Me parecen estos temas
importantes para la normalización de la sociedad, en pro del respeto mutuo que
a toda persona se le debe. Esta mañana, estando mi madre y yo haciendo una cola
para ser atendidos, hemos estado comentando la excepcional entrevista que Gemma
Nierga -directora del programa Hoy por Hoy de la Cadena SER- ha realizado a
Dimitri Zorzos, acompañante sexual.
Dicho así de golpe y porrazo, acompañante
sexual es algo novedoso para muchos; pero si escuchas la entrevista del enlace
probablemente entenderás mucho más de lo que yo aquí manifestaré.
El caso es
todas las personas por la razón que sea, pagamos algún servicio que otra
persona realiza sobre nuestro cuerpo o persona. Peluquería, dieta, estilismo, cirugía,
odontología, enseñanza, alimentación, asistencia personal en el aseo…etc.
Todo
esto nos puede parecer razonable o normal. Pero, ¿y el hecho de que una persona discapacitada pague un servicio de acompañamiento, para satisfacer sus
necesidades sexuales?
Si esta cuestión se mira desde la perspectiva de lo que
está bien o está mal, de lo que es propio o impropio, seguramente la mayoría de
las personas lo verán mal, indecente o yo que sé. Pero, en primer lugar póngase
usted en la piel del otro; de esa persona a la cual su cabeza le pide sexo y
sus miembros no se acompañan por la minusvalía.
En segundo lugar, mire usted la
sexualidad como una dimensión natural del ser humano, respecto de la cual
sobran los tabúes, que solo sirven para desfigurar el tema. ¿No tienen derecho
a la sexualidad los ancianos, o las personas gordas, o no tiene derecho a la
sexualidad todo aquello que se aleja de lo que la sociedad piensa que está bien
o está mal?
La sexualidad está en la cabeza. En la entrevista se habla de una
mujer que manifestaba que su hijo discapacitado/minusválido necesitaba ser masturbado, y que
ella no podía atenderle en esa necesidad.
¿Horror? En absoluto.
Miremos el tema
desde la perspectiva de una necesidad natural, que tienen personas con
circunstancias muy específicas a las cuales no se les puede negar lo que
necesitan –y que no hace mal a los demás-. Miremos el tema desde la generosidad
y el respeto más absoluto a personas que porque la naturaleza o las
circunstancias fueron caprichosas con ellos, no se merecen estar enterrados en
vida.
Felicidades a Gemma Nierga y a su
equipo que ha tratado el tema con tanto respeto y profesionalidad. Así da gusto
escuchar.
Un saludo. atte Floren.
Este es el enlace de la
entrevista:
Otro enlace sobre un artículo propio de SEXO Y ESPIRITUALIDAD