¿De qué te sombras, Sevilla?[1]
Titulé aquel artículo sobre la diversidad de opiniones y estupor de algunas
personas, al ver en la avenida de la Constitución de la capital andaluza, imágenes
alusivas a la homosexualidad. De nuevo, según los titulares de algunos medios,
Sevilla está de nuevo escandalizada. Bueno, toda Sevilla no. Un Sector de
Sevilla.
No se escandalizan seguro los que se ven negros para llegar a fin de
mes. Los sencillos. Las personas absolutamente respetuosas con la opinión y el
trabajo del otro. O los que viven en barriadas periféricas, o aquellas personas
cuya vida no se ajusta a los cánones de tradición y solera que desprenden
muchas familias de Sevilla, algunos señoritos de medio pelo con educación
pagada a duras penas y ni una pizca de vergüenza.
La opinión individual sobre esta obra es lógica e incluso
deseable, tanto si es favorable como desfavorable. Pero escuchar sandeces como
las que se están escuchando, da cuenta del atraso moral, intelectual, teológico
y respetuoso, que tiene una sociedad que parece lo tiene todo prácticamente
visto; pero que es más clasicista y estirada de lo que parece. ¡Luego que
hablen de los ingleses! Madre de Dios.
Gustosamente me metería en el jardín de la “sexualidad de
Dios o de Cristo o de sus ángeles”. Pero, ¿sabes qué, lector? Nada se sabe de
la sexualidad de Jesús de Nazaret. En ninguna parte se dice que le gustaran las
mujeres y en ninguna parte de las escrituras se dice que le gustaran los
hombres. Por ello, cuidado, porque ese espacio nadie lo puede llenar con “SU”
dictamen u opinión. Jesús es lo que era, una persona extraordinaria y no iba a
dejar de serlo por muy heterosexual u homosexual que fuera.
Respecto de la sexualidad de Dios, este tiene tantas
sexualidades como opciones sexuales hayan adoptado los humanos a lo largo de su
existencia. Respecto de los ángeles, pues ídem de lo mismo, aunque reconociendo
todos que desde el arte más antiguo la “asexualidad” ha sido el detonante
principal de estas representaciones angelicales.
Señoras y señores, cálmense por favor.[2] Al criticar esta obra
por su aspecto amanerado o su tinte homosexual, se está echando tierra en el
tejado de la propia iglesia (refugio de personas sexualmente reprimidas y que oprimen por ende) y
de las hermandades y cofradías, en las cuales tienen un papel determinante
personas de una sensibilidad especial por el toque que dan a su trabajo. Máxime,
teniendo en cuenta que las hermandades deben ser precisamente eso, lugares de
fraternidad, donde se abrace se acoge cristianamente y a nadie se le pregunte
por su origen y condición, mientras fluya la paz y el bien.
Sea como fuere, Jesús viene en la carne de un pequeño niño.
Eso anuncia el cartel del artista sevillano Manuel Peña Suárez, que muestra el
anuncio del ángel a la Virgen. Un anuncio, la virginidad de la flor, la
eclosión de la estrella desde la giralda. Es una maravilla, reconozco que me ha
encantado por lo que expresa, no por la suciedad del pensamiento que el ser
humano puede desplegar.
Como decía, Cristo viene y te dice a ti, creyente: “-Lo
hicisteis a uno de estos, a mí me lo hicisteis” (Mateo 25,40s). APLÍCATE EL
CUENTO.
fraternalmente, Floren.
P.D. pido disculpas por generalizar. entiendo de las muchas personas que respetan y aprecian al autor.
[1] http://cartujoconlicencia.blogspot.com.es/2016/06/de-que-te-asombras-sevilla-dia-del.html
[2] la imagen del titular es de elmundo.es
[2] la imagen del titular es de elmundo.es