1 DE MAYO. DÍA DE LOS TRABAJADORES Y DE LOS PARADOS
PLEGARIA DE ORACIÓN Y REFLEXIÓN POR LA DIGNIDAD DEL
TRABAJO
Buenos días en esta jornada en
la que se conmemora el trabajo.
Trabajo digno, y no a ser
posible, sino siempre. Una sociedad o un gobierno que no se precie de cuidar la
dignidad, solvencia, seguridad y justa remuneración de los trabajadores, no son
dignos de esta vida; por lo que es preciso –ahora más que nunca- el pleno
empleo y la calidad del mismo, que nunca debe estar por encima del nivel de
productividad.
España tiene más de 4 millones
de parados, lo cual es mucha gente, muchas personas; cada una de las cuales
tiene su propia historia. Miles de hogares en nuestro país tienen a todos sus
miembros en paro. Y mientras esto sucede, no se corrige la pobreza y encima se
nos habla de recuperación. ¿Recuperación de qué o de quien? Que se lo digan a
estos, que deben ser el primordial objetivo de la sociedad, el gobierno y la
comunidad cristiana. Sí. Los cristianos tenemos un papel fundamental, pues la
Iglesia es de las organizaciones que a lo largo de la historia siempre se ha
preocupado por el trabajo y la dignidad de los trabajadores.
Por pedir a Dios trabajo que
no quede, y por ello hoy dedico todo el día a la memoria del trabajador y sus
derechos; bajo el amparo de patrocinio de San José Obrero.
No quiero ser irreverente,
pero no podemos dejar en manos de Dios todo el asunto de trabajo, paro y
dignidad personal del trabajador. A Dios debemos de insistir para que su
espíritu nos asista, para que cada uno desde el lugar y responsabilidad en la
tierra, ajustemos nuestro entorno, al que Jesús de Nazaret desea para cada uno
de sus hijos. Y desde luego, preocuparnos por políticas integradoras que
promuevan el empleo y no menoscaben las ayudas y facilidades a aquellos que no
lo tienen.
Os propongo esta plegaria
modificada de Jesús Burgaleta, para que bien tras las preces en la Liturgia de
las Horas o en cualquier momento, seamos conscientes de nuestra propia
realidad.
Buena jornada.
Fraternalmente, Floren.
Fraternalmente, Floren.
ROMANCE A SAN JOSÉ (Sor Juana
Inés de la Cruz s.XVII)
Escuchen qué cosa y cosa
tan maravillosa aquesta:
un marido sin mujer,
y una casada doncella.
Un padre que no ha engendrado
a un hijo, a quien Otro engendra;
un Hijo mayor que el padre,
y un casado con pureza.
Un hombre que da alimentos
al mismo que lo alimenta;
cría al que lo crió, y al mismo
que lo sustenta, sustenta.
Manda a su propio Señor,
y a su hijo Dios respeta;
tiene por Ama una Esclava,
y por Esposa una Reina.
Celos tuvo y confianza,
seguridad y sospechas,
riesgos y seguridades,
necesidad y riquezas.
Tuvo, en fin, todas las cosas
que pueden pensarse buenas;
y es, en fin, de María esposo,
y de Dios, padre en la tierra.
Lectura dogmática de la Gaudium
et Spes, La Iglesia en el mundo. Constitución Pastoral del Concilio Vaticano II,
ep.67 sobre el trabajo y sus condiciones.
“El trabajo humano que se ejerce en la producción y en el
comercio o en los servicios es muy superior a los restantes elementos de la
vida económico, pues estos últimos no tienen otro papel que el de instrumentos.
Pues el trabajo humano, autónomo o dirigido, procede inmediatamente de la
persona, la cual marca con su impronta la materia sobre la que trabaja y la
somete a su voluntad. Es para el trabajador y para su familia el medio
ordinario de subsistencia; por él el hombre se une a sus hermanos y les hace un
servicio, puede practicar la verdadera caridad y cooperar al perfeccionamiento
de la creación divina. No sólo esto. Sabemos que, con la oblación de su trabajo
a Dios, los hombres se asocian a la propia obra redentora de Jesucristo, quien
dio al trabajo una dignidad sobre eminente laborando con sus propias manos en
Nazaret. De aquí se deriva para todo hombre el deber de trabajar fielmente, así
como también el derecho al trabajo. Y es deber de la sociedad, por su parte,
ayudar, según sus propias circunstancias, a los ciudadanos para que puedan
encontrar la oportunidad de un trabajo suficiente. Por último, la remuneración
del trabajo debe ser tal que permita al hombre y a su familia una vida digna en
el plano material, social, cultural y espiritual, teniendo presentes el puesto
de trabajo y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la
empresa y el bien común.”
Lectura dogmática de la Gaudium
et spes, la Iglesia en el mundo. Constirución pastoral del Vaticano II, ep.27
sobre el respeto a la vida humana.
“El Concilio inculca el respeto al hombre, de forma de
cada uno, sin excepción de nadie, debe considerar al prójimo como otro yo […],
cuidando en primer lugar de su vida. […]Urge la obligación de acercarnos a
todos y de servirlos con eficacia cuando llegue el caso, ya se trate de ese
anciano abandonado de todos, o de ese trabajador extranjero despreciado
injustamente, recordando la palabra del Señor: Cuantas veces hicisteis eso a uno de estos
mis hermanos menores, a mi me lo hicisteis. (Mt 25,40).
No sólo esto. Cuanto atenta contra la vida y cuanto ofende a la dignidad
humana, como son las condiciones infrahumanas de vida, las deportaciones, la
esclavitud, […] o las condiciones laborales degradantes, que reducen al
operario al rango de mero instrumento de lucro, sin respeto a la libertad y a
la responsabilidad de la persona humana: todas estas prácticas y otras
parecidas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana,
deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al
honor debido al Creador.
PLEGARIA EN EL DÍA DE LOS TRABAJADORES
(modificada de la de Jesús Burgateta)
Padre bueno y todo bondadoso,
que nos amas y nos buscas.
Ahora que nos hemos puesto a tono
y estamos inspirados, glorificamos tu nombre,
en medio del brindis de esta comunidad de hermanos.
Padre nuestro, eres Creador; tu nombre es energía,
fecundidad, evolución, actividad, omega y plenitud.
No descansas ni de día ni de noche.
¡Eres el primer trabajador del universo!
Contigo ruedan los ejes de las máquinas,
y funcionan las factorías, e investiga la ciencia
y transforma la tierra la clase trabajadora.
Has hecho de nosotros un ser vivo, rebosante de
actividad.
Somos responsables de la tierra
y de organizar la convivencia.
Todo es de todos; nada se escapa de nuestra acción.
Sin embargo, los hombres injustos y sus estructuras,
han frenado el empuje de la vida, haciendo de la
humanidad
un rebaño de inútiles seres mudos.
Hay pueblos enteros amordazados por las dictaduras;
son los que llaman "mayoría silenciosa"
y a los que halagan con buenas palabras
para que permanezcan como borregos.
Nosotros no queremos callar; no podemos callar,
ni permanecer pasivos.
Al bendecirte en esta celebración
proclamamos el evangelio de la creatividad,
de la acción, de la participación,
de la responsabilidad indeclinable.
Así es como queremos darte gloria,
reuniendo en una sola plegaria el trabajo,
la acción y la lucha de los que quieren vivir con
dignidad,
con sentido de la fraternidad, y te lo decimos
con los brazos extendidos y las manos abierta.
Padre nuestro que estás en el cielo…
Padre, Jesús nos dijo que "trabajas" siempre.
Para Ti el amor es participación, actividad,
interacción, responsabilidad. Así lo entendió Jesús,
que no se limito a un territorio ni permaneció pasivo.
Llamado por Ti, recorrió todos los caminos
convocando a los hombres del pueblo.
¡Lo hubieran querido mudo y paralítico;
pero Él es Tu Palabra y Tu obra!
De la mudez, de la parálisis y de la inactividad
fue librando a los que le seguían.
Levantó a los pueblos, suscitó una esperanza,
hizo recobrar la conciencia perdida
y comenzó a ser muy peligroso.
Como no cedió en su empeño, lo mataron.
¡Se equivocaron los que pretendieron
inmovilizarlo bajo el frío del sepulcro!
Su Espíritu quedó por los caminos
como una revolución que no se agota.
Ese Espíritu es el que nos mueve a celebrarle hoy aquí,
en esta celebración donde te haces presente
por medio de la […] Palabra.
¡Que al bajar de este supuesto Tabor
donde me encuentro contigo,
sea consciente de que en el mundo de los trabajadores y
trabajadoras,
puedo y debo ser la voz de Jesús que pide justicia,
dignidad y una justa remuneración del esfuerzo trabajado.
Ya que la actividad primordial de Jesús fue el amor;
permite Padre amoroso, que al compartir nuestra vida
con los hermanos y amigos,
hagamos un mundo más de Jesús y a su estilo.
Junto a este Jesús, Padre,
te presentamos la indeclinable voluntad
de participar en la creación del mundo
y hacerlo según tu designio.
No queremos permitir que nadie subyugue, ni decida,
ni piense por nosotros, ni nos vuelva a reducir al
silencio.
De lo contrario, no podríamos, como ahora lo intentamos,
bendecirte y darte gloria, y cantar tus alabanzas
por los siglos de los siglos. Amén.
Feliz jornada. ¡¡Por un trabajo digno, siempre!!
fraternalmente, Floren.