NOVENA A LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
NUESTRA SEÑORA DEL ROCÍO.
DÍA NOVENO
Comienzo del oficio para todos los días
+, Dios mío ven en mi auxilio, Señor date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en
un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Himno LUZ QUE DEL CIELO ENTRA (Mar Morata y
Rocío Bravo)
“Mare”, por un momento,
alza la vista y contempla
por las ventanas del
templo, la luz que del cielo entra.
La Virgen sonríe al Niño
y le susurra en silencio:
mi vida entera eres Tú,
por eso miro “pal” suelo
Mira” p’arriba”,
Pastora, verás qué cosa más bella,
el sol entrando a
raudales a través de las vidrieras;
ocho ventanas abiertas,
desde Almería hasta Huelva.
Sus cristales son los
escudos de las capitales nuestras;
“toa” Andalucía “unía”
“pa” iluminar a nuestra Reina.
No son vidrieras
piadosas, como las de otras iglesias,
son las ocho capitales
que a la Pastora recuerdan,
que el amor de Andalucía
no es un cariño cualquiera.
Y no es cierta esa
copla, por muy antigua que sea,
que canta que allá en el
cielo, quieren más a nuestra Reina.
¿Si tú tuvieras, Señora,
que elegir a una de ellas?
Me las quedaría todas,
pues todas son rocieras.
En Huelva es donde he
“nacío”, ¿qué puedo decir yo de ella,
si es su gente mi
alegría y además yo soy choquera?
Cádiz con su bahía es
también “mú” marismeña.
Sevilla cinco
hermandades, y en Jaén Sierra Morena.
Córdoba lejana y mora, y
Málaga ribereña.
Almería es la más joven
en lo que a Hermandades respecta.
Y Granada con su Sierra,
siempre nevada y bella,
un paraíso en la tierra,
un vergel “cuajao” de estrellas.
LECTURA BIBLICA HCH 1,12-14
Entonces
regresaron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que dista poco de
Jerusalén, lo que se permitía andar en sábado. Y así que entraron, subieron a
la estancia de arriba, donde se alojaban habitualmente. Eran Pedro y Juan,
Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo,
Simón el Zelotes y Judas el de Santiago. Todos ellos hacían constantemente
oración en común con las mujeres, con María, la madre de Jesús, y con sus
hermanos.
Palabra de Dios.
RESPONSORIO
“Un Rocío junto a Ti, divino Pastorcillo y
junto a tu bendita madre, es la gloria divina, amén.”
PRECES
Elevemos nuestras súplicas a Dios, Padre
santo que nos ama y nos busca y en Jesucristo Resucitado nos ofrece el camino
la verdad y la vida y por intercesión de nuestra madre la Virgen María Rocío de
la Gracia, pidámosle por el mundo y por la gente diciendo:
Ilumínanos siempre con tu mirada, santa
madre del Rocío.
Tú elegiste a la Virgen del
Rocío como santa morada para tu Hijo el Divino pastorcito; haz de nosotros el
templo de tu Espíritu Santo. Oremos...
Padre de sabiduría, a
ejemplo de María, que guardaba en su corazón los gestos y las palabras de
Jesús, concédenos saber guardar tu palabra en un corazón puro. Oremos…
Rey de reyes y dueño del
mundo, que has glorificado a María en su cuerpo y en su alma; inclina nuestros
deseos hacia el cumplimiento de las enseñanzas de tu Hijo Jesús, camino, verdad
y vida. Oremos...
Tú que nos has dado en
la Virgen del Rocío una madre que es causa de nuestra alegría; concédenos
esperanza para desarrollar nuestra vida cristiana en beneficio de nuestros
hermanos y hermanas. Oremos...
Por la hermandad matriz
de Almonte, por todas las hermandades filiales, por el pueblo de Almonte y por
todas las personas que de cerca o de lejos veneran a la Virgen del Rocío y la
llevan en sus corazones; para que el mismo Espíritu que anidó en María nos
llene de gozo y nos comprometa a imitar las virtudes que hicieron a la virgen
ser llamada, Blanca Paloma y Reina de la Paz. Oremos…
Madre del Rocío que eres
abogada de las almas y junto al Padre abres las puertas del cielo; concede a
todos los que se marcharon a la casa del cielo gozar de la mirada de Dios
Padre, y del beneficio de tu eterno amor en un Rocío celestial junto a tí.
Oremos...
(Ruego especial para el
último día y por el que guardaremos un minuto de silencio ante el Señor y la
Virgen del Rocío)
Por las personas enfermas en todo el
mundo por causa de esta terrible pandemia, por sus cuidadores y los
profesionales de la salud. Por quienes sufren enfermedad del cuerpo o del espíritu.
Por las personas que mueren cada día de hambre, abusos y torturas. Por las
mujeres asesinadas por la cruenta violencia de género. Por los niños explotados
y por los sin infancia. Por quienes viven en situaciones complicadas en sus
vidas; para que el Señor y Dios Padre a través de la intercesión de la Virgen
del Rocío, cure sus enfermedades, restaure la paz y nos comprometa a todos con
la consecución de un mundo mejor; Oremos…
Fieles a la recomendación del Salvador y
siguiendo su divina enseñanza nos atrevemos a decir: -Padre nuestro que estás
en el cielo...
ORACIÓN
Dios y Padre bueno,
que nos amas y nos buscas.
¡Bendito seas, por la Virgen del Rocío!
En sus ojos vemos amor de madre,
hacia nosotros sus hijos e hijas.
Un amor, reflejo del amor que Tú nos
tienes.
Un amor enorme, inabarcable;
tierno y sensible.
Permítenos, Padre de amor; tener el
consuelo
de la protección de la Virgen del Rocío.
Ella es Paz y Armonía de nuestra vida,
Blanca Paloma y Reina de la Paz.
Su mirada serena nos hace ser conscientes,
de lo que verdaderamente
merece la pena en la vida.
El trabajo, la salud, la ilusión, nuestra
y de nuestra familia y amigos.
El servicio a los demás, el respeto y la
fraternidad
con aquellos otros que pueblan los
arenales de la vida.
Que estemos siempre dispuestos
a la escucha de Tu Palabra, Padre,
y a hacerla vida con amorosidad.
Que los dones que ofrezcamos a los demás,
sean regalo y hermosura
como la amplitud de esa marisma
donde reinan el lince
y sombrean los pinares.
Que tu Hija y Madre nuestra,
la Virgen del Rocío,
sea para nosotros
intercesora en la adversidad,
fortaleza en la fe
y remanso en la tribulación.
Que tu Verbo encarnado,
Divino Pastorcillo
este siempre dispuesto
a abrirnos las puertas del cielo,
cuando crucemos el puente celestial del
“Anjolí”
junto a todos los que amaron a la Virgen
y ya descansan en su paz.
¡Que viva la Virgen del Rocío!
¡Que viva esa Blanca Paloma!
¡Que viva la Madre de Dios!
Amén.
SALVE A LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL ROCÍO
Dios te salve, Reina y Madre de
misericordia,
vida, dulzura y esperanza
nuestra; Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de
Eva;
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos;
y después de este destierro muéstranos a
Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa,
oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro
Señor Jesucristo. AMÉN.
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO
CONCEBIDA.
Autor, Floren Salvador Díaz
Fernández.
(Oficio litúrgico realizado
para la devoción particular. Puede compartirse indicando su procedencia.
Respecto de los textos citados que no son originales del autor, pueden ejercer
sus derechos)