera injusta, por una causa concreta, la del Reino de Dios. Esta fiesta de los santos inocentes no tiene verosimilitud en el tiempo en el que se cuenta en los sinópticos. Las fechas bailan demasiado, pero señalo que no es eso lo que nos importa. Son muchas las cosas que nos cuenta la Biblia sin orden cronológico acertado, y no por ello dejan de tener un mensaje y una enseñanza. Y desde luego este infanticidio lo tiene.
Partimos de la premisa de que Jesús niño, es el salvador que viene. Dios maravillosamente se nos revela en la carne humana, para hacernos ver que en la humanidad tiene su complacencia. Tras un largo periodo de tiempo en el que Israel se ha apartado y acercado continuamente de la presencia de Dios, establecido el tiempo oportuno Jesús llega, para dar un importante toque de atención a la humanidad; para dar el testimonio por antonomasia de entregarse por amor, por amor al prójimo, que somos tu y yo.
Mateo hace cuatro referencias a Egipto en su capítulo dos (versículos 13.14.15 y 19). Y lo hace por el interés que tiene para el hagiógrafo sagrado, la comparativa entre Moisés y Jesús. Moisés es enviado por Dios para salvar a su pueblo (Éxodo 3,14-15), y aunque se resiste a entender el mensaje del trascendente, acaba acatándolo y poniéndose en camino hacia la tierra desde la que otrora huyera (Éxodo 4,19-23). En el periplo de Moisés e Israel hay penitencia, reconciliación, fe e infidelidad, aguas que salvan, fuego que purifica…etc. Todo ello, elementos que vemos con facilidad en la vida de Jesús, y de los cuales Jesús se sirve e incluso participa.
Dios anima a Jacob a que se traslade a Egipto (Génesis 46,1-7), para que desde allí comience su andadura y progresión ante los ojos de Dios, perseverando día a día. Pero es el sacrificio de los inocentes en Egipto del cual se salva Moisés (Éxodo 1,1s), el punto comparativo más acertado con la fiesta que hoy celebramos. Ambos personajes Moisés y Jesús, fueron en su momento los “salvadores” del pueblo, pues sus vidas y obras le valdrían como faro que alumbra el sendero de los creyentes, en cada época de su vida. Y si bien es verdad que Jesús es considerado el hijo unigénito de Dios, Moisés no lo fue menos pues su hazaña le constituyo como uno de los padres del pueblo de Israel, en el cual nos representamos todo el pueblo de Dios.
No deseo alargarme más. Dije antes que poco importa si el infanticidio fue real o no en el tiempo. Lo que importa es que la causa del Reino de Dios, llega al mundo y a nuestras conciencias para remover los corazones y ojalá impregnarlos de misericordia. Jesús fue un indeseado para los poderes acomodados de entonces, y por causa de aquel orden establecido, donde los pobres eran una amenaza y eran considerados menos que nada se tuvo que marchar al exilio.
Muchos murieron entonces y han muerto a lo largo de la historia como aquellos inocentes, solo por defender un ideal e ideario que no permitía la injusticia ni el desorden humano, sino que establecía las bases de una vida reglada por el amor, la bondad y la justicia social. Lo que menos nos importa del evangelio donde se nos cuenta la matanza de los niños es lo que ofrecieron los reyes a Jesús, algo que en absoluto es real. Lo que nos importa es que como aquellos niños, muchas personas siguen muriendo queriendo simplemente un mundo mejor, sin vivir en la miseria y la violencia continuada.


Jesús nace y muere continuamente en la tierra. Nace cada vez que nace una vida o nacen posibilidades de amar y vivir esperanzados. Nace con la sonrisa humana y la ternura, se tenga la edad que tenga, porque nace en nuestros corazones. Y muere, desde luego que sí. Muere cada vez que un homosexual es ahorcado de una grúa o lanzado al vacío desde una azotea en esos países de oscuridad. Muere cada vez que una mujer es golpeada o asesinada. Muere con la infancia rota, con la esclavitud continuada. Muere cada vez que una persona del tercer o primer mundo, siente en sus tripas el lamento del hambre…etc.
Esos son los inocentes asesinados y maltratados de hoy. Por eso esta fiesta de LOS SANTOS INOCENTES es tan actual, tan de hoy y tan de ahora mismo. Ojalá asumamos y no se nos olvide que Dios, ante todo es misericordia. Y si como cristianos nos limitamos simplemente a vivir la fiesta sin mirarnos el corazón e interiorizar el significado de la navidad, entonces si daremos utilidad al hecho de que algunos consideren hoy, el día de los tontos. Con todo respeto.


Fraternalmente, Floren.  

miércoles, 27 de diciembre de 2017

LO QUE NO DEJARÍA DE HACER...

¡A por el niño! Dicen ahora los que no se dan por vencidos y de nuevo están dispuestos a gastarse varios sueldos en décimos de lotería. El caso es que, aunque sea de compromiso yo he llevado lotería de navidad para el 22 de diciembre, e indudablemente, salvo la colaboración con las hermandades no he sido premiado. O sea, el número no ha pasado ni por el bombo. 

Lo cierto es que el día 22, es para mí de los días más bonitos de la navidad; por lo que me alegra saber de los agraciados, así como el maravilloso despliegue que hace la cadena SER para llevar con una inusitada inmediatez, allá donde tocan los premios. 
Lo cierto es que, ¿quién no se ha preguntado con sinceridad, que haría si me tocara la lotería? Todos tenemos una milésima de esperanza de que nos toque, pues si no, no compraríamos ni un décimo o participación. Pero diré algo y que conste que no es postureo. Por mi parte acabo antes reflexionando sobre lo que NO DEJARIA DE HACER si me tocara la lotería.
No dejaría de levantarme a las siete de la mañana para orar y darle los buenos días al Señor, siendo consciente de la realidad que me rodea.
No dejaría de trabajar y de seguir intentando sacar una sonrisa a las personas a las cuales les llevo alegrías e ilusión con mis arreglos florales.
No dejaría de admirar la naturaleza y extasiarme ante una flor silvestre, florecida en un pedregal.
No dejaría de amar a mis animales y compañeros de vida.
No dejaría de expresar lo que pienso con respeto y determinación, aun a pesar de los costes.
No dejaría de detestar la mentira y la falsedad.
No dejaría de ser coherente hasta el extremo.
No dejaría de disfrutar del silencio de un paseo por el campo, y la quietud de los olivares al atardecer.
No dejaría de amar las Escrituras y su mensaje escondido.
No dejaría de valorar una buena lectura y los libros impresos en papel.
No dejaría de dar besos a quienes quieran recibirlos.

No dejaría de hacer bromas, hasta de mi propia sombra.
No dejaría de ver mil veces la peli: “Sentido y sensibilidad”.
No dejaría de querer a los míos y adolecerme por el que sufre.
No dejaría de tener un ideal progresista desde el más absoluto respeto al otro.
No dejaría de desayunar cada día en casa de mi tita.
No dejaría de intentar ser una persona digna, aun a pesar de mis luces y mis sombras.
En definitiva. Que no nos cambie ni el dinero ni la presunción de nada. En la sencillez, el trabajo y la cotidianeidad están las recetas básicas para pasar por el mundo haciendo el bien. Ojalá nos afanemos a ello en estas navidades que vivimos y en el próximo año que afrontamos.

Fraternalmente, Floren.

martes, 12 de diciembre de 2017

LA REHABILITACIÓN DE TEILHARD DE CHARDIN - José Mª Castillo, Doctor en Teología

En las últimas semanas, se viene destacando, en la prensa y en las redes, el proyecto de rehabilitar, desde el punto de vista de su ortodoxia doctrinal, las valiosas enseñanzas que nos dejó la enorme, original y excelente producción intelectual del jesuita Pierre Teilhard de Chardin. Sin duda alguna, uno de los más brillantes intelectuales católicos de la primera mitad del siglo pasado. Y uno de los testigos más audaces de la fe cristiana de los últimos tiempos.
No pretendo yo aquí hacer el elogio de quien ha sido tantas veces elogiado por escritores más competentes que yo, tanto en el ámbito de la ciencia, como en cuanto se refiere a la teología y a la espiritualidad. Sólo quiero insistir en un tema, que me parece capital. Y en el que nunca insistiremos lo suficiente y lo debido.

Durante buena parte del siglo pasado y comienzos del actual, especialmente en los pontificados de Pío XII y de Juan Pablo II, hemos sido muchos los teólogos a los que se nos ha desautorizado, se nos ha retirado la “venia docendi”, en no pocos casos sin el juicio legal correspondiente e incluso (hablo desde mi propia experiencia) sin saber por qué se nos castigaba públicamente. Se nos comunicaba oralmente la prohibición, sin posibilidad de defenderse, puesto que ni sabíamos por qué se nos castigaba. En el caso de Teilhard, como en otros casos, se sumaba una circunstancia agravante; el sujeto castigado “teológicamente” era, además, expulsado de su casa y de su patria. Teilhard fue extraditado de Francia y se vio obligado a emigrar a Estados Unidos. Murió en Nueva York el 10 de abril de 1954.
Son duras, muy duras, estas situaciones. Porque incluso cuando puedes demostrar que no has defendido ninguna herejía o doctrina contraía a fa de la Iglesia, el hecho de haber sido castigado por la autoridad religiosa oficial, lleva consigo inevitablemente que, en el resto de tus días, tienes que cargar con el “san Benito” de tanta gente que se dice o sospecha: “si lo han castigado, algo habrá hecho”. Y ese “algo habrá hecho”, nadie te lo quita de encima. A no ser que se produzca una rehabilitación que venga de las más altas instancias de la Iglesia. Lo que hizo, por ejemplo, Juan Pablo II con Galileo. Pero, ¿de qué le ha lucido a Galileo después de varios siglos? Si, dentro de cuatro siglos, un buen Papa rehabilita a Teilhard, ¿de qué le va servir a este sabio eminente que un clérigo del más alto nivel salga diciendo que es verdad lo ya sabrán de memoria hasta los chiquillos de la escuela?

Y ya sabemos lo que pasa: cuando se llega tarde, se pierde el tren. Y no es que se llegue con retraso de cuatro minutos, sino de cuatro siglos. Mucho me temo que, con tanto retraso, no vayamos a ninguna parte.   

lunes, 11 de diciembre de 2017

EL PAPA FRANCISCO PROFETA DEL SIGLO XXI AL ESTILO DE JESÚS

Considero a Francisco un profeta del siglo XXI, sí. Además su coherencia respecto de muchos temas es de tal magnitud, que ha logrado que muchas personas, distantes durante mucho tiempo, contemporicen con él y por ende con la Iglesia.

Cuando muchas personas opinamos de la Iglesia y sobre temas que le atañen, equivocadamente se nos puede tachar a la ligera de enemigos de..., pero nada más lejos de la realidad.
En muchos casos la Iglesia nos ha dado lo mejor y en otros casos nos ha dado lo peor, sí. Duro, pero real.
Ahora bien, cuando uno lee estos titulares(*) protagonizados por el papa Francisco, al menos yo considero que en muchos aspectos no soy yo el único confundido o rebelde sino que en la Iglesia hay muchas personas que desean que la comunidad eclesial, a la que queremos, sea fraterna, esté absolutamente exenta de privilegios y abrace sin preguntar de donde vienes ni a donde vas. Este es el camino de Jesús, el que lleva el papa Francisco, un hombre sin duda de Paz y Bien. ¡¡Benditos sean sus pasos!!

(*) http://www.eldiario.es/sociedad/Francisco-laico-confesionales-terminan-Historia_0_516899027.html

jueves, 7 de diciembre de 2017

MALIKA MALUC – Una Inmaculada del siglo XXI


Se llama Malika Maluc y es de Senegal, de la zona de Palmarín en África. Tiene diecinueve años y es una chica muy guapa, de pelo negro zaino muy rizado y ojos de un verde intenso. Tan intenso, que su madre siempre le decía: -hija mía, en tus ojos se siente la fuerza de la vida y de la selva. Es hija de pescadores, aunque su padre murió hace muchos años por causa de la picadura de una serpiente. Ella no recuerda su rostro, aunque, como siempre su madre le habló de él, Malika tiene un recuerdo muy afectuoso de su padre; al cual reza siempre mirando a la inmensidad del océano Atlántico Norte. 
Ese océano al cual ella se lanzó con un grupo de cuarenta y siete personas en un cayuco de mala muerte, capitaneado por un pirata de Gambia, al cual tuvo de darle sus ahorros de toda una vida, para aceptarla en semejante aventura. Malika Maluc viajó sola, sin nadie de su poblado o región. Quiso hacer la travesía hacia España, porque España era futuro, al igual que Europa. Y si bien es verdad que muchos morían, también tenían noticias de aquellos que lograban llegar sanos y salvos sin ser interceptados por los guardacostas, y conseguían alcanzar un nuevo destino donde había futuro en sus vidas. 
Malika tiene muchos motivos para lanzarse a esta terrorífica aventura. Su poblado es constantemente asaltado por bandas que secuestran a las chicas para esclavizarlas en trabajo o sexo, y a duras penas pueden repeler los ataques de estas mafias. Además, ella sabe que no tiene futuro en su país. África es un continente rico, pero sin posibilidades de futuro pues la riqueza de la tierra se la quedan unos pocos, además de las multinacionales igualmente explotadoras. 

A todo esto se le une una circunstancia que le dio el empujón definitivo para hacer la travesía. Está embarazada. Y el padre de su bebé, murió ahogado en una travesía como la de ella. Cuando supieron del embarazo, Sambeé, su pareja, decidió hacer primero la travesía a España, ganar dinero y mandar todo lo posible a casa; hasta que pudiera tener la seguridad de ofrecer un hogar a Malika y a su hijo. Porque él, sabía que sería un niño y le pondría de nombre Martin, por Martin Luther King. 
El caso es que cuando llegó a su familia la zozobra de la barcaza en la que viajaba Sambeé, Malika –rota de dolor- tuvo el convencimiento de que debía hacer ella misma la travesía en solitario. Se lo debía en primer lugar a su bebé, y se lo debía a su querido Sambeé; el hombre de su vida cuyo amor, respeto y caricias de ébano que nunca jamás olvidaría. Lo que Malika Maluc no podía saber al embarcarse en aquel cayuco, es que por causa de una temible tempestad y un mar picado, veinte millas antes de la costa de la isla española de El Hierro; su cayuco naufragaría y todos sus ocupantes serían arrojados al vacio por un golpe de mar, sin chalecos salva vidas y sin posibilidad ninguna de pedir auxilio. Lo último que Malika pudo ver cuando se hundía en la oscuridad del inmenso Atlántico, era la luna llena. Preciosa. Como preciosos seguían siendo, sus ojos verdes. Fin.

Malika Maluc era una chica de una pureza de virtudes enorme y un corazón de bondad inconmensurable. Chica modelo en su poblado, responsable y afanada en las tareas propias de quienes sienten la obligación de alimentar a los suyos. Cuando conoció a Sambeé, supo que el como hombre era un regalo del cielo, en una cultura donde la mujer siempre tiene las de perder. No hubo nada más bonito para ella que entregarse a él. Lo hizo consciente de lo que hacía. Se querían y querían dar vida, y la dieron. Aunque por desgracia ni su vida ni la vida del nonato, tenían futuro en nuestro mundo.

El Espíritu que animó el amor de Malika y Sambeé, el Espíritu que llenó de vida sus vidas con la ilusión de aquel embarazo, es el mismo Espíritu por el que María y José concibieron a Jesús de Nazaret, el salvador del mundo y cuya venida esperamos. Eso si, esperamos su venida porque sabemos que no va a venir; pero ¿somos conscientes de que José y María llaman constantemente a nuestras puertas, que traen al Salvador consigo? Lo somos, pero miramos para otro lado. Desde la perspectiva de la pureza del corazón e intenciones, Malika es igual a María la madre de Dios. Pero Malika maluc es una amenaza para nosotros, para nuestro estado del bienestar. ¿Cómo rendir culto a María Inmaculada, si hay mujeres de semejante pureza a la de esta y son asesinadas por sus parejas, humilladas en sus trabajos, mal pagadas, o apartadas de nuestras costas porque no son de los nuestros?

Esta es la cuestión, lector. Esta es la cuestión que tenemos tendiente hoy en día los cristianos del siglo XXI. Adoramos a Cristo y a su Madre porque sabemos que NO VAN A VENIR.
Si vinieran de veras, otro gallo cantaría.

Siento la dureza de este escrito, pero me desgarra el alma tantas vidas perdidas en la mayor fosa común del universo y de todos los tiempos; el Estrecho de Gibraltar. Abramos, ¡por amor de Dios! Abramos nuestras mentes y corazones a la fraternidad. Sanemos heridas, alimentemos al abatido y hambriento. Ahí está Jesús. Esa es tu navidad y la mía.

Fraternalmente, Floren.