Otra Oración para el Sínodo de
los Obispos sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional
Oh Dios y Padre bueno que nos amas y nos buscas.
¡Bendito sea tu nombre! Alá, Yavhé, Señor,
Adonai o cualquier nomenclatura por la que
la persona te invoque y te busque.
Bendito seas por la vida y por nuestras obras,
en las cuales los hermanos deben experimentar
la realización del proyecto de Jesús, tu Reino.
Un Reino de amor y justicia, Reino de vida y verdad.
¡Tu Reino Señor!
Un reino que se afana en buscar nuestra Iglesia
y en la cual los jóvenes deben (debemos) tener
un papel primordial, levantando la voz
y siendo escuchados con respeto y fraternidad.
Envía tu santo Espíritu para que cubra
cada partícula de nuestro ser y nuestro entendimiento.
Para que desde el más humilde de tus hijos e hijas
hasta nuestro Papa Francisco, todos entendamos
que Evangelio es vida fundamentalmente vivida,
alejado de rigorismos y anatemas.
Envía tu Espíritu para que nuestra Iglesia
se abra a la claridad de sus obras y a la justicia del
mundo.
Para que se reconozca el amor entre las personas
sin absurdos condicionantes que Jesús no nos impuso,
para que reconociéndonos todos como
auténticos hermanos y hermanas,
ofrezcamos oportunidades reales a las mujeres
y hombres con necesidad de abrazo.
Desborda Señor y Padre bueno a tu iglesia con tu gracia,
para que deje de excluir a la mujer del ministerio
sacerdotal.
Danos a todos entrañas de humana misericordia
ante los flujos migratorios, el avance del fanatismo
que no entiende de solidaridad
y fundamenta nuestras vidas en la paz y el bien.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.