(Se autoriza la difusión indicando su procedencia)
II Viacrucis
Franciscano
Este VIA CRUCIS está organizado
por la Comunidad Franciscana de Estepa. Realizado y comentado por Florencio
Salvador Díaz Fernández, habiendo utilizado algunos textos del “Via Crucis de la
Misericordia del Papa Francisco”, así como reflexiones de André Louf y el
franciscano José Antonio Naranjo Oliva.
Fue realizado en la Iglesia de
las Hermanas Clarisas de Estepa y fueron invitados ONGs, hermandades y
asociaciones varias de nuestra ciudad de Estepa:
1ª ESTACIÓN: HERMANAS CLARISAS
2ª ESTACIÓN: GRUPO JÓVEN HDAD. DE LAS
ANGUSTIAS
3ª ESTACIÓN: CONSEJO GRAL. DE HERMANDADES Y
COFRADIAS
4ª ESTACIÓN: CONFIRMANDOS ADULTOS DE ESTEPA
(no asistieron)
5ª ESTACIÓN: ASOCIACIÓN DE LUCHA CONTRA EL
CÁNCER
6ª ESTACIÓN: CARITAS (no asistieron)
7ª ESTACIÓN: ASOCIACIÓN “A.N.D.A.” ESTEPA
8ª
ESTACIÓN: ASOCIACIÓN DE AMAS DE CASA (no asistieron)
9ª ESTACIÓN: EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA
10ª ESTACIÓN: GRUPO JÓVEN DEL
CALVARIO
11ª ESTACIÓN: ASOCIACIÓN
“ASEMI” DE ESTEPA
12ª ESTACIÓN: ASOCIACIÓN DE
FIBROMIALGIA
13ª ESTACIÓN: CORO DE “LA
VERACRUZ”
14ª ESTACIÓN: ORDEN
FRANCISCANA SEGLAR
15ª ESTACIÓN: HERMANOS
FRANCISCANOS
DESARROLLO DEL VIACRUCIS
Se
comienza con la invocación:
+En
el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y se
continúa dando la bienvenida:
Hermanas
clarisas, hermanos y hermanas todos, sed bienvenidos en paz y bien.
Hoy
nos reunimos para hacer el camino de Cristo durante su pasión. Por unos
instantes, vamos a trasladarnos a las callejuelas de la ciudad vieja de
Jerusalén y vamos a realizar el camino de la pasión del Señor, pasando por su
condena, muerte y resurrección. Tendremos muy presentes a nuestros hermanos
franciscanos de tierra santa, que desde hace siglos conservan los Santos
Lugares bajo el auspicio de la Custodia Franciscana de Tierra Santa. En
definitiva caminaremos con la cruz de Cristo.
Desde
una visión puramente estática, la cruz puede ser solo un elemento decorativo o
un patíbulo. Pero desde Jesucristo, la cruz es mucho más. No en balde se dice:
-“Oh cruz, árbol único en nobleza; jamás el bosque dio mejor tributo, en hoja
en flor y en fruto.” Esos frutos son los que se derivan del camino que hoy
realizamos junto a la cruz de Jesús. Lo haremos caminando entre amigos, lo
haremos caminando en fraternidad. Lo haremos caminando en silencio, llevando
cada uno el bagaje de su vida, sus intenciones, las del grupo y ONG al que
pertenece. Nos acordaremos de la parte del mundo que está olvidada y pondremos
junto a la Cruz del Señor a aquellos de los que nadie se acuerda. Todo ello,
hermanos y hermanas, sin perder de vista que Jesús de Nazaret nos reúne a todos
junto a su cruz, para arrancarnos una promesa que conlleva un compromiso de
vida. El hombre y la mujer de cada tiempo, junto al medio que les rodea, fueron
el objetivo primordial del Reino de Dios, la causa por la que vino Jesús al
mundo. Colaboremos con Jesús en hacer un mundo mejor. Hacedlo en memoria mía,
nos pide a todos los cristianos. Conservemos ardiente la fe en Dios Padre,
porque desde Jesús nos ofrece un mensaje y proyecto de vida siempre
actualizado, ya que JESÚS ES CAMINO VERDAD Y VIDA.
Se guarda
un momento de silencio y el padre guardián proclama la oración colecta con las
manos extendidas.
Oremos.
Padre
de bondad y creador del mundo; fieles al mensaje de Jesús que nos pidió que lo
hiciéramos todo en conmemoración suya, te pedimos que hagas descender sobre
nosotros tu santo Espíritu; para que abra nuestra conciencia a las duras
realidades del mundo, para ser en la tierra bálsamo, abrazo, acogida, esperanza
y sonrisa. Que el camino de la cruz que ahora comenzamos junto a tu Hijo y
hermano nuestro Jesús, nos haga comprometernos con el mundo, ayudar a los demás
a llevar su cruz y apostar por Cristo vivo que es camino verdad y vida. Te lo
pedimos por ÉL, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Tras organizarse el cortejo junto a la reja de las hermanas
clarisas, se inicia el viacrucis con la lectura de la primera estación que
leerán las hermanas.
1 Estación: Jesús es
condenado a muerte
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo
aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz
redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS. (Jn 19,14-16)
Era
la víspera de la Pascua, hacia el mediodía. Pilatos dijo a los judíos: –¡Aquí
tenéis a vuestro rey! Pero ellos gritaban: –¡Muera! ¡Muera! ¡Crucifícalo! Pilatos
les preguntó: –¿Acaso he de crucificar a vuestro Rey? Y los jefes de los
sacerdotes le contestaron: –¡No tenemos más rey que el césar! Entonces Pilatos le
entregó a Jesús para que lo crucificaran, y ellos se lo llevaron.
Palabra
de Dios
REFLEXIÓN FRANCISCANA
De
los escritos de san Francisco: Te damos gracias, Padre, porque al igual que nos
creaste por tu Hijo, así, por el santo amor con que nos amaste, quisiste que
él, verdadero Dios y verdadero hombre, naciera de la gloriosa Virgen santa
María, y que nosotros, cautivos, fuéramos redimidos por su cruz, y sangre, y
muerte. (1R 23, 3)
En alabanza de Cristo y de
su siervo Francisco, Amén.
REFLEXIÓN
El
camino de la cruz va precedido por la condena a muerte de Jesús. Una condena
donde no solo es atropellada toda verdad y toda justicia, sino que es dirigida
a aquél que no ha venido a condenar, sino a salvar. Él, que un día será juez de
todo el mundo acepta ahora ser condenado porque entregando su vida nos traerá
la salvación.
La
condena de Jesús no solo es fruto de la maldad y el odio de unos, sino también
de la falta de compromiso de muchos otros que por la presión social, por el
miedo al “qué dirán” acabarán también pidiendo su muerte en la cruz.
Cuántas
veces nosotros juzgamos y criticamos a los demás, cuando sabemos que sólo Dios
puede ver el corazón y, por tanto, juzgar. Y cuántas veces somos incapaces por
temor o vergüenza de cortar una crítica que se está haciendo ante nosotros.
Recordemos
algo de lo que San Francisco nos dice en sus escritos: “Y no hablen mal de
nadie; no murmuren ni difamen a otros, porque está escrito: Los murmuradores y
difamadores le son odiosos a Dios” (cf. Rom 1, 29-30)
(Regla no bulada XI, 7)
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN FINAL
Señor
y Padre bueno que nos amas y nos buscas, danos conciencia solidaria y fraterna,
para no colaborar en las codenas que este mundo hace a tantas y tantas personas
por su condición o circunstancias personales. Que imitando el ejemplo de Clara
y Francisco, hagamos de la paz y el bien la norma de nuestra vida, para ser
como tu hijo, CAMINO VERDAD Y VIDA.
Te lo pedimos por Jesús,
que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
2 Estación: Jesús carga
con la cruz sobre los hombros
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo
aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz
redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS (Mat 27,27-31)
Entonces
los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron
alrededor de él a toda la cohorte. Le
desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura; y, trenzando una corona de
espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y
doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: «¡Salve, Rey de
los judíos!»; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la
cabeza. Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus
ropas y le llevaron a crucificarle.
Palabra
de Dios
REFLEXIÓN
FRANCISCANA
De
los escritos de san Francisco: Miremos atentamente al buen Pastor, que por
salvar a sus ovejas soportó la pasión de la cruz. Las ovejas del Señor le
siguieron en la tribulación y en la persecución, en la vergüenza y en el
hambre, en la debilidad y en la tentación, y en todo lo demás, y por ello
recibieron la vida eterna. (Adm. 6)
En
alabanza de Cristo y de su siervo Francisco, Amén.
REFLEXIÓN
Vivimos
en un mundo tremendamente violento. Niños que mueren sin oportunidades; niños
abandonados y de la calle; niños soldados; jóvenes mutilados, explotados y
violados; familias desunidas por falta de compresión y diálogo; familias
destrozadas por las guerras; personas que mueren de hambre, que viven sin
techo, sin dignidad; países en guerras;…
Y
nuestras manos en muchos casos aún no están completamente llenas de amor y de
justicia. Debemos de comenzar a transformar este mundo en un Hogar de Hermanos
y para ello debemos de llenar nuestras manos. Llenarlas de sentido de
fraternidad, de entrega, de libertad, de oración, de compromiso, de misión,… Y
con las manos llenas ofrecer al mundo la Alegría y la Esperanza.
Es
el momento Señor, de ser INSTRUMENTOS DE TU PAZ.
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
EL CIELO…
ORACIÓN FINAL
Señor
y Padre Todobondadoso, que nos amas y nos buscas. Para muchas personas, la vida
le puede ser mucho más llevadera si
entre todos compartimos la carga, nos acompañamos en dolor, somos esperanza en
la tribulación y causa de la alegría de quienes caminan junto a nosotros. Danos
entrañas de misericordia entrañable. Esa misma misericordia que en la cruz
derrochó tu Hijo Jesús que pasó por el mundo curando y haciendo el bien.
Te
lo pedimos por Jesús, que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la
Cruz y vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
3 Estación: Jesús cae por
primera vez
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo
aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz
redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS (Mc 8,34-35)
Luego llamó Jesús a sus
discípulos y a la gente, y dijo:
–El
que quiera ser mi discípulo, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por
causa mía y del evangelio, la salvará.
Palabra
de Dios
REFLEXIÓN FRANCISCANA
De
los escritos de san Francisco: Mirad, hermanos, la humildad de Dios y derramad
ante Él vuestros corazones, humillaos también vosotros, para ser enaltecidos
por Él. Nada de vosotros retengáis para vosotros mismos, para que enteros os
reciba el que todo entero se os entrega. En alabanza de Cristo y de su siervo
Francisco, Amén (CtaO 23)
REFLEXIÓN
En
el seguimiento de Cristo son muchos los momentos de lucha, de tentación de
tirar la toalla y de caídas… Cada uno podemos darle el nombre correspondiente.
Cuando caigo Tú, Señor, como Francisco me habláis al corazón. En la caída te
siento cercano, siento tu mano que me levanta. Sólo me pides que me vuelva a
ti, que vaya a ti, que alce mis manos para que me puedas levantar de nuevo y
siempre. Gracias por tus brazos siempre abiertos y dispuestos a levantarme. Nos
enseña el Papa Francisco, que: “Todos tenemos la capacidad de pecar y de hacer
lo mismo, de equivocarnos en la vida. El otro no es más malo que tú o que yo.
La misericordia supera todo muro, toda barrera, y te conduce a buscar siempre
el rostro del hombre, de la persona. Y es la misericordia la que cambia el corazón
y la vida, que puede regenerar a una persona y permitirle incorporarse de un
modo nuevo en la sociedad”. (Catequesis del 10 de
septiembre del 2014)
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN
FINAL
Oh
Padre, bueno y santo que nos amas y nos buscas; has enviado a tu Hijo como Luz
del mundo y Palabra de Verdad, suscita en los jóvenes y en toda la comunidad
eclesial el firme deseo de entregar su vida al servicio de la Iglesia y ser
verdaderos testigos y anunciadores del Evangelio.
Te lo pedimos por Jesús,
que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
4 Estación: Jesús se
encuentra con su Madre
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo
aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz
redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS (Lc 2,34-35)
“Simeón,
después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída
y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma
una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los
pensamientos íntimos de muchos»”.
REFLEXIÓN FRANCISCANA
Del saludo San Francisco a
la Virgen María.
Salve,
Señora, santa Reina, santa Madre de Dios María, que eres virgen hecha Iglesia y
elegida por el santísimo Padre del cielo, consagrada por él con su santísimo
Hijo amado y el Espíritu Santo Defensor, en la que estuvo y está toda la
plenitud de la gracia y todo bien. Salve, palacio suyo; salve, tabernáculo
suyo; salve, casa suya; salve, vestidura suya; salve, sierva suya; salve, madre
suya, y todas vosotras, virtudes santas, que por la gracia y la iluminación del
Espíritu Santo sois infundidas en el corazón de los fieles, para que todos
caminen hacia Dios.
REFLEXIÓN
Ciertamente,
María es bienaventurada, por ser madre y
discípula de Jesús. Como nos dice nuestro padre san Francisco, todos estamos
llamados a ser madres de nuestro Señor Jesucristo, y lo somos cuando lo llevamos
en nuestro corazón y en nuestro cuerpo, por el amor divino y con una conciencia
pura y sincera; y lo damos a luz por medio de obras santas, que deben iluminar
a los otros como ejemplo.
María,
es la que acoge, cuida, escucha, comprende, se entrega, acompaña. La que sabe
estar al lado del Hijo cuando éste la necesita, sobre todo en los momentos más
difíciles. Es el mejor modelo para las madres. En el camino de la cruz Jesús
estuvo rodeado de muchas personas; con seguridad todas indiferentes, excepto una:
su Madre. Y es que todo puede fallar menos el amor de la madre. María tenía el
corazón herido pero siempre fuerte para amar. Así mismo en el caminar de la
vida hay personas que pasan a nuestro lado y somos indiferentes ante ellas y su
realidad. ¿Si Jesús se entregó en la cruz por amor, como no poner tu esfuerzo
por el bien de las personas del mundo y de la naturaleza? María, desde su
ejemplo también nos enseña a hacer nosotros lo mismo, a ser madres para
nuestros hermanos.
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN
FINAL
Padre
santo, que nos amas y nos buscas, en María nos ofreces un hermoso ejemplo de tu
maternidad. Ella es causa de nuestra alegría. Permítenos padre de amor, no
dejar de contemplarla como la cumplidora por excelencia de las enseñanzas de su
Hijo y hermano nuestro Jesucristo. Permítenos, junto a la Virgen María y
nuestro Padre San Francisco, abrazarnos a la cruz, y dar testimonio en nuestras
vidas.
Te lo pedimos por Jesús,
que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
5 Estación: Simón de
Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo
aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz
redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS (Mc 15,21)
“Simón de Cirene, el padre
de Alejandro y de Rufo, que volvía del campo y pasaba por allí, fue obligado a
cargar con su cruz”.
Palabra de Dios
REFLEXIÓN FRANCISCANA
De
los escritos de san Francisco: Amemos todos con todo el corazón, con toda el
alma, con toda la mente, con toda la fuerza y fortaleza, con todo el
entendimiento, con todas la energías, con todo el empeño, con todo el afecto,
con todas la entrañas, con todos los deseos y quereres, al Señor Dios, que nos
dio y nos da a todos nosotros todo el cuerpo, toda el alma y toda la vida, que
nos creó, nos redimió y por su misericordia nos salvará. (1R 23, 8)
En
alabanza de Cristo y de su siervo Francisco, Amén.
REFLEXIÓN
Nadie
puede negar la realidad del sufrimiento. Pero al mismo tiempo, nadie puede
negar la maravillosa existencia de personas que ayudan con la cruz a sus
hermanos. La cruz de la enfermedad pueden ser muchas y múltiples enfermedades
que pueden ser mentales, físicas, sociales, morales y espirituales. Todos en la
vida experimentamos alguna enfermedad o vivimos con la enfermedad de algún
familiar o amigo cercano. Nos desanima y hasta nos desespera el sufrimiento;
pero hay muchos gestos en los que se percibe la fe, el amor y la misericordia
de una persona. Pero ciertamente la cercanía y la ayuda al que sufre y sobre
todo en la enfermedad es discutiblemente un signo de misericordia. Que cada día
el ejemplo del cirineo nos motive a ir siempre al encuentro del que sufre.
El
Papa Francisco nos enseña, que: “Cada vez que se ayuda discretamente a quien
sufre, o cuando se está enfermo, se tiene la ocasión de cargar sobre los
propios hombros la cruz de cada día y de seguir al Maestro (cf. Lc 9,23); y aun cuando el encuentro con el
sufrimiento sea siempre un misterio, Jesús nos ayuda a encontrarle sentido”. (Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial del
Enfermo 2016)
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN FINAL
Padre
de bondad, que nos amas y nos buscas y que quieres que todos los hombres se
salven, te pedimos por todos los enfermos en el mundo entero para que
encuentren consuelo y esperanza acompañándote en el dolor de cruz. Danos a
todos nosotros un corazón misionero y misericordioso para que como buenos
Cirineos acompañemos a todos los que sufren en la enfermedad llevándoles tu amor.
Te lo pedimos por Jesús,
que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
6 Estación: La Verónica
limpia la cara de Jesús
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo
aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz
redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS (Is 52, 14-15)
De
la profecía de Isaías: “Del mismo modo que muchos quedaron asombrados al verlo
–pues tan desfigurado estaba que no parecía un hombre, ni su apariencia era
humana-, así se admirarán muchas naciones; ante él cerrarán los reyes la boca,
pues verán lo que nunca les contaron y descubrirán lo que nunca oyeron”.
Palabra
de Dios
REFLEXIÓN
FRANCISCANA
De
los escritos de santa Clara: Mira atentamente, considera, contempla, con el
deseo de imitarle, a tu Esposo, el más bello de los hijos de los hombres, hecho
para tu salvación el más vil de los hombres, despreciado, golpeado y azotado de
mil formas en todo su cuerpo, y muriendo entre los sufrimientos de la cruz.
En
alabanza de Cristo y de su sierva Clara. Amén (2CtaCl)
REFLEXIÓN
Limpiar
el rostro de Jesús en la oración, limpiarlo de todo aquello que no nos deja
transparentar la belleza que procede de Él en nosotros y en los hermanos, esa
es la vida que nace en nosotros cuando nos dejamos hacer por la oración y
contemplación. El Señor va trazando el camino para que en nosotros aparezca su
imagen. Se necesita coraje y valentía para creer en Jesús y luchar junto a él
frente al enemigo que intenta ocultar su rostro en nosotros y en el hermano.
Afirma
el Papa Francisco: “Hoy existe una multitud de hombres y mujeres cansados y
sedientos, que nos piden a los cristianos que les demos de beber. Es una
petición a la que no podemos sustraernos. En la llamada a ser evangelizadores,
todas las Iglesias y Comunidades eclesiales encuentran un ámbito fundamental para
una colaboración más estrecha. Para llevar a cabo este cometido con eficacia,
se ha de evitar cerrarse en los propios particularismos y exclusivismos, así
como imponer uniformidad según los planes meramente humanos” (Homilía domingo 25 de enero de 2015).
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN
FINAL
Amor
eterno y Padre Dios, que nos amas y nos buscas. En Jesucristo, Señor nuestro,
concédenos que todos los bautizados te encontremos y acojamos en el rostro
sufriente de nuestros hermanos que tienen sed física y espiritual; ayúdanos a
ser misioneros de tu amor llevándoles tu amor que los saciará para siempre.
Te lo pedimos por Jesús,
que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
7 Estación: Jesús cae por
segunda vez
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo
aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz
redimiste al mundo.
LECTURA
DE LA PALABRA DE DIOS (Mc 9, 31-32)
“Les
decía: ‘El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres; lo matarán,
más a los tres días de haber muerto resucitará. Pero los discípulos, que no
entendían sus palabras, tenían miedo de preguntarle”.
Palabra
de Dios
REFLEXIÓN
FRANCISCANA
De
la Paráfrasis de San Francisco de Asís: “pensando siempre en ti; con toda el
alma, deseándote siempre a ti; con toda la mente, dirigiendo todas nuestras
intenciones a ti; buscando en todo tu honor; y con todas nuestras fuerzas,
destinando todas nuestras fuerzas y los sentidos del alma y del cuerpo al
servicio de tu amor y no a otra cosa. (ParPN 5)
En
alabanza de Cristo y de su siervo Francisco, Amén.
REFLEXIÓN
Esta
segunda caída nos recuerda el sufrimiento insistente al que está expuesto cada
ser humano; pero sobre todo nos revela la solidaridad permanente, profunda y
generosa del ser humano por excelencia, Jesús. Cuando se acompaña a una persona
para reconducir su camino por la vida, se está acompañando a Jesús mismo, que
cayó al suelo pero se levantó. Esa es la grandeza de la vida, levantarse. Y
acompañar es aconsejar es echar mano de esta sabiduría vivida, haciéndolo con
humildad y sencillez. Es ofrecer y no imponer, es compartir y no pontificar. Se
trata, a fin de cuentas de humanizar el trato personal.
El
Papa Francisco nos advierte que: “Nadie camina solo y nadie de nosotros puede
pensar que está solo: está siempre este compañero. Cierto, sucede que cuando no
queremos escuchar su consejo, escuchar su voz, le decimos: “¡Bah desaparece!”.
Pero poner de patitas en la calle al compañero de camino es peligroso, porque
ningún hombre, ninguna mujer puede aconsejarse a sí mismo: yo puedo aconsejar a
otro, pero no aconsejarme a mí mismo”. (Homilía jueves
2 de octubre de 2014)
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN FINAL
Dios
fuente de vida y misericordia que en la vida nos acompañas y nos buscas, por tu
Hijo Jesucristo, te pedimos por quienes en el mundo ayudan, trabajan y
testimonian para acompañar a personas perdidas por el camino nuevo de la
ilusión, la salud y la esperanza. Que tu Iglesia sepa llevar el buen consejo al
que necesita y cada día nos apoyemos unos a otros en la misericordia de tu
amor.
Te lo pedimos por Jesús,
que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
8 Estación: Jesús y las
mujeres de Jerusalén
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo
aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz
redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS (Lc 23,27-28)
“Le seguía una gran
multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús se
volvió a ellas y les dijo: ‘Hijas de Jerusalén, no lloren por mí; lloren más
bien por ustedes y por sus hijos”.
Palabra de Dios
REFLEXIÓN FRANCISCANA
De la Segunda Carta de
Clara:
Si sufres con él, reinarás
con él; llorando con él, gozarás con él; muriendo con él en la cruz del dolor,
con él poseerás el cielo en el esplendor de los santos y tu nombre será escrito
en el libro de la vida y será glorioso entre los hombres.
En alabanza de Cristo y de
su sierva Clara. Amén.
REFLEXIÓN
Leyendo
con atención el Evangelio vemos cómo Cristo asigna a la mujer un puesto muy
especial, junto a EL. La mujer junto a Cristo encuentra su dignidad, adquiere
lo más importante para su vida: madurez y autonomía interior. Jesús en su
Pasión se volvió hacia aquellas mujeres que se dolían y lamentaban por El.
Volviéndose a ellas les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad
más bien por vosotros y por vuestros hijos”.(Lc 23, 28)
Hoy ante tu cruz, Señor, ponemos el drama de la violencia de género y la
falta de derechos de la mujer en muchos aspectos de la vida, domésticos y
laborales. No somos objetos. No estamos nacidas para que se nos grite o
utilice. ¡Somos personas con una dignidad igual a la del hombre, pues por amor
nos creaste, Padre Bueno! Permita la conciencia humana trabajar, para que desde
Jesús, sensible con las mujeres de su tiempo; todos trabajemos para aliviar
sufrimientos y eliminar violencias de hogares y vidas de pareja. Recordamos
aquí a las que murieron por la incomprensible violencia machista. Te pedimos
por sus hijos huérfanos y te pedimos tu ayuda para concederle la redención a
quienes les quitaron la vida.
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN FINAL
Padre
Dios, que eres misericordia y perdón y nos amas y nos buscas. Jesús el Buen
Pastor, entregó su vida por nosotros sus ovejas, te pedimos por las mujeres que
sufren por las múltiples tristezas que hay en el mundo, para que no decaiga su
fe en ti y su esperanza en la justicia. Por todas las que están sumidas en la
tribulación y el desanimo. Ayúdanos a nosotros para ser tus instrumentos de
amor y misericordia en todo lugar, denunciando la injusticia, anunciando tu esperanza
y paz al que lo necesita.
Te lo pedimos por Jesús,
que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
9ª Estación: Jesús cae por
tercera vez
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo
aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz
redimiste al mundo.
LECTURA
DE LA PALABRA DE DIOS (Is 53,5)
“Más
fue herido por nuestras faltas, molido por nuestras culpas. Soportó el castigo
que nos regenera y fuimos curados con sus heridas”.
TEXTO
FRANCISCANO
De las Alabanzas al Dios
Altísimo de San Francisco:
Tú eres el amor, la caridad,
Tú eres sabiduría, Tú eres humildad, Tú eres paciencia, Tú eres la belleza, Tú
eres la mansedumbre. Tú eres la seguridad, Tú eres el descanso, Tú eres el
gozo, Tú eres nuestra esperanza y alegría, Tú eres la justicia, Tú eres la
templanza, Tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción… Tú eres nuestra fe, Tú
eres nuestra caridad, Tú eres nuestra dulzura, Tú eres nuestra vida eterna,
grande y admirable Señor, Dios Omnipotente, misericordioso Salvador.
En alabanza de Cristo y de su
siervo Francisco. Amén.
REFLEXIÓN
A
la tercera vez no es la vencida. El dolor es extremo. Casi no puede mantenerse
en pié… pero vuelve a levantarse para culminar su llagada al patíbulo de la
cruz. Este gesto de Jesús nos indica que –nuestro Dios- está con los que
sufren. En las relaciones humanas y en la vida de pareja, una de las cosas que
más cuesta es soportar o sobrellevar los defectos de nuestros prójimos. La
paciencia forma en nosotros un corazón compasivo que no se indigna ante los
defectos de los demás, sino que mirando desde los ojos de Jesucristo, sabe
soportar desde dentro y aguantar, porque es consciente de que todos somos
débiles y de que nadie es perfecto. Un corazón así hace vida lo que San Pablo
escribía en el himno a la caridad: «El amor es paciente, es bondadoso» (cf. 1 Co 13, 4). El franciscano Leonardo Boff nos
enseña que cada experiencia de la vida, vivida desde Jesucristo puede ser un
sacramento de vida. Apliquemos pues a nuestras relaciones personales la
capacidad que tuvo Jesús, para tratar con quienes no entendían su mensaje. Que
contemos hasta tres antes de dar una respuesta airada. Que vivamos
constantemente la novedad de amar. Cristo se levantó por tercera vez, y muchas
más nos tendremos que levantar cada uno de nosotros. Pero merecerá la pena si
cada vez que nos levantamos, ponemos una intención más en vivir nuestras relaciones
desde la entrega, el respeto y el servicio hacia mi pareja; junto al cual somos
uno ante Dios.
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN
FINAL
Padre
Celestial que nos amas y nos buscas y envías a tu Unigénito para nuestra
salvación, ponemos en tus manos nuestros corazones, para que día a día aumente
en nuestro corazón la paciencia y la caridad para sobrellevar los defectos
propios y los de los demás, haciendo crecer en nosotros la bondad y la
perseverancia, siendo portadores de tu amor, a ejemplo de Cristo tu Hijo.
Te lo pedimos por Jesús,
que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
10ª Estación: Jesús es
despojado de sus vestiduras.
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS (Mc 15,24)
“Lo crucificaron y se
repartieron sus vestidos, echándolos a suertes, a ver qué se llevaba cada uno”.
Palabra de Dios
TEXTO FRANCISCANO
De la Segunda Carta a los
Fieles de San Francisco:
La voluntad del Padre fue
que su bendito y glorioso Hijo, a quien nos dio y que por nosotros nació, se
ofreciese a sí mismo, por medio de su propia sangre, como sacrificio y ofrenda
en el altar de la Cruz; no por sí, por quien todo fue hecho, sino por nuestros
pecados, dejándonos ejemplo para que sigamos sus huellas. Y quiere que todos
seamos salvados y que lo recibamos con un corazón puro.
En alabanza de Cristo y de
su siervo Francisco. Amén.
REFLEXIÓN
En
nuestra sociedad, el vestido tiene una función muy importante. Pero no solo
para nosotros, claro. Son muchas las personas que ahora mismo, en las fronteras
de Europa, México o frente a un oscuro mar que puede tragarse sus vidas con una
simple marejada; pueden perder la vida. Los sistemas de gobierno injustos los
han dejado sin ropa, sin papeles, sin dignidad y sin muchos seres queridos.
Muchos de ellos tendrán frío, estarán mojados y pobremente vestidos. Ante este
drama Dios se adolece. Y cada vez que un pobre de ellos muere ignorado por el
mundo, el corazón de Dios se estremece. ¡¡SON PERSONAS HUIMANAS!! Los que
tenemos posibilidades no debemos dejar que Cristo siga muriendo en tan malas
circunstancias. Son dramas que están lejos, pero son situaciones que exigen de
nosotros entrañas de misericordia, colaboración dentro de nuestras
posibilidades y educar a nuestros pequeños y jóvenes, en que un mundo sin
fraternidad franciscana está perdido, pues así mismo se perderá si no ve en el
otro a un hermano o hermana.
Junto
a la cruz de Jesús, símbolo de toda muerte injusta y de toda persona maltratada
y con la dignidad vilipendiada, guardemos un momento de silencio por todas
estas personas causa del dolor de Dios. (SILENCIO)
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN
FINAL
Dios
Padre bueno que nos amas y nos buscas. Por lo mucho que amaste a tu hijo Jesús
le lloraste hasta el extremo. Envíanos tu santo Espíritu, para que nuestra
conciencia no nos permita pasar de largo ante los dramas sociales y migratorios
de este momento. Que tengamos claro que vestir al desnudo es vestirte a ti
mismo y que no existe otro modo de adoración a Ti, si no se parte de esta base.
Te
lo pedimos por Jesús, un “sinpapeles” de aquel tiempo, que por amor a la
humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén.
11ª Estación: Jesús es
clavado en la cruz.
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo, aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS (Lc 23,33)
“Llegados al lugar llamado
Calvario, lo crucificaron allí junto con los malhechores, uno a la derecha y
otro a la izquierda”.
Palabra de Dios
TEXTO FRANCISCANO
De
la Primera Regla de San Francisco, 23:
Ninguna
otra cosa, pues, deseemos, ninguna cosa queramos, ninguna otra nos agrade y
deleite, sino nuestro Creador y Redentor y Salvador, el solo verdadero Dios,
que es el bien pleno, el todo bien, el total bien, el verdadero y sumo bien;
que es el solo bueno, piadoso, manso, suave y dulce; que es el solo santo,
justo, verdadero, santo y recto; que es
el solo inocente, puro; de quién y por quien nos viene y en quien está todo el
perdón, toda la gracia, toda la gloria de todos los que hacen penitencia, de
todos los justos que gozan en el cielo:
En
alabanza de Cristo y de su siervo Francisco. Amén.
REFLEXIÓN
Como
humanos que somos, nunca podremos entender que a una persona justa se le
violente, torture y asesine. Lleno está el mundo de mártires por la libertad y
los derechos fundamentales de las personas. Recordamos aquí al beato Oscar
Romero, obispo salvadoreño asesinado. Estos tuvieron ocasión de subir a la cruz
de Jesús. Otros suben a la cruz en vida, desde la vida. No quieren compasión,
ni llantos ni lloriqueos. Solo quieren vivir su vida de la manera más digna.
Tienen derecho a su vida, al gozo, al placer, a la educación y a sentirse
plenos hasta donde sus circunstancias personales les permitan llegar. Donde hay
personas que se consideran con estrella, estos en ocasiones son consideraos
estrellados. Pero nada más lejos de la realidad. Si Cristo muere en la cruz, lo
hace para que nunca más una persona se quede sin oportunidades reales en la
vida complicada que le ha tocado vivir. Y ahí, cada uno de nosotros tiene una responsabilidad
vital; pues cada uno de nosotros podemos ser caricia, bálsamo y ternura; para
con aquellas personas con las que la naturaleza ha sido caprichosa. Hoy te
miramos Jesús. Si tú pudiste, nosotros tenemos que poder. Francisco de Asís no
se lo pensó dos veces y abrazó a aquel leproso al que todo el mundo rechazaba;
y solo por aquella acción ya Dios le hubiera abierto las puertas del cielo.
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN
FINAL
Señor,
te pedimos por la humanidad redimida por tu Hijo, que camina clavada en una
cultura de muerte, para que concorde con lo que has impreso en su naturaleza,
se comprometa con responsabilidad a vivir en plenitud. Para que todos vivamos a
Dios de una experiencia gozosa y tierna, que nos haga ser merecedores del
testimonio de la Cruz.
Te lo pedimos por Jesús,
que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
12ª
Estación: Jesús muere en la Cruz
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo
aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz
redimiste al mundo.
LECTURA
DE LA PALABRA DE DIOS (Mc 15,33-34.38-39)
“Llegada
la hora sexta, la oscuridad cubrió toda la tierra hasta la hora nona. A la hora
nona gritó Jesús con fuerte voz: ‘Eloí, Eloí, ¿lemá sabactaní?’, que quiere
decir: ‘¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?’ … Entonces el velo
del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba frente
a él, al ver que había expirado de aquella manera, dijo: ‘verdaderamente este
hombre era hijo de Dios”.
Palabra
de Dios
TEXTO
FRANCISCANO
De
la Cuarta Carta de Santa Clara:
Contempla
el gran amor con el que Cristo quiso padecer en el leño de la cruz y morir en
Él la más infame de las muertes. Por eso, colgado en el árbol de la Cruz,
amonestaba a los que pasaban sobre lo que allí habían de considerar, diciendo:
“¡Oh vosotros, todos los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor
como mi dolor!” Respondamos a una voz, con un solo espíritu: ¡Lo tendré siempre
en mi memoria, y mi alma se romperá dentro de mí!
En
alabanza de Cristo y de su sierva Clara. Amén.
REFLEXIÓN
Sólo
desde la intimidad con Dios se puede gritar la certidumbre en un Padre que,
aunque en silencio aparente, nunca abandona porque tiene la última palabra y la
pronuncia hecha Vida eterna. Desde la confianza queda sólo reposar en las manos
de un Padre que ama siempre.
Fiarse
de Dios, desvelado todopoderoso en la Cruz , es saborearlo hasta la hartura (
“Tú eres mi riqueza a saciedad” ); es saberlo crucificado sin querer conocerlo
de otra manera; es sentirse firmemente cimentado ( “Tú eres mi seguridad“ ); es
quedar marcado con la señal de la Cruz como manantial del servicio y de la
fraternidad, de la obediencia y del desapropio, de la disponibilidad y del
testimonio; es el grito del que ya experimenta la vida nueva y eterna; es
celebrar la propia muerte como una pascua - el paso definitivo con Cristo hacia
el Padre - y recibirla como hermana.
Jesús muerto en la Cruz es
la lección a la que hacía alusión Francisco cuando decía a sus hermanos, llorosos ante la muerte del que amaban: “Yo
he cumplido mi parte, la vuestra os la enseñe Cristo”.
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN FINAL
Dios y Padre que nos amas
y nos buscas, tu Hijo ha muerto en la Cruz. Haz que seamos muchos los que
tengamos un amor tan grande como el suyo, dispuestos a entregar el perdón y la
propia vida por los hermanos en el mundo entero y por el anuncio del Evangelio
de salvación.
Te lo pedimos por Jesús,
que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
13ª Estación: Jesús es
descendido de la cruz.
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo
aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz
redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS (Jn 19,38)
“Después de esto, José de
Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos,
pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo
concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo”.
Palabra de Dios
TEXTO FRANCISCANO
De los escritos de Clara:
Levantad los ojos al cielo,
tomad la cruz y seguid a Cristo que nos precede; pues, después de muchas
tribulaciones por él entraremos en su gloria. Amad de todo corazón a Dios y a
Jesús, su Hijo, crucificado por nosotros pecadores y no se quite nunca de
vuestra mente su recuerdo.
En alabanza de Cristo y de
su sierva Clara. Amén.
REFLEXIÓN
Este mundo, igual que el
del tiempo de Jesús, nos exige “estar.” No estaban todos en el momento clave; el miedo, la
inseguridad, la debilidad, la dificultad,…, les hizo fallar o nos hace fallar. Los
que gusten del espíritu franciscano, sea cual sea su condición o naturaleza,
debemos de estar, sí estar allí donde haya tristeza, duda, ofensa, odio,
error,… Allí donde esté presente el sufrimiento humano.
Ser cristiano y
franciscano nos exige un compromiso de estar, es decir: “Vivir el Evangelio”.
Este compromiso no debe ser en solitario, debe de ser en Familia, en el hogar,
en el trabajo, en el medio natural.
Que la Virgen María nos
sirva de guía y ejemplo en ese “estar”.
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN FINAL
Dios y padre todobondadoso
que eres amor infinito y en la vida nos amas y nos buscas. Gracias por las
personas de bien, que como Clara y Francisco de Asís son fieles a su vocación
religiosa y a su bautismo, aun a pesar de las dificultades. Jesús descendió a
nuestro suelo, se quedó entre nosotros participando de nuestra humanidad hasta
los tiempos presentes. Que su auxilio e intercesión no nos falten a nosotros ni
a todas las personas consagradas a tu Evangelio.
Te lo pedimos por Jesús,
que por amor a la humanidad nos dio el testimonio de la Cruz y vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
14ª Estación: Jesús es depositado
en el sepulcro
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo, aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y
te bendecimos, pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS (Jn 19,39-42)
“Fue también Nicodemo
–aquel que anteriormente había ido a verle de noche-. Con una mezcla de mirra y
áloe de unas cien libras. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en
lienzos con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar. En el lugar
donde Jesús había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro
nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado. Allí, pues, pusieron a
Jesús, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba
cerca”.
Palabra de Dios
TEXTO FRANCISCANO
Del Oficio de la Pasión de
San Francisco, 6:
“Y me llevaron al polvo de
la muerte y aumentaron el dolor de mis heridas. Me dormí y desperté y mi Padre
santísimo me acogió con gloria. Padre santo. Sostuviste mi mano derecha y me
guiaste según tu voluntad y me acogiste en la gloria. ¿Qué hay para mí en el
cielo? Y fuera de ti, ¿qué he querido en la tierra?. Mirad, mirad que yo soy
Dios, dice el Señor, seré exaltado entre las gentes, seré alabado en la tierra”
En alabanza de Cristo y de
su siervo Francisco. Amén.
REFLEXIÓN
Y
Dios envió a su Hijo al mundo, hasta el corazón de la tierra penetrando hasta
la última soledad. La tierra fue por un momento un inmenso tabernáculo que
guardó el tesoro más grande, al Hijo de Dios. Y a partir del depósito del
cuerpo de Jesús en el sepulcro ningún sepulcro es ya lugar de la muerte y
desesperanza; en cada sepulcro se nos recuerda que la muerte es una pérdida
aparente; la muerte no es el fin de la vida, sino el comienzo –aunque doloroso–
de su plenitud. Los cristianos vemos de otro modo la muerte porque percibimos
de manera plena la vida. La obra de sepultar a los difuntos es un evento que
manifiesta con lucidez el sentido profundo de la muerte. Cristo se enfrenta con
la “vieja enemiga” del género humano y triunfa sobre ella. La muerte retrocede
ante Aquél que es «la resurrección y la vida» (Jn
11,25). A partir del gran acontecimiento de la Resurrección la relación
entre los hombres y la muerte cambió. Quien cree en Cristo no tiene que temer a
la muerte porque aunque muera vivirá (cf. Ibid).
Esa es la ganancia que nos ofrece la fe.
PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN
LOS CIELOS...
ORACIÓN
FINAL
Oh
buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos,
mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos difuntos, escucha la
súplica que te hacemos, y por tu misericordia concédeles gozar del eterno
descanso en el seno de tu infinito amor. Te lo pedimos a ti que junto a Dios
Padre que nos ama y nos busca y el
Espíritu Santo, vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.
Al término de la oración 14 se introduce la ADORACIÓN DE LA CRUZ que
se ha utilizado en el Vía Crucis.
Vamos
a venerar ahora la cruz del Señor.
Quizás parezca bastante extraño, pero venerar la cruz no significa, llorar la
muerte de Jesús. Es cierto, estamos tristes y afligidos porque parece que su
ejemplo de vida se extingue; pero sin embargo hoy aclamamos y besamos la cruz,
como el signo de la victoria de Jesús sobre el pecado y sobre la muerte, y, por
lo tanto, la cruz se convierte para nosotros en el signo de nuestra liberación.
Jesús resucitó de entre los muertos y está vivo y resucitado. Por tanto,
nosotros podemos resucitar espiritualmente y estar vivos para el perdón y la
alegría, para la vida y la esperanza.
Los asistentes pasan a venerar la cruz mientras se canta algo
apropiado.
Una vez realizada la adoración, se coloca la cruz tendida en el
suelo y se procede a la lectura de la estación 15 y la conclusión del VIA
CRUCIS FRANCISCANO.
15ª Estación: “Jesús
resucitó a la vida plena”
INVOCACIÓN INICIAL (todos)
Te adoramos, santísimo
señor Jesucristo, aquí y en todas las
iglesias que hay en todo el mundo,
y te bendecimos, pues por
tu santa cruz redimiste al mundo.
LECTURA DE LA PALABRA DE
DIOS (1Cor 15,17. 19-20)
“Y si Cristo no resucitó,
su fe es vana: siguen en sus pecados… Si nuestra esperanza en Cristo se limita
sólo a esta vida, ¡somos las personas más dignas de compasión! ¡Pero no! Cristo
resucitó de entre los muertos como primicia de los que murieron”
Palabra de Dios
TEXTO FRANCISCANO
Y por la hermana muerte:
¡loado, mi Señor! Ningún viviente escapa de su persecución; ¡ay si en pecado
grave sorprende al pecador! ¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
¡No probarán la muerte de
la condenación! Servidle con ternura y humilde corazón. Agradeced sus dones,
cantad su creación. Las criaturas todas, load a mi Señor.
En alabanza de Cristo y de
su siervo Francisco. Amén.
REFLEXIÓN
Amigos
y amigas, hemos acompañado a Cristo en su camino hacia la cruz. Hemos
contemplado su muerte y debemos vivir su resurrección. ¡Qué sería de los
cristianos sin la Pascua! La propia semana santa, este mismo viacrucis no
tendría sentido. Ojalá el camino cuaresmal que nos queda por recorrer, lo
vivamos desde la experiencia de la conversión. ¡Sal de tu tierra! dijo Dios a
Abraham y a Moisés. Desprendámonos de todo lo que nos pueda alejar del sendero
de la conversión y muramos a todo aquello que no nos hace personas dignas, para
resucitar con Cristo a lo que podemos llamar una vida nueva y renovada.
Recuperemos la espiritualidad, la observancia de la Palabra de Dios, para ser
en el mundo las manos de Dios entre los hermanos.
Como
decía nuestro seráfico padre san Francisco casi a las puertas de la muerte:
“comencemos hermanos, porque hasta la presente poco o nada hemos hecho”. Así
sea.
Padre
nuestro que estás en el cielo…
ORACIÓN
FINAL (con las manos extendidas)
Aumenta
en nosotros Señor, el deseo de seguir tus huellas en cada una de las
necesidades que hay en el mundo. Haznos testigos de tu amor, para ser en el
mundo instrumentos de tu paz. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.
-Lectura de “Haz de mi Señor, un instrumento de tu paz…”
-Bendición franciscana final
-Agradecimientos y fin del viacrucis