CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

lunes, 24 de abril de 2017

LA FE ENTRA POR LOS SENTIDOS - José Mª Castillo. Teólogo

LA FE ENTRA POR LOS SENTIDOS
            José M. Castillo

            El relato de la incredulidad del apóstol Tomás, que se recuerda a los cristianos en el segundo domingo de Pascua (Jn 20, 19-31), nos viene a decir que la fe entra por los sentidos. Mucho antes que el IV evangelio, el apóstol Pablo había dicho que “la fe entra por el oído” (por lo que se escucha, “akoê”: Rom 10, 17). Pero el Evangelio añade que, no sólo por lo que se escucha, sino también por lo que se ve y se palpa.
Que es lo que le pasó a Tomás. Cuando los otros apóstoles le dijeron que habían “visto al Señor” (Jn 20, 25), Tomás respondió lo que dice tanta gente: “Si no lo veo y lo toco, no lo creo”. Hasta que, a los ocho días, Jesús resucitado se plantó delante de Tomás y le dijo: “ven acá, mira, toca, palpa… y no seas incrédulo” (Jn 20, 27). Y Tomás no tuvo más remedio que decirle a Jesús: “¡Señor mío y Dios mío!” (Jn 20, 28).
            La cosa, al menos en principio, está clara: la fe entra, no sólo por lo que oímos, sino además por lo que vemos y palpamos. Pero aquí es donde está el problema. Porque, en realidad, ¿qué es lo que vio y lo que palpó Tomás? Vio y palpó llagas de dolor y muerte. Y entonces creyó. Pero el mismo Jesús añadió: “¿Por qué me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto” (Jn 20, 29).
            El Evangelio se refiere obviamente a quienes vieron a Jesús resucitado. Pero, ¿y los que no lo vemos, ni podemos verlo? Insisto en que Tomas vio a Jesús. Pero no solo eso. Lo que Tomás dijo es que quería ver las llagas de los clavos y la herida del costado de Jesús. Entonces fue cuando Tomás creyó. No simplemente cuando vio a Jesús, sino cuando palpó sus llagas de sufrimiento y muerte.
            Yo me pregunto por qué ahora hay tanta gente a la que no le interesa para nada el asunto de la fe. ¿Porque no vemos a Jesús? Por supuesto, a Jesús no podemos verlo. Pero, ¿y sus llagas de sufrimiento y muerte? ¿dónde las vemos? ¿en quiénes se palpan? Ahí están: en la vergüenza de los que se dejan la vida en las pateras, en las alambradas (con sus concertinas) que les hemos puesto a quienes vienen huyendo de la muerte, en los que se mueren en las hambrunas de África y en las guerras interminables del coltán. Porque nosotros, los “¡creyentes en Cristo!”, los cristianos de los países desarrollados, no soportamos las llagas de los clavos de la muerte de Jesús.
            ¿Y la Iglesia, que no se cansa de predicar la importancia de la fe? Los “hombres de Iglesia” se preocupan mucho por los que llevan en sus carnes las llagas de Cristo. Pero es que la Iglesia no sólo se preocupa por los que llevan las llagas. Además de eso, necesita mucho dinero para conservar sus templos, sus seminarios, sus palacios y sus curias, para mantener intacta su liturgia y su moral. Y si no, que se lo pregunten al papa Francisco. Este hombre se preocupa tanto por los desgraciados de las llagas, que más que un papa, parece – a veces – un “agitador social”. ¿Y nos vamos a quedar con los brazos cruzados ante semejante desvarío?
            Es la pregunta que algunos se hacen. Yo – a lo mejor estoy equivocado – lo que me pregunto es si nos interesa de verdad creer en Jesús. O quizá lo que queremos, a toda costa, es que el solemne montaje religioso que tenemos siga como está. O incluso que, a ser posible, podamos recuperar la solemnidad de antaño.
            Por eso, sólo me queda esta pregunta: ¿no nos estará ocurriendo que, en realidad, estamos más cerca de los sacerdotes del templo que de las llagas que tanto anhelaba tocar el apóstol Tomás? 

sábado, 22 de abril de 2017

ORACIÓN EN EL DÍA DE LA MADRE TIERRA


Oración de los que se sienten parte de la creación.

Señor y Padre bueno, que nos amas y nos buscas.
El canto de cada pajarillo, 
la belleza de los animales,
el viento suave o recio que acaricia nuestro rostro,
las flores en el borde de un camino;
son ejemplos de tu creación que nos hacen entender
hasta que punto nos amas.
Permite, Padre de bondad,
que seamos merecedores de gozar
de las maravillas de la creación
respetando el medio que nos rodea,
estando en sintonía con la naturaleza;
ejemplo maternal de tu hermosura y divinidad.
Te rogamos, que en medio de esta creación
llena de seres vivos,
nos reconozcamos como seres
creados a imagen y semejanza tuya,
para que mirándonos en el espejo de Jesucristo
y animados por el espíritu humilde
de nuestro Padre San Francisco,
despleguemos por el mundo el amor y la fraternidad,
como auténticos instrumentos de tu paz.

Te lo pedimos a Ti, Señor y dador de la vida. Amén.
(Se autoriza la difusión señalando la procedencia y autoría)

martes, 18 de abril de 2017

RESUCITAR NO ES REVIVIR

Si la muerte y la vida, son ya por si mismos un misterio para la vida del hombre y la mujer de cada tiempo, no digamos ya la resurrección. Yo, particularmente me rindo ante un misterio respecto del cual tengo una opinión, pero admito contra viento y marea que Cristo vive entre nosotros. Quien lo crea así, sin aditivos ni condicionantes ni nada por el estilo, sin preguntarse nada…etc.; pues me parece respetable. 
Eso sí, un flaco favor le hacemos a la condición cristiana, si como hijos e hijas de Dios no nos interpelamos a nosotros mismos. Intentaré explicarme. El misterio de la resurrección de Jesús de Nazaret no es un episodio de la vida del Señor que deba contemplarse o adorarse de una manera estática. 

Si de buena voluntad puede morirse uno sin hacer nada, pues igual podemos adorar a Cristo sin hacer nada en particular, lo cual es absolutamente infructuoso. Contemplación = Praxis. Lo fácil es pedir al Señor que resucite. Y que resucite en mí, sin que mi conciencia active ni una neurona de mi cerebro hacia una acción concreta y positiva –a ser posible-. 
Lo fácil es celebrar la resurrección, prestarnos a los maravillosos rituales –yo lo he hecho- y acostarse y levantarse sin haberse planteado una acción concreta por la que resucitar a cualquier cosa que debamos impulsar, animar o rectificar. La tumba vacía de Jesús es un misterio que no tiene explicación con los alcances de este mundo. Eso sí, Jesucristo resucita, no revive. Esta es una cuestión molesta para muchos pues malentienden que con este argumento se pretende quitar mérito a la resurrección en sí o algo parecido. Nada más lejos de la realidad, al contrario. Lo fácil para Cristo –como dije antes- es resucitar. 

"Lo complicado es descifrar el rostro del Resucitado en la vida y vivirlo en nuestra vida, solo existe esa posibilidad de experimentar la resurrección de Jesús, y que este resucite constantemente"

Él lo puede todo, es Hijo de Dios y está en sus posibilidades, pues Dios y Él son uno. Pero la vuelta a la vida del Señor, no se debe malinterpretar como un retorno completo a la vida biológica del cuerpo y alma humanos, no. Jesús vuelve a la vida desde una realidad completamente distinta, respecto de la relación humana de la que participamos. 
Digamos que el cuerpo del Señor tras morir, no resurgió a la vida como profetizó el profeta Ezequiel en su día; respecto de que el hálito de vida vuelve al cuerpo muerto, la carne putrefacta vuelve a crecer y se activan los órganos vitales. No. Eso sería lo más fácil para el Señor, pues Él lo puede todo o así lo creemos. Lo complicado es descifrar su rostro en la vida y vivirlo en nuestra vida, solo existe esa posibilidad de experimentar la resurrección de Jesús, y que este resucite constantemente. 
Pablo y Lucas el evangelista no conocieron al Jesús biológico, humano y tangible. Ellos tuvieron la experiencia del resucitado, tan enorme que les llevo a la plenitud de una vida según Cristo. La Magdalena le confunde con el jardinero porque realmente no estaba viendo a nadie, pero supo en un momento de clarividencia advertir la PRESENCIA y asumir por lo tanto, la compañía del maestro. 
A cualquier persona se le pregunta si se siente querida por su familia y responde que sí. Aun estando solos, sabemos que allí en otro lugar, hay personas que nos piensan, nos quieren y se preocupan de nosotros. El cariño traspasa las fronteras del tiempo e incluso de la historia, pues se puede querer la memoria incluso de los que ya no están con nosotros. Eso es hacer memoria, y algo parecido es asumir la PRESENCIA. El ejemplo más claro es el de aquellos dos que caminaban hacia Emaús. Físicamente fueron dos, comieron dos y volvieron dos. Pero fueron tres los que intervinieron en el episodio que nos relatan los Evangelios. 
Jesús estaba presente en ellos en su corazón y conciencia, aunque no supieron hacerse eco de la PRESENCIA y del significado que entraña para la vida del creyente. Se nos cuenta que sentados a la mesa y al partir ellos el pan y hacerlo en nombre de Jesús, fue cuando asumieron que Jesús estaba con ellos, desde el comienzo. Pero les hacía falta el poner en orden las ideas, revitalizar el mensaje y saberse imprescindibles para la causa del Reino de Dios. Acabo. La resurrección de Jesús es más que un episodio ante el que maravillarnos y ante el que nos quedamos sin palabras. El viene siempre a nuestras vidas. Siempre. 
Lo celebramos en tal o cual fecha, pero siempre espera Jesús que –como aquellos de Emaús- demos la vuelta y revitalicemos nuestra vida de creyentes. ¿Seremos capaces de hacerlo dejando de lado todo lo accesorio? Por causa de nuestra educación clásica nos puede resultar difícil, pero no olvidemos que Cristo fue el primero que apartó todo lo accesorio –lo que no hace falta- para centrarse en la vida de la persona y del mundo. Cuantas personas hay cansadas de una religión que obliga, contrae las posibilidades humanas, limita libertades y predica la pobreza aun cuando no puede vivir sin sus privilegios de los cuales huyó Cristo. 
Ojalá sintamos al resucitado en nuestra vida, con el anhelo de vivir y dejar vivir. Ojalá sintamos la fuerza del resucitado en el mundo y en la fuerza y energía del mundo. Ojalá sintamos la energía vital de la madre naturaleza –expresión maternal de Dios-, su dolor también y nos esforcemos por respetar el medio que nos rodea, animales y plantas en cuya sabia habita el germen de Dios, vida resucitada constantemente. Ojalá sintamos al resucitado en nuestras relaciones personales, de pareja, en las posibilidades del ser humano en construir y edificar para el bien y la paz en un mundo ajado por las injusticias, la violencia y el desamor
Ojalá sintamos al resucitado en la oración diaria y en la vida del mundo. Ojalá!!! Feliz Pascua de Resurrección.
Martes de la Octava de Pascua 2017. Fraternalmente, Floren.

¿No oiste los pasos silenciosos?
Él viene, viene, viene siempre.

En cada instante y en cada edad,
todos los días y todas las noches,
Él viene, viene, viene siempre.

He cantado en muchas ocasiones y de mil maneras;
pero siempre decían sus notas:
Él viene, viene, viene siempre.

En los días fragantes del soleado abril,
por la vereda del bosque,
Él viene, viene, viene siempre.

En la oscura angustia lluviosa de las noches de julio,
sobre el carro atronador de las nubes,
Él viene, viene, viene siempre.

De pena en pena mía,
son sus pasos los que oprimen mi corazón,
y el dorado roce de sus pies
es lo que hace brillar mi alegría.

(Rabindranath Tagore)

domingo, 9 de abril de 2017

ORACIÓN ANTE EL MONUMENTO EL JUEVES Y VIERNES SANTO - TRIDUO PASCUAL

Se autoriza la difusión indicando su procedencia
Oración ante el Monumento el Jueves y Viernes Santo

AL ENCUENTRO DEL DIOS DE LA VIDA
Señor Jesús, gracias por quedarte con nosotros. Y por invitarnos a estar aquí contigo. En ocasiones no somos capaces de comprender lo que significa tu presencia en la Eucarística, en la Palabra Sagrada, en mí y en la persona que está junto a mí. Eres luz, eres fuerza, eres amor. Ahora –a través de tu pasión- pasas por la noche, pero nos iluminas. Ahora te sientes débil, pero nos fortaleces. Ahora nos pides amor, pero tú nos amas primero. Gracias por estar en los hermanos y hermanas. No quiero olvidar que muchos en este momento se sienten solos, están enfermos, sufren las consecuencias de la guerra o la desunión familiar, las injusticias, o son perseguidos y apenas puedes sobrevivir. Cada una de estas personas viven un Getsemaní muy actual y muy vivo. Tú, Jesús, estás ahí. También nosotros queremos unirnos espiritualmente a ellos y a ti, pues sentimos la necesidad de estar contigo, Señor. Como aquella mujer de Samaría, me siento en el brocal del pozo y me dispongo a conversar, porque siento la necesidad de de estar contigo.


HIMNO INICIAL (Porque siento la necesidad de estar contigo)
Porque Siento La Necesidad
Porque siento la necesidad de estar un rato contigo,
porque siento la necesidad de saber que eres mi amigo;
porque siento la necesidad de comentar lo ocurrido
hace casi dos mil años cuando fuiste concebido.

Jesús, eres la Verdad, la Palabra que no ha de pasar,
 Tú eres el Verbo hecho carne y yo creo que estás vivo,
Tú eres el Verbo hecho carne y yo creo que estás vivo.

 Porque siento la necesidad de recorrer tu camino
 de Belén hasta el calvario, de la pobreza al olvido.
 Porque siento la necesidad de estar un rato contigo
 para sofocar mi llanto al saberme redimido.

 Jesús eres la Verdad, el mundo pasa, Tú no has de pasar,
 cuando vuelvas a juzgarnos llévame al cielo contigo.

Porque siento la necesidad revivo lo que has sufrido
para redimir con sangre del pecado a su cautivo.
Porque siento la necesidad de vivir lo que has vivido,
paso a paso, golpe a golpe, hasta encontrarme contigo.
(Gonzalo Mazarrasa)

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS (1Carta de Juan cap.3)
Hermanos: Mirad que amor nos ha tenido el Padre, para llamarnos hijos de Dios, pues lo somos. El mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios. Y aunque aún no se ha manifestado lo que seremos, sabemos que cuando Jesucristo aparezca seremos como él, porque le veremos tal como es. Este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros. No seamos como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Pues porque los hechos de Caín eran malos, y los de su hermano, buenos. Conocemos qué es el amor porque Jesucristo dio su vida por nosotros;  así también, nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos. Palabra de Dios

REFLEXIÓN A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS
Hay quien dice, que uno de los problemas que tenemos los cristianos hoy en día, es que aun no nos hemos acabado de creer que somos hijos e hijas de Dios. Es cierto. Puede que sea causa de la educación clásica recibida en muchos casos, otra causa puede ser el considerar a Dios tan altísimo, que se nos escapa de las manos…etc. Pero el evangelista Juan, el amigo de Señor, no deja lugar a la certeza al admitir que tú y todas las personas somos hijos de Dios. Él nos creo por amor. Solo por amor y nada más. Y nos puso en el mundo con una vida a desarrollar, en la cual –si decimos seguir a Jesús- debemos ocuparnos de hacer el bien. El monumento del Jueves y Viernes santos es una ocasión propicia para que hagas examen de tu vida, de lo que eres y de lo que vives. No se trata de hacer solo un examen las nuestras cosas negativas, no. Jesús el Hijo de Dios, esta ante ti, en ti y por ti. Como Él mismo, eres causa de la creación de Dios. Ofrécele a Dios todo lo que eres, tu existencia. Piensa en tu vida, en las personas con las que la compartes y reflexiona si respondes al amor de Dios, amándolos y respetándolos a ellos. Dios nos ama y nos busca en la vida. Lo hace para que todo aquello que Él nos da, nos enriquezca. Para luego poder nosotros poder enriquecer la existencia de otros. Aliviando sus penas, consolando al atribulado, siendo bálsamo ante la adversidad, cordialidad en la desavenencia y abrazo fraterno que siempre acoge sin preguntar nada. Piensa un poco en tu vida en lo bueno y en lo no tan bueno. Para ayudarte, debes hacer el siguiente ejercicio.

INVOCACIÓN A DIOS POR NUESTRAS MANOS
Cuando hayas pensado en tu vida, extiende las manos y míratelas. Se capaz de aplicar a cada dedo de tu mano una virtud tuya, una cualidad que poseas. Hazlo sin reparos. Luego, de la misma manera aplica a cada dedo una causa de tu vida que sea negativa o bien tengas que mejorar o rectificar. Quizás esto último te cueste más, pues no somos dados a reconocer nuestras miserias. Cuando lo hagas, ofrécele a Dios todo lo que eres. Hazlo de corazón y sin reservas. El te ama y hoy no viene a tu vida con reproches. Está aquí para conversar contigo. Tras un momento de interiorización, lee la oración “Por las obras de tus manos” 


Dios y Padre bueno, que nos amas y nos buscas. Aquí tienes mis manos. Han sido causa de certezas y de tribulaciones. De abrazos y desprecios. De amor y de desamor. De caricias y de situaciones alejadas del amor y la compasión. Todo te lo ofrezco, Padre. Aquí, ante tu Hijo Jesús “el amor de los amores”; te pido que sea capaz de establecer un compromiso firme ante ti, Dios; para crucificar junto a tu hijo las obras de mis manos que me han apartado de tu mirada y de los hermanos que están junto a mí. Si Jesús se entregó por el mundo, ¿cómo no voy a poner yo mi granito de arena por tu Reino? Permíteme Señor, conciencia justa y determinación para llevar a cabo la obra de tu amor. Ante ti pongo mi empeño de resucitar con Cristo a una vida nueva, para que mis manos se llenen de obras de vida, esperanza, misericordia y así llegue a la plenitud ante Ti, Padre. Te lo pido por Jesús, Camino, Verdad y Vida; que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO…
PRECES. Pon ahora en ante la Presencia del Señor, las necesidades del mundo. Lo que necesites para ti, díselo en último lugar.

PLEGARIA DE CONCLUSIÓN
Tu reino, Señor, se hace presente
cuando se fomenta la justicia y es respetada la libertad.
Cuando todos somos hijos tuyos, los sueños se deletrean:
Amistad, hermanos, paciencia, caridad.

Tu reinado, Señor, viene a nosotros siempre que el pueblo dispone

de sustento, vivienda, trabajo y sanidad.
Tú nos enseñas, por Jesús,
a vivir con dignidad la vida
y a festejarla en la fraternidad.

En tu reino, Señor, no caben privilegios
de quienes se creen el fruto de la espiga
en honor y dignidad.
Eres un Dios vivo, enemigo de los ídolos humanos,
y no hay mayor cansancio que el tuyo.

El reino que predicaste llega casi de puntillas,
se revela y está escondido. Es simiente que se esparce
por los campos y levadura que fermenta entre la masa,
luz que muestra el horizonte a los perdidos.

El Reino de Dios, según los evangelios,
es un banquete de bodas, un adviento de ternura
que reparte los panes
en las manos frágiles de los que gozan detrás del corazón.
(Casiano Floristan)

¡BUENA PASCUA!                                          
Pastoral Litúrgica del Triduo Pascual



sábado, 8 de abril de 2017

DOMINGO DE RAMOS, EL TRIUNFO DEL PUEBLO

Esta tarde, víspera del Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, tuve una grata conversación con un amigo adulto con el que coincido en diversos puntos de vista de diversas cuestiones. Hablamos de varios temas, la fe entre ellos. Esta persona siente un pronunciado hastío por la iglesia actual y mucha de las organizaciones que la conforman. Y esa tesitura nos podemos encontrar muchas personas creyentes, que mantenemos la fe –como suelo decir- aun a pesar de los posibles naufragios. 

"Ojala los creyentes nos afanemos en permitir en primer lugar que Jesús entre triunfal en nuestro corazón, para luego ser nosotros mismos cauce a través del cual otros experimentes la cercanía de Dios, su amor y su justicia"

Personalmente tanto en la iglesia como en alguna organización en la que nos llamamos “hermanos” siento respecto de algunas personas, una falta absoluta de sentido de la justicia hacia mi persona. Pero de la mente que no está iluminada con la luz de la conciencia y la ética, no se puede esperar nada. Solo será nuestro aliado el tiempo, la gratuidad hacia Dios por tantos otros dones recibidos y la certeza de que la vida a cada cual le da la oportunidad de ponerse en su sitio. 

“Yo cada vez creo menos”, me dijo esta persona con la que conversaba. Y yo le contesté que al contrario que él, yo en la etapa de mi vida en la que vivo siento mi fe robusta como nunca creí poder alcanzar. Tengo una fe absoluta en Dios y en lo mucho y bueno que es capaz de obrar en y desde los humanos –creyentes y no creyentes- y toda materia animada y que posee la propia esencia de su Santo Espíritu. 
Y a este convencimiento se llega después de hacer mil reflexiones, orado la Palabra otras tantas y haber recibido cien palos en la espalda; pues todo ello nos educa y nos ofrece clarividencia absoluta y sabiduría necesaria para saber escoger la mejor parte y que no nos la quiten. Y estoy convencido, de que cada vez que una persona alcanza lo que podemos llamar cierta clarividencia o iluminación respecto de la dualidad existencial y la perspectiva de la fe; es un triunfo del pueblo. 
Jesús de Nazaret (laico y persona de pueblo) alcanzó esta clarividencia o iluminación tras un profundo proceso de discernimiento personal por prematuro que fuera. Nadie llega al mundo convencido de que es el hijo unigénito (biológico) de Dios y con atrévetes para proclamarlo a los cuatro vientos. Jesús de Nazaret, como cada uno de nosotros tuvo su proceso de discernimiento y asimilación de su vocación personal, con sus luces y sus sombras, y por eso hizo todo lo que hizo testimoniando hasta el extremo. 
El domingo de ramos no fue algo casual. Fue algo que Jesús preparó con sumo detalle sin dejar de lado la perspectiva que él pretendía, causar un escándalo formidable y bien que lo consiguió. Para que se cumpliera la escritura de la que era conocedor se montó en un pequeño borrico, pero no debemos olvidar que “detrás de toda esta escena está implícita la antigua profecía de Zacarías, en la que se contrapone la entrada triunfal de Alejandro Magno en alguna de las ciudades conquistadas por él y la del salvador mesiánico que vendrá un día a liberar al pueblo de Dios, y que mateo cita, pero que debía ser evidente para muchos de los que se encontraban presentes: -¡salta de alegría, Sión, lanza gritos de júbilo Jerusalén, porque se acerca tu rey justo y victorioso, humilde y montado en un asno”[1] (Fco.Javier Sáenz de Maturana) 
La fecha más probable de la entrada de Jesús en Jerusalén tras muchos estudios, es el día 2 de Abril exactamente. Pero eso es solo un detalle casi anecdótico. El triunfo de Jesús en su entrada en Jerusalén se revitaliza cada vez que un hijo o hija de Dios asume su vocación –sea la que sea- y entrega su persona, causa y trabajo por el Reino de Dios y su justicia. 
Un Reino que llega de puntillas a nuestras vidas, con la misma sencillez con el elemento con el que Jesús fue aclamado como fuente de renovada esperanza, unas ramas de olivo. Ojala los creyentes nos afanemos en permitir en primer lugar que Jesús entre triunfal en nuestro corazón, para luego ser nosotros mismos cauce a través del cual otros experimenten la cercanía de Dios y su amor. Deseo una feliz semana santa a todas las personas, la vivan como la vivan. Si hay una oportunidad para la espiritualidad, el sentido de hermandad y la recuperación del carisma cristiano mejor que mejor. Nos veremos en Pascua y en el Triduo Pascual.
Fraternalmente, Floren.


Hosanna cantan fogosos,
Los niños al rey que viene.
Es verdad que solo tienen
corazones ardorosos.

Luego la pasión proclaman
de Jesucristo piadoso,
ritmo ágil cadencioso
que aprenden de las hermanas.

“Sores” que vienen y van
labor cayada y silente,
las hijas de San Vicente
hijas de la Caridad

De esta mañana el azul
lo comparten con la gente,
las hijas de San Vicente,
San Vicente de Paul.


(Fragmento del Pregón de Semana Santa de Estepa de D. Manuel Santos Ortega, dedicado al Domingo de Ramos y las monjas de la guardería)




[1] Zacarías 9,9. Mateo elude el versículo 10 de Zacarías, donde se lee: “Él suprimirá los carros de Efraín y los caballos de Jerusalén…”. Este “Rey” entra sin agresividades. (Nota 7 del autor Sáenz de Maturana en su libro JESÚS VOLVER A LOS COMIENZOS, sobre la cita pag 879)

sábado, 1 de abril de 2017

TUS CINCO MINUTOS PARA EL SEÑOR - DOMINGO V DE CUARESMA A

V DOMINGO DE CUARESMA A "Resurrección de Lázaro"

"hemos que resucitar nosotros, y a su vez debemos colaborar en que otros resuciten, recobren el ánimo, superen la tribulación, siendo causa de su alegría. Y todo esto debemos hacerlo testimoniando a Jesús"

Lectura del santo evangelio según san Juan (11,3-7.17.20-27.33b-45):

En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro mandaron recado a Jesús, diciendo: «Señor, tu amigo está enfermo.» Jesús, al oírlo, dijo: «Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.» [...]Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.» Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.» Jesús le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.» Jesús sollozó y, muy conmovido, preguntó: «¿Dónde lo habéis enterrado?»
Le contestaron: «Señor, ven a verlo.» Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!» Pero algunos dijeron: «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?» Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa. Dice Jesús: «Quitad la losa.» Marta, la hermana del muerto, le dice: «Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.» Jesús le dice: «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?» Entonces quitaron la losa.
Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.» Y dicho esto, gritó con voz potente: «Lázaro, ven afuera.»
El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario.
Jesús les dijo: «Desatadlo y dejadlo andar.» Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Es importante no confundir el mensaje del evangelio, que no pretende hablarnos de la vida futura de los difuntos en el cielo, sino en la posibilidad de perder el rumbo de la vida aquí en la tierra y la opción de recuperar esa vida. Ojo. 


No debemos de esperar a tocar fondo en la vida, para pedir auxilio al Señor. Es cierto. ¿Cuándo valora el ser humano de una manera más autentica lo que tiene o lo que goza? Pues cuando lo pierde. En este caso del evangelio de este domingo de cuaresma, son dos cosas fundamentales las que se pierden. (1)Se pierde la vida de un ser humano –Lázaro- y (2)Jesús pierde un amigo, de cuya muerte se adolece hasta las lágrimas. Pero se recupera la vida. 
El fundamento de este texto sagrado, es que la humanidad de Jesús es causa de vida para el hombre y la mujer de cada tiempo. No hay barreras que Dios –desde Jesucristo- no pueda superar. Tal es así, que Lázaro es rescatado de las garras de una absoluta oscuridad para salir de nuevo a la luz, la misma luz de la que se nos hablaba el domingo pasado. 
Este evangelio tiene connotaciones muy importantes estando tan cerca la semana se pasión, pues en Jesús tenemos un ejemplo parecido al de este evangelio. Jesús resucita a Lázaro, y Jesús es igualmente resucitado por aquel que nos da la vida, Dios Padre. Verdaderamente, “es preciso que el grano de trigo muera para que de mas fruto y lo de en abundancia” (Jn 12,24). 
Todo esto se presta a una reflexión y oración oportunas, para poner en orden nuestro ser ante la semana santa, en la cual se conmemora el sacrificio de Jesucristo, que en la cruz murió por nosotros. El ya vive en cada uno de nosotros, en nuestro interior por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado. Pero es necesario expresarlo, vivirlo y testimoniarlo. 
Una creencia oculta de Jesús no es útil para la causa del Reino. Hoy ha resucitado Lázaro, en Pascua resucitará Jesús, junto a Él tenemos que resucitar nosotros; y nosotros a su vez debemos colaborar en que otros resuciten, recobren el ánimo, superen la tribulación, siendo causa de su alegría. 
Y todo esto debemos hacerlo testimoniando a Jesús aunque no sea lo que se estila o esté de moda. Apostemos por el triunfo de la vida de todas las vidas, superando la cruz. Feliz camino a la Pascua.

ORACION
Señor y Padre bueno, que nos amas y nos buscas.
No dejes de mirarnos con entrañas amorosas,
no dejes de enviarnos tu Espíritu;
para que su fuerza iluminada desde nuestra conciencia cristiana, 
nos haga caminar hacia tu Luz,
la luz de tu Reino que es camino, verdad, vida y justicia.
Amén.