CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

lunes, 28 de noviembre de 2022

ORACIÓN DE ADVIENTO - CON ENERGÍA RENOVADA

 

ORACIÓN DE ADVIENTO. 26 NOVIEMBRE 2022. IGLESIA DE LOS FRAILES. ENS. ESTEPA

El ADVIENTO de este año no es un ADVIENTO más. Es distinto, como distintas son nuestras circunstancias personales y de pareja, y como distinta es la coyuntura comunitaria o mundial. En un momento en el que tanto hablamos de energía preocupados por los costes, suministro…etc; nos preguntamos cuanta energía somos capaces de aplicar en la llegada del Señor, para preparar el camino hacia el encuentro.

Es por ello que invocamos la Presencia de Dios para que se haga presente en nuestros corazones, para que nos haga sentirnos comunidad de personas que nos reunimos en su nombre; para discernir su Palabra en los albores de este tiempo esperanzado de Adviento.

¡Ven, Tú que eres el Padre de los pobres!

¡Ven, Tú que regalas los dones para el servicio!

¡Ven, Tú que enciendes la lumbre en los corazones!

¡Espíritu Santo, ven!

PREGÓN PARA ANUNCIAR EL ADVIENTO - Florentino Ulibarri

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de espera y anhelo,

de ilusión, de salir a los cruces y caminos.

Es un tiempo de ojos abiertos,

de miradas largas como el horizonte

y de pasos ligeros por calles y plazas.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de salas de espera,

de viajes que llegan con sorpresa ,

de caminatas alegres y largas,

de sueños buenos que se realizan

y de embarazos llenos de vida.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de pregones y sobresaltos,

de vigías, centinelas y carteros,

de trovadores, profetas y peregrinos,

y de todos los amantes de la utopía

que van en pos de la estrella que brilla.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de luces, candiles y velas.

de puertas y ventanas entreabiertas,

de susurros, sendas y pateras,

de huellas en el cielo y la tierra

y, también, en el corazón de las personas.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de pobres y emigrantes,

de parias, exiliados y desplazados,

de los desahuciados de sus casas

que se empapan y mojan en la calle

y de todos los que no tienen nombre.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de quienes no llegan y rezan,

de hogares que se renuevan y mantienen,,

de los que disciernen serenamente

y de quienes sufren la crisis, más fuerte,

a pesar de tantas promesas electorales.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de andar por oteros y valles

de de cantar por las cárceles que se abren

de romper grilletes, cadenas y fuerzas,

de ceñirse coronas de servicio y dignidad,

y de madurar como las hojas que vuelan.

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

Este es tiempo de Isaías y Juan Bautista,

de María y de José, sin pesadillas,

embarcados en la aventura divina

y pasando en vela sus horas nazarenas.

Es tiempo que gesta las promesas.

¡Este es tiempo de buenas noticias!

 

Ven, ven Señor no tardes / Ven, ven que te esperamos

Ven, ven Señor no tardes / Ven pronto Señor.

 

ORACIÓN COLECTA

 

¡El Señor Viene! Pidamos al Señor que nos despierte de nuestra vida insulsa y sin sentido.

(Pausa)

Oh Dios, esperanza y futuro nuestro:

Por medio de tu Hijo Jesucristo

tú eres parte de nuestras vidas y de nuestras comunidades.

Haznos tan conscientes de su presencia

que nuestros hermanos le encuentren y le amen

en el discreto, pero profundo amor,

que nos profesamos unos a otros;

en nuestros esfuerzos para traer paz a este mundo;

en nuestro compromiso por la compasión y la justicia

en beneficio sobretodo de los más humildes y abandonados.

Que Jesús nos inspire y nos guíe

para llevar a todos a ti, Dios nuestro

por los siglos de los siglos.

 

SALMODIA

SALMO 140: ORACIÓN ANTE EL PELIGRO



 









Ant. 1 Anunciad a los pueblos y decidles: «Mirad, viene Dios, nuestro Salvador.

Señor, te estoy llamando, ve de prisa,

escucha mi voz cuando te llamo.
Suba mi oración como incienso en tu presencia,
el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.

Coloca, Señor, una guardia en mi boca,
Un centinela a la puerta de mis labios;
no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,
a cometer crímenes y delitos
ni que con los hombres malvados
participe en banquetes.

Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,
pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;
yo seguiré rezando en sus desgracias.

Sus jefes cayeron despeñados,
aunque escucharon mis palabras amables;
como una piedra de molino, rota por tierra,
están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.

Señor, mis ojos están vueltos a ti,
en ti me refugio, no me dejes indefenso;
guárdame del lazo que me han tendido,
de la trampa de los malhechores.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Todos: Anunciad a los pueblos y decidles: «Mirad, viene Dios, nuestro Salvador.»


 

 









SALMO 141: TÚ ERES MI REFUGIO


 












Ant. 2 Mirad: el Señor vendrá, y todos sus santos vendrán con él; en aquel día, habrá una gran luz. Aleluya.

 

A voz en grito clamo al Señor,
a voz en grito suplico al Señor;
desahogo ante él mis afanes,
expongo ante él mi angustia,
mientras me va faltando el aliento.

Pero tú conoces mis senderos,
y que en el camino por donde avanzo
me han escondido una trampa.

Mira a la derecha, fíjate:
nadie me hace caso;
no tengo adónde huir,
nadie mira por mi vida.

A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres mi refugio

y mi lote en el país de la vida.»

 

Atiende a mis clamores,
que estoy agotado;
líbrame de mis perseguidores,
que son más fuertes que yo.

             Sácame de la prisión,

               y daré gracias a tu nombre:

me rodearán los justos
cuando me devuelvas tu favor.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Todos:  Mirad: el Señor vendrá, y todos sus santos vendrán con él; en aquel día, habrá una gran luz. Aleluya.













CÁNTICO de FILIPENSES: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL

 













Ant. 3 Vendrá el Señor con gran poder, y lo contemplarán todos los hombres.

 Cristo, a pesar de su condición divina,

no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajo hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Todos: Vendrá el Señor con gran poder, y lo contemplarán todos los hombres.

 












CANTO: Tu palabra, me da vida…

+Lectura del santo Evangelio según San Mateo 24,37-44.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.

En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.

Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.

Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

Palabra de Dios

REFLEXIÓN A LA LUZ DE LA PALABRA (José Antonio Pagola)

Primer Domingo de Adviento - ¿Seguimos despiertos?

Un día la historia apasionante de los hombres terminará, como termina inevitablemente la vida de cada uno de nosotros. Los evangelios ponen en boca de Jesús un discurso sobre este final, y siempre destacan una exhortación: “vigilad”, “estad alertas”, “vivid despiertos”. Las primeras generaciones cristianas dieron mucha importancia a esta vigilancia.

El fin del mundo no llegaba tan pronto como algunos pensaban. Sentían el riesgo de irse olvidando poco a poco de Jesús y no querían que los encontrara un día “dormidos”. Han pasado muchos siglos desde entonces. ¿Cómo vivimos los cristianos hoy?, ¿seguimos despiertos o nos hemos ido durmiendo poco a poco? ¿Vivimos atraídos por Jesús o distraídos por toda clase de cuestiones secundarias?

¿Le seguimos a él o hemos aprendido a vivir al estilo de todos? Vigilar es antes que nada despertar de la inconsciencia. Vivimos el “sueño” de ser cristianos cuando, en realidad, no pocas veces nuestros intereses, actitudes y estilo de vivir no son los de Jesús. Este “sueño” nos protege de buscar nuestra conversión personal y la de la Iglesia. Si no “despertamos”, seguiremos engañándonos a nosotros mismos.

Vigilar es vivir atentos a la realidad. Escuchar los gemidos de los que sufren. Sentir el amor de Dios a la vida. Vivir más atentos a su presencia misteriosa entre nosotros. Sin esta sensibilidad no es posible caminar tras los pasos de Jesús. Vivimos a veces inmunizados a las llamadas del evangelio. Tenemos oídos, pero no escuchamos lo que Jesús escuchaba; tenemos ojos, pero no vemos la vida como la veía él, ni miramos a las personas como él las miraba; tenemos corazón, pero se nos ha endurecido.

Puede ocurrir entonces lo que Jesús quería evitar entre sus seguidores: verlos como “ciegos que conducen a otros ciegos”. Si no despertamos, a todos nos puede ocurrir lo de aquellos de la parábola que todavía, al final de los tiempos, preguntaban: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o extranjero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te asistimos?”.

DESPERTAR - Estad en vela

Lo repitió Jesús una y otra vez: «estad siempre despiertos». Era su gran preocupación: que el fuego inicial se apagara y sus seguidores se durmieran. Es el gran riesgo de los cristianos: instalarnos cómodamente en nuestras creencias, «acostumbramos» al evangelio y vivir adormecidos en la observancia tranquila de una religión apagada. ¿Cómo despertar?

Lo primero es volver a Jesús y sintonizar con la experiencia primera que desencadenó todo. No basta instalarnos «correctamente» en la tradición. Hemos de enraizar nuestra fe en la persona de Jesús, volver a nacer de su espíritu. Nada hay más importante que esto en la Iglesia. Sólo Jesús nos puede conducir de nuevo a lo esencial.

Necesitamos, además, reavivar la experiencia de Dios. Lo esencial del evangelio no se aprende desde fuera. Lo descubre cada uno en su interior como Buena Noticia de Dios. Hemos de aprender y enseñar caminos para encontramos con Dios. De poco sirve desarrollar temas didácticos de religión o seguir discutiendo de cuestiones de «moral sexual», si no despertamos en nadie el gusto por un Dios amigo, fuente de vida digna y dichosa.

Hay algo más. La clave desde la que Jesús vivía a Dios y miraba la vida entera no era el pecado, la moral o la ley, sino el sufrimiento de las gentes. Jesús no sólo amaba a los desgraciados sino que nada amaba más o por encima de ellos. No estamos siguiendo bien los pasos de Jesús si vivimos más preocupados por la religión que por el sufrimiento de las personas. Nada despertará a la Iglesia de su rutina, inmovilismo o mediocridad si no nos conmueve más el hambre, la humillación y el sufrimiento.

Lo importante para Jesús es siempre la vida digna y dichosa de las personas. Por eso, si nuestro «cristianismo» no sirve para hacer vivir y crecer, no sirve para lo esencial por más nombres piadosos y venerables con que lo queramos designar.

El Adviento es un tiempo apropiado para reaccionar. No hemos de mirar a otros. Cada uno hemos de sacudimos de encima la indiferencia, la rutina y la pasividad que nos hace vivir dormidos.

DINAMICA –ALUMBREMOS EL CAMINO AL SEÑOR

(Realizamos de algún material tal como lana, cartulina, "gomaeva"...etc, algunas velas simbólicas para que la persona se las lleve a casa y le sea recordado su compromiso. Deben levantarse coger la vela que está junto a la PALABRA y manifestar su compromiso de alumbrar...etc)



Es evidente que esta oración tiene una segunda parte. Pues todos sabemos que tras la ortodoxia viene la praxis. O sea, tras la enseñanza, la oración o la reflexión; viene el momento de poner en práctica aquello por lo que hemos orado.

Esperanza es el grito fundamental del adviento. Si bien se dice que se vive de esperanza, también se puede morir esperando. Eh, ahí que Jesús, el que vendrá. El bendito niño que esperamos en esa bendita noche de Navidad donde todos aquí presenten lo celebraremos de manera confortable. Digo que Dios nos muestra el camino, para que nuestro caminar durante el adviento sea una tarea a través de la cual ALUMBREMOS el camino de los demás.

Quizás tenemos que alumbrar un poco o un mucho nuestra vida de pareja, intentando volver a vivir como novedad aquello tan importante que se nos olvidó, o tenemos en desuso.

Quizás tenemos que alumbrar el sendero de la vida comunitaria, con un refresco espiritual por medio de una acción concreta.

Quizás tenemos que alumbrar el camino del niño Jesús, viviendo en paz, siendo personas de paz interior; antes de pregonar paz por todos lados sin vivir esa realidad en nuestro interior.

Quizás tenemos que alumbrar el mundo con un ejemplo determinante en amor hacia todas las criaturas, como hizo nuestro Padre San Francisco. Respetando, amando los seres vivos y las plantas; y comprometiéndonos con un uso responsable de los recursos naturales.

Quizás tenemos que alumbrar el camino para el encuentro con Jesús, intensificando nuestra mirada en esas personas muchas veces invisibles, que reclaman nuestra atención, sonrisa, abrazo y consideración que un encuentran en casa o en la propia sociedad.

…. (se coge la vela y se manifiesta un compromiso)

MAGNIFICAT

Un ejemplo de capacidad de alumbrar, lo tenemos en María. Ella con su sencillez y disponibilidad al Padre, no solo alumbró al niño Jesús, sino que alumbro nuestra existencia con esa actitud de mujer discípula.

Ahora nos unimos a ella, nuestra Señora de los Hogares y Reina del Adviento, con el rezo del Magnificat.

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.


 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

 

El hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de su misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres-

en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Preces. Página 22 Cáritas.

COMPROMISO DE LA LUZ PARA EL ADVIENTO

¡Despiértame, Señor!

Quiero ser luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche al encuentro del amigo que ya viene, para decirle que nuestra casa es una casa acogedora.

Me comprometo a ser LUZ, en la vida de quienes viven junto a mí.

Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen, pero tu venida reclama que seamos LUZ para que sea creíble nuestra ofrenda ante ti, en el portal del Belén.

Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la más profunda y la alegría más verdadera.

¡Ven, Señor Jesús, ven!

 

 UNA VEZ MÁS - Florentino Ulibarri

 

Una vez más me invitas

a preparar los caminos, los nuevos y los de siempre,

por donde Tú vienes trayendo buenas noticias.

Gracias, Señor.

 

Porque cuentas conmigo

para allanar colinas y valles

y para desterrar mentiras y opresiones...

Gracias, Señor.

 

Porque te pones en la senda

por la que yo voy caminando

para que te encuentre...

Gracias, Señor.

 

Porque entras en mi casa

y quieres hacer de ella una morada nueva

para todos los que caminan y se acercan...

Gracias, Señor.

 

Porque puedo proclamar,

después de haber sentido y vivido tu toque de gracia,

que el bautismo con Espíritu Santo nos recrea.

Gracias, Señor.

 

Una vez más me invitas

a adentrarme en el desierto para hacerme persona nueva

acogiendo a tus mensajeros y tu evangelio.

Gracias, Señor.

 

Tú me has encontrado,

y ese toque tan tuyo me está transformando.

La vida ya germina dentro de mí.

Gracias, Señor.

(*) Las imágenes escaneadas de las introducciones y oraciónes de los textos de la salmodis, son de Publicaciones Tabor, José Antonio Taboada, Claretiano.

sábado, 6 de agosto de 2022

¿COHETES O HUMANIDAD?

 “Os aseguro que todo lo que hicisteis por uno de estos hermanos míos pequeños, conmigo lo hicisteis;" dijo Jesús en el Evangelio de Mateo 25,40.

¡Que se vayan del pueblo en las fiestas!

¡Que la encierren en una habitación!

¡El problema lo tienen ellos! ¡Que la aíslen!

¡Tanto no suenan! ¡Además es solo un rato!

¡Qué exageración! ¡Que se aguanten que la gente de la pirotecnia también tienen que comer! …etc.

Reconozco que me he pensado si escribir las afirmaciones anteriores porque además de durísimas, son afirmaciones que en estos días circulan por el pueblo en relación a la protesta de esa madre ante la desesperación de ver sufrir a su hija por el ruido que causan algunos cohetes(*). 


Me lleva esta reflexión a preguntarme con toda responsabilidad, qué me queda de ternura como ser humano.

¡Qué me queda de humanidad! ¿Y de solidaridad?

Porque antes las afirmaciones del comienzo solo hay que realizar un sencillo ejercicio de empatía (ponerse en la piel del otro) y pensar, ¡qué quisieras tú para tu hija si la niña fuera tuya!

Porque todos sabemos que los toros desde donde se ven bien es desde la barrera.

En fin. Yo en este tema como en otros, NO ME VOY A PONER DE PERFIL.

Cuando algo causa daño o malestar hay que intentar por todos los medios solucionar el problema. Así se avanza como sociedad. Sea por toda la comunidad, por varias o por una sola persona. Pero me resulta muy duro poder disfrutar de un espectáculo pirotécnico sonoro sabiendo que hay una persona –una niña- o quién sea, sufriendo en su casa.

Y por favor, no seamos hipócritas que la sociedad española si no es a golpe de ley y prohibición no aprende. Colectivamente no se solucionan las cosas confiando en la buena voluntad porque siempre hay quienes no son sensibles a estas realidades.

Vista la sensibilidad de muchas personas en Estepa autistas o con otros problemas de salud concretos, urge una profunda reflexión donde puedan participar las personas para atajar de una vez este problema –porque lo es- para muchas personas.

Y nadie tiene porqué pasarlo mal cuando tú lo pasas bien.

SON CUESTIONES DE SALUD, EMPATIA Y HUMANIDAD.

Un saludo. Y cuando estés bebiéndote el gazpacho este medio día, acuérdate de quienes pasan sed en el mundo. Eso es empatía. Jesús de Nazaret la llevo a la práctica hasta la cruz.

Fraternalmente, Floren.

(*) RAE: Explosivo de escasa potencia que consta de un tubo de papel o cartón lleno de pólvora unido al extremo de una varilla que se lanza al aire, prendiéndolo por una mecha que lleva en su parte inferior, y que, cuando alcanza su mayor altura, estalla produciendo un ruido muy fuerte o efectos de luz y color; generalmente se usa en fiestas tradicionales y otras celebraciones.

sábado, 11 de junio de 2022

CONTEMPORIZAR LA TRINIDAD

“Creemos en un solo Dios, Padre omnipotente, y en un solo Señor Jesucristo, Hijo de Dios y en [un solo] Espíritu Santo Dios. No adoramos y confesamos a tres dioses”. Es la formula llamada “Fides Damasi” la fe de Dámaso (S.S. Dámaso I), la cual contiene una de las primeras definiciones concretas de la Santísima Trinidad, escritas allá por el año 400 (siglo V).

Aunque la igualdad del Padre y el Hijo se le debe al concilio de Nicea (año 325), y su conjunción con el Espíritu en el año 381 en tiempos del emperador Teodosio I de Constantinopla, la Trinidad siempre ha estado rodeada de un misterio indescifrable.

MISTERIO es definido por la Real Academia de la lengua (RAE) como: “cosa arcana, secreta o muy recóndita, que no se puede comprender o explicar”. Y es cierto que misterio ha servido para significar toda realidad –que sin serlo- se le aplica a Dios, y la cual no debemos ni explicar ni investigar.

Sinceramente lo mismo que pienso que un rito litúrgico que la asamblea no entiende, no sirve para nada. Creo que un misterio como tal tampoco sirve para nada. No es que estemos en la época de que todos pedimos respuestas, no. Aunque si se piden no pasa nada. Más bien quizás sentimos la necesidad de acercarnos a Dios, sentirlo accesible presente en nuestra vida y aligerar todo aquello que dificulte nuestro acercamiento o retrase nuestro camino hacia Él.

Porque mira que es complicado definir que una cosa son tres partes sin ser individual. Y entiendo que no se trata de ignorancia de los fieles, no es falta de inteligencia. La Trinidad como misterio, simplemente  no llega –como realidad- a materializarse en la vida de los creyentes; que en muchos casos creen en un Dios al que imaginan por encima de las nubes aun cuando les resulta imposible descifrar su rostro en la tierra.

Visto lo cual y tras años de experiencia religiosa y de formación, cada vez estoy más convencido de que bien pudiera servirnos esta fiesta de la Trinidad como la posibilidad de interpretar a Dios en nuestra vida y en la historia. Interpretarlo y descifrarlo, sí.

Recordaré aquí la excelente interpretación trinitaria de Sor Caritas Muller, quien considera que la Trinidad es elemento trascendental que sirve al ser humano, a la mujer y al hombre de cada tiempo. En el centro la persona, color negro y desvalida. 


El Padre la abraza, el Espíritu la asiste con su fuerza desde arriba y el hijo la sustenta y sirve a los pies. Hay aquí cuatro elementos significativos y aun puede haber muchos más. Quizás tantos como circunstancias –felices o tristes- de la vida en las cuales vemos a Dios o pudiéramos descifrarlo en el prójimo o en la misma naturaleza y en cada criatura (recuerdo aquí el libro “Sacramentos de la vida” de Leonardo Boff).

Qué decir aquí de la dimensión maternal de Dios. Si siendo Padre es poderoso, incluso autoritario, amoroso, puede castigarnos, nos sobrevuela, es enorme…etc; como madre nos cobija, sustenta, da seguridad, es tierna y acogedora, nos deja sentir sus entrañas, da calor y abrigo, nos amamanta, es amparo y vitalidad determinante…etc.

Interpretaciones a las que podemos llegar en función de nuestras experiencias, ESTANDO ABIERTOS no al misterio sino a la propia vida, que ya de por sí puede ser un misterio.

Ojalá dejemos de una vez de poner capas a Dios y dejemos de convertirlo en un Dios cebolla, a cuyo centro cuesta llegas sino es quitando todas las capas superfluas. Trinidad es vida con cada una de sus circunstancias. Trinidad es amor. Trinidad es humanidad y experiencias así como perseverancia. Trinidad es esperanza y determinación en la conclusión de un mundo mejor. Ojalá Trinidad sea un nuestras vidas, paz y bien.

Feliz finde. Fraternalmente, Floren.

domingo, 29 de mayo de 2022

ASCENSIÓN, ASCENDER, SECUESTRO, ABDUCCIÓN.

Lo cierto es que antes de la fiesta de Pentecostés la liturgia nos ofrece esta bella fiesta de la Ascensión de Jesús. Si es un mito o una realidad que los discípulos vivieron físicamente lo podemos ver ahora a continuación. Pero profundicemos un poco en anteriores ascensiones. A pesar de los numerosos personajes que pueblan la biblia de los setenta y de las grandes personalidades que relatan, profetas, reyes, sacerdotisas, jueces, apóstoles, vírgenes...etc; solo tres personas de toda nuestra Biblia ascendieron al cielo.


Estos fueron el patriarca Enok (Enoc), el profeta Elías y Jesús de Nazaret. Hay una salvedad muy significativa y es que excepto Jesús que murió y resucitó, Enok y Elías fueron abducidos o secuestrados en vida. Es por ello que les buscaron en la tierra y sin haberlos encontrado, a Elías -por ejemplo- siempre se le esperó. 

Se le esperó e incluso se consideró que su espíritu era el de Juan el Bautista confundiéndole con él en una especie de reencarnación. Igualmente se llega a decir lo mismo de Jesús en comparación con Elías. Enok simplemente es arrastrado hacia el cielo. El relato de Elías es magnífico, ya que sube en el conocido carro de fuego dejando a su criado Eliseo como profeta heredero de su misión. 

Por el contrario la ascensión de Jesús solo la cuentan tres relatos, dos del mismo autor -Lucas- en el evangelio y en los Hechos de los Apóstoles y el tercero perteneciente a Marcos, el cual se sabe que fue incluido muy posteriormente como influencia de los relatos lucanos. Es muy significativo que el relato de la ascensión de Jesús no figure en ningún otro evangelio, aunque sí se haga alusión al hecho en las cartas de San Pablo y en alguna otra aunque sea sólo por alusión o suposición. 


Cierto es que Lucas elimina un último versículo al final de su evangelio, para no colocar la ascensión en el mismo momento o ligeramente posterior a la resurrección de Jesús. Es por ello que en Hechos vuelve a repetir el relato -ahora sí- para dejar claro que sucedió cuarenta días después. Cuarenta "quadraquinta" sabemos que en la biblia no tiene valor cuantitativo sino cualitativo. No es que fueran específicamente cuarenta días, sino que fue tras un largo periodo de tiempo el que los discípulos de Jesús y sus seguidores primigenios tuvieron que pasar para experimentar nuevamente a Jesús con una significación particular. Los "Hechos" lo presentan como un acto vivido y en el cual físicamente han visto a Jesús elevarse y ser tapado por una nube que -interpretan- lo sube al cielo. 

Hay que tener en cuenta que Jesús NO revivió -volver a la vida biológica y física-, sino que RESUCITÓ -vivir espiritualmente-. Por ello, considero que en realidad lo que vivieron los discípulos en el momento llamado de la ascensión, fue una nueva experiencia del resucitado como la transfiguración; en la cual se exalta el poder de Jesús que -como Dios- es llevado al cielo como anteriormente fueron llevados  Enok y Elías; por ser estos merecedores de la morada eterna al ser considerados semejantes a Dios por su ejemplaridad y santidad. 

En la ascensión de Jesús los discípulos conmemoran el gran tiempo de la espera como expresa magistralmente José Enrique Galarreta: "¡VOLVERÁ!" A nosotros vino y de aquí se marcha, pero volverá y nos enviará su espíritu. Y cuando lo tengamos, solo nos queda escuchar su Palabra. Creer en el Padre suyo y Padre nuestro, y perseverar en nuestras actitudes cristianas para ser merecedores de aquel principio por el que Lucas escribe su Evangelio y Hechos, LA MISIÓN. Id por el mundo y anunciad a Jesucristo. 


Jesús no volverá a nosotros en cuerpo, pero habita en nosotros por medio de su Espíritu que es el mismo Espíritu de Dios. Una fuerza defensora que iluminada con la luz de la conciencia a través del conocimiento de la Palabra de Dios, tiene que hacernos en el mundo instrumentos del Reino de Dios."Mirando al presente, porque la aceptación de Jesús es la aceptación de la misión. Todos los textos terminan, de una u otra forma, en la Misión. Para eso se nos manifiesta Jesús. El sentido de la vida de los cristianos es diferente: constituidos en el nuevo pueblo de Dios, han sido elegidos para la misión, para dar a conocer a todos lo que han recibido. Se puede no aceptar la misión. Se puede no ser cristiano. El que acepta, es para convertirse en mensajero de Jesús." (J.E.Galarreta)

Concluyo. No creo que Jesús subiera al cielo al más puro estilo de superman, no. Eso sería lo más fácil pues para Dios no hay nada imposible. Los discípulos lo expresaron a través del relato de la ascensión, contemplando esta como eclosión máxima de todo lo vivido junto a Jesús tras su resurrección y las muchas veces que le sintieron junto a ellos. De esta manera, lo complejo es glorificarlo con nuestra vida. Considerarlo excelso por su mensaje y obras y estar dispuestos a seguir sus huellas. Eso es lo complicado del asunto. Tras la misa del domingo el día que llamamos del señor, vienen seis días más en los cuales también somos del Señor. 

¿Qué hacemos en ese diario? ¿Pasamos de largo por el misterio continuo de un Dios que nos muestra en cada instante su rostro a través de Jesús resucitado? Ojalá aprendamos que más allá del culto externo, la magnificencia...etc, hay un capítulo muy importante en la vida del cristiano que es la interiorización. La profundización de la Palabra. Estamos viviendo una situación de furor hacia la celebración externa tras el rigor y el terror de la pandemia. 

Pero debiéramos de haber aprendido del silencio, de la búsqueda de Dios en lo cotidiano y en el susurro de su palabra diaria. Debemos ser merecedores del Espíritu de Jesús. Algo que no se nos dará por añadidura, sino por un motivo específico. Continuar con la MISIÓN profética de Jesús de ser en el mundo ejemplo e instrumento de PAZ Y BIEN.

Que tengáis un buen finde de la Ascensión.

Fraternalmente, Floren.

 

¡SALID, AMIGOS Y AMIGAS! (Florentino Ulibarri)

¡Salid, amigos y amigas!

Marchad sin miedo.

Vosotros sois mis testigos en medio del mundo.

¡Salid, amigos y amigas!

Marchad sin miedo.

Os esperan fuera vecinos y conciudadanos.

Sed expresión certera

de la ternura del Dios de la vida.

 

Ternura en vuestro rostro,

ternura en vuestros ojos,

ternura en vuestra sonrisa,

ternura en vuestras palabras,

ternura en vuestras obras,

ternura en vuestra lucha.

¡Salid, amigos y amigas!

Marchad sin miedo.

Vosotros sois mis manos

para construir un mundo nuevo

de fraternidad, libertad y justicia.

Vosotros sois mis labios

para anunciar a pobres y marginados

la buena noticia de la libertad y la abundancia.

Vosotros sois mis pies

para acudir al lado de los hombres y mujeres

que necesitan palabras y gestos de ánimo.

Vosotros sois mi pasión

para hacerme creíble en vuestras casas y ciudades

y lograr que todas las personas vivan como hermanos.

Vosotros sois mi avanzadilla

para lograr la primavera del Reino

y ofrecer las primicias a los que más lo necesitan.

¡Salid, amigos y amigas!

Derramad por doquier

ternura y vida.

¡Salid, amigos y amigas!

Marchad sin miedo.

Mirad toda esa multitud que os espera.

Marchad con alegría.

¡Yo voy con vosotros!