*HIMNO.
Señor, si no estás aquí,
¿dónde te buscaré estando ausente?
Si estás por todas partes,
¿cómo no descubro tu presencia?
Cierto es que habitas en una claridad inaccesible.
Pero ¿dónde se halla esa inaccesible claridad?
¿Quién me conducirá hasta ahí para verte en ella?
Y luego, ¿con qué señales,
bajo qué rasgos te buscaré?
Nunca jamás te vi, Señor, Dios mío;
No conozco tu rostro...
Enséñame a buscarte y
muéstrame a quién te busca,
porque no puedo ir en tu busca
a menos que Tú me enseñes,
y no puedo encontrarte
si Tú no te manifiestas.
Deseando, te buscaré;
te desearé buscando;
amando, te hallaré,
y encontrándote, te amaré.
(S.Anselmo)
*PROPUESTA DE CONVERSIÓN (plegaria hebrea)
Oh Dios nuestro y de nuestros padres:
que nuestra oración llegue hasta Ti. Ya lo ves,
Señor, no somos ni audaces ni endurecidos,
ni te diremos:
“somos inocentes no tenemos pecados”
sino que confesamos:
hemos pecado:
somos de verdad culpables,
hemos sido rebeldes a tu voluntad,
hemos cometido abusos de confianza,
hemos blasfemado,
hemos incitado al mal,
hemos condenado al inocente,
hemos sido orgullosos,
hemos actuado con violencia,
hemos afirmado cosas falsas,
hemos dado malos consejos,
hemos engañado,
hemos despreciado cosas respetables,
hemos desobedecido,
hemos despreciado tus leyes,
hemos sido perversos,
hemos cometido injusticias,
hemos oprimido al prójimo,
hemos endurecido nuestro corazón,
nos hemos entregado a la corrupción,
hemos cometido acciones vergonzosas,
hemos seguido malos caminos,
hemos rechazado a nuestro prójimo,
hemos abandonado tus mandamientos.
Y Tú, tan justo en todo lo que sucede, has seguido siempre actuando con amor y fidelidad para con nosotros; pero nosotros te hemos desconocido y hemos pecado. Señor, ten piedad…
*LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro del Éxodo 3,13-14
Moisés dijo a Dios: "Bien, yo me presentaré a los israelitas y les diré: El Dios de nuestros padres me ha enviado a vosotros. Pero si ellos me preguntan: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?". Dios dijo a Moisés: "Yo soy el que soy. Así responderás a los israelitas: Yo soy me ha enviado a vosotros".
Lectura del libro de los Salmos (142)
[*]Enséñame Señor, ha encontrar tu rostro.
42,2 Como la cierva busca corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío; 42,3 mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿cuándo podré ir a ver el rostro del Señor? *
42,4 Mis lágrimas son mi pan de día y de noche, y a lo largo del día me repiten: "¿Dónde está tu Dios?". 42,6 ¿Por qué te afliges, alma mía, por qué te quejas? Espera en Dios, que aún he de alabarlo, salud de mi rostro, Dios mío. *
42,11 Mis huesos se quebrantan, mis opresores me insultan, y me repiten a lo largo del día: "¿Dónde está tu Dios?". 42,12 ¿Por qué te afliges, alma mía, por qué te quejas? Espera en Dios, que aún he de alabarlo, salud de mi rostro, Dios mío. *
Proclamación de la Buena Noticia según San Juan (4,1-15)
4,1 Cuando supo Jesús que los fariseos conocían que él hacía y bautizaba más discípulos que Juan 4,2 (aunque él mismo no bautizaba, sino sus discípulos), 4,3 dejó Judea y salió otra vez para Galilea. 4,4 Tenía que pasar por Samaría. 4,5 Llegó a un pueblo llamado Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. 4,6 Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. 4,7 Llegó una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame de beber". 4,8 (Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer). 4,9 La samaritana le dijo: "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?". (Es que los judíos no se tratan con los samaritanos). 4,10 Jesús contestó: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva". 4,11 La mujer le dijo: "Señor, no tienes con qué sacarla y el pozo es profundo; ¿de dónde sacas esa agua viva? 4,12 ¿Eres acaso tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebió él, sus hijos y sus ganados?". 4,13 Jesús le respondió: "El que bebe esta agua tendrá otra vez sed, 4,14 pero el que beba del agua que yo le dé no tendrá sed jamás; más aún, el agua que yo le daré será en él manantial que salta hasta la vida eterna". 4,15 La mujer le dijo: "Señor, dame esa agua, para no tener sed ni venir aquí a sacarla".
*EXEGESIS DEL TEXTO y COMPARTIMOS LOS FRUTOS DEL PENSAMIENTO.
¿y tu vaso,
como está?
La búsqueda del
rostro del amor
“el amor es servicial, comprensivo, humilde…etc”. Esto nos cuenta Pablo el apóstol de las gentes, en su primera carta a la comunidad de Corinto. Ahora bien, ¿acabamos de creernos esto de los dones del amor?. Sin lugar a dudas, tanto la mención del nombre de Jesús como la búsqueda de su rostro, nos evoca el mismo amor de Dios, nuestro Padre. Un amor al cual accedemos cuando deseándole, comenzamos a buscarle. Y es que cada uno de nosotros por instinto, le ponemos al amor un rostro concreto. El de nuestra pareja, el de nuestros hijos, el de nuestros padres, el de la amiga. Pero la condición o virtud de amar, como esencia que se da entre las personas, es mucho más que todo eso. Es tanto el amor, y significa tanto; que bien es definido nuestro Padre Dios en las escrituras: “DIOS ES AMOR” (1Jn,4,8b). Y si en Dios como Padre, vemos prefigurada a toda la humanidad viviente, no podemos relegar el amor como virtud, a MI familia, a MI pareja, o MIS niños. Cuando se ama, de aprecia y se experimenta, se ponen cosas en común, se fomenta el respeto entre todos sin condiciones morales preestablecidas, se entregan las personas entre sí, hasta el punto de fundirse en una sola cosa. Y cuando todo esto se da a ojos de los que viven junto a nosotros; solo entonces seremos a demás de hijos de Dios, apóstoles de su testimonio pues nuestra vida será fermento para otros. Los que amamos, tenemos doble tarea; el amar y el demostrarlo, y sobre todo demostrarlo para que –ojala- se instale en nuestras vidas y la vida del mundo. No como algo pasajero, sino como ese Amoroso manantial de agua salvaje e imparable, cuyos frutos nos hace concientes de que el AMOR es la levadura y esencia en la conciencia de la mujer y el hombre de hoy.
*Oramos juntos. (si no participan los asistentes puede utilizarse el formulario Preces por el mundo y por la gente)
Atiende Padre de bondad nuestras súplicas, somos hijas e hijos tuyos, y te rogamos por este mundo ancho e inabarcable, desbordante de seres vivos y lleno de noticias de todos los países, respondemos diciendo –te lo pedimos, Padre-.
-Oremos por ese otro mundo, más pequeño y más cercano, de los que nos pertenecen: la familia, los amigos, los que comparten nuestras preocupaciones y los que dependen de nosotros. Por todos ellos, te pedimos Padre.
-Oremos por todos aquellos que viven a la sombra de los acontecimientos mundiales y por quienes pasan desapercibidos cumpliendo tranquilos con su deber, resignados a su destino. Por aquellos que son espontáneamente justos, sencillos y acogedores; por las madres que cuidan de su familia, y por los médicos y enfermeras que cumplen en silencio con su obligación. Por todos ellos, te pedimos Padre.
-Oremos por los hombres y mujeres que tienen grandes responsabilidades sobre la comunidad y por quienes con sus palabras y opiniones influyen sobre acontecimientos importantes: haz que no soporten la injusticia, que no elijan el camino de la violencia, que no tomen a la ligera ninguna decisión sobre el porvenir de los demás. Por todos ellos, te pedimos Padre.
-Oremos por nuestros semejantes cuya miseria vemos a diario en los periódicos y en la televisión; por las victimas del racismo; por los millones de seres que a diario son victimas del hambre. Por los que luchan por un trozo de tierra que legítimamente les pertenece. Por todos ellos, te pedimos Padre.
-Oremos también por los que están enfermos cerca de nosotros, por los que han tenido un accidente, por los despreciados, por los que carecen de toda seguridad, por todos aquellos a los que de un modo u otro les resulta difícil convivir con los demás. Y por todos nosotros, para que no seamos crueles ni intolerantes ni vivamos a costa de los demás. Por todos ellos, te pedimos Padre.
-Oremos por todos los que luchan por su libertad individual, por los que afianzan y legitiman cada día su amor por medio de la comprensión y la amabilidad, por todos los que se sienten llamados a vivir y transmitir el evangelio. Y por nosotros mismos, y por esta pareja que hoy manifiesta su compromiso ante esta comunidad aquí reunida, para que Dios nos haga capaces de trabajar por este mundo y seamos arrastrados por la fuerza del Espíritu. Por todos nosotros, te lo pedimos Padre.
-Por nuestros familiares queridos que siendo Templos del Espíritu Santo, quedaron en el camino de la vida y que ya gozan de la presencia del Padre, para que junto a la multitud de los Santos, se alegren y gocen junto a nosotros. Oremos, te lo pedimos, Padre...
TÚ NOS BASTAS
Recibe, Señor, la alabanza de los hermanos.
En el camino de la vida nos atrevemos a gloriarnos
ante ti de nuestras debilidades
porque nos basta tu gracia.
Te lo decimos con voz muy queda:
a través de estos años de trato contigo
y trabajo por ti,
a través del desgaste de las horas y de las soledades.
Hemos comprobado que tú nos bastas
y que en nuestras carencias resplandece
con fuerza tu gracia.
Temerosos por la fragilidad de nuestro amor,
pero animados por tu divina Palabra,
nos atrevemos a decir que tú, Señor, nos bastas.
*PADRE NUESTRO
Solo la confianza y el amparo que sentimos al contenerte junto a nosotros, nos ha impulsado en esta tarde a encontrarnos contigo. Quizás después de todo, todo ha sido cosa tuya. Y verdaderamente nos has utilizado a unos y otros, para sentarte junto a nosotros en este brocal. ¡Como decirte que te queremos!.
Padre nuestro que estás en el cielo…
*ORACIÓN FINAL.