Carta al Papa Francisco
Santo padre Francisco, buenas
tardes desde Estepa, un pequeño pueblo de Sevilla en la tierra Andaluza.
Le escribo con alegría y le
felicito el nuevo año, y le agradezco profundamente el germen esperanzador que
significa en aquellos que somos cristianos; la revitalización del testimonio
cristiano, la acogida, la tolerancia y el sentido de fraternidad que vemos en
su persona, sus escritos y sus gestos.
Su tarea es enorme Santidad,
respecto de actualizar y orientar la nave de la Iglesia, obcecada en ocasiones
por ciertos temas que parecen ser la propia razón de ser de la Iglesia, aun
cuando esta –como usted afirma-, no debe tener más rumbo que el evangelio de
Jesucristo.
Hoy en España, se nos informa de
que nuestros obispos se unen al llamamiento de Su Santidad, para estar cerca de
los desfavorecidos y los inmigrantes. Y lo hacen por medio de una declaración
muy interesante, que es acogida con mucho interés por la comunidad católica de
España.
Cita la noticia: Alternativas "más dignas" a los
Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), que no se penalice la asistencia
humanitaria a los inmigrantes y no se les niegue el auxilio, y reclaman
solidaridad en lugar de "vallas cortantes" pues "las solas
medidas de control no dan resultados", en su mensaje con motivo de la
Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado.
Estas declaraciones de los
obispos ayudan a estar en sintonía con Jesús de Nazaret, cuya apuesta se
radicalizó fundamentalmente con los desfavorecidos y pobres, social y
espiritualmente hablando. Créame Santidad, que somos muchos los hijos e hijas
de la Iglesia los que declamábamos una postura eclesiásticamente contundente,
respecto de temas tanto morales como políticos, que afectan con urgencia a la
vida social y personal de muchos ciudadanos en España, y que se ven abocados al
desastre por causa de la implacable crisis económica.
Somos muchos los que aun a pesar
de los posibles naufragios, nos sentimos comunidad en la Iglesia de Jesús. Somos
muchos los que hemos dado los mejores años de nuestra vida al servicio de la
Iglesia en parroquias, catequesis, voluntariado y otras formas de
evangelización. Y solo esperamos, que la Iglesia opte fundamentalmente por la
HUMANIDAD con mayúsculas, sin preguntarle a la persona de donde viene o cual es
su situación económica o su condición sexual.
Respecto de esta ultima
consideración Santidad, déjeme decirle que con motivo de la fiesta de la
Sagrada Familia, nuevamente hemos escuchado a obispos españoles manifestarse a
favor de la familia “tradicional”, hiriendo a otras personas; que por ser
familias homoparentales, no dejan de ser dignas personas porque fueron creadas
dignamente por Dios.
Tengo el orgullo de conocer un hogar en el que hay dos
mamas y dos hijas, Santidad. En ese hogar, a las pequeñas se les habla de
Jesús. Se les enseña que era una persona excepcional que ayudaba a todo el
mundo, y que todos debemos parecernos a él, porque Jesús fue un hombre genial.
Sobran las palabras, Santidad. Fue
un alivio el escucharle a usted, pidiendo que se deje de tratar con tanta
insistencia estos temas, muchos de los cuales son un desafío para la Iglesia
del siglo XXI. Hoy tristemente, alguien que de denomina sacerdote y que ejerce su ministerio con el beneplácito
de la C.E.E. (*1) ; afirma en un medio de comunicación que el cáncer que padece
un político español y homosexual, “es un castigo de la divina providencia” (*2).
Esto destruye Santidad. Destruye el
sentido de comunidad, las ganas de pertenecer, y falta a la dignidad y el
respeto de personas, que por no considerarse cristianas no son merecedores de
trato semejante.
Aun así, Santidad, esperamos en
usted. Yo espero en usted y le muestro mi confianza y mi complacencia de que
hará todo lo posible porque la Iglesia de Jesús, sea sensible a todas las
realidades que afectan a las personas humanas.
Cuenta usted con mi apoyo, mi
oración incondicional y mi consideración personal; aunque cariñosamente le diga
apostillando: “aun a pesar de los posibles naufrágios en la fe”.
Desde Estepa en Sevilla, un
cálido abrazo fraterno, Papa Francisco. Paz y bien.
Estepa a 10 de Enero de 2014.
Laus Deo.
Fdo. Florencio Salvador Díaz Fernández.
email: flordeestepa@gmail.com
Notas: