CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

sábado, 12 de marzo de 2016

MEDITACIÓN ORACIÓN V DOMINGO DE CUARESMA C. "¿QUIEN SE ATREVE A TIRAR LA PRIMERA PIEDRA, EN NOMBRE DE LA MISERICORDIA?"

Domingo V Cuaresma C. DONDE DIOS NOS PLANTÓ, ES PRECISO SABER FLORECER

Invocación desde el barro de la tierra
Señor Dios todopoderoso,
perdona a tu Iglesia
su riqueza entre los pobres,
su miedo ante los injustos,
su cobardía entre los oprimidos.

Perdónanos a nosotros, tus hijos,
nuestra falta de confianza en ti,
nuestra falta de esperanza en tu reino,
nuestra falta de fe en tu presencia,
nuestra falta de confianza en tu misericordia.
               
Restablécenos en tu alianza con tu pueblo;
condúcenos a un arrepentimiento verdadero;
enséñanos a aceptar el sacrificio de Cristo;
danos fortaleza con la ayuda de tu Santo Espíritu.
                              
Quebrántanos cuando somos orgullosos;
haznos de nuevo cuando somos débiles;
humíllanos cuando confiamos en nosotros mismos;
danos un nombre cuando
nos encontremos perdidos.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Meditatio sobre Juan (8,1-11) "QUIEN ESTÉ LIBRE DE PECADO, TIRE LA PRIMERA PIEDRA"
http://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/?f=2016-03-13

¿Qué me dice? Para este último domingo de cuaresma, la liturgia nos propone el evangelio de Juan, y el texto nos introduce en la profundidad teológica de la enseñanza y la práctica, la ley o la persona. Se acercan ya los días de la pasión de Jesús y quedan atrás las reflexiones anteriores y las actitudes que hemos contemplado. Pero no debemos perder de vista, que por muy elevado que sea el evangelio de Juan, a toda vida interpela. Así que este evangelio también es de hondura para nuestra vida. Partimos de la base de que los hijos de Israel nunca abrieron su corazón al Mesías- el Hijo de Dios-, pues tenían tan idealizada su venida, que tanto le esperaron con ejércitos y pompa, que se quedaron en el intento. Por eso mismo, lo único que de Dios tienen es su Ley. Aquella que les dio Moisés en las tablas de la ley y que no se han preocupado de actualizar. Y la actualización llega con Jesús, hasta el punto de que este, es motivo continuo de escándalo para ellos. Por ello, a Jesús le van con un problema complicado y de difícil solución; salvar a pecadora o cumplir la ley. Lo que ellos no pueden entender, es que Jesús apostará por las dos cosas. Sí. Porque él mismo es la nueva ley, y el objetivo primordial de su reinado es la atención justa a los desfavorecidos. No nos importa el pecado de la mujer, pero ha tenido una actitud que le ha apartado de la presencia de Dios. Esta mujer es merecedora de la muerte a manos de los judíos pues así lo manda la ley, pero Jesús, una vez más les demostrará que los caminos de Dios, en ocasiones son distintos a los de los hombres y mujeres que judicializan la vida de los demás. Y lo curioso de este episodio del evangelio, es que Jesús plantea lo que posteriormente será su situación de condena, desde la perspectiva misericordiosa de Dios.
Misericordia: La cuaresma nos introduce en el injusto proceso judicial al que es sometido Jesús, y que desemboca en su muerte salvaje a manos de unos conspiradores. Con Jesús utilizan el “ojo por ojo y diente por diente”. Se ha atrevido a cuestionar las bases religiosas, económicas y jurídicas del judaísmo y le hacen pagar con su vida, lo que ellos consideran una perversión. ¿En alguna ocasión le hemos hecho pagar a alguien una ofensa, con la misma medida? Es posible, y desde luego también es injusto. Porque si en este mundo no aplicamos la misericordia e incluso la ternura con muchas personas y circunstancias, sería un autentico caos; pues llegaríamos a tener un mundo habitado por alimañas en lugar de seres humanos. No perdamos de vista que Jesús reproduce con esta mujer pecadora lo que luego será su propia situación. Porque a esta mujer le esperaba la muerte, pero Jesús al apelar a la moralidad de los actos de los judíos, reblandece su interior y les hacer ver a cada uno, que de perdón estamos todos todos necesitados. Por eso mismo, la que iba a ser condenada a muerte, de la mano de Jesús vuelve a la vida y sin que Jesús pase de largo su pecado “en adelante no peques más”, salva al pecador “tampoco yo te condeno”; pues ya se condena uno mismo con el mal que hace.

Conclusión: Hagámonos merecedores del favor de Dios, no echando en saco roto las enseñanzas de su Evangelio. Bastante nos condena en ocasiones las injusticias de la propia vida y el sistema injusto de los gobiernos que anteponen la economía al bien personal; como para que cada uno de nosotros apliquemos en nuestra vida aquello de: “me las pagarás”. Pues quien así obra, no tiene nada que ver con Jesús, que es el rostro humanizado del amor de Dios. Estamos en el mundo, Dios nos planto en esta tierra para dar frutos a su tiempo. Pero hay que saber florecer. Hay que saber crear ocasiones de vida, siendo bondadosos, comprensivos y misericordiosos. No olvidemos algo, Jesús llevó a la mujer desahuciada y pecadora a la resurrección. Esa misma resurrección de la que el luego participaría. Participemos también nosotros y no perdamos de vista durante la semana santa, la esperanza y esperanza pascuales.