Dios y Padre bueno que nos amas y nos buscas.
Por tener un corazón tan amplio
eres llamado por tus hijos “Todo bondadoso”.
Como bondadosos son los corazones
de aquellas personas de edad,
que con su cariño, entrega y ejemplo,
nos trasmiten valores y conceptos válidos
para compartir la vida del mundo.
Ellos son nuestros abuelos y abuelas.
Al ser prolongación de sus vidas,
te pedimos Padre de amor,
que siempre nos asistas por medio de tu Espíritu,
para que nuestra caricia sea siempre en forma de beso,
nuestra palabra sea amable,
nuestra ayuda sea eficaz para sortear la dificultad;
aun cuando los días se tornen monótonos y tristes.
Permite Señor,
que nuestro recuerdo sobre sus vidas,
navegue hacia aquellos hermosos días
en que ellos fueron nuestras manos educadoras,
nuestras risas fueron sus risas,
y los surcos de su piel eran para nuestro tacto,
hermosos regueros de bondad.
A los que viven junto a nosotros,
mantenlos en tu corazón.
A los que se marcharon hacia la Jerusalén celestial,
concédeles luz en el camino,
pues nosotros somos testigos de que merecieron tu Reino,
junto a Ti y los eternos abuelos Ana y Joaquín.
Todo esto te lo pedimos a Ti,
que vives y Reinas por los siglos de los siglos. Amén.