CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

viernes, 30 de marzo de 2012

MI ENCUENTRO CON JOSÉ MARÍA CASTILLO Y JOSE ANTONIO PAGOLA

DOS ESPERADOS ABRAZOS
“Tenemos que trabajar, para superar las barreras de una iglesia descristianizada […], demasiado atenta al pecado de las personas, aun cuando Jesús hizo de la acogida y la compasión, el elemento primordial de su mensaje y su vida”
(José Antonio Pagola)

Bueno, amigos y amigas.
Le dije ayer a José María Castillo tras un fuerte y esperado abrazo, “José María, me siento junto a usted, como un hincha del atlético tras la portería”. A lo cual, el respondió con una sonora carcajada.
(José Mª Castillo y Floren de Estepa)

Sinceramente os digo, que menos mal que el regusto y la alegría del día de ayer, me acompaña hoy y durante toda la semana santa, porque el día de hoy ha sido demasiado largo.

Pero el caso es que ayer, pues marche a Granada junto a mi hermano Jesús, para asistir a la conferencia de José Antonio Pagola en el Centro Mediterráneo – Universidad de Granada, invitado por el doctor en teología José María Castillo, que me invitó al acto.

El curso en sí mismo se titula, “Diez miradas sobre la crisis global”. Y la mirada de ayer a investigar, era la mirada de Jesús, expuesta por Pagola. La sala habitual de conferencias se quedó pequeña y nos trasladaron al aula magna, donde tuvo lugar la disertación.

No sé de quienes lean estas líneas, quienes han leído a Pagola, pero se pueden imaginar la clarividencia de esta magnífica persona en directo. Nos expuso pinceladas a groso modo sobre economía, campo que admitió no dominar, pero cuyas realidades no desconoce. Y planteó la mirada de Jesús desde tres gritos concretos que desmenuzó, concentrándose en los desfavorecidos del mundo, como causa y objetivo primordial del Reino de Dios.

Tuve oportunidad de agradecerles en público sus testimonios, al plantearles una pregunta, y me alegro como un colegial de poder decir que a mi identificación como Floren de Estepa, reaccionaron con inusitada alegría y una calorosa acogida.
(José Antonio Pagola y Floren de Estepa)

Mi pregunta fue la siguiente:

Sr. Pagola. Usted habla de países capitalistas, y entiendo que si el papa acude a Cuba como cabeza de un estado, y considerando a la iglesia capacitada para captar recursos –cosa a lo que nadie le gana-, podemos considerar a la iglesia desde el vaticano, corresponsable en la crisis mundial establecida. Siendo esto así Sr.Pagola, son muchos los cristianos que no nos sentimos en comunión con la iglesia, al ver sus quejas con el pago del IBI, querer zafarse de sus responsabilidades con los distintos estados, y requiriendo el mantenimiento de obsoletos privilegios y prebendas. ¿Nos puede usted dar un consejo o una orientación, para mantener la ilusión y la esperanza, dentro de la comunidad eclesial?
(De nuevo Pagola y Floren)

Pagola: Estimado Floren, mi esperanza no está en la iglesia. Tenemos que superar por nosotros mismos, las barreras de una iglesia descristianizada. La comunidad de los creyentes es demasiado plural, como para pedirnos a todos que nos ciñamos a unas reglas concretas, siendo tan variada la vida y las personas. Yo no te voy a dar un consejo, yo te voy a expresar cual es el fundamento de mi esperanza e ilusión. JESÚS. Es la única receta posible. Un Jesús con los brazos extendidos a todos y a todas. Un Jesús que no soñó con una iglesia sacralizada, ni con una religión determinada. Mi ilusión está en un Jesús, que es la prefiguración o la misma encarnación, de Dios hecho materia humana, carne. Y que nos espera en el mundo.

Esta fue más o menos la respuesta, a la cual respondimos todos con un sonoro aplauso. Por cierto, nos recito una interpretación propia del Padre Nuestro de Jesús, que casi lloramos de emoción.

En fin, luego tras la conferencia pudimos tener unos minutos de tertulia y ya quedé con José María en el final de Abril, para su conferencia en Estepa.

LA REFORMA Y LA HUELGA - JOSÉ ARREGUI

La reforma y la huelga



En esto que llaman la crisis económica, me siento como perdido en medio del mar, sin faro en la tierra ni estrella en el cielo, y sin una roca en el fondo adonde echar el ancla. ¿Por qué estamos donde estamos? ¿Sabemos exactamente dónde estamos? Y si la latitud y la longitud son tan inseguras, ¿cómo sabremos el rumbo a seguir? Es una profunda crisis económica que revela una crisis espiritual más profunda todavía.
Vamos en una pobre barquita, pero es la barquita de todos –empresarios y asalariados y parados de toda la Tierra, y estos sauces y estos herrerillos felices que estrenan la primavera, ajenos a nuestra crisis; ajenos no, pues nada nos es ajeno–. Si no nos salvamos todos, todos nos perderemos. Y quien crea salir con vida mientras su hermano se muere, ya está muerto en su humanidad. Cuidemos entre todos nuestra pobre barquita a la deriva.
“La crisis impone una reforma laboral”, dicen. Pues bien, aun sabiendo que el margen de este gobierno español en Europa es estrecho –¿acaso no sabían antes que era igualmente estrecho el margen del gobierno anterior?–, me atrevo a afirmar: esta reforma laboral no cuida nuestra pobre barquita común, y no la puedo aceptar.
Alguna reforma laboral será necesaria, no lo discuto. No hace falta ser un lince para ver que aquí ha habido mucha irresponsabilidad en el trabajo: trabajadores que no trabajan, que defraudan cuanto pueden y cogen bajas sin escrúpulos para irse a esquiar. Pero ¿alguien piensa de verdad que ha habido más abuso de trabajadores que de patronos? Sea como fuere, esta reforma no puede es el remedio. Más bien da pábulo a toda clase de abusos por parte del patrono.
“Es preciso mejorar la competitividad”, se dice: bajar el salario, endurecer la jornada, acomodar el funcionamiento a las exigencias del mercado, facilitar la movilidad (si te mandan a Laponia, vete a Laponia, tierra maravillosa por cierto, donde a veces el cielo se vuelve una danza de colores)… ¿La competitividad? De acuerdo, pero no a cualquier precio. No al precio de arrojar por la borda a los más débiles de la barquita, y que se hundan en el mar (con ellos nos hundiremos todos tarde o temprano). Inventemos una forma de competir que no sepulte a las personas y a los pueblos. Vosotros que tenéis los mayores resortes para hacerlo, inventad otra economía: una economía no dirigida a producir y ganar y consumir lo más posible, sino a distribuir lo mejor posible y dar de comer a todos.
“Es preciso flexibilizar el despido en época de crisis”, se dice también, y uno tiene la impresión de que eso es, en definitiva, lo que busca esta reforma: no ya solamente flexibilizar y abaratar el despido, sino simple y llanamente de permitir el despido libre. El pretexto es la creación del empleo en esta coyuntura de grave de crisis, pero el despido libre ya era la aspiración de muchos patronos, los peores, en tiempos de bonanza. Que un empresario pueda echar gente a la calle, sin indemnización alguna, alegando solamente una previsión de pérdida de ganancias o de disminución de ventas durante tres trimestres consecutivos… es cruel e inhumano. (¿Y razonable? ¿Es económicamente razonable? Si empobrecen a los trabajadores, no sé a quién venderán los fabricantes sus productos…).
Se me erizan los pelos cuando oigo a algunos empresarios felicitarse por esta Reforma. Pero me horrorizo más todavía cuando veo… que el cardenal Rouco, presidente de la Conferencia Episcopal Española, mediante una carta a todos sus sacerdotes de Madrid, ha desautorizado una crítica que la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) había elaborado contra esta reforma. Al fin y al cabo, un gobierno de derecha que promueve esta reforma o unos empresarios que se felicitan por ella defienden sus intereses, que no son los de la pobre gente. Pero ¿qué intereses y a quién defiende el cardenal Rouco cuando no acepta ni siquiera que se critique la reforma laboral? Sus intereses no son los de Jesús. Lo digo rotundamente. ¿Entonces qué? Será que está diciendo al gobierno de Rajoy: “Tú me das dinero, tú me aseguras la enseñanza de la religión católica en la escuela pública, tú me reformas la ley del aborto… y yo te salvaré los votos”. Pero eso es como la bofetada que dio el sumo sacerdote a Jesús en el Sanedrín, es como la burla que le hizo la guardia romana en el Pretorio, es como la lanzada del soldado en la cruz.
La cosa sigue. Anteayer me horroricé cuando supe que el obispo de Bilbao, Mario Iceta, ha prohibido al secretario diocesano de pastoral obrera firmar un documento de la HOAC y de la JOC (Juventud Obrera Católica) de Bizkaia a favor de la huelga general del próximo día 29. ¿Quién es el obispo para prohibir tal firma? ¿A quién defiende el obispo? Quizás no haya leído nunca los sermones de san Ambrosio de Milán, san Agustín, san Gregorio de Nisa, san Basilio o san Juan Crisóstomo defendiendo a los pobres contra los abusos de los ricos. Ni la Mater et Magistra de Juan XXIII: “Si el funcionamiento y las estructuras de un sistema productivo ponen en peligro la dignidad del trabajador, o debilitan su sentido de responsabilidad, o le impiden la libre expresión de su iniciativa propia, hay que afirmar que este orden económico es injusto” (n. 83). Ni la Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II: “La huelga puede seguir siendo medio necesario, aunque extremo, para la defensa de los derechos y el logro de las aspiraciones justas de los trabajadores” (n. 68).
Una huelga general no es una medida deseable, y menos en una situación económica tan crítica como la presente. Pero, a veces, la situación puede hacerse tan crítica que no hay más remedio que hacerla más crítica todavía, y a lo peor nos hallamos en esa situación. Por algún lado hay que romper este círculo vicioso, y ahora menos que nunca podemos consentir que vuelva a romperse como siempre por el lado del más débil. ¿Que esta huelga puede empeorar más todavía el drama del más débil? Puede ser, y me asusta. Pero si fuera así, a lo mejor habrá que pensar en hacer otra huelga. ¿Hasta cuándo? Hasta que todos reconozcamos la dignidad del más débil, hasta que juntos inventemos otro modelo más digno para todos. Si todos queremos, podemos. Y no podemos cejar hasta que todos queramos y entre todos podamos.
Señores banqueros, empresarios, presidentes, y también vosotros, hermanos obispos: no nos impidáis este sueño despierto. Si lo impedís, será la ruina de todos. Será la ruina del sueño de Dios.
¡Ojalá sea ésta la última huelga y no sea necesaria ninguna más! ¡Ojalá baste para que todos entendamos hasta dónde es justo acatar las órdenes de la señora Merkel y del señor Sarkozy, servidores sumisos del dios Mamón y de todos sus agentes! ¡Ojalá sirva para que juntos secundemos la sagrada divisa inscrita en el origen de nuestra historia: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”! Con sudor, sí, pero ganarás. Con sudor, sí, pero con dignidad.
Entonces encenderíamos un farito en la tierra, una estrellita en el cielo, y el ancla de la esperanza nos sostendría. Y estaríamos de regreso a un paraíso por estrenar.

Para orar. “DEJA LA CURIA, PEDRO”
Deja la curia, Pedro,
desmantela el sinedrio y la muralla,
ordena que se cambien todas las filacterias impecables
por palabras de vida, temblorosas.
Vamos al Huerto de las bananeras,
revestidos de noche, a todo riesgo,
que allí el Maestro suda la sangre de los Pobres.
La túnica inconsútil es esta humilde carne destrozada,
el llanto de los niños sin respuesta,
la memoria bordada de los muertos anónimos.
Legión de mercenarios acosan la frontera de la aurora naciente
y el César los bendice desde su prepotencia.
En la pulcra jofaina Pilatos se abluciona, legalista y cobarde.
El Pueblo es sólo un «resto»,
un resto de Esperanza.
No Lo dejemos sólo entre guardias y príncipes.
Es hora de sudar con Su agonía,
es hora de beber el cáliz de los Pobres
y erguir la Cruz, desnuda de certezas,
y quebrantar la losa—ley y sello— del sepulcro romano,
y amanecer
de Pascua.
Diles, dinos a todos,
que siguen en vigencia indeclinable
la gruta de Belén,
las Bienaventuranzas
y el Juicio del amor dado en comida.
¡No nos conturbes más!
Como Lo amas,
ámanos,
simplemente,
de igual a igual, hermano.
Danos, con tus sonrisas, con tus lágrimas nuevas,
el pez de la Alegría,
el pan de la Palabra,
las rosas del rescoldo…
…la claridad del horizonte libre,
el Mar de Galilea ecuménicamente abierto al Mundo.
(Pedro Casaldáliga)

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - IDENTIFICADO CON LAS VÍCTIMAS

IDENTIFICADO CON LAS VÍCTIMAS
Domingo de Ramos (B) Marcos 14, 1¬15,47

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
Ni el poder de Roma ni las autoridades del Templo pudieron soportar la novedad de Jesús. Su manera de entender y de vivir a Dios era peligrosa. No defendía el imperio de Tiberio, llamaba a todos a buscar el reino de Dios y su justicia. No le importaba romper la ley del sábado ni las tradiciones religiosas, solo le preocupaba aliviar el sufrimiento de las gentes enfermas y desnutridas de Galilea.

No se lo perdonaron. Se identificaba demasiado con las víctimas inocentes del imperio y con los olvidados por la religión del templo. Ejecutado sin piedad en una cruz, en él se nos revela ahora Dios, identificado para siempre con todas las víctimas inocentes de la historia. Al grito de todos ellos se une ahora el grito de dolor del mismo Dios.

En ese rostro desfigurado del Crucificado se nos revela un Dios sorprendente, que rompe nuestras imágenes convencionales de Dios y pone en cuestión toda práctica religiosa que pretenda dar culto a Dios olvidando el drama de un mundo donde se sigue crucificando a los más débiles e indefensos.
Si Dios ha muerto identificado con las víctimas, su crucifixión se convierte en un desafío inquietante para los seguidores de Jesús. No podemos separar a Dios del sufrimiento de los inocentes. No podemos adorar al Crucificado y vivir de espaldas al sufrimiento de tantos seres humanos destruidos por el hambre, las guerras o la miseria.
Dios nos sigue interpelando desde los crucificados de nuestros días.
No nos está permitido seguir viviendo como espectadores de ese sufrimiento inmenso alimentando una ingenua ilusión de inocencia. Nos hemos de rebelar contra esa cultura del olvido, que nos permite aislarnos de los crucificados desplazando el sufrimiento injusto que hay en el mundo hacia una "lejanía" donde desaparece todo clamor, gemido o llanto.

No nos podemos encerrar en nuestra "sociedad del bienestar", ignorando a esa otra "sociedad del malestar" en la que millones de seres humanos nacen solo para extinguirse a los pocos años de una vida que solo ha sido muerte. No es humano ni cristiano instalarnos en la seguridad olvidando a quienes solo conocen una vida insegura y amenazada.

Cuando los cristianos levantamos nuestros ojos hasta el rostro del Crucificado, contemplamos el amor insondable de Dios, entregado hasta la muerte por nuestra salvación. Si lo miramos más detenidamente, pronto descubrimos en ese rostro el de tantos otros crucificados que, lejos o cerca de nosotros, están reclamando nuestro amor solidario y compasivo.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

martes, 27 de marzo de 2012

EN EL ÁNIMO DE LA SOLEDAD


CENTINELA, ¿QUÉ HAY DE LA NOCHE?

Solo una cinta en flor guarda el entorno
de la garita, libres los ejidos.
Tarda la lluvia, pero en el bochorno
ya estalla nuestra sed de redimidos.


Para que Dios se vea Dios ahora,
hay que ir haciendo el Reino, a contramano
de cualquier otro reino; y es la hora
de que este mundo lobo sea humano.


¿Qué fue del latifundio, centinela?
¿Qué hay de la esperanza, compañeros?
La noche de los pobres está en vela


y el Dueño de la tierra ha decretado
abrir todos los surcos y graneros,
porque el eón del lucro ya ha pasado.


(Pedro Casaldáliga)

sábado, 24 de marzo de 2012

32 AÑOS DE TESTIMONIO, DE VIDA ETERNA, DE LIBRE OPCIÓN POR CRISTO. OSCAR ROMERO



A los 32 años de su asesinato, y dejando un reguero de santidad y testimonio martirial, el Vaticano no le considera Santo.
Por mi parte, sigo las huellas de este gran hombre.
Unas huellas de libertad, que dejó impresas en el pueblo salvadoreño, latinoamericano, y en la humanidad que se siente apretada y oprimida.

jueves, 22 de marzo de 2012

EL ATRACTIVO DE JESÚS


EL ATRACTIVO DE JESÚS

5 Cuaresma (B) Juan 12, 20-33
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA


Unos peregrinos griegos que han venido a celebrar la Pascua de los judíos se acercan a Felipe con una petición: «Queremos ver a Jesús». No es curiosidad. Es un deseo profundo de conocer el misterio que se encierra en aquel hombre de Dios. También a ellos les puede hacer bien.
A Jesús se le ve preocupado. Dentro de unos días será crucificado. Cuando le comunican el deseo de los peregrinos griegos, pronuncia unas palabras desconcertantes: «Llega la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre». Cuando sea crucificado, todos podrán ver con claridad dónde está su verdadera grandeza y su gloria.
Probablemente nadie le ha entendido nada. Pero Jesús, pensando en la forma de muerte que le espera, insiste: «Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí». ¿Qué es lo que se esconde en el crucificado para que tenga ese poder de atracción? Sólo una cosa: su amor increíble a todos.
El amor es invisible. Sólo lo podemos ver en los gestos, los signos y la entrega de quien nos quiere bien. Por eso, en Jesús crucificado, en su vida entregada hasta la muerte, podemos percibir el amor insondable de Dios. En realidad, sólo empezamos a ser cristianos cuando nos sentimos atraídos por Jesús. Sólo empezamos a entender algo de la fe cuando nos sentimos amados por Dios.
Para explicar la fuerza que se encierra en su muerte en la cruz, Jesús emplea una imagen sencilla que todos podemos entender: «Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto». Si el grano muere, germina y hace brotar la vida, pero si se encierra en su pequeña envoltura y guarda para sí su energía vital, permanece estéril.
Esta bella imagen nos descubre una ley que atraviesa misteriosamente la vida entera. No es una norma moral. No es una ley impuesta por la religión. Es la dinámica que hace fecunda la vida de quien sufre movido por el amor. Es una idea repetida por Jesús en diversas ocasiones: Quien se agarra egoístamente a su vida, la echa a perder; quien sabe entregarla con generosidad genera más vida.
No es difícil comprobarlo. Quien vive exclusivamente para su bienestar, su dinero, su éxito o seguridad, termina viviendo una vida mediocre y estéril: su paso por este mundo no hace la vida más humana. Quien se arriesga a vivir en actitud abierta y generosa, difunde vida, irradia alegría, ayuda a vivir. No hay una manera más apasionante de vivir que hacer la vida de los demás más humana y llevadera. ¿Cómo podremos seguir a Jesús si no nos sentimos atraídos por su estilo de vida?

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

LO NUEVO DE PAGOLA - EL CAMINO ABIERTO POR JESÚS "LUCAS"

No hace mucho comuniqué la publicación de Pagola, EL CAMINO ABIERTO POR JESÚS, "MARCOS", publicado por Descleé de Brouwer. Sin lugar a dudas, interpretación fidedigna de los evangelios, desde una perspectiva humana, didáctica e histórica.
Hoy la buena noticia nos la ofrece Religión Digital, al comunicarnos que como la edición de Mateo, editorial PPC, publica a Pagola el libro nuevo en el que disecciona el texto de Lucas.

No dejéis de buscar a Jesús, junto a José Antonio Pagola. Es algo que para la vida de un cristiano, merece autenticamente la pena.

Esta obra, que recoge algunos de los muchos comentarios a los textos de los cuatro evangelios publicados por el autor, se titula El camino abierto por Jesús. Está redactada con la finalidad de ayudar a entrar por la senda abierta por Jesús, centrando nuestra fe en el seguimiento a su persona. Un libro que nace de la voluntad de recuperar la Buena Noticia de Jesús para los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
El evangelio de Lucas es probablemente el más atractivo. El primero que hemos de leer para descubrir con gozo a Jesús, el Salvador enviado por Dios «para buscar y salvar lo que estaba perdido». Al mismo tiempo es el más accesible para captar el mensaje de Jesús como Buena Noticia de un Dios compasivo, defensor de los pobres, curador de los enfermos y amigo de pecadores.

Abrazos pues.

miércoles, 21 de marzo de 2012

LA PALABRA, LO MÁS IMPORTANTE

LA SALADA, COMPLETAS. 19 Marzo, Lunes

La Palabra, lo más importante

Solo una simple reflexión al término de este día de San José, a pesar de que esta reflexión no se fundamente en la nombrada festividad. Eso no quita que manifieste mis mejores deseos con los “Josés” y las Josefas. El caso es que hoy es día de San José y se conmemoran los 200 años de la primera constitución democrática y liberal. Aquella que sentaría las bases para nuestra Carta Magna Española, y otras constituciones de países, algunos de ellos muy influyentes en el mundo.
Hace unos días, se nos informaba a los ciudadanos, de que el original de la constitución de 1812, “La Pepa”, viajaba desde la Cámara Baja (Madrid), con unas medidas de seguridad impresionantes a la ciudad de Cádiz. Toda una protección para una insigne obra de arte y símbolo del país, que consiste en un cúmulo de folios escritos, que desarrollan el articulado constitucional. Todo un merito para los de entonces y una ocasión para congratularnos los de ahora. Códigos civiles que velan por el cumplimiento de las constituciones, jueces y policías que velan por el cumplimiento del orden establecido…etc.
Esta reflexión sobre la Pepa,  es parte de las conclusiones que he sacado personalmente del escrito de fray Zurera Ribó, en el boletín de semana santa de la hermandad estepeña de El Calvario. Escrito que me ha gustado bastante. Denota el amigo y franciscano, la necesidad de profundizar, agudizar los sentidos y edificar nuestras diversas comunidades, en la Palabra de Dios, como norma de vida. Casi como norma constitucional, me atrevo a añadirle yo. Y desde este pensamiento, recuerdo unas palabras de hace muchos años, con un amigo cura que se fue al cielo, y como sabéis fue mi mentor en la fe cristiana junto a mis padres. Son muy pocas las personas, que conocían la faceta moderada y progresista –intelectual y litúrgicamente hablando- de Manuel Santos Ortega. Cura a la antigua usanza, conocedor del latín perfecto y cura de sotana casi hasta el concilio. Sin embargo, desde su apariencia no traslucía lo que guardaba auténticamente en su interior. Por la estrecha amistad que nos unía –hermoso vinculo heredado de mis padres-, siempre vislumbré en este amigo cura, unas posibilidades excepcionales respecto de su concepción moral y de fe, respecto de muchas cosas. Algo que confirme en vida de Manuel Santos, cuando de su mano heredé la mayoría de sus libros. Voy al asunto de la Palabra. Viajó una vez a Madrid, y me decía que le gustaba de entrar en todas las iglesias que veía abiertas, pues era una autentica catequesis la devoción popular de las distintas comunidades cristianas. Me comento fascinado, que en una parroquia junto a la mesa del altar, había un ambón de cara al público, con una gran biblia abierta en el. Me dijo que le fascino, el ver a la gente que junto al saludo del sagrario, acudían a aquel ambón a besar la biblia, como signo de respeto y consideración hacia la Palabra de Dios. Todo esto me lleva a decir algo archi-repetido, la Palabra es para muchos miembros de nuestras comunidades, el furgón de cola, pues casi tenemos su utilización cedida a los sacerdotes o intelectuales. Error total, pues la Palabra de Dios siendo accesible a toda persona, debe ser escrutada, leída e interpretada responsablemente por quienes deseen acceder a ese depósito de fe, que es la espina dorsal sobre el que fundamentamos el “Kérigma”, o enseñanza vital o esencial de Jesús. ¿Nuestras hermandades de nuestra ciudad? Bueno, hacen lo que pueden. Hay grandes focos de juventud, a los cuales merece la pena mostrar la Palabra de Dios, desde un plano evangélico, por Dios no desde la dogmatización, pues de ser así los perderíamos. Pero llamo la atención aquí sobre algo. De los muchos enseres que tienen, maravillosos y bien conservados, y que procesionan por las calles de nuestra ciudad de Estepa, creo que puede faltar uno. Es  curioso como muchas hermandades miran constantemente a Sevilla como modelo de procesionar y otros asuntos cofrades. Y sin embargo, a pesar de los muchos estandartes, banderas, trompetas, faroles, pertigueros…etc.; aun no he visto ni oído, que una hermandad procesione de una manera digna la Palabra de Dios, y aun menos que la trate debidamente al comienzo de su cabildo. Sé que esto último lo hacen muchas hermandades, pero lamentablemente no es la tónica general.

En definitiva, como dice el teólogo José Arregui, “la palabra es la finitud donde Dios se nos revela, y desde esa finitud debemos hacer el hombre y la mujer de cada tiempo nuestro propio punto de partida”.

Aprendamos de la Palabra. La civil, la sagrada, la que podemos hacer vida y que nos humanice al leerla al construirla, al enseñarla. Que por medio de la contemplación de la palabra, seamos seres de salvación, para que por el trabajo de nuestras manos, nuestros prójimos vean la salvación de un Dios hombre, y sus posibilidades de resucitar.

martes, 20 de marzo de 2012

viernes, 16 de marzo de 2012

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - MIRAR AL CRUCIFICADO

MIRAR AL CRUCIFICADO
4 Cuaresma (B) Juan 3, 14-21

JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA14/03/12.- El evangelista Juan nos habla de un extraño encuentro de Jesús con un importante fariseo, llamado Nicodemo. Según el relato, es Nicodemo quien toma la iniciativa y va a donde Jesús «de noche». Intuye que Jesús es «un hombre venido de Dios», pero se mueve entre tinieblas. Jesús lo irá conduciendo hacia la luz.
Nicodemo representa en el relato a todo aquel que busca sinceramente encontrarse con Jesús. Por eso, en cierto momento, Nicodemo desaparece de escena y Jesús prosigue su discurso para terminar con una invitación general a no vivir en tinieblas, sino a buscar la luz.
Según Jesús, la luz que lo puede iluminar todo está en el Crucificado. La afirmación es atrevida: «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna». ¿Podemos ver y sentir el amor de Dios en ese hombre torturado en la cruz?
Acostumbrados desde niños a ver la cruz por todas partes, no hemos aprendido a mirar el rostro del Crucificado con fe y con amor. Nuestra mirada distraída no es capaz de descubrir en ese rostro la luz que podría iluminar nuestra vida en los momentos más duros y difíciles.
Sin embargo, Jesús nos está mandando desde la cruz señales de vida y de amor.
En esos brazos extendidos que no pueden ya abrazar a los niños, y en esa manos clavadas que no pueden acariciar a los leprosos ni bendecir a los enfermos, está Dios con sus brazos abiertos para acoger, abrazar y sostener nuestras pobres vidas, rotas por tantos sufrimientos.

Desde ese rostro apagado por la muerte, desde esos ojos que ya no pueden mirar con ternura a pecadores y prostitutas, desde esa boca que no puede gritar su indignación por las víctimas de tantos abusos e injusticias, Dios nos está revelando su "amor loco" a la Humanidad.
«Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él». Podemos acoger a ese Dios y lo podemos rechazar. Nadie nos fuerza. Somos nosotros los que hemos de decidir. Pero «la Luz ya ha venido al mundo». ¿Por qué tantas veces rechazamos la luz que nos viene del Crucificado?
Él podría poner luz en la vida más desgraciada y fracasada, pero «el que obra mal... no se acerca a la luz para no verse acusado por sus obras». Cuando vivimos de manera poco digna, evitamos la luz porque nos sentimos mal ante Dios. No queremos mirar al Crucificado. Por el contrario, «el que realiza la verdad, se acerca a la luz». No huye a la oscuridad. No tiene nada que ocultar. Busca con su mirada al Crucificado. Él lo hace vivir en la luz.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

LA SEMANA SANTA... Y MÁS

Algunos que lean estas palabras, sobre todo los de edad o que se relacionaran directamente con el culto litúrgico en semana santa, puede que recuerden unas pequeñas ediciones de la B.A.C. tituladas "Subsidia litúrgica para la semana santa", que a modo de manual, hacían más cercana las celebraciones del triduo pascual a la gente que en el participan.
Eso era a modo litúrgico, explícitamente hablando.
Hoy os recomiendo un libro, que viene a ser una ventana a la esperanza para vivir de una manera fresca y renovada, la Semana Santa.

Es de fácil lectura, ameno, bien documentado y sobre todo desde un plano profundo y espiritual como solo sabe hacerlo el padre Arroniz. En Estepa lo distribuye Mª Carmen Mesa.

LA SEMANA SANTA ...Y MÁS
La vida cristiana es, radicalmente, Vida pascual. Vivir cristianamente es actualizar en la propia vida los Misterios de Cristo. La Pascua es el núcleo de la vida eclesial. Todo el dinamismo pastoral y litúrgico de los creyentes y de las comunidades procede de esta fuente que riega abundantemente la historia de la salvación.

Por ello la espiritualidad medular de los cristianos no es otra que la identificación con Cristo muerto, resucitado y glorificado. El bautismo, asumido, nos ha de impulsar a compenetrarnos con Él para irradiar con entusiasmo el alcance pujante de la Redención.

No obstante, se comprueba una presencia menguante en las celebraciones pascuales, mientras esos mismos días las calles se llenan de gentes que miran, admiran y aplauden el derroche de las Cofradías y Hermandade. Sorprende aún más la reducida asistencia a la Vigilia Pascual, como si fuera una convocatoria para grupos selectos… ¿Por qué no celebrar los Misterios de la fe con la intensidad de las primeras comunidades cristianas? ¿Por qué no disfrutar con mayor difusión comunitaria el Misterio de Cristo resucitado? Este libro orienta y estimula en esta perspectiva.


http://www.pseditorial.com/novedades.html#semanasanta

jueves, 15 de marzo de 2012

Así nos ayudó el Vaticano II a ser curas por y en la comunidad

ASI NOS AYUDÓ EL VATICANO II A SER CURAS POR Y EN LA COMUNIDAD

Curas-testigos a los cincuenta años del Vaticano II

JULIO PÉREZ PINILLOS, jppinillo@yahoo.es

RIVAS VACIAMADRID (MADRID).

 

Dejando sentado que fue nuestra práctica ministerial, el acompañamiento a las comunidades y movimientos socio-eclesiales y nuestra decisión firme de trabajar como curas obreros lo que impulsó y validó esta experiencia presbiteral, queremos hacer mención –de pasada pero obligatoria por ser fundante- de los tres documentos del Vaticano II que influyeron en nuestro proceso: "Lumen Gentium"o el sentido de Iglesia-Pueblo de Dios, "Gaudim et Spes" o el compromiso de la Iglesia con el pueblo y "Presbiterorum Ordinis": o cómo y para qué del cura en la comunidad.

 

Por fin el Concilio aprobó lo que el Vaticano venía prohibiendo: ¡curas obreros¡

 

Es sugerente partir de este enfoque a la hora de revisar los distintos talantes y estilos de curas al servicio de los creyentes y de las comunidades cristianas en ambientes obreros, con significativa actualidad en el día del seminario, fecha elegida por las diócesis para reflexionar sobre los candidatos al ministerio presbiteral. En razón de la brevedad exigida, subrayaremos, solo en forma de apunte, cuatro campos específicos en los que los curas obreros aportamos significativamente:

 

En nuestra relación social con el mundo obrero significamos y aportamos un factor de aproximación evangélica y social de cara a la separación histórica entre la Iglesia y la Clase Obrera, que tanto hacía llorar al cardenal de París, E. Suhard. Además aportamos una colaboración sencilla pero significativa en el surgimiento y consolidación del incipiente y clandestino movimiento obrero al aceptar las inherentes consecuencias de despido, cárcel, y marginalidad que el compromiso obrero conllevaba. El concilio Vaticano II acababa de indicar el camino a seguir al definir a la Iglesia no como sociedad perfecta y estratificada en vertical sino, como "Pueblo de Dios" todo él corresponsable e indefectiblemente al servicio de Reino que Jesús vivió y anunció, de tal modo que la iglesia solo tiene sentido como cuerpo, camino y mediación del Reino de justicia y de liberación que Jesús practicó y proclamó, tal y como acababa de recoger el mismo concilio en su magistral documento "Gaudium et Spes".

 

En nuestra vivencia de la Iglesia de Jesús procuramos una comunidad de creyentes comprometidos con lo real en hechos y en palabras y con un acompañamiento entre iguales en nombre del Evangelio, dentro de una Iglesia que sale al encuentro del mundo y del movimiento obrero: en las fábricas, construcción, hospitales y barrios. Desde este enfoque eclesial se facilitó una opción clara a favor de pequeñas comunidades adultas con una formación catecumenal fuerte, que nacen como búsqueda de un espacio de libertad tanto dentro de la Iglesia –"ni fuera ni en paralelo"- como dentro del mundo obrero, y que aparecen como caja de resonancia crítica de lo que nos rodea y nos preocupa y como espacio de compromiso operativo en favor del mundo obrero por el que se habían decidido la mayoría de ellas. También trabajamos los curas obreros a favor de una comunidad –parroquial o no- capaz de vivir de sus propios medios económicos sin dependencia del dinero del Estado ni en sus gastos de funcionamiento ni en la paga de su cura. [...] (sigue en eclesalia.net)

 

 
 

miércoles, 14 de marzo de 2012

LA PERCEPCIÓN DE LA FELICIDAD


"Sólo el ser humano que tiene la experiencia de vivir su vida, la de todos los días, con sentido, goza de una percepción subjetiva de bienestar interior. Es la vivencia de la felicidad. Sin embargo, cuando un ser humano experimenta que su vivir carece de sentido, que es una pura repetición de los mismo, una mecánica rutina de hechos y de rituales laborales, sociales y familiares, siente un estado de ánimo que es la infelicidad."

(Frances Torralba)

martes, 13 de marzo de 2012

DÍA DEL SEMINARIO

Me llega este video curioso, elaborado y emotivo sobre el día del seminario que creo se celebra en torno a San José.

Tengo que decir que con todos estos hombres más o menos jóvenes, mi respeto y mi consideración. Sobre todo porque en el minuto 2:04 aparece mi muy querido amigo Pepe Alfaro, al cual quiero muchísimo pues es amigo de mundo, de fe y de confidencias. El admite que sigue a Cristo y que “desea que todos sean felices como él lo es”; y yo le creo pues la bondad de su corazón es algo que merece la pena descubrirse. Abrazos Pepe.

Pero me ocupo brevemente de toda la colectividad que se expresa en este video y de las razones de todos estos hombres. Hombres al 100%. ¡Lástima que se limite al sexo femenino el acceso al sacerdocio, cuando tan presente está la femineidad y la sensibilidad en muchos hombres que son llamados al ministerio del presbiterado!

Será esto lo que Cristo desea? Me pregunto.
Creo que no, de nuevo con todo mi respeto. Creo que no, porque Jesús no ordeno a nadie. Ni a hombres, ni a mujeres. Se paso la mayor parte de su vida censurando a los fariseos –clase sacerdotal de entonces-, como para inventarse un sistema comunitario en el que el poder estuviera repartido entre Sota, Caballo y Rey.

¿Están los sacerdotes de más en el mundo y en las parroquias? Creo que no. Espero y deseo su utilidad, por más que en los curas que circundan a uno, se aprecie comportamientos poco educados, para nada urbanos en algunos casos y la continua cantinela de la amenaza de: -¡¡pues ya no te confirmas!!

Creo en la misión del sacerdote, como nexo de unión entre las personas. Creo en la posibilidad de la misión sacerdotal, sin un ápice de poder y desde la humanidad. Creo en la posible formación de los sacerdotes, sin que les den el sentido de la autoridad en el seminario con cucharas grandes.

Ellos, no son gobernantes, pero tristemente en muchos casos juegan a ello, dejándose por el camino a creyentes rezagados, que no ven el ellos lo que esperan ver.

Yo no quiero que se interprete de mis palabras, que deseo sacerdotes super hombres e inmaculados en su conducta, no. Demasiado tiempo llevo bregando con unos y otros como para entender que son personas. Y desde ese sentido, es desde donde tienen que partir, entendiendo que su poder es responsabilidad, y que lo que administran es un edificio. Las personas se administran solas.

Por todos estos hombres llamados al sacerdocio y los que queden por el camino, por todas las mujeres que ejercen en sus vidas un ministerio tan válido como el sacerdotal, pues dan su vida y manos para la humanidad de Cristo en el mundo; con todos ellos mi afecto, mi oración y mi deseo de que colaboren en un mundo mejor y más humano.

De jerarquías exentas del IBI, estamos la comunidad hasta la misma coronilla.

Amén.




Para orar hoy. Ofrecida en ATRIO por José Arregui.


Para orar. “POCAS COSAS”

“En este mundo hay tan poquitas cosas
capaces de endulzarle a uno la vida/
digamos la esperanza amanecida
o la lluvia que brilla en las baldosas

me gusta la constancia de las rosas
que nunca dan su espina por perdida
y también la tristeza repetida

de las palmas tan solas y orgullosas

pero no hay nada tan profundo y leve
como el alma y el vértigo y los labios
de esa mujer que al verla nos conmueve

para ser alguien entre cielo y suelo
y salvarse del odio y sus resabios
nada como el amor y su consuelo”

(Mario Benedetti)

lunes, 12 de marzo de 2012

¿QUEREMOS SER TEMPLOS?

La Salada. Vísperas

¿QUEREMOS SER TEMPLOS?

Aseguro que no hago la pregunta con segundas intenciones. Pero, ¿tenemos la misma concepción de Templo en nuestras mentes? Es fácil decir que sí, que debemos o queremos ser templos y así poseer el Espíritu de Jesús y por ende, mantener las virtudes de pureza establecidas por la antigua enseñanza. Entiendo que en parte compraría este argumento. Pero desde otra perspectiva, desde la perspectiva del hoy Domingo 11 de Marzo, no lo tengo tan claro.

Acabo de regresar de Vísperas, las cuales hoy han sido largas meditadas y muy solicitas con el pensamiento que se ha desprendido de mi reflexión evangélica (Juan 2,13-25). Allí, he dado lectura a una reflexión de Rafael J. García Avilés, la cual encabezaba este con la siguiente paráfrasis:

“Dios no cabe entre cuatro paredes por mucho que en el transcurso de los siglos lo hayan intentado encerrar los manipuladores de la fe de los pueblos. Dios sólo cabe en el Hombre; en el hombre que, por amor, entrega y gasta su vida por la libertad de sus semejantes. Y en los grupos de hombres en los que ese amor es la característica que los identifica.”

Una de las cosas que me maravilla, es que este libro era de consulta constante para un amigo cura –ya fallecido-, que quizás en la madurez de su vida fue plenamente consciente de que la humanidad, traspasa el horizonte del rito y que el amor y la fraternidad son los mejores códigos de conducta a seguir.

¿A qué tipo de templos nos anima nuestra iglesia –jerárquica- a convertirnos? Digo jerárquica, porque el pueblo tiene bastante claro el camino a seguir. Pues os pondré un ejemplo actual y sencillo. Hace uno o dos días desde “Religión Digital” http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2012/03/08/religion-iglesia-comision-teologica-internacional-magisterio-obispos-libertad-teologos-vaticano.shtml, se nos informaba de que la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe –antiguo santo oficio-, ha dado un duro golpe a los historiadores, investigadores y pensadores teólogos, para advertirles que solo desde la enseñanza de los obispos, se puede interpretar la teología y sacar las debidas conclusiones. Aunque próximamente estaré en la clase baja de la teología como bachiller, me doy un poquito por aludido.

¿A que nos lleva esto de la limitación para ser teólogos libres? Pues nos encamina hacia el encasillamiento del templo edificio en el cual nos dicen que mora Dios, y cuya llave de su presencia –de Dios- se guardan los obispos bajo la orla de su esclavina junto al pectoral de oro. Dice Jesús Burgaleta en la plegaria para el día de hoy III Domingo de Cuaresma, que “cada hombre –cada persona- es el propio sacerdote del altar de su vida.” Estoy plenamente de acuerdo, porque la prefiguración de aquel poder contra el que Jesús predico y actuó allí en la explanada del templo, hoy se personifica en la persona de todo hombre, que por medio del poder quiere hacer a los demás comulgar con ruedas de molino.

¿De qué autoridad se consideran estos señores revestidos, como para limitar la capacidad de actuación de una persona, su voluntad de amar y su libertad de pensamiento, causa que ya está más que defendida en todos los campos del conocimiento humano teologal incluido?

Lo diré una vez más, ¡¡¡ESTE NO ES EL CAMINO!!!

No es esto lo que las personas deseamos. Y no aliento una pastoral a la carta, pero sí una pastoral de la vida, no de la contra-vida. Continuamos defendiendo al pantocrátor cargado de autoridad en la divina almendra de los frescos románicos, en detrimento de la humanidad la sencillez y el acercamiento de este Jesús del evangelio de hoy, que como humano siente ira y se deja llevar por ella, al llegar al límite del entendimiento de la estupidez humana, para con Dios.
Dios no es un mercado, y quien lo considere así que lo viva no desde el opresor fundamentalismo, sino desde el respeto y la intimidad, pero no desde el convencimiento de que esto es lo que hay que creer.

Hoy, amigos y amigas, aunque cueste entenderlo desde la fraternidad, cojo mi ramillete de cordeles y lo levanto hacia los que pretenden limitar mi capacidad de pensar libremente, de escribir libremente y de predicar y vivir mi relación con Dios y con las personas libremente.

Quien desee censurarme por ser libre, simplemente que se acerque. Quizás le dé un abrazo, pero se tendrá que marchar a casa cantando bajito.

sábado, 10 de marzo de 2012

PERLAS DE PAGOLA PARA EL FINDE - La indignación de Jesús

LA INDIGNACIÓN DE JESÚS
3 Cuaresma (B) Juan 2,13-25
JOSÉ ANTONIO PAGOLA, SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

Acompañado de sus discípulos, Jesús sube por primera vez a Jerusalén para celebrar las fiestas de Pascua. Al asomarse al recinto que rodea el Templo, se encuentra con un espectáculo inesperado. Vendedores de bueyes, ovejas y palomas ofreciendo a los peregrinos los animales que necesitan para sacrificarlos en honor a Dios. Cambistas instalados en sus mesas traficando con el cambio de monedas paganas por la única moneda oficial aceptada por los sacerdotes.


Jesús se llena de indignación. El narrador describe su reacción de manera muy gráfica: con un látigo saca del recinto sagrado a los animales, vuelca las mesas de los cambistas echando por tierra sus monedas, grita: «No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».


Jesús se siente como un extraño en aquel lugar. Lo que ven sus ojos nada tiene que ver con el verdadero culto a su Padre. La religión del Templo se ha convertido en un negocio donde los sacerdotes buscan buenos ingresos, y donde los peregrinos tratan de "comprar" a Dios con sus ofrendas. Jesús recuerda seguramente unas palabras del profeta Oseas que repetirá más de una vez a lo largo de su vida: «Así dice Dios: Yo quiero amor y no sacrificios».


Aquel Templo no es la casa de un Dios Padre en la que todos se acogen mutuamente como hermanos y hermanas. Jesús no puede ver allí esa "familia de Dios" que quiere ir formando con sus seguidores. Aquello no es sino un mercado donde cada uno busca su negocio.


No pensemos que Jesús está condenando una religión primitiva, poco evolucionada. Su crítica es más profunda. Dios no puede ser el protector y encubridor de una religión tejida de intereses y egoísmos. Dios es un Padre al que solo se puede dar culto trabajando por una comunidad humana más solidaria y fraterna.


Casi sin darnos cuenta, todos nos podemos convertir hoy en "vendedores y cambistas" que no saben vivir sino buscando solo su propio interés. Estamos convirtiendo el mundo en un gran mercado donde todo se compra y se vende, y corremos el riesgo de vivir incluso la relación con el Misterio de Dios de manera mercantil.


Hemos de hacer de nuestras comunidades cristianas un espacio donde todos nos podamos sentir en la «casa del Padre». Una casa acogedora y cálida donde a nadie se le cierran las puertas, donde a nadie se excluye ni discrimina. Una casa donde aprendemos a escuchar el sufrimiento de los hijos más desvalidos de Dios y no solo nuestro propio interés. Una casa donde podemos invocar a Dios como Padre porque nos sentimos sus hijos y buscamos vivir como hermanos.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia)





jueves, 8 de marzo de 2012

Centrar la mirada en las mujeres

CENTRAR LA MIRADA EN LAS MUJERES
Comunicado ante el Día de la Mujer Trabajadora

JUVENTUD OBRERA CRISTIANA (www.joc.es) HERMANDAD OBRERA DE ACCIÓN CATÓLICA (www.hoac.es)

 

ECLESALIA,

 

En el año en que recordamos el 50 aniversario del Concilio Vaticano II traemos a la memoria un texto que se dirigió a las mujeres: «Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzados hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga» (Mensaje del Concilio a las Mujeres, 8 de diciembre de 1965).

Hoy, sin embargo, podemos denunciar que esa profunda mutación del papel de la mujer en la sociedad no se ha completado. Y, es más, está en peligro.

A los costes de la crisis económica que lleva instalada ya unos años en toda Europa, y que está sacudiendo de manera agresiva a las clases trabajadoras de nuestro país, hay que sumar el conjunto de políticas de ajustes y recortes que, como los propios gobiernos afirman, sin ningún pudor, están al servicio de los mercados. Queda por tanto abandonado todo principio de dignidad hacia las personas, especialmente de las más desfavorecidas y vulnerables. Y estos costes están recayendo de manera sangrante sobre las mujeres.

El año 2011 se cerró con una tasa de paro femenino del 23,32% (EPA). Pero los datos son espeluznantes entre los grupos de edad más jóvenes: la cifra de paro alcanza el 70% en las mujeres de entre 16 y 19 años, y es del 42% en las mujeres entre 20 y 24 años. Así, España es el país de Europa con más desempleo femenino.  La falta de oportunidades laborales, que se agrava en esta situación de crisis, afecta más a las mujeres. Esto está suponiendo un creciente aumento de la precariedad y el desempleo entre las mismas.

Resulta incomprensible, con este panorama, que la solución propuesta sea una receta de recortes sociales y rebajas salariales que afectan a las capas sociales más bajas. Prueba y consecuencia de ello, al mismo tiempo, es la brecha cada vez más grande que existe entre diferentes sectores de la ciudadanía. La desigualdad entre clases ricas y clases pobres está alcanzando sus cotas más altas con la crisis económica. Y este efecto desigualitario, en ocasiones  enmascarado, también afecta al diferente impacto que la crisis, las medidas y reformas aplicadas, están provocando entre los hombres y las mujeres.

La congelación del salario mínimo, a pesar de ser uno de los más bajos de Europa (solo por debajo de Eslovaquia o Portugal) perjudica considerablemente más a las mujeres, porque un 15,5% de ellas ganan menos del salario mínimo, frente a "solo" el 5,6% de los hombres, según la Encuesta de Estructura Salarial (2010). Además, la congelación del salario mínimo es especialmente perjudicial para algunos colectivos como las empleadas de servicio doméstico (90% son mujeres), cuyo salario se fija tomando a aquél directamente como referencia. También es negativa la congelación de plantillas en el sector público. Son los ámbitos más feminizados, sanidad y educación, los que están sufriendo recortes  más amplios. Y qué decir de la menor provisión de bienes públicos de atención y cuidado (guarderías, servicios de dependencia, etc.) que implicarán más horas de trabajo doméstico femenino y un retroceso en la igualdad y la corresponsabilidad. Además, la reciente reforma laboral aprobada afectará de manera más pronunciada a las mujeres.

La JOC y la HOAC hacemos, por todo ello, una llamada a la reflexión, la acción y el compromiso para lograr la igualdad entre mujeres y hombres en nuestra sociedad. Y también, recordando el Concilio Vaticano II en su 50 aniversario, una llamada para avanzar hacia la igualdad en el seno de nuestra Iglesia, a fin de que la aportación femenina enriquezca decididamente a la comunidad eclesial. 

 

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).