CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

miércoles, 28 de septiembre de 2011

UNA REALIDAD NO ILUMINADA

CARTA A MIS OBISPOS JUAN JOSÉ Y SANTIAGO, EN RESPUESTA A LA SUYA PASTORAL ENVIADA A LA ARCHIDIÓCESIS DE SEVILLA

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Carta a mis Obispos Juan José y Santiago, en respuesta a la suya pastoral enviada a la Archidiócesis de Sevilla


"espero y deseo que atendáis a la riqueza que aporta a la comunidad diocesana de Sevilla, la diversidad de planteamientos ortodoxos u heterodoxos. En cada uno de estos planteamientos habita el Espíritu que nos anima e impulsa, aun a pesar de los posibles naufragios, a continuar en la Iglesia de Jesucristo"

Estimados Obispos, Don Juan José y Don Santiago:
Vayan por delante mi saludo en la paz del Señor y mi gratitud por la enriquecedora carta que con motivo del curso, han tenido a bien escribir a la Iglesia de Sevilla con la cual estoy en comunión.

Suelo dar lectura a las cartas que Don Juan José, nos escribe de manera periódica; pero esta del comienzo del curso suscitaba en mí un interés particular, porque en ella se explicitan los principales proyectos a impulsar en el presente curso. Por ello, entre las reflexiones del pasado evangelio dominical, entre hijos que trabajan o dicen de trabajar en la viña, -digo que- he dado lectura a vuestra carta, de la cual sustraigo algunas conclusiones propias y concretas.
Juventud, laicos, caridad y familia. Ambicioso proyecto, que desde diferentes flancos debe ser impulsado, con la asistencia del Espíritu Santo y las artes que cada uno posee y para beneficio del pueblo de Dios. Desde luego la frase citada por vosotros: “No hay prioridad más grande que ésta: abrir de nuevo al hombre de hoy el acceso a Dios, al Dios que habla y nos comunica su amor para que tengamos vida abundante”  (Benedicto XVI, VD 2); es más que oportuna para denotar la innata vocación a la que es llamada la Iglesia de Jesucristo, desde su colectividad.
Lo que me inquieta es si precisamente nuestra iglesia, está descifrando correctamente los signos de los tiempos, para alcanzar esa iluminación que le predisponga a indicar a otros, cual es el camino oportuno o determinado para acceder a Dios y lo que entendemos por voluntad de Este.
Para intentar ser objetivo, no me puedo centrar en una pastoral concreta para opinar sobre el tema de la juventud, pero si tengo claro, que aunque considero correcto el objetivo del Plan Pastoral Diocesano, “La Parroquia, casa de la Familia Cristiana”; estoy más a favor de descentralizar la parroquia. Intentaré explicarme.
Sevilla, como dijo aquel lema de difusión turística “son sus pueblos”, y los pueblos de Sevilla centran su labor pastoral en el templo sedente y parroquial donde se celebran los ritos religiosos y de carácter cultual. Aun así, todos los que trabajamos a pié de calle reconocemos el déficit colectivo por una vivencia profunda, meditada y auténticamente comunitaria de la vida sacramental de las comunidades locales. La mayoría de las actuaciones pastorales de las parroquias –aunque son voluntarias-, se basan en la pastoral de la costumbre o la obligatoriedad, sin que se realicen actividades determinadas para que por sí mismos, acudan los jóvenes a la iglesia. 

Ampliación de actividades varias a los márgenes de la feligresía, diversidad en los proyectos a llevar a cabo sin que implícitamente tenga que mediar el carácter religioso, para que siendo humanos atraigamos a la gente a la carencia de Dios. Diversidad en la celebración eucarística y los lugares de culto, que pueden llegar a ser incluso itinerantes. Inclusión de actividades pastorales y sus agentes, en actividades sociales y municipales, así como la colaboración con determinadas ONG católicas o aconfesionales…etc. Todo ello podría ayudar a la inclusión de los jóvenes a una vida de fe, desde la propia vida vivida junto a ellos. Para plantearlo de manera coloquial, luego de ser sus amigos le hablaríamos de Dios.
Lo que ustedes desarrollan en su carta, respecto de la formación de los laicos es una necesidad imperiosa en nuestra iglesia, la cual no acabo de tener claro. No lo veo claro, quizás porque no soy clérigo ni estoy ordenado de ningún modo ministerialmente. Pero si tengo claro, que el interés fundado de ustedes por la formación de los laicos, es algo respecto de lo que nuestra iglesia esta muy necesitada y a lo cual nunca se le ha dado el impulso necesario. Casi me atrevo a afirmar, que este asunto se les fue de las manos a ustedes los obispos al meter en un profundo cajón la esperanza y el “aggiornamento” del Vaticano II –autentica esperanza para los laicos de la Iglesia; pero creo que de profundizar en este tema me tilden de demagogo, pues todos somos corresponsables en buena medida, en el correcto funcionamiento de nuestra católica iglesia.
Sinceramente, no se cual es el cimiento sobre el que sustentará la iglesia de Jesucristo en el futuro, pero creo ver por los acontecimientos recientes que este sustento no está en el ministerio de los ordenados presbiteralmente. ¿Será quizás lo laico? No lo se, pues no tengo aptitudes vaticinadoras.
Pero considero que nunca se impulsará de una manera decidida la llamada Nueva Evangelización, mientras no se equipare en cada comunidad de una manera equilibrada la responsabilidad entre Laicos y Clérigos en nuestra Iglesia.
Nombran acertadamente ustedes, a un teólogo español –creo que Olegario González de Cardedal- que afirmo que: “la Iglesia en España tiene atrofiado uno de sus pulmones, necesario para la respiración interior y acción exterior: los seglares”. ¿Esta atrofiado el pulmón seglar o el pulmón clerical?, me pregunto con absoluta sinceridad. Desde luego entiendo que el teólogo afirma aquí, que a los seglares es preciso formarles y concederles campo de actuación de una manera efectiva y responsable.
Pero, ¿qué formación? Los programas educativos son variados y cuantiosos y nuestra diócesis posee los suyos propios. Pero, ¿formación doctrinal señores obispos? Me da un poco de vértigo esa palabra pues se desprende intrínsecamente de la dureza y complexión del magisterio de la Iglesia, el cual determina con su enseñanza si uno está dentro o fuera de lo que piensa la iglesia, antes que la enseñanza de los cauces de la felicidad bienaventurada que Jesús nos ofreció en aquella montaña cercana a Tiberiades. Los seglares, la juventud, los niños, las personas en general no necesitamos una formación doctrinal que piense en los frutos de vocaciones sacerdotales o religiosas de una manera concreta.

Entiendo que ese es un camino por el que nunca veremos la luz. Y las cifras vocacionales desgraciadamente hablan por si solas. ¿Acaso no sería más conveniente una formación explicita para vivir bien la vida, descifrando a Dios poco a poco en la vida de los formados, ayudándoles en sus vidas por medio de un apoyo incondicional sea cual fuere su manera de vivir y su propia naturaleza?
Llegado a este punto, respecto de la vida de los humanos y su concepción de Dios, me pierdo un poco, pues ustedes afirman que el hombre se aparta de la verticalidad respecto de Dios y la comunicación con este. Pero Benedicto XVI nos dice que: “el auténtico problema en este momento actual de la historia es que Dios desaparece del horizonte de los hombres y, con el apagarse de la luz que viene de Dios, la humanidad se ve afectada por la falta de orientación”. Yo desde la pobreza de mi conocimiento teologal, considero que para orientarse en la vida, antes que nada hay que ser consciente de la propia realidad de cada uno, desde el estrato en el que vive. El mundo, situado bajo nuestros pies y en una situación horizontal.
La verticalidad de nuestra relación con Dios, es algo heredado del judaísmo y a lo que Jesús renunció con aquello de “donde dos o mas se reúnen en mi nombre…”. Por ello considero que solo en lo humano y por su medio, el hombre y la mujer de hoy hallaremos a Dios.
Cuando ustedes nos escriben sobre la información a desarrollar sobre la pastoral familiar y la difusión del método “Teen Star” de la doctora Hanna Klaus, entiendo que ustedes consideran al igual que esta profesional de la sanidad y religiosa, que la abstinencia es la mejor receta para el orden sexual afectivo y el control de enfermedades de transmisión sexual. ¿Es malo el placer sin que medie el interés por aumentar la prole, señores obispos? ¿De corazón creen ustedes, que estos planteamientos llegarán a las familias cristianas de hoy y se llevaran a cabo en cada uno de sus miembros?
Permítanme la frivolidad señores obispos, pero “ni claro ni tan calvo”. El método “Tenn Star” y su fundadora han sido denunciados en EE.UU. por otros profesionales de la salud sexual, que han definido este programa como «programa de educación sexual extra-curricular discriminatorio, sexista y médicamente inexacto». Y algo sobre lo que hay tal irregularidad respecto de opiniones y presenta una manifiesta inexactitud, al menos yo no lo considero plausible, para desarrollarlo en nuestra pastoral familiar Diocesana.
Puedo entender que ustedes no aconsejen a este respecto a la profesional de la salud, hermana Teresa Forcades y que ni siquiera recomienden la “Nueva ética sexual” de Benjamín Forcano ya que fue denunciado por el entonces cardenal Ratzinger. Pero esto de “Tenn Star” es algo parecido pero un poco mas documentado y moderno, que aquel método tan fallido de “Ogino-Knaus”, por medio del cual algunos creo que llegamos felizmente al mundo. Lo cual quiere decir que de haber salido las cuentas a nuestro progenitores, al menos yo estaría en el inestable limbo.

Como ustedes entenderán, estas reflexiones han sido meditadas pero provienen de un espíritu joven y libre. Al menos espero que ustedes acojan estas letras con fraternidad cristiana, pues para muchos jóvenes no son un asunto baladí.
Desde luego, a pesar de mi disensión con algunos de vuestros planteamientos, me siento en comunión con vosotros. Junto a Cristo, os ofrezco mi humilde trabajo por la difusión del Evangelio de Jesucristo, y espero y deseo que atendáis a la riqueza que aporta a la comunidad diocesana de Sevilla, la diversidad de planteamientos ortodoxos u heterodoxos. En cada uno de estos planteamientos habita el Espíritu que nos anima e impulsa, aun a pesar de los posibles naufragios, a continuar en la Iglesia de Jesucristo.

Gracias de corazón por vuestra carta. Paz y bien.

Estepa a 28 de Septiembre de 2011. Laus Deo

Atte. Floren Salvador Díaz Fernández
Estudiante de Teología Cristiana 

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - ¿Estamos decepcionando a Dios?

¿ESTAMOS DECEPCIONANDO A DIOS?
27 Tiempo ordinario (A) Mateo 21,33-43
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

Jesús se encuentra en el recinto del Templo, rodeado de un grupo de altos dirigentes religiosos. Nunca los ha tenido tan cerca. Por eso, con audacia increíble, va a pronunciar una parábola dirigida directamente a ellos. Sin duda, la más dura que ha salido de sus labios.
Cuando Jesús comienza a hablarles de un señor que plantó una viña y la cuidó con solicitud y cariño especial, se crea un clima de expectación. La «viña» es el pueblo de Israel. Todos conocen el canto del profeta Isaías que habla del amor de Dios por su pueblo con esa bella imagen. Ellos son los responsables de esa "viña" tan querida por Dios.
Lo que nadie se espera es la grave acusación que les va a lanzar Jesús: Dios está decepcionado. Han ido pasando los siglos y no ha logrado recoger de ese pueblo querido los frutos de justicia, de solidaridad y de paz que esperaba.
Una y otra vez ha ido enviando a sus servidores, los profetas, pero los responsables de la viña los han maltratado sin piedad hasta darles muerte. ¿Qué más puede hacer Dios por su viña? Según el relato, el señor de la viña les manda a su propio hijo pensando: «A mi hijo le tendrán respeto». Pero los viñadores lo matan para quedarse con su herencia.
La parábola es transparente. Los dirigentes del Templo se ven obligados a reconocer que el señor ha de confiar su viña a otros viñadores más fieles. Jesús les aplica rápidamente la parábola: «Yo os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Desbordados por una crisis a la que ya no es posible responder con pequeñas reformas, distraídos por discusiones que nos impiden ver lo esencial, sin coraje para escuchar la llamada de Dios a una conversión radical al Evangelio, la parábola nos obliga a hacernos graves preguntas.
¿Somos ese pueblo nuevo que Jesús quiere, dedicado a producir los frutos del reino o estamos decepcionando a Dios? ¿Vivimos trabajando por un mundo más humano? ¿Cómo estamos respondiendo desde el proyecto de Dios a las víctimas de la crisis económica y a los que mueren de hambre y desnutrición en África?
¿Respetamos al Hijo que Dios nos ha enviado o lo echamos de muchas formas "fuera de la viña"? ¿Estamos acogiendo la tarea que Jesús nos ha confiado de humanizar la vida o vivimos distraídos por otros intereses religiosos más secundarios?
¿Qué hacemos con los hombres y mujeres que Dios nos envía también hoy para recordarnos su amor y su justicia? ¿Ya no hay entre nosotros profetas de Dios ni testigos de Jesús? ¿Ya no los reconocemos? 

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).


jueves, 22 de septiembre de 2011

DEJADLE QUE AMASE A DIOS (TEISMO Y ATEISMO)

DEJADLE QUE AMASE A DIOS

"afrontemos la increencia como una opción personal, respetuosa y a considerar desde el humano respeto."

Eran demasiado calurosos los días, cuando pedí a una serie de amigas y amigos cuya opinión aprecio, una valoración sobre el fenómeno de la increencia o el ateismo. Dimensiones distintas pero conexas. Recuerdo el ocurrente comentario de Armenta, diciéndome que con los calores no eran tiempos para filosofar. Pero creo llegado el tiempo de cerrar unas determinadas conclusiones, y quizás incluso conformar una opinión clara –por mi parte- al respecto, sobre este tema de capital importancia para mí. 

"los cauces de la salvación son tantos y variados, que puede que no pasen ni siquiera por la costumbre de ir a misa los domingos." 

Ni que decir tiene que sobre este tema, tengo mucho que decir a raíz de la magnifica experiencia vivida en el 31 Congreso de Teología de Septiembre, organizado por la Asociación Teologal Juan XXIII, en el cual tratamos sobre los fundamentalismos. Por ir al grano. Increencia, ateismo, desapego de lo religioso, hastío de Dios y lo que le rodea. No nos haremos un favor a nosotros mismos como cristianos, si consideramos a las personas incluidas en estos campos, en desventaja sobre nosotros al no creer en Dios tal y como nosotros creemos. 
Dejamos claro que los cauces de la salvación son tantos y variados, que puede que no pasen ni siquiera por la costumbre de ir a misa los domingos. Por ello, afrontemos la increencia como una opción personal, respetuosa y a considerar desde el humano respeto. Porque en esta vida en la que vivimos, no solo tenemos que ser cristianos, sino personas que viven junto a sus semejantes la experiencia de la vida, en la cual Dios se puede revelar en manifestaciones tan asombrosas como casuísticas. 
Los cristianos en sintonía con lo que dije antes, sintiéndonos portadores de una verdad absoluta y divina, en ocasiones nos exacerbamos con el celo misionero y casi desearíamos al grito de, ¡Dios lo quiere!, volver a evangelizar a la antigua usanza. Volver a aquello que decía el latinazgo antiguo: “Omne verum, a quocumcue dicatur, a Spiritu Sanctu est”, toda verdad, diga quien la diga, viene del Espíritu Santo. Pero resulta que verdad es, conformidad de las cosas, con el concepto que otorga la mente. Entendamos que verdad no tiene porque ser tu planteamiento o el mío, por mucha lógica que de ellos de derive. Decía Antonio Machado, “Tu verdad no, la verdad y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela.” 
Por ello, en la época en la que vivimos es inútil presentar una convicción determinada, sin demostrar unas actitudes o aportar un determinado testimonio. En alguna parte de la Biblia leí que la representación de este mundo se termina, en alusión a la necesidad de ver, palpar y ser participe de los beneficios o circunstancias que te quieren ofertar. Ofertar, nos puede sonar a acción de compra rebajada. Pero ofertar es ofrecer, presentar, mostrar; para que la persona a la que la oferta es manifestada, deguste lo que se ofrece o simplemente lo tome o lo deje. El grupo de los hastiados de la religión va en aumento como el número de divorcios, acaso por el poco interés que suscita hoy en día en los humanos, el sentido del compromiso. 
Lo curioso es que la causa principal de la increencia, observo que es el hastío de la gente por la manipulación de lo religioso, y no porque a la persona le hayan fallado las mediaciones con el Trascendente –Dios-. Explico brevemente esto. Puede considerarse infructuosa una mediación cuando pediste algo a Dios a través de tal santo, y no recibiste respuesta; y otras causas de mercadeo que establecemos con Dios y que no siempre nos son favorables. Como dije al comienzo, rogué opiniones sobre el tema a diversas personas de diferentes corrientes de pensamiento y hallé esto. 

"afrontemos la increencia como una opción personal, respetuosa y a considerar desde el humano respeto."

Antonio Alcaide opina sobre las causas del ateismo o quizás –puntualiza- agnosticismo, al admitir que su causa es que“nuestra acción predomina sobre la contemplación.” A lo que le suma que, “la iglesia no ha conseguido dotarse de las herramientas necesarias, para dialogar en medio de una sociedad, en la que la verdad ha dejado de ser un valor absoluto.” Otra persona expone que, “los ateos son contrarios más que nada a la manipulación de Dios, por parte de los jerarcas, […] conozco a gente en muchos casos ateos o cristianos manifiestamente no practicantes, que respetan y aceptan el mensaje de Jesucristo, al transmitir valores como el amor, solidaridad, perdón, paz, igualdad, justicia, comprensión, ayuda, respeto, sinceridad.” 

“el llevar la Palabra de Dios a los no creyentes”. 
¿A dónde la vas a llevar, 
que tu sepas es bien recibida?

Isabel Sánchez me dice: “Observo a personas que conozco que se denominan ateas y son personas de una gran calidad humana, generosas y con gran capacidad para amar. Y si Dios es AMOR estas personas están en sintonía con Dios sin saberlo o sin admitirlo. […] para llevar a Dios a estas personas, puedo dejarme fluir como yo soy, todos tenemos algo de creyentes.” Considero que estás dos opiniones son concluyentes de por sí, como para dejar de escribir en este momento, pero deseo incluir una opinión a través de una pregunta. Respecto de la transmisión de la fe, o en sentido bucólico el sembrar la semilla de la fe en el corazón de los no creyentes o hastiados de la religión; -digo que- ¿fallamos en la esencia o fallamos en la forma? 
Particularmente creo que fallamos en la forma en la que transmitimos o hacemos llegar la fe. Si algo se aprecia en el siglo XXI, era de lo secular y autónomo, son las relaciones humanas bien fundamentadas. No me refiero a las relaciones familiares, pues “esas nos son impuestas por el enclave socio económico que representa la familia en la actualidad” (Jose Mª Castillo). Sino que me refiero, a las relaciones que podamos establecer de una manera intensa por cualquier motivo amistoso o afición concreta. Incluso podemos relacionarnos de manera residual con otros, y transmitir algo de una manera oportuna y concreta. El caso es que, considero que solo las relaciones humanas como tal, pueden ser vehículo para transmitir la esencia de Dios. 
Creo equivocada la manera de evangelizar como “el llevar la Palabra de Dios a los no creyentes”. ¿A dónde la vas a llevar, que tu sepas es bien recibida? Solo se espera tu palabra humana y expresión verbal. Cálida, amorosa, humana y solidaria. Actitudes ante los otros, que son reflejo de una maduración personal en la fe, tras la experiencia del resucitado en nuestras propias carnes. Digamos, experiencia mística. Lo cual no se debe de confundir con beatitud. El misticismo es para muchos teólogos, uno de los caminos para llegarnos a una correcta evangelización, pues como me recuerda el nombrado amigo Alcaide, decía Rhaner que “el cristiano del siglo XXI, o será un místico o no será cristiano”

"debemos llevar a Jesús dejándonos llevar a nosotros mismos. Como decía una de las opiniones anteriores, puedo llevar a Dios dejándome fluir como soy"

Por ello, volvamos a la esencia, a la actitud y no nos obcequemos en la utilidad identitaria del símbolo –sea la cruz o lo que sea- por que es inútilmente efectiva. No estamos en tiempos de dar ejemplo con una sobre utilización de elementos religiosos que más que acercarnos, nos distancian de la gente pues en sí mismos, establecen una acepción de personas y denotan un partidismo aunque sea religioso. A quien poco conoce de Dios, o se cansó de Él y el sentido de la religión, ¿cómo vamos a convencerle de la realidad de Dios si se lo presentamos como Dios, Todopoderoso y que salva de antemano? 
Seamos conscientes de que “Jesús no se consideraba Dios, pero en lo más íntimo de sus entrañas, en el fondo y en la cima de su conciencia, percibía y tenía esta certeza vital fundamental: que era hijo de Dios, que Dios era su padre, la fuente y la meta cálida de todo su ser, el cimiento y el abrigo de toda su esperanza, el dinamismo de todas sus palabras y acciones, el descanso de todas sus penas y trabajos. Y esa conciencia no la tuvo desde el principio y de golpe, sino que fue desarrollándola, madurándola, ahondándola y percibiéndola a través de un proceso humano y sociológico”. (José Arregui) 
Por ello, considero que debemos llevar a Jesús dejándonos llevar a nosotros mismos. Como decía una de las opiniones anteriores, puedo llevar a Dios dejándome fluir como soy. ¡Esa es la clave! Y para descifrar esta clave lo quiero hacer de esta manera tan singular. 

Mi pueblo, Estepa, desde el temprano otoño hasta Navidad se afana en la fabricación de polvorones y mantecados. Dejando de lado la automatización, el mantecado es un dulce que desde siempre se hacía en las casas con las artes propias del tiempo. Ingredientes básicos como la harina, manteca de cerdo, canela, ajonjolí, alguna especia de más y para de contar. La esencia del mantecado es el amasado, que se realiza con los puños en un gran lebrillo de barro, en el cual se añaden poco a poco los ingredientes, hasta que la masa queda configurada y tiene cuerpo y espesor. 
¡Esta es la clave! 

"a quien poco conoce de Dios, o se cansó de Él y del sentido de la religión, ¿cómo vamos a convencerle de la realidad de Dios si se lo presentamos como Dios, Todopoderoso y que salva de antemano?"

Ayudar a otros a amasar a Dios en su vida hasta encontrarle. Vivir junto a tu prójimo y esperar el momento oportuno hasta que se descubra la amistad, el amor desinteresado y la estima mutua. Es un ponerte al lado de la vida del otro e implicarte en su mundo, como si se hiciera la masa entre los dos. Y aportar tu fuerza al otro y toda tu ayuda, dejando caer los ingredientes poco a poco. De nada sirve darle al otro la masa ya estructurada, como un Dios resolvedor de problemas “in situ”. 
Ese es el error que lleva a la manipulación de lo religioso y se resuelve en el hastío de Dios y lo que lleva su marca. Por ello hay que ayudar a dar cuerpo a esa masa, hay que enfangarse en la vida del otro. ¡No importa que te manches las manos! Si te las manchas, te las manchas de Dios, pues en cada partícula positiva y negativa del ser humano Este se encuentra. Pero descubrámosle y ayudemos a descubrirlo sin demasiados preparativos. “Remanguémonos” los brazos y junto al otro, ayudémosle a amasar a Dios.
Saludos fraternos desde Estepa, corazón de Andalucía.

Floren Salvador Díaz Fernández.
Estudiante de Teología Cristiana

TIERRA (Carmen de Almendralejo)

TIERRA

En ti palpito, en ti resido hasta
que el último hálito de soplo
recargue a mis pulmones,
adherida a ti marco mis huellas
en mi caminar, titubeante
en los aciertos que me dignifican.

¡Sin retroceso! en los fallos
que me adjudican, ¡TIERRA!
Toda tuya soy, porque nací de tu greda
y fundirme quiero sin arrojo competitivo,
sin miedo de los altos olímpicos
dónde habitas las mentiras de mitos
y leyendas, de miedos e infiernos
que me castran.

¡Oh! Tierra te admiro en la hermosura
creadora del hoy, magnificada
en cada segundo en tu prisma,
hasta el último te quiero guardar
en mi retina, respirarte Tierra…
sin premios ni bondades,
tan solo de ti habitarme hasta el último
huecos de cuerpo, de los poros de mi piel,
y que de ti hable las ondas de mi pelo,
que mi boca se agarre a tus pechos
seducida en tu curva
beberme toda la savia de tu belleza
y sabiduría.

EL VALOR DE LA FE, LA IDENTIDAD Y LA COMUNICACIÓN (La ciudad de los pozos-Jorge Bucay)

Recibo estas letras del apreciado amigo Antonio Alcaide, con el que comparto la bella experiencia de la fe. Sobre la hondura de la fe, le escribe a una amiga una carta personal, en la cual le incluye este bello texto; el cual a nadie puede dejar indiferente.
Buen día.

Atte. Floren.

La ciudad de los pozos de Jorge Bucay

Esta ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta. Esta ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes ...pero pozos al fin.
Los pozos se diferenciaban entre sí, no solo por el lugar en el que estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior). Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra.
La comunicación entre los habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las noticias cundían rápidamente, de punta a punta del poblado.
Un día llegó a la ciudad una "moda" que seguramente había nacido en algún pueblito humano: La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se precie debería cuidar mucho más lo interior que lo exterior. Lo importante no es lo superficial sino el contenido.
Así fue como los pozos empezaron a llenarse de cosas. Algunos se llenaban de cosas, monedas de oro y piedras preciosas. Otros, más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más optaron por el arte y fueron llenándose de pinturas, pianos de cola y sofisticadas esculturas posmodernas. Finalmente los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas.
Pasó el tiempo.
La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no pudieron incorporar nada más.
Los pozos no eran todos iguales así que, si bien algunos se conformaron, hubo otros que pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior...
Alguno de ellos fue el primero: en lugar de apretar el contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad ensanchándose.
No paso mucho tiempo antes de que la idea fuera imitada, todos los pozos gastaban gran parte de sus energías en ensancharse para poder hacer más espacio en su interior.
Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas ensanchándose desmedidamente. El pensó que si seguían hinchándose de tal manera, pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad...
Quizás a partir de esta idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho sino hacia lo profundo. Hacerse más hondo en lugar de más ancho.

Pronto se dio cuenta que todo lo que tenia dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Si quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido...
Al principio tuvo miedo al vacío, pero luego, cuando vio que no había otra posibilidad, lo hizo.
vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho...
Un día, sorpresivamente el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa: adentro, muy adentro, y muy en el fondo encontró agua!!!.
Nunca antes otro pozo había encontrado agua...
El pozo supero la sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo las paredes, salpicando los bordes y por último sacando agua hacia fuera.
La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante escasa, así que la tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar.
Las semillas de sus entrañas, brotaron en pasto, en tréboles, en flores, y en troquitos endebles que se volvieron árboles después...
La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que empezaron a llamar "El Vergel".
Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro. -Ningún milagro- contestaba el Vergel- hay que buscar en el interior, hacia lo profundo... Muchos quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero desandaron la idea cuando se dieron cuenta de que para ir más profundo debían vaciarse.
Siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más y más cosas...
En la otra punta de la ciudad, otro pozo, decidió correr también el riesgo del vacío...
Y también empezó a profundizar...
Y también llegó al agua...
Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo...
-¿Qué harás cuando se termine el agua?- le preguntaban. -No sé lo que pasará- contestaba- Pero, por ahora, cuánto más agua saco, más agua hay. Pasaron unos cuantos meses antes del gran descubrimiento.

Un día, casi por casualidad, los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma...Que el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro.
Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida. No sólo podían comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente, como todos los demás, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto:
La comunicación profunda que sólo consiguen entre sí, aquellos que tienen el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser lo que tienen para dar...

miércoles, 21 de septiembre de 2011

ALGUNAS RAZONES PARA DEJAR EL MAL HUMOR

Que tengáis un buen día. Abrazos fraternos.
atte. Floren

ALGUNAS RAZONES PARA DEJAR EL MAL HUMOR

-Porque perjudica a la salud, tanto en el aspecto fisiológico como en el psicológico.
-Es malo para el estómago, la circulación sanguínea y el corazón.
-Arruga el espíritu y el rostro.
-Envejece el alma.
-Nos inclina hacia el pesimismo.
-Nos arranca la alegría del vivir y del convivir.
-Ahuyenta y fastidia a quienes están a nuestro lado.
-Aumenta innecesariamente el dolor y el sufrimiento que hay en la vida.
-Predispone a riñas y peleas.
-Da lugar a la injusticia.
-Los exabruptos los pagan siempre los más débiles.
-Destroza la confianza.
-Perturba la paz hogareña y la social.
-Puede ser causa de discusiones y accidentes al conducir un vehículo.
-Logra que se pierda el gusto por la vida.
-Nos intoxica por dentro y por fuera.
-¡Ah! Y no olvide que los maestros del espíritu dicen que el mal humor puede proceder del amor propio incontrolado, a veces herido; proviene de las pequeñas contrariedades de cada día, que no se han sabido superar a tiempo, de un corazón sensible, que todo lo toma mal y que no ha sabido dominarse y que es incapaz de saber perdonar o tender la mano a quien le ruega: ¿Hacemos las paces?

(José Mª Alimbau Argila)

martes, 20 de septiembre de 2011

CARTA ABIERTA A LOS OBISPOS DEL MUNDO


 Carta abierta a todos los obispos del mundo
Aprecié mucho que el papa Benedicto, al poco de su elección, me invitara a mí, su crítico, a una conversación de cuatro horas, que discurrió amistosamente. En aquel momento, eso me hizo concebir la esperanza de que Joseph Ratzinger, mi antiguo colega en la Universidad de Tubinga, encontrara a pesar de todo el camino hacia una mayor renovación de la Iglesia y el entendimiento ecuménico en el espíritu del Concilio Vaticano II.
Mis esperanzas, y las de tantos católicos y católicas comprometidos, desgraciadamente no se han cumplido, cosa que he hecho saber al papa Benedicto de diversas formas en nuestra correspondencia. Sin duda, ha cumplido concienzudamente sus cotidianas obligaciones papales y nos ha obsequiado con tres útiles encíclicas sobre la fe, la esperanza y el amor.
Pero en lo tocante a los grandes desafíos de nuestro tiempo, su pontificado se presenta cada vez más como el de las oportunidades desperdiciadas, no como el de las ocasiones aprovechadas:
- Se ha desperdiciado la oportunidad de un entendimiento perdurable con los judíos.
- Se ha desperdiciado la oportunidad de un diálogo en confianza con los musulmanes.
- Se ha desperdiciado la oportunidad de la reconciliación con los pueblos nativos colonizados de Latinoamérica: el Papa afirma con toda seriedad que estos «anhelaban» la religión de sus conquistadores europeos.
- Se ha desperdiciado la oportunidad de ayudar a los pueblos africanos en la lucha contra la superpoblación, aprobando los métodos anticonceptivos, y en la lucha contra el sida, admitiendo el uso de preservativos. 
- Se ha desperdiciado la oportunidad de concluir la paz con las ciencias modernas.
- Se ha desperdiciado la oportunidad de que también el Vaticano haga, finalmente, del espíritu del Concilio Vaticano II la brújula de la Iglesia católica, impulsando sus reformas.
Se sitúa expresamente contra el concilio ecuménico, que según el derecho canónico representa la autoridad suprema de la Iglesia católica:
- Ha readmitido sin condiciones en la Iglesia a los obispos de la Hermandad Sacerdotal San Pío X, ordenados ilegalmente fuera de la Iglesia católica y que rechazan el concilio en aspectos centrales.
- Apoya con todos los medios la misa medieval tridentina y él mismo celebra ocasionalmente la eucaristía en latín y de espaldas a los fieles.
- No lleva a efecto el entendimiento con la Iglesia anglicana, firmado en documentos ecuménicos oficiales (ARCIC), sino que intenta atraer a la Iglesia católico-romana a sacerdotes anglicanos casados renunciando a aplicarles el voto de celibato.
- Ha reforzado los poderes eclesiales contrarios al concilio con el nombramiento de altos cargos anticonciliares (en la Secretaría de Estado y en la Congregación para la Liturgia, entre otros) y obispos reaccionarios en todo el mundo.
El Papa Benedicto XVI parece alejarse cada vez más de la gran mayoría del pueblo de la Iglesia, que de todas formas se ocupa cada vez menos de Roma y que, en el mejor de los casos, aún se identifica con su parroquia y sus obispos locales.
Precisamente vosotros, como obispos, lo lamentaréis en lo más profundo: desde el concilio, decenas de miles de obispos han abandonado su vocación, sobre todo debido a la ley del celibato.
La renovación sacerdotal, aunque también la de miembros de las órdenes, de hermanas y hermanos laicos, ha caído tanto cuantitativa como cualitativamente. La resignación y la frustración se extienden en el clero, precisamente entre los miembros más activos de la Iglesia. Muchos se sienten abandonados en sus necesidades y sufren por la Iglesia. Puede que ese sea el caso en muchas de vuestras diócesis: cada vez más iglesias, seminarios y parroquias vacíos.

HANS KÜNG (Teólogo)

sábado, 17 de septiembre de 2011

LOS PAPAS HAN METIDO EN CONSERVA EL CONCILIO VATICANO II

La frase del título es de Giovanni Franzoni. Nos habló extensamente sobre ello en su ponencia del XXXI Congreso de Teología, al cual asistimos. La ponencia fue el viernes por la mañana pero él siguió asistiendo a  todos los actos del Congreso hasta cantar y danzar con todos en la eucaristía final. El País nos presenta así su entrañable figura Juan. G. Bedoya.
JUAN G. BEDOYA El País, 14/09/2011
Giovanni Franzoni mantiene el gesto firme, como cuando miraba a los ojos al Pontífice romano. Aún camina erguido, a punto de cumplir 84 años, con porte de galán de cine y talla de jugador de baloncesto. Fue abad con 36 años de la imponente basílica de San Pablo Extramuros, la segunda mayor de Roma después de la de San Pedro. La tradición dice que allí está enterrado Pablo de Tarso, el auténtico secretario de organización del primer cristianismo, por encima del pescador Pedro. Su abad tiene el privilegio de asistir con voz y voto a los concilios.
Franzoni estuvo en el Vaticano II y su problemas empezaron cuando Pablo VI ordenó congelar algunas de sus reformas. El todavía abad alzó la voz y fue la primera víctima. Nacido en Bulgaria, adonde su padre emigró huyendo del hambre, fue cura en Florencia. Allí empezó a hacerse un cristiano libre, e incluso comunista.
Ha venido al congreso de la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Concilio traicionado, concilio perdido,tituló su conferencia. Cincuenta años después, el ex abad Franzoni se considera un superviviente en poder de verdades ocultadas. “El Vaticano II cambió el catolicismo durante décadas, pero está metido en conserva por los últimos papas”.
Apenas desayuna. Fruta y un café. Ha dado rienda suelta a su memoria y, aunque cuenta con gracia chascarrillos sobre eclesiásticos de postín, apenas ríe. Mejor dicho, habla siempre con una leve sonrisa. Fue amigo de Pablo VI, que retrasó cuanto pudo un castigo que la curia reclamaba desde hacía años. ¿Su culpa? “Muchas veces, recibí a personas a las que el aparato del Vaticano cerraba el despacho del Papa. Si el papa dice y hace una cosa en San Pedro, tú no puedes decir o hacer algo distinto en San Pablo, me decían. Tampoco les gustaba lo que predicaba desde el púlpito, o que en las misas hablasen feligreses”. “Debes controlar lo que se dice”, le insistían. La presión fue tan grande que caminó hasta el Vaticano y presentó la dimisión. Se le aceptó meses después, en septiembre de 1973, “coincidiendo con el golpe de Pinochet en Chile”.
En mayo de 1974 se convocó en Italia un referéndum para anular la ley del divorcio. “Se votaba sobre una ley civil, no sobre un sacramento. Pues bien, la Conferencia Episcopal intentó imponer, moralmente, no solo a los católicos, sino a todos los ciudadanos, el voto por la derogación. Me opuse, incluso escribí un libro en defensa de la libertad de conciencia. ¡Así fui suspendido a divinis!”.
Aquella Italia, que según el Vaticano era católica al 98%, votó por el divorcio. Un 60%. “Fue un gran golpe para el Papa y sus cardenales, pero no se rindieron”.
Quiere hablar también de Benedicto XVI y la papolatría, y de Zapatero. Franzoni admira a Zapatero. “Hay que saber perder. No siempre se puede ganar”. Se refiere a la humillación del presidente ante el Papa en una ceremonia de la Jornada Mundial de la Juventud. “¿No se dijo que París bien valía una misa? Pues Madrid bien vale una misa”. María José Gavito, la traductora, pone sobre la mesa el periódico Corriere della Sera del día anterior, donde Berlusconi presume ante el Vaticano de evitar el “contagio Zapatero”. Sin mí tendrías en Italia un Zapatero, tituló el diario. “Como ve, en mi país siempre se camina sobre cáscaras de huevo”, sonríe Franzoni.

viernes, 16 de septiembre de 2011

POBREZA EVANGÉLICA


POBREZA EVANGÉLICA
No tener nada.
No llevar nada.
No poder nada.
No pedir nada.
Y, de pasada,
no matar nada;
no callar nada.
Solamente el Evangelio, como una faca afilada.
Y el llanto y la risa en la mirada.
Y la mano extendida y apretada.
Y la vida, a caballo dada.
Y este sol y estos ríos y esta tierra comprada,
para testigos de la Revolución ya estallada.
¡Y “mais nada”!

jueves, 15 de septiembre de 2011

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - Mirada Enferma

MIRADA ENFERMA

25 Tiempo ordinario(A) Mateo 20,1-16

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

 

Jesús había hablado a sus discípulos con claridad: "Buscad el reino de Dios y su justicia". Para él esto era lo esencial. Sin embargo, no le veían buscar esa justicia de Dios cumpliendo las leyes y tradiciones de Israel como otros maestros. Incluso en cierta ocasión les hizo una grave advertencia: "Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de Dios". ¿Cómo entendía Jesús la justicia de Dios?

La parábola que les contó los dejó desconcertados. El dueño de una viña salió repetidamente a la plaza del pueblo a contratar obreros. No quería ver a nadie sin trabajo. El primer grupo trabajó duramente doce horas. Los últimos en llegar sólo trabajaron sesenta minutos.

Sin embargo, al final de la jornada, el dueño ordena que todos reciban un denario: ninguna familia se quedará sin cenar esa noche. La decisión sorprende a todos. ¿Cómo calificar la actuación de este señor que ofrece una recompensa igual por un trabajo tan desigual? ¿No es razonable la protesta de quienes han trabajado durante toda la jornada?

Estos obreros reciben el denario estipulado, pero al ver el trato tan generoso que han recibido los últimos, se sienten con derecho a exigir más. No aceptan la igualdad. Esta es su queja: «los has tratado igual que a nosotros». El dueño de la viña responde con estas palabras al portavoz del grupo: «¿Va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?». Esta frase recoge la enseñanza principal de la parábola.

Según Jesús, hay una mirada mala, enferma y dañosa, que nos impide captar la bondad de Dios y alegrarnos con su misericordia infinita hacia todos. Nos resistimos a creer que la justicia de Dios consiste precisamente en tratarnos con un amor que está por encima de todos nuestros cálculos.

Esta es la Gran Noticia revelada por Jesús, lo que nunca hubiéramos sospechado y lo que tanto necesitábamos oír. Que nadie se presente ante Dios con méritos o derechos adquiridos. Todos somos acogidos y salvados, no por nuestros esfuerzos sino por su misericordia insondable.

A Jesús le preocupaba que sus discípulos vivieran con una mirada incapaz de creer en esa Bondad. En cierta ocasión les dijo así: "Si tu ojo es malo, toda tu persona estará a oscuras. Y si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!". Los cristianos lo hemos olvidado. ¡Qué luz penetraría en la Iglesia si nos atreviéramos a creer en la Bondad de Dios sin recortarla con nuestra mirada enferma! ¡Qué alegría inundaría los corazones creyentes! ¡Con qué fuerza seguiríamos a Jesús! 

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia). 

 

ORA ET LABORA

De colores atrevidos, pero hay que decir que resulto este ramo pues toda la familia creo iba de azul. La flor utilizada es rosa vendella holandesa tintada, con hoja de aspidistra, le acompaña un lazo de raso azul y botones de cristal.


De aire mas clasicista, y compuesto con rosa blanca, rosa blanca spray y bouvardia blanca, este buoquet igualmente quedo genial para una novia de corte pequeño y vestido clasico.
Espero os gusten.

DIOS CREA

"Dios es el silencio del mundo; y el hombre, el grito que da sentido a ese silencio"
(José Saramago)
tienes que hacer clik sobre la imagen para ver su forma

lunes, 12 de septiembre de 2011

XXXI CONGRESO TEOLOGÍA "LOS FUNDAMENTALISMOS" CONCLUSIONES

CONCLUSIONES DEL 31 CONGRESO DE TEOLOGÍA
Bueno, pues ya regresé ayer del 31 Congreso de Teología organizado por la Asoc. Teólogos y Teólogas Juan XXXIII. Mi balance es más que positivo, pues tanto por la riqueza de las ponencias, como por el aire respirado entre los congresistas y ponentes, pues todos y todas nos hemos sentido a gusto; hemos invertido un tiempo precioso en actualizarnos respecto del tema de capital importancia como es “Los Fundamentalismos”, y por otras muchas cosas nos ha merecido la pena.

Por mi parte, pues mi gozo en los cielos. He tenido oportunidad de conocer personalmente y conversar tomando café en una placida plaza madrileña, con el amigo y teólogo Antonio Duato, administrador de www.atrio.org, con el me unen cosas hermosas además de la misma corriente de pensamiento. Respecto de autores de los que cada día aprendo, pues tuve oportunidad de saludar y conversar con Benjamín Forcano y José Arregui –el recién exclaustrado franciscano-, los cuales se alegraron de mis jóvenes inquietudes e incluso tuvieron la deferencia de dedicarme sendos libros sobre “Nueva Ética Sexual” (Ed.Trotta) y “Cristianismo, Historia, Mundo moderno” (Ed.Nueva Utopia), respectivamente.

Las teólogas musulmana e hindú nos presentaron una realidad, más que convincente y latente de oriente y asia, sobre la cual todos debemos reflexionar. El padre conciliar Franzonni, hizo un encomiable esfuerzo a sus 83 años, y aunque la conferencia se la leyó Federico Pastor, el ex-abad Franzonni nos deleito con detalles y anécdotas del que asistió de manera activa al C.Vaticano II -1965-.
José Arregui fue deslumbrante, profundísimo y novedoso al plantearnos otras posibilidades para determinar la presencia y dimensión de Dios sobre nuestras vidas, huyendo de la determinación absolutista. Fueron entrañables los homenajes a Díez Alegría del cual recupero una frase: “Sabemos que Dios no tiene manos, pero estamos en las manos de Dios”; y el recordado Julio Lois, a los cuales reconozco no conocer en el fondo pero si en la forma. Además en los recuerdos a ellos ofrecidos, los novatos tuvimos la oportunidad de saber un poco o un mucho más, de las vidas de cada uno de ellos.

Y bueno, Juanjo Tamayo fue como el solo sabe ser. Fresco, instruido, apasionado, dialogante…etc.
Y de la eucaristía, pues casi solo decir que no lloré porque me daba vergüenza. Pero ha sido de las experiencias religiosas, más intensas que he tenido en mi vida.
De esta eucaristía y la formación y experiencias congresuales, me oiréis hablar en lugares determinados a lo largo del tiempo, pues reconozco que me ha marcado este congreso en mi proceso de consolidación de mi fe. Entre todos hemos hecho una piña, recaudamos casi 12000€ para ayudas a los necesitados, nos hemos abrazado entre todos aun sin conocernos muchos, y hemos sido comunidad de personas que se aman entre si, porque aman a Cristo resucitado, enemigo de los fundamentalismos.

A todos paz y bien.
Bendiciones. Floren de Estepa.