CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

viernes, 12 de abril de 2019

GRACIAS SEÑOR


“Hoy vengo a decirte gracias, gracias por todo Señor. Gracias Señor por la vida, gracias Señor por el sol, gracias Señor por mis padres, gracias por todo Señor”. La imagen de nuestro Padre Jesús, la Virgen de los Dolores y otras imágenes son lo que se llaman mediaciones de Dios. O sea, a través de ellas evocamos unos sentimientos, sensaciones pensamientos o desarrollamos determinadas acciones…etc. El hecho es que Jesús es Jesús. Señor de Estepa y algo que llevamos inculcado en nuestro ser desde el plano creyente, cultural…etc. Incluso un cristiano pragmático como yo no deja de estremecerse ante su imagen. Una de las cosas que conseguí hace tiempo es lograr centrarme en su cara y ver la de un hombre absolutamente destrozado, que por amor a la causa de la humanidad, por ternura hacia la mujer y el hombre de cada tiempo; se dejó la piel, NO en el intento, sino que puso el fermento de lo que sería un movimiento que -con sus luces y sombras a día de hoy- transformó el mundo, el REINO DE DIOS.
Hoy he ido a verle a Él, a Jesús y a su madre para darle gracias. A través de los acontecimientos que cada cual vive, la vida nos educa. Nos envuelve en sabiduría, nos hace responsables y nos lleva a priorizar lo que verdaderamente merece la pena. Siempre hay cosas, cada cual arrastra su cruz más o menos grande, pero no se me ocurrirá ir en busca del Señor para molestarle con “peleítas” de 3 al 4. Noo, eso ya se superó.

Rememoré en su presencia la canción con la que comienzo este pequeño artículo, “hoy vengo a decirte gracias”, enseñada a los peques de hace treinta años por nuestras muy queridas y recordadas monjas de la guardería, Rosa, Eloísa, Pastora, Concha, Victoria…etc. Nunca he olvidado la canción y hoy la canto a voz en grito. No es que me esté haciendo el machote –que lo soy, cuidado…jejeje-. Es que es una realidad. Me siento hombre libre, querido, muy muy respetado por las personas y apoyado desde muchas perspectivas y con UNA FE INQUEBRANTABLE.
Mi amor hacia Jesús Nazareno de Estepa es eterno, aunque nos veamos poco, aun a pesar de lo que pueda pasar. Y el rostro de su madre es el de mi propia madre, Epifanía cuya virgen es el amor de sus amores. Acabo. Recordaré aquí a mi querido Manuel Santos Ortega, que también amaba a la Virgen de los Dolores de Jesús y que le dedicó estos versos que expresan divinamente mis sentimientos.

“Que pura flor tu dolor,
madre mía de los Dolores.

Si mis penas son tus penas,
tus dolores mis dolores;
para ti son mis amores
mi virgen de gracias es plena.

De mi madre yo aprendí
el amor que te profeso.
Hoy mi homenaje es un beso,
para ella y para ti.

¡Ya te cantaré sin fin,
con tu cara me embeleso,
cara de nardo y rubí!

Y si alcanzo tus favores
que sepa sufrir contigo,
madre mía de los Dolores”.

Como dice mi papá: “bendito sea Dios que nos da pena, alegrías y nos da de todo”. Buena semana santa a todos/as, nos vemos en Pascua de Resurrección. Ahh y cuidado con las torrijas, que decís que no pero poco a poco os las coméis… jejejejeje.