CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

miércoles, 13 de septiembre de 2017

LA COBARDÍA PRODUCE DESVERGÜENZA

La cobardía produce desvergüenza
Hasta hoy no he podido darme una vuelta por el blog[1] de mí querido y apreciado amigo y doctor en teología José María Castillo, para dar lectura a sus artículos con los que no dejo de aprender; pero sobre todo interesado por el vapuleo que le han dado al pobre hombre a la sazón de los últimos escritos sobre la cuestión del infierno y el pecado.

Como muy bien dice él, hay personas que necesitan de un foro y la complicidad del anonimato para desahogarse, sacar sus miserias y así demostrar en muchos casos la ignorancia sobre muchos temas o cosas. Siempre me ha costado entender que en el mundo haya personas que disfrutan fastidiándoles la vida a otras personas. Personas que manipulan, socaban, crispan y encima pueden tener la desfachatez de considerarse iluminados, personas de Dios o dignos de consideración; aun cuando sus actos hablan por sí solos.
En el caso presente de los duros escritos que le han dedicado al teólogo castillo, llegando casi al insulto; considero que en cada uno de los despropósitos que a este hombre le dedican hay mucho de cobardía y de temor. Temor, sí, temor. Vistos los comentarios me pregunto cómo tiene la gente valor para echarle la culpa del fanatismo solo a los musulmanes. Hace unos días comentaba un escrito en facebook que me dedicaba el amigo Antonio Alcaide, un hombre que profundiza en la fe y la concepción de Dios de una manera formidable. El planteamiento que hacía Antonio sobre el libro que estaba comentando “Vivir en espíritu y en verdad” (Consuelo Martí), se fundamentaba en la simbiosis que representa Dios y el sujeto humano en el mundo, como causa y efecto de la misma realidad de Dios y lo humano; considerando la conciencia como elemento más que fundamental para ordenar la vida y el pensamiento, así como establecer las bases de la fe.
¿A dónde quiero ir? Sencillo. Este tipo de pensamientos como los que presenta J.Mª Castillo, son detestables para muchos creyentes –o que dicen ser creyentes- porque les hace plantearse cuestiones que hacen tambalear el chiringuito de la fe, que en muchos casos se han montado. Chiringuito llamo a la hipocresía de denominarse creyente y ser un calavera con los semejantes sin considerar la máxima evangélica e inmutable de que “lo que hicisteis a uno de estos a mí me lo hicisteis” (Mt 25,35). O vivir la intransigencia ignorando que comunidad cristiana es fraternidad, respeto y acogida, incluso con aquellos que tienen una deriva de pensamiento distinta a la nuestra.

Por eso decía yo a Alcaide en Facebook, que son muchas las personas creyentes que quieren a Jesús, Dios o la Virgen María: en la procesión, en el altar, en el sagrario, en la estampa. Lejanos, hieráticos, inmutables y dispuestos a escucharnos bajo mercadeo sin decir ni mu. Eso sí, sin que nos interpelen, ni pregunten, ni motiven nuestra conciencia, ni sus vidas nos causen interrogantes de ningún tipo, so peligro de que se tambalee esta religión tan romántica y a la carta que entre todos nos afanamos en alimentar y que –considero- tiene los días contados.
Yo me considero una persona muy evolucionada respecto del pensamiento cristiano y la concepción de la fe. Son muchas las cosas que ni escribo ni digo, quizás para no herir sensibilidades de algunas personas, pues soy consciente de que el blog “Cartujo con licencia propia” tiene un eco profundo en un sector concreto de la sociedad. Pero es un alivio más que considerable, el saber que hay persona que siendo jóvenes o viviendo la madurez de su vida no dejan de realizar planteamientos que nos movilizan y nos animan a establecer un criterio personal o conceptual sobre algo, aun a riesgo de replantearnos cosas. Dios no está exento de este constante replanteamiento, pues Él forma parte de la misma evolución humana y mundial. Como he dicho y como creo: Él es Espíritu, Esencia y Materia. Y por eso ES LO QUE ES (Ex 3,14).
Ojalá se abran sendas pacificas de pensamiento y de comunión. Ahí está el papa Francisco dando constantes muestra de apertura fraterna, sin preguntar a nadie el cómo ni el cuándo. Ojalá prevalezca siempre el respeto en las opiniones diversas. Ojalá tod@s entendamos que seguir a Jesús es ser “Camino verdad y vida” (Jn 14,6); y que no hay otra posibilidad que no pase por testimoniar y ser Luz.
¡Ánimo apreciado José María! Continúe su andadura cuyo pensamiento nos aporta luz y alegría.
Fraternalmente, Floren de Estepa



[1] http://blogs.periodistadigital.com/teologia-sin-censura.php