CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

domingo, 29 de mayo de 2022

ASCENSIÓN, ASCENDER, SECUESTRO, ABDUCCIÓN.

Lo cierto es que antes de la fiesta de Pentecostés la liturgia nos ofrece esta bella fiesta de la Ascensión de Jesús. Si es un mito o una realidad que los discípulos vivieron físicamente lo podemos ver ahora a continuación. Pero profundicemos un poco en anteriores ascensiones. A pesar de los numerosos personajes que pueblan la biblia de los setenta y de las grandes personalidades que relatan, profetas, reyes, sacerdotisas, jueces, apóstoles, vírgenes...etc; solo tres personas de toda nuestra Biblia ascendieron al cielo.


Estos fueron el patriarca Enok (Enoc), el profeta Elías y Jesús de Nazaret. Hay una salvedad muy significativa y es que excepto Jesús que murió y resucitó, Enok y Elías fueron abducidos o secuestrados en vida. Es por ello que les buscaron en la tierra y sin haberlos encontrado, a Elías -por ejemplo- siempre se le esperó. 

Se le esperó e incluso se consideró que su espíritu era el de Juan el Bautista confundiéndole con él en una especie de reencarnación. Igualmente se llega a decir lo mismo de Jesús en comparación con Elías. Enok simplemente es arrastrado hacia el cielo. El relato de Elías es magnífico, ya que sube en el conocido carro de fuego dejando a su criado Eliseo como profeta heredero de su misión. 

Por el contrario la ascensión de Jesús solo la cuentan tres relatos, dos del mismo autor -Lucas- en el evangelio y en los Hechos de los Apóstoles y el tercero perteneciente a Marcos, el cual se sabe que fue incluido muy posteriormente como influencia de los relatos lucanos. Es muy significativo que el relato de la ascensión de Jesús no figure en ningún otro evangelio, aunque sí se haga alusión al hecho en las cartas de San Pablo y en alguna otra aunque sea sólo por alusión o suposición. 


Cierto es que Lucas elimina un último versículo al final de su evangelio, para no colocar la ascensión en el mismo momento o ligeramente posterior a la resurrección de Jesús. Es por ello que en Hechos vuelve a repetir el relato -ahora sí- para dejar claro que sucedió cuarenta días después. Cuarenta "quadraquinta" sabemos que en la biblia no tiene valor cuantitativo sino cualitativo. No es que fueran específicamente cuarenta días, sino que fue tras un largo periodo de tiempo el que los discípulos de Jesús y sus seguidores primigenios tuvieron que pasar para experimentar nuevamente a Jesús con una significación particular. Los "Hechos" lo presentan como un acto vivido y en el cual físicamente han visto a Jesús elevarse y ser tapado por una nube que -interpretan- lo sube al cielo. 

Hay que tener en cuenta que Jesús NO revivió -volver a la vida biológica y física-, sino que RESUCITÓ -vivir espiritualmente-. Por ello, considero que en realidad lo que vivieron los discípulos en el momento llamado de la ascensión, fue una nueva experiencia del resucitado como la transfiguración; en la cual se exalta el poder de Jesús que -como Dios- es llevado al cielo como anteriormente fueron llevados  Enok y Elías; por ser estos merecedores de la morada eterna al ser considerados semejantes a Dios por su ejemplaridad y santidad. 

En la ascensión de Jesús los discípulos conmemoran el gran tiempo de la espera como expresa magistralmente José Enrique Galarreta: "¡VOLVERÁ!" A nosotros vino y de aquí se marcha, pero volverá y nos enviará su espíritu. Y cuando lo tengamos, solo nos queda escuchar su Palabra. Creer en el Padre suyo y Padre nuestro, y perseverar en nuestras actitudes cristianas para ser merecedores de aquel principio por el que Lucas escribe su Evangelio y Hechos, LA MISIÓN. Id por el mundo y anunciad a Jesucristo. 


Jesús no volverá a nosotros en cuerpo, pero habita en nosotros por medio de su Espíritu que es el mismo Espíritu de Dios. Una fuerza defensora que iluminada con la luz de la conciencia a través del conocimiento de la Palabra de Dios, tiene que hacernos en el mundo instrumentos del Reino de Dios."Mirando al presente, porque la aceptación de Jesús es la aceptación de la misión. Todos los textos terminan, de una u otra forma, en la Misión. Para eso se nos manifiesta Jesús. El sentido de la vida de los cristianos es diferente: constituidos en el nuevo pueblo de Dios, han sido elegidos para la misión, para dar a conocer a todos lo que han recibido. Se puede no aceptar la misión. Se puede no ser cristiano. El que acepta, es para convertirse en mensajero de Jesús." (J.E.Galarreta)

Concluyo. No creo que Jesús subiera al cielo al más puro estilo de superman, no. Eso sería lo más fácil pues para Dios no hay nada imposible. Los discípulos lo expresaron a través del relato de la ascensión, contemplando esta como eclosión máxima de todo lo vivido junto a Jesús tras su resurrección y las muchas veces que le sintieron junto a ellos. De esta manera, lo complejo es glorificarlo con nuestra vida. Considerarlo excelso por su mensaje y obras y estar dispuestos a seguir sus huellas. Eso es lo complicado del asunto. Tras la misa del domingo el día que llamamos del señor, vienen seis días más en los cuales también somos del Señor. 

¿Qué hacemos en ese diario? ¿Pasamos de largo por el misterio continuo de un Dios que nos muestra en cada instante su rostro a través de Jesús resucitado? Ojalá aprendamos que más allá del culto externo, la magnificencia...etc, hay un capítulo muy importante en la vida del cristiano que es la interiorización. La profundización de la Palabra. Estamos viviendo una situación de furor hacia la celebración externa tras el rigor y el terror de la pandemia. 

Pero debiéramos de haber aprendido del silencio, de la búsqueda de Dios en lo cotidiano y en el susurro de su palabra diaria. Debemos ser merecedores del Espíritu de Jesús. Algo que no se nos dará por añadidura, sino por un motivo específico. Continuar con la MISIÓN profética de Jesús de ser en el mundo ejemplo e instrumento de PAZ Y BIEN.

Que tengáis un buen finde de la Ascensión.

Fraternalmente, Floren.

 

¡SALID, AMIGOS Y AMIGAS! (Florentino Ulibarri)

¡Salid, amigos y amigas!

Marchad sin miedo.

Vosotros sois mis testigos en medio del mundo.

¡Salid, amigos y amigas!

Marchad sin miedo.

Os esperan fuera vecinos y conciudadanos.

Sed expresión certera

de la ternura del Dios de la vida.

 

Ternura en vuestro rostro,

ternura en vuestros ojos,

ternura en vuestra sonrisa,

ternura en vuestras palabras,

ternura en vuestras obras,

ternura en vuestra lucha.

¡Salid, amigos y amigas!

Marchad sin miedo.

Vosotros sois mis manos

para construir un mundo nuevo

de fraternidad, libertad y justicia.

Vosotros sois mis labios

para anunciar a pobres y marginados

la buena noticia de la libertad y la abundancia.

Vosotros sois mis pies

para acudir al lado de los hombres y mujeres

que necesitan palabras y gestos de ánimo.

Vosotros sois mi pasión

para hacerme creíble en vuestras casas y ciudades

y lograr que todas las personas vivan como hermanos.

Vosotros sois mi avanzadilla

para lograr la primavera del Reino

y ofrecer las primicias a los que más lo necesitan.

¡Salid, amigos y amigas!

Derramad por doquier

ternura y vida.

¡Salid, amigos y amigas!

Marchad sin miedo.

Mirad toda esa multitud que os espera.

Marchad con alegría.

¡Yo voy con vosotros!