¡Oh elegida por Dios antes que nada;
Reina del Ala, propia del zafiro,
nieta de Adán, creada en el retiro
de la virginidad siempre increada!
Tienes el ojo tierno de preñada;
y ante el sabroso origen del suspiro
donde la lecha mana miera, miro
tu cintura, de no parir, delgada.
Trillo es tu pie de la serpiente lista,
tu parva el mundo, el ángel tu siguiente,
Gloria del Greco y del cristal orgullo.
Privilegió Judea con tu vista
Dios, eligió la brisa y el ambiente
en que debía abrirse tu capullo.