Intrínsecamente ovejas
La
Salada (Vísperas). Bueno, domingo de ovejas y de pastores, y bella liturgia que
sin lugar a dudas tiene muchas lecturas y vertientes para mirar. Podemos
comenzar por la pregunta del millón: ¿Quiénes son ovejas y quienes son
pastores? ¡Cuidado! Pastores, respecto de la humildad y la entrega de un
trabajo de pobres e indignos, a cambio de casi nada. Este evangelio no va por
el camino de pastor que pastorea, dirige, encamina, guía aconseja…etc. Porque
eso nos lleva directamente al ministerio del presbiterado como sucesores estos
de la labor de pastoreo, y de presbíteros y sacerdotes Jesús de Nazaret sabía
poco, o quizás no quería saber nada en absoluto.
Este
evangelio nos habla de cosas bastante profundas, y que a buen seguro no se
escucharán de una manera plena en las iglesias a las que vamos a misa. De
manera barnizada, quizás. Aquello de todos somos hermanos y miembros del mismo
rebaño, pero esta copla sabemos demasiadas personas que ya no se la creen ni
los mismos que la entonan. Como digo, este evangelio de hoy, trata temas de tal
calibre humano, que solo desde la humanidad entiendo –desde mi punto de vista- es
posible sacarle todo su autentico jugo.
En
primer lugar nos habla de tres actitudes imprescindibles en la comunidad. La
actitud de la entrega, desde el fango del Jordán al que se adentró Jesús en la
humanidad del hombre, para ponerse al nivel de las personas. Dando el tipo,
como dice la gente joven. No dedicándose a su supervivencia, persiguiendo el
bienestar de sí mismo, privilegios y la solvencia económica del negocio. Para
entregarse, hay que dejarse cosas en el camino. Esa es una condición
imprescindible de la entrega.
La
segunda actitud es en la que Jesús se pone así mismo como ejemplo de persona
que se implica de manera directa en la vida de las personas, actuando con
determinación. No de manera pasajera. No se trata de administrar la vida con
los demás ni la vida de los demás, con símbolos puntuales y concretos a los
cuales podemos llamar rituales de sacramentos, no. Sacramental es la propia
vida de cada persona, que en los avatares de cada momento experimentan la
experiencia negativa o positiva de la relación con Jesús, sin que para ello
tenga que mediar otra persona con más o menos facultades. En la vida de cada
uno, solo debería de establecerse la jerarquía del amor y no la jerarquía de la
superioridad.
En
tercer lugar y desde mi punto de vista más importante, es la acogida del rebaño
que hace Jesús para con todas las gentes. “Tengo otras ovejas que no son de este
corral […] también a estas tengo que hablar y acogerlas” (Jn 10,11-18). Todas las personas tienen cabida
en el corazón y el Ser de Dios, pues él busca a la persona. El se hizo carne
(Sarx en hebréo), demostrando su filiación total con lo humano y lo laico. ¿Por
qué entonces continuamos escuchando a personas decir que hay excluidos, que hay
amor de primera y amor de segunda, que tu eres licito, el otro desordenado, tu
natural y el otro antinatural? ¿Dónde queda aquí el sentido de comunidad?
Hoy
nos enteramos que la Iglesia Católica inglesa, pide el apoyo de los judíos
ingleses y Anglicanos, para pedir al gobierno de Gran Bretaña que no otorgue
derechos a los homosexuales en ese país, para poder legalizar su situación como
parejas o matrimonios si lo desean. ¿Esto no es pastoral de exclusión? ¿No son
estos los que pueden equivocadamente considerarse pastores del rebaño del
pueblo de Dios y herederos del misterio de Jesucristo? Si los judíos se
adhieren a esta propuesta deleznable de la jerarquía católica inglesa,
considero que nunca más podrán colocarse en el exclusivo papel de victimas en
el holocausto, pues ahora serán igualmente verdugos al negar unos derechos de
libertad a una parte de la sociedad inglesa.
Creo
que los jerarcas y ministros católicos del presbiterado, “están cometiendo la insensatez
de rebajar el evangelio a la altura de un programa político más”
(R.J.García Avilés). Y desde luego, de este modo se van a estrellar si impulsan
la llamada nueva evangelización de Europa. Porque la católica iglesia, no desea
evangelizar, sino dogmatizar. Lo vemos cada día y a cada momento, incluso en la
vida de las personas que tenemos cerca.
El
diálogo con la iglesia, en demasiadas ocasiones termina en imponer una norma y
modo de vida, y “de imposiciones Jesús de Nazaret nunca habló” (J.A.Pagola). Que
le hablen de evangelización y de acogida comunitaria dentro de la iglesia, a
esa mujer profesora de religión –Resurrección Galera- a la cual despidió el
obispado de Almería por estar según ellos, en pecado al vivir con un divorciado
bajo un matrimonio no canónico. Aquí no se evaluó la situación personal de la
mujer, ni económica, ni laboral, ni social. No vive conforme al derecho
canónico y no es lícita para enseñar pues no está en comunión con la iglesia. ¡¡No,
este no es el camino!!
Por
ello, bien debiéramos de impulsar todos, el regreso a los orígenes del
pensamiento de Jesús y el Kerigma de su Evangelio. Amor, fraternidad, respeto.
Todo en general. Muchos gritaran protestando: ¡y el amor libre! ¿Y, qué? Solo quien
conoce la libertad de amar, sabe de su grandeza. Y desde luego, por simple aritmética,
lo que no perjudica a una persona le beneficia. Y el amor, no puede ser malo (1Cor).
No
se le puede a una persona hablar de la libertad, y acto seguido cerrarle el
camino bajo el argumento de una vida intrínsecamente desordenada. No es digno
de personas responsables, poner en sus bocas la humildad, la entrega la caridad
y todas esas cosas buenas y luego ir por esos pulpitos de Dios, admitiendo
nuevas patologías y otras hiervas. Porque luego nos piden a todos la X. Y desde luego, para caritas, médicos
sin fronteras y cruz roja lo que sea, pero para los Men in Black, es como para
pensárselo.
Saludos
de esta intrínseca oveja. Beeeee… pero desde mi opción y dignidad personal.