"La oración que sale del corazón tiene que ser forzosamente bondadosa"
Una tarde de la pasada Navidad la
dediqué a visitar personas enfermas conocidas. Un pequeño regalo, un cafelito y
una buena tertulia es la mejor receta para estas visitas además de ternura y
compasión. Y es curioso como muchas personas sin tener mucho, dan demasiado. Me
explico.
Me dijo una mujer que rezaba mucho y me preguntó si rezar tanto sería
malo. Me sonreí emocionado y le cogí las manos diciéndole: “por amor de Dios,
no se canse usted de rezar”. Doy forma a este artículo porque he visto en redes
que el día dos de febrero es el día de la vida consagrada.
Evidentemente de las
personas consagradas que viven en monasterios, conventos o que se dedican de
una manera orgánica y espiritual a la vida religiosa. Pero la oración es una
dimensión de la persona creyente tan amplia, que puede ser llevada a cabo de
una manera más o menos fecunda por cualquier persona. Rectifico. Más o menos
fecunda NO. La oración siempre es fecunda.
Por eso me conmovió las palabras de
esta mujer que decía rezar tanto. Una mujer que se sentía adolecida por la
gente que ve en televisión en caravanas intentando llegar a EE.UU., o los
ahogados en el estrecho o las lágrimas de las madres y padres en los campos de
refugiados al no tener oportunidades de dar a sus hijos una vida mejor porque
el primer mundo les cierra -les cerramos- nuestras fronteras; aunque luego
muchos se consideren los salvaguardas de las tradiciones cristianas que en
muchos casos nada tienen que ver con la humanidad de Jesús de Nazaret.
La oración
de esta mujer mayor que tanto reza, como la del niño antes de acostarse y como
la de cualquier persona EN CUYO CORAZÓN ANIDE LA COMPASIÓN –ojo-, es de los
mejores sentimientos que una persona puede tener. Un rezo mecánico nos puede
llevar a la inconsciencia y a la sensibilidad, se lo que hablo pues he caído en
ese error. Pero lo que sale del corazón tiene que ser forzosamente bondadoso.
Ese
sentimiento noble nos solidariza, nos acerca. Y os voy a decir algo desde el
pragmatismo de mi cristianismo: ¡creo en el poder de la oración! Porque nos
sana, nos hace humanos y nos acerca al suelo donde pisamos y que toda persona
pisa siendo hijo e hija de Dios y en igualdad de dignidad tenga en esta vida el
cargo, responsabilidad o los dineros que tenga o sin tener nada más que su
propia vida. Felicidades a los que rezan desde el corazón. No se cansen de
rezar.
Fraternalmente, Floren.
ORACIÓN POR LO QUE REZAN
Dios y Padre bueno que nos amas y nos buscas,
desde la sencillez de mi vida aquí está mi oración.
Pongo mi mente en aquellas personas
que por el mundo gritan
justicia, paz y misericordia.
Envía tu Espíritu Santo
sobre todas las personas que rezamos,
para que nuestra oración
nos acerque al necesitado,
auxilie al abatido y nos solidarice
con quien lo pasa mal.
Protege a la comunidad creyente
para que cada cual trace sendas de paz
desde su opción religiosa.
Que nos mueva siempre la compasión
y el anhelo de lograr un mundo mejor
en el que siempre reine tu Hijo Jesús:
amor, ternura y misericordia sin fin.
Por Él te lo pedimos, que junto a ti
y la Virgen María Rocío de la Gracia
vivís y reináis por lo siglos de los siglos. Amén.