CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿SÍ O NO?, ¿SÍ O SÍ?

Bueno, ¡prueba superada!.
Pase la campaña floral de todos los santos con las preocupaciones los infortunios, beneficios…etc. Y estamos vivos, pues loado sea el Señor. Además hoy me lanzo al campo a caminar como de costumbre. Bici de montaña toca mañana. Y mi pensamiento hoy iba cargado de sensaciones algunas de ellas un poco contradictorias. Sobre todo recuerdo como –según cuentan- en la cámara inglesa de los Lores, los “síes” se colocaban a un lado y los “noes” a otro.
En este sentido pensaba yo, respecto de varias cuestiones que no son baladí, ni para los cristianos ni la sociedad en general. La visita del Papa a España, el aborto, cuestiones morales, libertad religiosa y de expresión, abusos…etc. Y respecto de estos temas candentes y sensibles, -digo que- me da la sensación de que lejos de un posicionamiento fundamentado y respetuoso, a los sujetos lo que se nos pide es simplemente un sí o un no.
Respecto de la visita del Papa a España, puedo entender la repercusión mediática, cristiana y política, pero de eso a establecer un debate sobre papa sí o papa no, como si ese tema fuera de autentica relevancia, me parece un despropósito. Y quiero referirme a tres temas concretos que hoy son origen de mi pensamiento y objeto de mi oración.
Dejando claro que como ciudadano de España, abro las puertas de mi país al viajero que desea hospedarse, al Papa paz y bien. ¡Ahora!, que la visita del Papa sea lo que la iglesia de España necesita y el acontecimiento que a los jóvenes despertará del letargo –dicen algunos fervorosos-, discrepo de todas todas. Iluminado desde la opinión de la sociedad, la iglesia, y los jóvenes; si de algo están necesitados todos estos sectores es de testimonios de vida. Testimonios que por ser sencillos y llanos, llegan a cada rincón de una casa donde esperan que se les hable de Jesús con la solución de un problema bajo el brazo o el mismo abrazo que da calor y es signo de fraternidad. No se me ocurre decir al Papa no, porque entiendo que para muchas personas es algo positivo y edificante, ya que ven en Benedicto XVI al mismo Pedro de Cafarnaum. Quizás, opino que lo más deseable sería que cada cual se exprese con la educada libertad que inspira la urbanidad y que camina hacia la democracia. Y sobre todo que favorables y detractores, se tomen con tranquilidad este asunto. Pero no se puede pedir a nadie un sí o un no frente a esta visita.
Desde otro punto de vista, pienso en la libertad religiosa y el camino hacia lo laico, que la iglesia entiende que hace el estado. Camino que la iglesia considera una tapadera para excluir a la religión católica y otras religiones, del plano influenciable sobre los gobernantes de turno. Por ello se habla de laicidad y sana laicidad.
Y yo me pregunto. Si existe una sana laicidad, ¿existe por ende una laicidad enferma?.
Y, ¿Por qué tenemos que diferenciar lo laico en bueno o malo, enfermo o sano, cuando este principio no es contradictorio –o no debe serlo- respecto de las religiones.
Según la R.A.E., “Laico” es:
            1. Que no tiene órdenes clericales. 2. Independiente de cualquier organización o confesión religiosa.
Quizás la definición más entendida es que laico es aquel que no pertenece a la clase sacerdotal, porque somos legión los laicos en la iglesia. Por otro lado según la segunda definición, una cosa en ser independiente u objetivo, y otra cosa en plegar lo laico a lo plenamente perjudicial o contradictorio. En este sentido y haciendo alusión al teologo J.Mª Castillo, manifiesto mi convencimiento de que el primer laico de la historia del cristianismo fue Jesús de Nazaret. Laico e hijo de laicos, ya que los evangelios solo denotan su legitimidad real con la casa de David. Pero, es curioso que estando relacionada la clase sacerdotal desde siempre con la casa israelita de Levi, no se relacione a Jesús con ellos.
El magisterio admite que Jesús es sacerdote porque se ofreció así mismo, y que de esa sacerdocio real participamos todos. Pero creo y entiendo que eso es una cosa y establecer un orden jerárquico y sacerdotal es otra. Por ello saliendo del jardín del ministerio sacerdotal, manifiesto que me resulta improcedente el decantar la laicidad por sana o enferma, mala o buena. Quizás antes de hacernos esas preguntas, de las cuales nos dan las respuestas, tendríamos todos –este cartujo el primero- que intentar que por medio de nuestro ministerio propio, cristiano y laico, el evangelio sea llevado a cada persona que está junto a mi en el mundo y que junto a mí y Jesús, comparte la condición de laico.
El aborto. ¡Uf…!. Este si que es un jardín. Pero un jardín en el que unos salen y entran a gritos o calladamente según cante la música de fondo. Lo mas paradójico que he escuchado en mi vida es a una jurista católica, tirar por tierra practicas extremistas de otras religiones, admitiendo esta jurista que fue una de las personas que gritaron e insultaron a los asistentes al congreso abortista celebrado en Sevilla.
Señoras y señores, somos católicos, ¡vale!, pero tenemos que tener vergüenza y no ponernos a la altura de…; `porque siendo así es cuando todos estamos en igualdad de despropósitos.

Por ello y para acabar, escribo que igualmente es ligereza el pretender despachar el aborto y lo que acarrea con un si o un no. Me explico. Yo estoy a favor de la vida y por ello me manifiesto en contra del aborto. Repito, yo deseo que toda vida tenga capacidad de expandirse en el mundo y luchar y trabajar para ello. Reconociendo que yo no estoy embarazado ni lo estaré, creo que aquí debe de tenerse en cuenta a la hora de dirimir estas cuestiones, la voluntad real de la persona que tiene encima el caso, o sea la mujer embarazada. Estoy a favor de la vida, pero ¿hasta que punto se puede lesionar el derecho a optar sobre el cuerpo de uno, e incluso afectar la decisión personal sobre una causa traumática?. Pero repito y creo no ser contradictorio pues son cuestiones distintas, estoy a favor de toda la vida y de todas las vidas. Las grandes y las chicas. Las vidas de los neonatos y la de los párvulos. La de los jóvenes y adultos…etc. Pero lo que no podemos hacer a mi corto entender, es defender una vida pequeña y reconducirla a nuestro convencimiento en su adolescencia porque el sujeto desea un modo de vida que no entra dentro del entendimiento magisterial del catolicismo.

Hace años, cuando aun era secretario personal del vicario episcopal del la zona sur, tuve la oportunidad de felicitar al recordado Carlos Amigo por unas declaraciones realizadas. El caso fue que una niña Chilena –creo recordar- quedo embarazada de su padre y un prelado chileno admitía que la niña debía dar a luz. Ante esta circunstancia aberrante fue preguntado nuestro emerito arzobispo, admitiendo este con la diplomacia que aun le caracteriza que: “en estos casos hay que aplicar la misericordia”.
Por ello acabo con el comienzo, SI o NO, no debe ser el problema. El problema es las causas que esos “sies” o esos “noes” tengan sobre la vida de las personas. Ya que todos los que se manifiestan con fundamentalismos, suelen ver los toros generalmente desde la barrera.
Laus Deo.