CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

sábado, 8 de abril de 2017

DOMINGO DE RAMOS, EL TRIUNFO DEL PUEBLO

Esta tarde, víspera del Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, tuve una grata conversación con un amigo adulto con el que coincido en diversos puntos de vista de diversas cuestiones. Hablamos de varios temas, la fe entre ellos. Esta persona siente un pronunciado hastío por la iglesia actual y mucha de las organizaciones que la conforman. Y esa tesitura nos podemos encontrar muchas personas creyentes, que mantenemos la fe –como suelo decir- aun a pesar de los posibles naufragios. 

"Ojala los creyentes nos afanemos en permitir en primer lugar que Jesús entre triunfal en nuestro corazón, para luego ser nosotros mismos cauce a través del cual otros experimentes la cercanía de Dios, su amor y su justicia"

Personalmente tanto en la iglesia como en alguna organización en la que nos llamamos “hermanos” siento respecto de algunas personas, una falta absoluta de sentido de la justicia hacia mi persona. Pero de la mente que no está iluminada con la luz de la conciencia y la ética, no se puede esperar nada. Solo será nuestro aliado el tiempo, la gratuidad hacia Dios por tantos otros dones recibidos y la certeza de que la vida a cada cual le da la oportunidad de ponerse en su sitio. 

“Yo cada vez creo menos”, me dijo esta persona con la que conversaba. Y yo le contesté que al contrario que él, yo en la etapa de mi vida en la que vivo siento mi fe robusta como nunca creí poder alcanzar. Tengo una fe absoluta en Dios y en lo mucho y bueno que es capaz de obrar en y desde los humanos –creyentes y no creyentes- y toda materia animada y que posee la propia esencia de su Santo Espíritu. 
Y a este convencimiento se llega después de hacer mil reflexiones, orado la Palabra otras tantas y haber recibido cien palos en la espalda; pues todo ello nos educa y nos ofrece clarividencia absoluta y sabiduría necesaria para saber escoger la mejor parte y que no nos la quiten. Y estoy convencido, de que cada vez que una persona alcanza lo que podemos llamar cierta clarividencia o iluminación respecto de la dualidad existencial y la perspectiva de la fe; es un triunfo del pueblo. 
Jesús de Nazaret (laico y persona de pueblo) alcanzó esta clarividencia o iluminación tras un profundo proceso de discernimiento personal por prematuro que fuera. Nadie llega al mundo convencido de que es el hijo unigénito (biológico) de Dios y con atrévetes para proclamarlo a los cuatro vientos. Jesús de Nazaret, como cada uno de nosotros tuvo su proceso de discernimiento y asimilación de su vocación personal, con sus luces y sus sombras, y por eso hizo todo lo que hizo testimoniando hasta el extremo. 
El domingo de ramos no fue algo casual. Fue algo que Jesús preparó con sumo detalle sin dejar de lado la perspectiva que él pretendía, causar un escándalo formidable y bien que lo consiguió. Para que se cumpliera la escritura de la que era conocedor se montó en un pequeño borrico, pero no debemos olvidar que “detrás de toda esta escena está implícita la antigua profecía de Zacarías, en la que se contrapone la entrada triunfal de Alejandro Magno en alguna de las ciudades conquistadas por él y la del salvador mesiánico que vendrá un día a liberar al pueblo de Dios, y que mateo cita, pero que debía ser evidente para muchos de los que se encontraban presentes: -¡salta de alegría, Sión, lanza gritos de júbilo Jerusalén, porque se acerca tu rey justo y victorioso, humilde y montado en un asno”[1] (Fco.Javier Sáenz de Maturana) 
La fecha más probable de la entrada de Jesús en Jerusalén tras muchos estudios, es el día 2 de Abril exactamente. Pero eso es solo un detalle casi anecdótico. El triunfo de Jesús en su entrada en Jerusalén se revitaliza cada vez que un hijo o hija de Dios asume su vocación –sea la que sea- y entrega su persona, causa y trabajo por el Reino de Dios y su justicia. 
Un Reino que llega de puntillas a nuestras vidas, con la misma sencillez con el elemento con el que Jesús fue aclamado como fuente de renovada esperanza, unas ramas de olivo. Ojala los creyentes nos afanemos en permitir en primer lugar que Jesús entre triunfal en nuestro corazón, para luego ser nosotros mismos cauce a través del cual otros experimenten la cercanía de Dios y su amor. Deseo una feliz semana santa a todas las personas, la vivan como la vivan. Si hay una oportunidad para la espiritualidad, el sentido de hermandad y la recuperación del carisma cristiano mejor que mejor. Nos veremos en Pascua y en el Triduo Pascual.
Fraternalmente, Floren.


Hosanna cantan fogosos,
Los niños al rey que viene.
Es verdad que solo tienen
corazones ardorosos.

Luego la pasión proclaman
de Jesucristo piadoso,
ritmo ágil cadencioso
que aprenden de las hermanas.

“Sores” que vienen y van
labor cayada y silente,
las hijas de San Vicente
hijas de la Caridad

De esta mañana el azul
lo comparten con la gente,
las hijas de San Vicente,
San Vicente de Paul.


(Fragmento del Pregón de Semana Santa de Estepa de D. Manuel Santos Ortega, dedicado al Domingo de Ramos y las monjas de la guardería)




[1] Zacarías 9,9. Mateo elude el versículo 10 de Zacarías, donde se lee: “Él suprimirá los carros de Efraín y los caballos de Jerusalén…”. Este “Rey” entra sin agresividades. (Nota 7 del autor Sáenz de Maturana en su libro JESÚS VOLVER A LOS COMIENZOS, sobre la cita pag 879)