Se Cumple un año de la ordenación episcopal de la Reverenda
Rose Josephine Hudson-Wilkin, presbítera de la Iglesia Anglicana.
Habrá quien diga como de la salida del armario de Pablo
Alboran, que no era necesario, que no es noticia, que no interesa tal o cual
cosa. Pues lo de Alboran como la ordenación como obispo de esta señora, a mí sí
me interesa. Me interesa y mucho.
Me interesa porque visualiza algo que es –y puede ser-
absolutamente normal, en cuanto que ni ser negra es una novedad, ni la
capacidad de la mujer es una novedad en muchos aspectos. En el aspecto
sacerdotal si es una novedad que los hermanos de la iglesia cristiana de Inglaterra
(anglicanos) superaron hace muchos años ordenando mujeres curas.
Hoy hace un año de la ordenación de la primera mujer obispo
negra de la iglesia de Inglaterra.
No ha habido terremotos, ni castigo divino ni nada por el
estilo.
Esta mujer nacida el 19 de enero de 1961 es obispo de la
ciudad de Dover. Había servido como Capellán del Presidente de la Cámara de los
Comunes de 2010 a 2019, y anteriormente en el sacerdocio castrense, así como en
el ministerio parroquial.
La veo y es imposible no pensar en la riqueza que pierde
nuestra católica iglesia de Roma, al negar la igualdad a la mujer y al negarle –por
ende- su acceso al sacerdocio o mejor dicho, al ministerio del presbiterado.
Ahí el Papa Francisco se ha dejado llevar por el poderío Vaticano que hace
primar la supremacía del hombre sobre la de la mujer.
Por cierto, que nadie os engañe. Jesús de Nazaret no ordenó sacerdote
a nadie absolutamente a nadie. Y respecto del tema: -“tú eres Pedro y sobre
esta piedra edificaré mi iglesia” (como fundamento evangélico de la ordenación sacerdotal),
se debe tener en cuenta que Jesús lo dijo al menos en tres ocasiones. 1. A los
discípulos con María presente. 2. A Pedro exclusivamente. 3. A toda la
comunidad creyente de entonces.
Acabo. Lo dicho, mi más sincera felicitación a esta mujer sacerdote
con mi deseo de perseverancia en su ministerio episcopal.