CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

martes, 6 de marzo de 2012

CARTA A LOS OBISPOS ANDALUCES ANTES LAS ELECCIONES DEL 25 DE MARZO


Carta a los obispos Andaluces con motivo de las elecciones del 25 de Marzo al Parlamento Andaluz

Señores obispos de nuestra comunidad autónoma andaluza:

Con detenimiento y respeto, he dado lectura a vuestra carta del 29 de Febrero, que con motivo de los próximos comicios andaluces, escriben a los cristianos católicos con derecho al voto, para aconsejar sobre este mismo derecho. Pues “todos los ciudadanos debemos recordar nuestro derecho y, al mismo tiempo, el deber de emplear el voto libremente para promover el bien común.” (Gaudium et Spes nn.75)

Yo, a su vez, deseo haceros unas consideraciones. De vuestra carta señores obispos, sobre todo me llama poderosamente la atención el interés que suscita para vuestras ilustrísimas las votaciones andaluzas, que como fiesta democrática celebramos en nuestra comunidad. Me llama la atención el que ustedes se pronuncien con tanto entusiasmo sobre el próximo proceso democrático, cuando en nuestra iglesia actual, precisamente no se observa el valor democrático como necesario para el funcionamiento de nuestra comunidad.

¿Es completamente improcedente, el que a una comunidad diocesana se le permita elegir personalmente su obispo? Entendemos aquello de la autoridad apostólica, que desde el solio pontificio deriva hacia vosotros y la constante asistencia del espíritu; pero por esa misma asistencia espiritual a la que todos estamos expuestos en igualdad de oportunidades, los cristianos andaluces podíamos elegir a nuestros obispos y que estos fueran hijos de nuestra tierra si lo consideramos oportuno. 

Lo democrático, señores obispos, no es contraproducente para la nueva evangelización a la que parece aspiráis vosotros nuestros pastores. Si lo es para la dogmatización –autentico objetivo de la iglesia desde mi punto de vista-, que es a lo que nos lleva los planes pastorales actuales. Pero la evangelización precisa de la responsable libertad de la persona, para estar y ser en el mundo la voz de Dios, en su medio social y su espacio vital.

Tenemos que aprender todos de la democracia, pues “entendemos democracia, como un clima de vida pública en que todos participan responsablemente de una obra común; […] podríamos decir que hay una tendencia que señala el espíritu democrático, como opuesto al totalitarismo”. (Pacem in terris nn.78) Y atiendan a un antiguo papa de nuestra Iglesia, “la forma democrática de gobierno adoptada por nosotros (republica de Italia) no es contraria en manera alguna a las máximas que voy a exponer; no repugna el Evangelio, sino que, por el contrario, exige esas virtudes sublimes que sólo se adquieren en la escuela de Jesucristo. La igualdad civil derivada del derecho natural, embellecida por la moral, establece la armonía del cuerpo político cuando cada cual coopera al bien de todos según la extensión de sus facultades físicas y morales” (Cardenal Chiaramonti obispo de Imola, luego S.S Pío VII).

Por otro lado, no advierto nada nuevo sobre vuestras indicaciones o las de la CEE ante otras elecciones. Matrimonios de una manera sí, matrimonios de otra no –esto es pastoral de exclusión-, y defensa de un concreto modelo de familia. Derecho a la vida, al menos a toda vida nacida bajo las expectativas eclesiásticas, trabajo para todos y derechos para las personas, desde la visión que ustedes tienen como derechos fundamentales. ¿Espero que en los derechos a la vida, incluyan la investigación con células madre, pues todos estos logros los anima el mismo Espíritu que les asiste a ustedes y a la comunidad?

Libertad religiosa, bien. Pero no pierdan de vista sus ilustrísimas que España es laica y hacia esa senda caminamos la sociedad. Quizás convendría un modelo educativo donde se incluyera historia de las religiones desde una antropología didáctica, y no una enseñanza católica a ultranza, dogmatizando a los maestros de religión por los colegios sobre lo que tienen que decir en las aulas.

Además de todo esto, inciden ustedes en la responsabilidad del voto, algo que ya tenemos asumido la ciudadanía, pues lo nuestro nos duele y lo local y autonómico, es lo que más de cerca nos afecta a los ciudadanos, como ustedes pueden entender. Pero, se dan ustedes cuenta de que se aprecia por vuestra parte una clara inclinación para votar a una determinada orientación política.

Esto es triste y sobre todo desalienta a muchos hijos e hijas de la iglesia. Y es triste, porque los esfuerzos de los obispos no son iguales en fuerza ni en maneras, pues están demasiado condicionados con la moral católico conservadora que impera en la iglesia española.

Hace unos días, leí una noticia de Latinoamérica muy curiosa que deseo comentaros para realizar una comparación aunque estas no sean deseables. En la región de Pasta de Conchos (México febrero de 2006), hubo una catástrofe minera, cuyo resultado se saldo con varias decenas de criaturas enterradas vivas y ya fallecidas. Se aprecia un conflicto para recuperar los cuerpos, y ha sido precisamente el obispo don Raul Vera, el que ha levantado su voz en una eucaristía para implorar la recuperación de estos cadáveres, para tranquilidad del dolor incesante de sus familias.

¿Quién de ustedes se ha manifestado de una manera contundente en favor de la recuperación de nuestros muertos de la guerra civil? El dolor no prescribe como ustedes saben, y además no es de izquierdas ni de derechas. La diferencia dolorosa, es que por un lado se han elevado a los altares a los que se ha considerado que lo merecían; y otros que fueron igualmente inocentes, están en las cunetas sepultados y merecen ser llorados por sus familiares en una sepultura digna. No les culpo del dolor pues sería una irresponsabilidad, pero si quisiera unos obispos más comprometidos con la sociedad y su pluralidad. Unos obispos, que además de escribir incesantes cartas pastorales –algunas de gran calidad-, tengan el valor evangélico de coger junto al pueblo una pancarta y estar adheridos a esa causa concreta que afecta a los derechos y la vida de las personas.

Comentan ustedes la necesaria austeridad y recuerdo la noticia de hace días, que informaba de vuestra critica en el pago del IBI. Si Cáritas generalmente se financia con la ayuda gubernamental que el estado le aporta directamente y las aportaciones de los fieles, ¿por qué no puede pagar la iglesia proporcionalmente sus impuestos como toda asociación de personas? Por otro lado, ¿darán ustedes muestras de austeridad por ejemplo bajándose el sueldo como Xavier Novell (obispo de Solsona), que lo ha hecho un 25%?

En resumidas cuentas, solo escribo estas líneas a título personal y como reflexión que nunca les enviaré directamente. Pero aquí están. Estas letras se escriben desde la fraternidad para con ustedes y desde el convencimiento, de que si de algo estamos necesitados en el mundo, es del testimonio contundente y la demostración de la solidad efectiva de los que decimos seguir a Cristo. Nos salvaremos si amamos, señores obispos. No si amamos de una concreta y determinada manera. Ya lo dijo Agustín de Hipona al que ustedes conocen mejor que yo, “AMA, Y HAZ LO QUE QUIERAS”.

En definitiva, somos un poco mayores, para que se nos oriente y casi se nos diga a quién votar, aunque sus palabras sean útiles para ciertos núcleos eclesiales.

Con mis mejores deseos para con vosotros, hermanos en la fe y obispos Andaluces del Sur.

Fdo. Florencio Salvador Díaz Fdez.

Estudiante de Teología Cristiana