"No busques fuera de ti, lo que no encuentres dentro de ti"
La Salada, Laudes.
Quizás el trasfondo de todo, sea
esta máxima del misticismo.
Continuamente anhelamos conectar
con Dios, por medio de mediaciones concretas, ritos, sobre nombres y peticiones
continuas. ¿Qué puede hacer Dios sin nuestra voluntad?
El misterio trinitario,
considero que abarca las dimensiones concretas de la humanidad del hombre y la
mujer de cada tiempo. Podemos ser padres y madres y desplegar ese sentido
amoroso y tierno, del que ama y respeta todo lo que es vida.
Podemos ser hijos, y ser
fraternos, efectivamente solidarios e ir al corazón de las personas, mitigando
la dureza d ela vida, no imponiendo absolutismos desfasados.
Podemos y debemos ser espíritu,
para ser fuerza, ánimo, fulgor y necesidad de humanidad y sensibilidad.
Todo esto podemos ser nosotros. Todo
esto puede ser Dios desde nosotros.
Si nos quedamos en el
inmovilismo, no hay Trinidad de valga. Os lo aseguro.