Tema 1. La mística de la reunión de equipo.
Dios, si algo desea principalmente de la persona es que se salve. Pero siendo esta salvación unipersonal, debemos tener en cuenta que por vivir en sociedad y comprometidos, son muchos los que al implicarse en nuestra vida, son objetivo nuestro para hallar la salvación.
Por ejemplo, no se puede ser un calavera y por el cumplimiento del precepto creerse salvado.
Desde el punto de vista de los e.n.s., es vital tener presente que la reunión no debe reducirse a un sentido de explicito ritual, en el cual lo tratado es de poca relevancia o queda en un plano superficial.
Lejos de esto la reunión de equipo debiera de ser de una índole tan importante -respecto de profundos lazos establecidos entre los integrantes del grupo tanto de amistad como de confianza-, que en sí misma puede tener y tiene un valor sacramental ya que en ella y por medio de las relaciones humanas, Jesucristo se hace presente.
Son numerosas las ocasiones en las la Biblia deja constancia de que Dios reúne a su pueblo. Estando este –Dios- presente en todo el universo en todo espíritu y forma de vida, Dios para reunir a sus hijos en oración y adoración y para significar su presencia entre el pueblo, establece signos como la llamada “tienda del encuentro”. Una tienda creada por mandato de Dios para cubrir el arca de la alianza, y que una vez se encontraba cubierta con una sombra, era motivo de encuentro para Israel que iba en pos de Dios. (1 Re 8)
Respecto del misticismo, lejos de adjudicarlo meramente al plano monástico, es algo que está al alcance de cualquier cristiano, que en Dios, Jesús y su Espíritu pone su confianza. Místico no es el beato, ni el espiritual ni nada predeterminado, aunque la persona mística se debe a profundas reflexiones para llegarse a sí mismo. Místico es la persona que por tener su confianza en Dios, ve su mano en cada elemento o circunstancia de la vida, y en el cumplimiento de la voluntad de Dios, pone su objetivo.
Este pregunta es vital para cada cristiano: ¿Cuál es la voluntad de Dios?.
Según una definición propia bien acogida por amigos teólogos, hacer la voluntad de Dios es aplicar el amor y la fraternidad a cada momento de la vida.
Es algo arduo, difícil, complejo… pero es el que no lo intenta el que no se equivoca.
En esto se reduce este tema. Os reunís en, por y para Jesús. Para ser reflejos de él. Junto a vuestras parejas, frente a vuestros hijos, en el trabajo…etc.