Sobre la Exclusión de personas en MERCADONA. Carta a
Juan Roig, presidente de MERCADONA
(ATENCIÓN: ACLARACIÓN IMPORTANTE AL FINAL)
A/A. Señor Juan Roig Alfonso,
presidente y accionista principal de MERCADONA.
Señor Roig:
Me dirijo a usted para pedirle
explicaciones al respecto de una circunstancia penosa que viví este pasado
miércoles –día 22 del corriente mes-, en el MERCADONA de mi pueblo.
Mire usted, yo no soy más bueno o
más malo que nadie, soy una persona normal. Cuando puedo y en función de las circunstancias
suelo hacer la compra a alguna persona que se encuentre en exclusión social a
las puertas del supermercado o bien en ocasiones las he trasladado con mi
propio vehículo.
El caso es que el día nombrado
entré en MERCADONA con una señora de nacionalidad Rumana, la cual llevaba a su
pequeño niño en un carrito. Me pidió que le hiciera la compra y le insistí en que
me acompañara. Esta mujer me advirtió que le tenían prohibida la entrada a
MERCADONA y preguntada por mí me dijo que ella nunca ha robado nada; algo que
yo ni creí ni dejé de creer.
El caso es que entramos e hicimos
la compra, siempre juntos. Quien nos vio advirtió la circunstancia pues hablábamos
entre nosotros con cordialidad. Cuando llegamos a la caja y comenzamos a
depositar la compra en el mueble caja, una cajera con demasiado “derparpajo” le
dijo a esta mujer delante de bastante
gente que ella “no podía estar allí”, causando una situación vergonzante
para esta mujer su pequeño hijo y a mí mismo. Yo pregunté por qué y se me
respondió con vaguedades. Pedí por favor que dejaran pasar el asunto para que
la circunstancia no fuera más desagradable pues yo le estaba haciendo la compra,
e insistí en preguntar el criterio por el cual MERCADONA se reserva el derecho
de admisión; y no me supieron responder.
Señor Roig, comprendo las cifras
de MERCADONA. Soy conocedor del aumento del 6% de sus ventas y la creación de
5.000 puestos de trabajo en un año, llegando a ser la cadena de supermercados líder
en España, con el 3% del empleo y el 1,7% del PIB de España, junto a sus
empresas proveedoras. Me alegro por ello. Y sé que todas estas cifras usted las
tiene que contrastar con el efecto de la cleptomanía sin que se diferencie
entre la persona que roba por placer o enfermedad o la persona que lo hace para
que sus hijos no se marchen a la cama sin comer.
No defiendo el robo en absoluto,
pero si defiendo que la vida de una persona es digna hasta estando una persona
desnuda. Y ustedes según lo experimentado considero que se están apropiando de
un derecho llamado de admisión, cometiendo un abuso contra personas de una
manera exagerada.
Si una persona roba se la pone a
disposición de la autoridad competente y se sanciona o se juzga y todos
acataremos el dictamen. Pero si MERCADONA se reserva el derecho de admisión,
usted sabe que estando regulado por la comunidades autónomas, lo primero que
tienen que hacer es comunicarlo debidamente a los usuarios o justificar de
manera legal y documental el porqué a una mujer Rumana o Eslovaca o de Utrera,
se le niega la entrada al supermercado.
No sé si esta mujer a la cual
hice la compra estaba denunciada, ustedes me lo dirán. Pero sé que a una
persona no se le puede hacer pagar toda la vida un error o un robo cometido. Ya
me dirigí en una ocasión a MERCADONA para pedir explicaciones de por qué a un
señor del pueblo que vendía cupones de la ONCE se le negaba al acceso al aparcamiento
en este mismo MERCADONA y tampoco obtuve respuesta.
Señor Roig, no sé si MERCADONA o
usted mismo tienen fundaciones de ayuda a personas menesterosas…etc, pero además
de las explicaciones oportunas sobre lo acontecido con esta mujer en MERCADONA,
le ruego que inste a sus gerentes y a toda su familia de trabajadores a que la
humanidad les salga con la misma facilidad con la que nos ofrecen las ofertas o
precios bajos. Pero ellos siguen las indicaciones de sus superiores, algo que
los usuarios no ignoramos.
Acabo con una pregunta más señor
Roig. Cuando sus trabajadores terminan su jornada laboral a las diez de la
noche –por ejemplo-, en muchos casos continúan trabajando diez, quince o veinte
minutos sin que ese tiempo tenga retribución alguna. ¿Es algo que tienen que
hacer por derecho y sentido de la fidelidad a la superficie o también podemos
considerarlo un robo o abuso al trabajador pues se apropian de su tiempo, sea
mucho o poco? ¿Entiende usted el símil respecto de quién se apropia de lo de
quién?
Sea como fuere, ni usted ni yo
olvidaremos el Artículo 14 de la Constitución española: “Los españoles son
iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón
de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o
circunstancia personal o social.” Lo que derive de esto está fuera de la
legalidad vigente, no lo olvide. Así como que su licencia de apertura depende
de un Ayuntamiento.
Le saludo con cordialidad en
Estepa a 24 de Agosto de 2018.
Atte. Florencio Salvador Díaz
Fernández.
ACLARACIÓN A SÁBADO 25 DE AGOSTO 10 DE LA MAÑANA
Por la presente, quiero dejar constancia de que en ningún momento sobre lo acontecido, he considerado que la persona que nos llamó la atención en el supermercado, lo hiciera por ser racista, xenófoba o por tener otros sentimientos negativos hacia la señora rumana o hacia mi persona. Por lo que de ninguna manera me gustaría que repercutiera sobre la cajera la responsabilidad final de lo relatado por mí. Esta cajera siempre me ha atendido con cordialidad.
En vista de lo cual, esta mañana a primera hora bajé a MERCADONA y me entrevisté con la máxima responsable de tienda hoy sábado –día 25- a la cual le he manifestado mi
disposición total a escuchar las razones de la superficie y de su gerente sobre sus políticas de admisión de personas y la regulación que hacen sobre el Derecho de Admisión.
Este paso lo doy, pues como manifesté en el escrito no me cabe la menor duda de que hay o puede haber un trasfondo negativo en este asunto –respecto de la mujer a la que le hice la compra-, aunque quizás lo que ha fallado es la forma.