PLEGARIA DEL CUERPO, DE TU CUERPO, SEÑOR
¡¡Bendito seas, Padre Dios por tu Cuerpo!!
Una vez me preguntaron quien es Dios.
“La definición de lo indefinible”, dije.
Y es que eres tan grande y tan extenso, y abarcas tanto,
que solo puedo decir de ti que eres VIDA.
Toda la vida.
Toda vida creada desde el germen de la tierra.
Toda vida que germina, y se seca,
y produce frutos, y grita por ser respetada.
Toda vida, cuyo germen reside en cada célula
y en cada molécula de cada ser vivo
que puebla la tierra y el cosmos.
¡¡Mil veces bendito seas!!
Porque eres vida, Padre,
creaste el ciclo de la existencia
que armoniza el tiempo de vida de cada ser
y el movimiento de los distintos elementos
que conforman el mundo.
¡¡Que grande eres!!
Tu obra es un mecanismo sabio,
que a lo largo de mil eternidades
ha dado muchos frutos, creado caos
del cual nació el género humano,
como paradigma de tu creación y de tu propia vida.
¿Somos como Tu, Padre?
¿Estamos a la altura de tu creación?
¿Somos capaces de imitar tu ejemplo creador de dar vida?
Nos diste unas manos para hacer muchas cosas,
pero el hombre y la mujer se revelaron a través del
tiempo,
como la especie más invasiva y perjudicial para la
Tierra,
nuestra casa común.
No sé si por el amor que tienes a toda tu creación,
o porque nunca te cansas de darnos otra oportunidad,
un día nos ofreciste a tu Hijo Jesús,
nacido de una gran mujer como cada uno de nosotros.
Parido por la tierra, para dar frutos
con las obras de sus manos y la hondura de su corazón.
¡Y de qué manera, Padre!
Si su vida era tu vida, es fácil comprender
la belleza del mundo y lo mucho que nos afanamos
en ocasiones en su destrucción masiva
y en destruir puentes a menor escala.
Jesús fue precursor de un amor,
cuya esencia es la apertura hacia el otro,
la fraternidad, el respeto y la sanación de las heridas
del cuerpo y el alma.
¡Y cuanto nos fatigamos, Padre,
por ser los primeros en esta absurda carrera de
obstáculos,
en la cual nada podemos hacer contra los elementos que
nos superan!
Estamos rodeados de ejemplos de vida que necesitan
ternura,
misericordia, compasión y entrega.
A todas y todos los que decimos seguir las huellas de tu
hijo,
se nos debería de caer la cara de vergüenza,
al mirar expectantes como se falta al respeto a la
persona,
como se le anulan sus derechos en favor de la “prima de
riesgo”;
y como se sobre explota a la tierra,
comenzando por la falta de urbanidad
al cuidar el espacio común y que es de todos.
Fraternidad, solidaridad efectiva, ecología cristiana,
ternura…etc;
aspectos de los que no se hablan en las grandes reuniones,
pero que pueden ser la receta para comenzar a construir
de nuevo,
o recomponer tu agrietado CUERPO.
Tu cuerpo es pan, recién salido del horno,
que calma el hambre y "comensalia" pues puede ser compartido
en nombre de Jesucristo.
Tu cuerpo es mujer, golpeada y no escuchada y mal pagada.
Tu cuerpo es iglesia NO CORPÓREA ni institucional,
de los que no van a misa pero a todos nos llevan la
delantera.
Tu cuerpo es juventud, necesitada de pastoral
puerta a puerta y testimonios creíbles de vida.
Tu cuerpo es voluntariado callado y silente
de los que ayudan porque sí.
Tu cuerpo es apuesta por lo humano,
y lo divino desde lo humano, pues
“un vaso de agua que demos, a Ti te lo damos”.
Tu cuerpo es amor, tradicional de arco iris o amor de
“te quiero porque te quiero y punto”.
Tu cuerpo es fiesta y alegría permanente en el Resucitado.
Tu cuerpo es necesidad de acogida,
diálogo, paz y silencio.
Tu cuerpo es donación, coherencia y compromiso.
Tu cuerpo es vida, Padre.
Tu cuerpo es tierra, animales, plantas y árboles
callados.
Tu cuerpo es energía.
Tu cuerpo es "Espíritu Indomable y Santo".
Tu cuerpo es "Espíritu Indomable y Santo".
Tu cuerpo es yo, Tu y aquel.
¡¡Bendito seas, Padre, por tu cuerpo!!
Ojalá todos nos comprometamos en la escucha,
en el trabajo, en la observancia de Tu Palabra de amor;
para hacer grande tu cuerpo
y alabarte con nuestro cuerpo en el mundo.
Amén.
Floren de Estepa
(el autor autoriza la
difusión indicando su procedencia)