“Cual limpia azucena de puro
candor, así apareciste ¡oh madre de Dios! Tan pura y tal bella, tan linda y
hermosa, que envidia te tienen los rayos del sol,” (Calendario 2019
Divina Pastora de Cantillana).
Si algún esfuerzo notable hemos hecho los
cristianos a lo largo de los siglos es el de ensalzar las maravillas de María
la madre de Dios. Virgen, pura, concebida sin mancha, discípula, madre…etc. Y
desde luego todo es poco para ella. Pero esta fiesta de la Inmaculada en la
cual tanto se ensalza a María, me trae al pensamiento la posibilidad de considerarla
en sí misma la síntesis o la antítesis de la persona cristiana de hoy. Siento generalizar.
María es la síntesis de muchas cosas. Madre, discípula, seguidora, obediente,
virgen…etc y culmen de todas las virtudes reconocidas y por reconocer. Pero también
es la antítesis del cristianismo instalado en la necesidad de hacer un Dios a
la medida de cada uno donde quedan justificadas las miserias personales, y en
cuya medida junto a Dios nos hacemos a María.
Me explico brevemente. ¿Cuántas personas idealizan a María reinando en el cielo y la tienen como recurso y mediadora ante todo lo que nos haga falta? Supongo que todos, y es algo que todos hacemos cuando rezamos y está bien pues se puede honrar así a la Virgen. Ahora vamos a
otro aspecto. ¿Quién se puede imaginar a María de Nazaret huyendo con lo puesto
junto a su marido y su querido hijo para salvar la vida de este?
Cito al querido
amigo y teólogo José María Castillo que a su vez cita a otros autores cuando
afirma de la Virgen María que: "María
tenía un sentimiento profundo: ser una persona humilde, que pertenecía a lo más
bajo de la escala social de Israel (la tapeinosis) Lc 1,48 (W.Grundmann) y
desde tal condición, pronuncia su magnificat, el himno que "evoca los
peligros del poder y de la propiedad". Y que anuncia la transformación que
hará el señor: hundir a los poderosos y exaltar a los nadies (lc 1, 52-53) (F.Bovon)”.
Señoras y
señores que decimos seguir a Cristo. ¿De verdad seguimos sus pasos y los de su
madre respecto de lo que fueron en realidad? Si a nuestra casa llegara María
con su familia pidiendo asilo, ¿Qué le daríamos? ¿Qué seriamos capaces de
ofrecerle, la luna y las estrellas? Entonces y llegados a este punto me atrevo
a plantear lo siguiente con todo respeto y contundencia. ¡Qué puñeta estamos
haciendo los cristianos mirando hacia otro lado, viendo amenazas sin
fundamento, cerrando fronteras y dando apoyo a ideologías ultra conservadoras
que prometen recortes de libertades, la denigración de la mujer, cierre de
fronteras…etc?
No seamos hipócritas y no nos atrevamos a llevar la política
lejos de nuestras vidas, porque cuando una madre a su hijo le niega el tercer
caramelo –por su salud dental- está haciendo política y de la buena, aunque a
veces no sea tan buena.
Pues precisamente por esto deberíamos todos de hacer un
ejercicio responsable de donde tenemos la cabeza y el corazón. A Dios por
suerte no lo podemos engañar. Y si somos hipócritas alabando a la Virgen y
echando la cara al lado cuando llegan los inmigrantes o se nos exige que como
cristianos seamos fraternos, pues estamos tirando nuestro bautismo por el
suelo. Por eso estoy convencido de que el bautismo puede llegar a ser un mero
trámite cultural, ya ni cultual. Y fraternos no podemos ser solo con los
primeros cientos que lleguen.
“Estuve preso y me visitasteis, enfermo y
vinisteis a verme” nos dijo el Señor. Acabo. ¡Viva la Inmaculada, si toda ella
guapa y vestida de azul! Pero llegó a estar como los que vienen en las
barquitas y a los que mucha gente quiere tirar por la borda con nuestro
silencio cómplice. Por esta razón, ¿TÚ ERES LA SÍNTESIS O LA ANTÍTESIS del/a
cristiano/a de hoy? Pues eso. Acabo con un mensaje que había en casa y que
nunca olvidaré: “DESENTENDERSE HOY ES
SER COMPLICE DE LA MUERTE DE CRISTO”. Feliz puente y feliz adviento.
Fraternalmente, Floren.
(Ilustraciones del dibujante cristiano CORTÉS)