Heraldos del
infortunio ajeno
Hace
unos días concretamente este fin de semana pasado, recibí una decena de whatsapp
relativos a una imputación de tres políticos de Estepa. Tres políticos a los
cuales yo no les enmendaré la plana, pues considero muy cuestionable su manera
de gobernar y sobre todo la manera con que han tratado a muchas personas en
cuanto a contrataciones y sobre todo despidos. Entiendo que tantos mensajes por
el whatsapp, responden a la facilidad que las nuevas tecnologías nos ofrecen
para transmitir en tiempo real y a un gran número de personas, una determinada
información o mensaje.
Y está bien informar y difundir cosas. Pero junto a esto
me pregunto, ¿hay en esa difusión una clara intencionalidad por difundir el
infortunio ajeno? Todos de alguna manera somos voceros –o podemos serlo-, de
causas o noticias concretas que se refieren a personas y cuyas circunstancias
no son felices. Pero como he dicho en otras ocasiones, en un pueblo como es
Estepa los ciudadanos tenemos que vernos todos los días, tratarnos, hay vinculos
familiares entre personas de distinto color político; nos tratamos de vecinos
en muchos casos etc…; y por ello considero que merece la pena ser sensibles a
la realidad de cada cual, sin que por ello haya que exonerarlo de la
responsabilidad jurídica, civil y social. Cuando difundimos mensajes de este
tipo, ¿nos hemos puesto en el papel del protagonista y que a buen seguro lo
estará pasando mal? Llegado a este punto y por mi condición cristiana, me
atrevo a reseñar un pasaje del Evangelio de Mateo (7,12a): “Así pues, haced con los demás lo
mismo que queréis que los demás hagan con vosotros”. ¿Qué quieres tú
para ti? No, no me estoy yendo por las ramas, que luego todos vamos a la
iglesia cuando nacemos y nos morimos. Yo no puedo apartar mi condición
cristiana de mi pensamiento político, van de la mano en un maridaje estupendo
que intento vivir con coherencia y mucha gratitud. Y es por eso que siendo
consciente de esta enseñanza de Jesús, se me ocurre pensar hoy que si por causa
de un error o una equivocación yo fuera el imputado en tal o cual cosa, y si tuviera
una familia y unos amigos que se adolecen de mi infortunio; me gustaría al
menos que se me tratara con respeto –y quizás con sensibilidad-, se observara
mi presunción de inocencia y se me diera la oportunidad de explicarme. Insisto en
algo, en este escrito insisto en la moral y no exonero a nadie de su
responsabilidad. Quien cometa una ilegalidad, la justicia caiga sobre él. Quien
robe dinero, que lo devuelva hasta el último €uro. Y con el que no paga, ¡¡que
pague!! Ya dijo Dios en el libro del Deuteronómio (cap.24,15): "Al
trabajador, págale su jornal ese mismo día, antes que se ponga el sol, porque
está necesitado, y su vida depende de su jornal; de otra manera clamará al
Señor y serás culpable de pecado."