En respuesta a Francisco López de Ahumada sobre su escrito "SAL Y LUZ":
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Estimado Paco, suscribo tus
palabras al 100%, y que conste que no tengo ni tus vivencias ni tus
experiencias, y que conste que no te estoy llamando viejo, ojo..jejeje. Al leer
detenidamente tus palabras, las comparo con lo que yo llamo la progresión de vida
y fe que he vivido en mi propia vida y que siempre ilustro con un ejemplo.
Me
miro hace 15 o 20 años, y veo a un jovencísimo Floren al cual le fascinaba la
solemnidad, los rituales y las ceremonias pomposas. Algo que incluso he llegado
a dominar y que conste que hago bien, y en según qué momentos –semana santa por
ejemplo- entiendo que sirvo a la comunidad en esas lides y disfruto. Pero cuando
esta circunstancia la miro desde una perspectiva amplia, me da la sensación de
que veo algo lejano; sí, demasiado lejano.
Como si estuviera contemplando una
pintura del siglo XVIII o algo así.
Y es que los rituales sin vida, se diluyen por si solos.
No soy catastrofista, no. Realista más bien e inconformista por naturaleza. A día de hoy, si tuviera un hijo no sé si lo bautizaría en nuestra iglesia, puede que no. No estaría dispuesto a que a mi hijo le inculcaran en el cole o en catequesis cosas tales como el pecado, la pecaminosidad del placer, diferencias de género, o que Cristo casi subió a la cruz con gusto y padeció con alevosía.
Y es que los rituales sin vida, se diluyen por si solos.
No soy catastrofista, no. Realista más bien e inconformista por naturaleza. A día de hoy, si tuviera un hijo no sé si lo bautizaría en nuestra iglesia, puede que no. No estaría dispuesto a que a mi hijo le inculcaran en el cole o en catequesis cosas tales como el pecado, la pecaminosidad del placer, diferencias de género, o que Cristo casi subió a la cruz con gusto y padeció con alevosía.
Es cierto que en la Iglesia hay mucha
generosidad y que ella en su conjunto no es sinónimo de maldad; pero igualmente
pienso que por mí mismo mi hijo encontraría en su vida a Jesús y a Dios con
toda la naturalidad del mundo, sin mas condicionamientos que haz el bien y no
mires a quien.
Hoy por hoy, en cierto modo creo que la vida sería mejor sin
religiones algunas. No digo sin Dios, no. Sin religiones estructuradas que
subyugan el pensamiento humano, adoctrinan desde el deleznable paternalismo y
nos invitan a un discernimiento viciado de las Escrituras, en muchos casos.
Estoy
cansado de lo que se mata, se murmura, se violenta y se sufre en nombre de
Dios. Un Dios que es Padre, y desde Jesucristo es, camino verdad y vida
resucitada. Pero la resurrección es algo que nunca ha interesado auténticamente
a los creyentes, pues resucitar es conceder libertad, respetar y dejar camino
libre; y la libertad muchos sabemos que en ocasiones se paga con sangre aunque
sea sangre que se vierte gustosamente si la libertad es alcanzada.
No me
extiendo más.
Soy persona de oración y acción política, con mis luces y mis
sombras. Como bien dices, Paco, no entiendo la posible asimilación pasiva del
Evangelio ante tanta calamidad e injusticia como hay en el mundo, incluso en
nuestro cercano mundo. Los cristianos estamos llamados a una mística que nos
lleve a asumir la condición humana de tal forma, que demos a la solidaridad un
pleno cumplimiento en nuestras vidas, haciendo así vida de fe.
Qué hermoso lo
dices: “ser sal es dar sabor”. Cierto. Es dar nuestro toque personal a cada
circunstancia de la vida, abrazando y haciendo vida nuestro cristianismo. Se
cumple más abrazando y sonriendo en domingo que quizás asistiendo a misa, cada
cual verá. Pero sea lo que se haga, que se haga siendo luz. Siendo personas
claras, veraces y certeras. Haciendo de la coherencia nuestra bandera y
llevando a voz en grito a Jesús, Camino, Verdad y Vida; para intentar aplicar
estas máximas a la vida de la gente causando momentos de liberación. Ojalá,
ojalá Paco.
Un saludo afectuoso desde Estepa,
un día de caló.
Fraternalmente, Floren.