Paco, sus entradas son escuetas pero como perlas cultivadas. Estoy de acuerdo, sí.
Particularmente llevo una época en la que hay quien me dice que ya no soy guerrillero -que lo he sido-, para la defensa de los derechos civiles, sexuales, laborales...etc. Quizás demasiada formación y laxitud.
Como usted bien dice y así nos lo recuerda, es más que necesario no dejar que trabajar; y sobre todo luchar desde el testimonio.
No agachar la cabeza demasiado, pues como dice el refranero popular: "Mientras más se agacha uno, más se le ve".
Buen verano Paco y saludos de su amigo, Floren de Estepa.
p.d. me permitirá usted que su entrada la haga mía en mi blog. ok?
LA REBELDÍA DOMESTICADA
¿Quién ha ido domesticando a una generación de rebeldes que batalló por la democracia, afrontó el desprecio y el desprestigio social promovido por los bienpensantes, se levantó contra la OTAN, que dio la cara por muchas causas perdidas…?
Todavía resuena, y se han aireado tras su muerte, las palabras de Marcelino Camacho: "Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar".
Repetirlas hoy pretenciosamente, y más por quienes son sus más directos herederos, parece un sarcasmo, una burla a un periodo de la vida de este país en que la gente se dejaba el pellejo y arriesgaba realmente mucho de su integridad física y moral.
Poco a poco, pausadamente, paulatinamente nos hemos ido metiendo a fondo en el mar desde la orilla.
Primero sentimos que se nos helaban los pies al tocar la leve ola rota que nos los acariciaba, luego íbamos sintiendo escalofríos cada vez menos intensos cuando el agua nos iba llegando a la rodilla; todavía producía cierto temblor el que el agua nos llegara hasta la entrepierna; finalmente, levantábamos las manos con miedo cuando el agua nos cubría hasta el ombligo y para entonces tomamos la decisión de sumergirnos de golpe bajo el agua, y en poco tiempo desaparecía la sensación de frialdad y empezábamos a sentirnos tan a gusto… ¿Tan a gusto como un cochino en un charco?
No sé si se capta la metáfora, inspirada por cierto en Vicente Aleixandre, pero al revés. Nos hemos ido acomodando, sometiéndonos, doblegándonos, dejándonos domesticar. No somos los leones que soñábamos; por el contrario –y ahora convoco a Miguel Hernández- somos los dóciles bueyes que se han dejado uncir al yugo y caminan lentos, la cabeza bien baja, bajo la vara arriera, arrastrando la carreta en la que otros van montados.
El sistema, convertido en el bombero que apaga todos los fuegos levantiscos, tiene bien cargados los extintores y hoy, la luz y el calor de ese fuego, están apagados, y apenas sin rescoldo para resucitar de nuevo.
Como quien ha cogido la mochila para espolvorear el herbicida, el sistema ha arremetido contra los brotes ya debilitados de la hierba mala que se revela y rebela –ahora sito a Alberti- pero que, ya mustia, ha optado por no interferir el crecimiento de semillas manipuladas, que acabarán envenenando la vida.
¿En dónde están los profetas que en otro tiempo nos dieron las esperanzas y fuerzas para andar? (R. Cantalapiedra) ¿Es que ya no hay nadie? ¿Es que ya Andalucía se ha quedado sin nadie?(otra vez Alberti).
Todavía se diran muchas mentiras que nos harán pasar como verdades, con las que el HOMBRE será domesticado, dócilmente sometido y hábilmente manipulado. No ha pasado. Por el contrario, estamos en plena era del Pensamiento único… Lo terrible es que poco a poco nos siguen comiendo la cabeza. No podemos caer más bajo, pero es bueno tener alguna distracción que nos amortigüe el pensamiento, es bueno, muy bueno para la causa, el fútbol y el Gran hermano. ¿Han visto “Matrix”?
Viene de: http://utopiapaco.blogspot.com/2011/03/la-rebeldia-domesticada.html?showComment=1309431235251#c5631251975128986228